La Jornada Jalisco - Columna Redes Ciudadanas
MEDIOS DE COMUNICACIÓN, NEOLIBERALISMO, CND, REDES
CIUDADANAS
02 - Segundo artículo publicado 24-09-2006
Mientras escribo esto escucho a Franco de Vita y me sorprendo cuando lo que pienso se acopla a la melodía, mi corazón late rítmicamente con la batería, escucho: “…no es sólo Beverly Hills ni las estrellas de cine, ni las películas de guerra que nos ponen a diario, esa película aquí abajo la tenemos en vivo, basta salir a la calle a ver si regresas vivo… y aumenta la violencia, aumenta la tristeza, aumenta la pobreza, aumenta la dolencia… esto es América, también es América”.
Horas antes platiqué con amigos en una reunión sobre el cerco informativo al que someten, especialmente después del 15 de septiembre, al movimiento ciudadano acompañante de Andrés Manuel López Obrador. Comentamos cómo descontextualizan las notas que se editan para presentar parcialmente la realidad, así me doy cuenta de la desinformación de los invitados, cuestión común en la mayoría jalisciense y paisanos. Ignoran lo acontecido en el D.F. el día del grito, desconocen las declaraciones de Chávez, que califican como intromisión en la política mexicana, pero carecen del contexto de sus palabras, ignoran que es una entrevista de casi una hora por CNN; menos aún conocen las acusaciones de ocho delitos acerca de pederastia, de las cuales se acusa al Cardenal Rivera; igual sucede con las declaraciones sobre el imperialismo norteamericano del Cardenal Sandoval Íñiguez, y menos lo sucedido el 16 de septiembre en el Zócalo de la Ciudad de México durante la Convención Nacional Democrática (CND).
Después de casi 25 años de imposición del modelo económico neoliberal apenas nos percatamos del papel que los mass media juegan en nuestros modos de vida, vemos esto como natural, difícilmente conocemos que han borrado paulatina e imperceptiblemente la memoria histórica colectiva e individual, rompiendo nuestras redes de solidaridad, uniformando nuestras pautas de consumo e imponiéndonos, entre otros, un pensamiento único sobre la naturaleza y los hechos sociales. Llevándonos a aceptar la desigualdad, como se acepta un comercial de jabones.
¿Cuáles son las alternativas de los jaliscienses para estar informados? ¿A dónde podemos acudir si discrepamos con la programación o los contenidos, por ejemplo de la televisión? La respuesta suele ser tajante, “si no te parece cámbiale, apágale o no lo compres,” pues los rige el dinero, no la ética: los medios de comunicación masiva juegan el papel de controladores, especialmente la televisión. Esto adquiere nitidez después del reciente proceso electoral. La creación del espíritu humano es convertida en mercancía, que se repite hasta convencer al consumidor. Se constata viendo, por ejemplo, noticieros de Televisa que reiteran notas descontextualizadas, cuando menos tres veces cotidianamente -mire en qué momentos- al amanecer en el noticiero de Loret de Mola, a la hora de la comida con Lolita Ayala y, ya noche, con López Dóriga. Observamos que a una misma nota, por muestra, la referente a Chávez (se repite sólo un trozo), se acompaña de declaraciones de Carlos Fuentes, de la presidencia de la república, etc. Pero sobre la CND y sus resultados, el discurso de AMLO, silencio. Escasamente se dice que ese día nos reunimos cerca de un millón y medio de personas, la mayoría representantes del país, se ignora que: “no aceptamos la manipulación que practican algunos medios de comunicación, ni su desprecio altanero por la cultura y por el buen gusto. No aceptamos el autoritarismo, la represión ni la violación de los derechos humanos. Y menos aceptamos que todas estas grandes injusticias sean producto de la fatalidad y del destino de nuestro pueblo”. Nos percatamos que en el modelo neoliberal los medios de comunicación son convertidos en mecanismos de control y manipulación social de la información, entretenimiento e imágenes, aparentemente neutrales, por corporaciones económicas dirigidas por reducidos grupos, o por algún personaje, con ese poder. (Televisa es dueña de canales de televisión, radio, teatros, revistas, videos, etc.) Se desentienden que luchamos por la construcción de una Nueva República, que no estamos más a favor de la República simulada, que “la nueva República tendrá, como objetivo superior, promover el bienestar, la felicidad y la cultura de todos los mexicanos”. Que en esta construcción vamos a atender y cuidar tres aspectos fundamentales: “Primero: No caer en la violencia, evadir el acoso y mantener nuestro movimiento siempre en el marco de la resistencia civil pacífica. Segundo: No transar, no vendernos, no caer en el juego de siempre, de la compra de lealtades y conciencias disfrazada de negociación. Tercero: Luchar con imaginación y talento para romper el cerco informativo y crear mecanismos alternativos de comunicación. Tenemos que hacer posible que la verdad se abra paso y llegue hasta el último rincón de nuestra patria”.
Creemos que una nueva República es necesaria y posible, muchos ciudadanos trabajamos en crearla y organizarla, para ello es imprescindibles nuevos medios de comunicación creativos, vía las nuevas tecnologías de comunicación. Esto es complejo, pero posible y pasa también por la reforma de marcos normativos, especialmente por la reapropiación de nuestras vidas en la cotidianeidad, recuperándonos dueños de nuestro cuerpo y nuestro pensamiento. Sigo oyendo mis canciones favoritas que ayudan a vivir la esperanza de una nueva manera de repintar el mundo… pronto iré a la televisión para tener nuevos elementos analíticos (hoy es domingo día de declaraciones políticas desde el altar o fuera de las cúpulas de la iglesia católica nada sobre la desigualdad o la pobreza, sino a favor de quienes mantienen la dominación), constataré una vez más el silencio sobre AMLO, la redes ciudadanas, la Nueva República. Pero sé, bien que sé, que muchos estamos luchando diariamente desde nuestras trincheras ciudadanas para hacer valer nuestros derechos políticos, civiles y sociales.
Pedro Farfán Flores farfan@cencar.udg.mx
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