Andrés Leonardo, ya hasta me de da pena Calderón
Sendero del Peje
Carajo. Dondequiera se para, Felipe Calderón es repudiado por los mexicanos. Le gritan “espurio” los jóvenes, los viejos, las mujeres (no se me olvida lo que pasó en la Feria del Libro de la Universidad de Guadalajara), se lo gritan en México y en el extranjero, en varios idiomas se lo han gritado al pobre.
Pobre, sí, porque ni siquiera puede culpar de eso a la oposición políticamente organizado en partidos. Porque los gritos vienen del pueblo, de la gente común y corriente y, también, de los mexicanos más preparados como Andrés Leonardo Gómez, brillante estudiante con reconocimiento internacional.
Que quede perfectamente claro, no estoy hablando de las protestas, fáciles de descalificar, realizadas por políticos profesionales como Gerardo Fernández Noroña. Nada de eso. Me estoy refiriendo a las manifestaciones espontáneas de descontento de los ciudadanos que no han hecho de la política su oficio y que, a más de dos años de distancia, se siguen sintiendo agraviados por lo que pasó el 2 de julio de 2006, esto es, por el enorme fraude electoral del que se valieron el PRI y el PAN, Elba Esther Gordillo y Fox, Calderón y la derecha española y estadounidense, para robarle la Presidencia a Andrés Manuel López Obrador.
A pesar de que se merece lo que le pasa, ya hasta me da pena Calderón. No puede pararse en ninguna parte, ni en México ni en el extranjero, sin que se manifieste un mexicano inconforme que le recuerde su origen: “!Espurio!”.
Calderón y sus patrocinadores, que al mismo tiempo son sus patrones, creyeron que iban a poder ocultar el fraude comprando periódicos y periodistas, televisoras y comentaristas, radiodifusoras y locutores. No pudieron. Los medios alternativos, como el internet, los han puesto a todos ellos en su lugar.
Ciertamente, y así hay que verlo, lo que está ocurriendo en México es una gran cosa, algo histórico, trascendente, maravilloso: una verdadera revolución pacifica, ordenada y valiente que tiene un líder, sí, López Obrador, pero que en el fondo organizan desde abajo las personas anónimas, las que de verdad cuentan, los ciudadanos conscientes que ya se cansaron de tanta inmoralidad.
Pero, lo juro, a pesar de todo eso, a pesar de que Calderón merece lo que le gritan, ni hablar, a mí me empieza a dar pena este hombre. Es que, sin duda, la historia lo va a juzgar si no peor que a Díaz Ordaz, más o menos por ahí.
Por ultimo, toda mi solidaridad hacia el estudiante que fue reprimido por el Estado Mayor Presidencial y, desde luego, igualmente hacia su padre al que vi en un video muy digno exigiendo justicia para su hijo.
::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2008::
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