La memoria no lo olvida.
La memoria no podrá ocultar lo que sucedió aquel 2 de octubre en Tlatelolco, será inevitable. Todos, incluyendo a los que nunca estuvimos ahí, también a los que no habíamos nacido en ese momento, sabemos lo que sucedió y continuamos presentes en esta lucha, en estos momentos, en estos episodios de volver a vivir y forjar el destino de nuestra nación.
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