Páginas

::::

miércoles, septiembre 06, 2006

'' Los magistrados se sometieron; no tuvieron la voluntad de actuar como hombres libres''

La Jornada

ENRIQUE MENDEZ Y ANDREA BECERRIL


Acompañado por miles de simpatizantes que soportaron la lluvia y no dejaron de llamarlo ''¡presidente, presidente!'', Andrés Manuel López Obrador rechazó anoche el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), desconoció ''a quien pretende ostentarse como titular del Poder Ejecutivo federal sin tener una representación legítima y democrática'', y anticipó el inicio de una ''revolución de conciencia y de mentalidad''.

Los magistrados, acusó, se sometieron y no tuvieron el arrojo ni la voluntad de actuar como hombres libres, sino optaron por convalidar el fraude electoral y lo despojaron de un triunfo legal y legítimo. Por ello, recalcó que seguirá adelante con la resistencia civil pacífica y el próximo 16 de septiembre, en el Zócalo, llevará a cabo la convención nacional democrática de la que surgirá el ''gobierno del pueblo'' que, confirmó, llevará a cabo una transformación profunda de las instituciones.

Antes que él, en nombre de los legisladores de la coalición Por el Bien de Todos, la senadora Rosario Ibarra de Piedra leyó la ''declaración por la dignidad, la democracia y el restablecimiento del orden constitucional'', donde rechazaron la usurpación y declararon que no permitirán ''que el presidente espurio tome posesión el primero de diciembre. Todo ello en el marco de la resistencia civil pacífica y hasta el restablecimiento del orden constitucional''.

El documento fue también signado durante la asamblea por los presidentes de los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y del Trabajo (PT), Leonel Cota y Alberto Anaya, respectivamente, e inclusive por los coordinadores parlamentarios de Convergencia, Dante Delgado y Alejandro Chanona -aunque su dirigencia afirmó que respetaría el fallo del tribunal-, y enseguida por la escritora Elena Poniatowska, el senador Pablo Gómez y los petistas Ricardo Cantú, Gonzalo Yáñez y Herón Escobar. También firmó el actor Jorge Arvizu, El Tata.

Desde muy temprano, los simpatizantes de López Obrador llegaron al Zócalo a expresar su indignación por el fallo del tribunal y a expresarle su respaldo incondicional al tabasqueño, quien no siguió la sesión de la sala superior. Desayunó con diputados y senadores de su estado natal, en el hotel Marbella, regresó al campamento, después fue a comer a su casa, con sus hijos, y acudió al dentista.

La visita médica fue utilizada por los muchos informantes de Gobernación infiltrados, que se hacen pasar como reporteros, para esparcir el rumor de que había sido hospitalizado. Sin embargo, López Obrador se presentó a la asamblea informativa de las siete de la noche y bajo una lluvia que arreció conforme avanzaba su discurso declaró: ''En este día aciago, difícil para la democracia en México, pero que al mismo tiempo permite iniciar una nueva etapa, quiero expresar a ustedes, antes que nada, como acto de profesión de fe republicana, y pensando en ustedes, que nunca voy a dejar de luchar por mis ideales y mis convicciones''.

López Obrador garantizó que mantendrá su lucha de apoyar y proteger a la gente humilde, a los desposeídos y a los pobres de México, y que nunca transará ''con el hampa de la política ni con los delincuentes de cuello blanco'', y tampoco se doblegará ''ante los clasistas, racistas y fascistas que hipócritamente aparentaron ser gente de buena voluntad''.

El político tabasqueño envió un mensaje a sus adversarios: ''No será fácil la compra disfrazada de negociación o la coptación de los líderes de la coalición. Ya pasó el tiempo de los partidos y de los dirigentes paleros, ahora son verdaderos representantes del pueblo y así seguirán conduciéndose''.

También, advirtió, se fracturó el orden constitucional, ya que los magistrados se negaron a transparentar la elección para someterse ''a una minoría privilegiada que ha tomado las instituciones y las mantiene secuestradas para su propio beneficio''.

Ese atentado a la legalidad constitucional y a la vida democrática, expuso, obliga a ''reasumir el ejercicio de la soberanía popular y abolir de una vez y para siempre el régimen de corrupción y privilegios que impera en el país. Por eso, aunque no les guste a mis adversarios, ¡al diablo con sus instituciones!''

Al definir cuál será la estrategia a seguir, López Obrador precisó que lo primero será avanzar en la revolución de conciencia y de mentalidad que ya se inició con la resistencia civil pacífica. ''Hablo de revolución de conciencia porque todos nos quitaremos las telarañas que nos han metido en la cabeza, hasta el extremo de obligarnos a reconocer decisiones oprobiosas o instituciones que no merecen ningún respeto''.

Luego anticipó los seis pasos que dará Felipe Calderón para lograr legitimarse. Por principio, dijo, buscará el reconocimiento de los gobiernos extranjeros, como hicieron en su momento desde el usurpador Victoriano Huerta hasta Carlos Salinas. Asimismo, al igual que el dictador Porfirio Díaz, Plutarco Elías Calles y el mismo Salinas, el panista se apoyará en la cargada de empresarios, sindicatos y otras corporaciones que acudirán al besamanos.

El tercero será, expuso, ''la subordinación de los medios de comunicación, que le quemarán incienso al presidente espurio, ilegítimo, al pelele que quieren imponer. Con honrosas excepciones -resaltó-, la prensa, la radio y la televisión se van a poner de tapete, le harán entrevistas especiales donde le dirán 'licenciado, ya es presidente electo, ¿verdad?'"

Insistió en que se pasa por una etapa, también aciaga, en cuanto a la libertad de expresión, por ''la falta de moralidad, de profesionalismo y de independencia en la mayoría de los medios de comunicación''.

Calderón intentará, dijo, golpes espectaculares, a repartir migajas para tratar de ganarse a la gente humilde, y a ''negociar", finalmente, con la coalición, pero advirtió que no le va a funcionar.

Insistió en que la convención nacional democrática creará una auténtica República, hará a un lado la farsa y la simulación, quitará a un régimen ya podrido para dar paso a las grandes transformaciones nacionales.

Al final pidió a sus simpatizantes no sentirse menos que sus adversarios, ya que del lado del movimiento hay mucha autoridad moral y se defiende una causa justa.

''Ustedes son ciudadanos de primera y debemos sentirnos orgullosos. Los que deben sentirse avergonzados son ellos. Me molesta mucho (el fallo), pero qué bueno que queda al descubierto que quienes se sentían santurrones, gente de bien, ya mostraron su verdadero rostro de racistas y autoritarios'', expresó.

Convocó: ''que nadie se apachurre. Es un timbre de orgullo participar en este movimiento. Debemos actuar con la frente en alto, no tenemos nada de qué avergonzarnos''.

radioamloTV