Unas 200 personas marcharon para agradecer el recurso. A mitad del camino se toparon con un grupo que criticaba la contaminación.
Para muchos el agua es un servicio al que acceden con sólo abrir la llave, para otros es un lujo casi inalcanzable. Para unos es un derecho humano, para otros es sólo una necesidad. Este domingo fue el Día Mundial del Agua, y en el festejo hubo un choque de opiniones: alrededor de 200 personas marcharon para “darle gracias al agua” y para concienciar a la gente de sus beneficios y la necesidad de cuidarla; pero otro grupo, de menos adeptos, no vio las cosas tan simples y criticó la suciedad de los ríos, como el Santiago, y la falta de políticas públicas para su saneamiento. Así, entre una marcha y una manifestación, transcurrió la celebración.
El acto comenzó después de las 18:00 horas, en el cruce de avenida Vallarta y Chapultepec. Familias, jóvenes y curiosos, iban vestidos con una playera blanca con la leyenda “Gracias agua”.
Rafaela Ramírez fue una de la participantes: “Queremos que la gente cuide el agua, cada gota. No sólo hoy [ayer] que es el Día Mundial del Agua, sino siempre. Sabemos que el agua es vida tanto para el ser humano como para la tierra. Tenemos que despertar la conciencia de las personas”.
Entre la gente estaba el invitado especial, el presidente municipal de Guadalajara, Alfonso Petersen Farah: “Vengo a sumarme a un movimiento social con un objetivo que creo que todos compartimos que tiene que ver con el cuidado del agua”, y destacó lo hecho por su municipio en el tema, como el cambio de la red de distribución de agua potable en el Centro Histórico.
El munícipe caminó sólo un par de cuadras, en la retaguardia de la marcha que lentamente se dirigió hacia la glorieta la Minerva, sobre dos de los cuatro carriles de Vallarta. El grupo marchaba y echaba porras: “Gracias agua”; “un aplauso al agua”; “agua, agua… a Guadalajara”. Una voz que se hacía escuchar con un altavoz ponía el ambiente. Todo transcurría entre gritos y festejos.
A la altura del Centro Magno se toparon con un grupo de personas que opinaba que el tema del agua es más que sólo agradecer: “Ellos celebran el agua, nosotros hacemos ver que está sucia y que los proyectos como [la presa de] Arcediano no están bien”, dijo una de las manifestantes ataviada con un cubrebocas y quien mostraba a todos una botella con agua verde: “Agua pura del río Santiago”, explicó con sarcasmo. Además realizaron un performance, una especie de Vía Crucis donde penaron por la contaminación del El Salto, la muerte del niño Miguel Ángel López Rocha, la presa El Zapotillo y el poblado que hundirá, el Temacapulín.
Ambos grupos se encontraron y comenzaron a discutir. Unos pedían que se informara sobre la problemática ambiental, sobre las políticas del gobierno; los otros les pedían que se fueran, que realizaran su propia marcha. Al final se hizo un sólo grupo, con opiniones encontradas.
Entre tanto, un grupo de danzantes prehispánicos se unió a la procesión y así, entre el olor a incienso y el sonido de los tambores, llegaron a la Minerva donde un escenario los esperaba. “Arriba el agua”, gritaban en el micrófono. “No a las presas”, era la respuesta.
::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2009::
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