Las declaraciones del gobernador Emilio González Márquez, hace ocho días, mantuvieron a la ciudadanía entretenida en discutir sobre qué tan válido es que el gobierno entregue o no los condones a la población. Lo que pocas personas saben es que el gobierno de Jalisco ya recibió 2 millones de condones de la federación y que su única obligación es repartirlos, tanto entre las organizaciones de la sociedad civil que trabajan el tema, como de manera directa con los grupos más vulnerables.
Pero considerando que González Márquez se muestra convencido de que los homosexuales son los únicos que están en riesgo, sería adecuado que invirtiera parte de su presupuesto en programas dirigidos a este sector de la población. Esto es algo que no se ha hecho en los más de 20 años de epidemia, así que el góber tapatío pasaría a la historia como alguien preocupado por las personas que forman parte de la diversidad sexual y que son considerados un grupo vulnerable, “no de riesgo”. El riesgo lo corren ellos si no se protegen, no significa que ellos por el hecho de ser gays sean un riesgo para el resto de la sociedad.
Por otro lado, González Márquez parece ignorar que dentro de sus atribuciones se encuentra la de presidir las reuniones del Consejo Estatal para la Prevención del Sida (Coesida), así como escuchar a los miembros de la vocalía conformado por poco más de 30 instancias entre públicas y del sector social, los cuales tienen voz y voto en las decisiones que ahí se tomen.
Esos mismos vocales le han solicitado en una carta entregada en Palacio de Gobierno el pasado lunes, y entregada a los medios de comunicación el martes durante una conferencia de prensa, que los tome en cuenta a la hora de nombrar un secretario técnico al frente del Coesida, el cual debe ser profesional de la salud, tener formación en sexualidad, derechos humanos y capacidad gerencial y gestora.
Quien rija los destinos del Coesida no debe tener relación laboral con ninguna institución del sector público, de forma que pueda actuar de manera imparcial ante cualquier problemática que se presente, y no exista conflicto de intereses que le impidan intervenir. México ha firmado varios acuerdos internacionales, los cuales han sido ratificados y en ellos se ha comprometido a bajar el índice de infecciones de transmisión sexual, entre ellas el Sida.
Asimismo, a evitar los embarazos entre adolescentes, a dar atención médica integral a toda la población, todos estos compromisos adquiridos por México deben ser cumplidos y existen fechas muy claras en cuanto al porcentaje de cobertura. Al entregar los 67 millones de pesos a Televisa, el gobernador aseveró que su mayor preocupación eran los jóvenes. Esos mismos jóvenes que tanto le preocupan se están infectando cada día cada vez a edades más tempranas.
De acuerdo con el infectólogo Manuel Ramírez, a quien le tocó atender al primer caso de Sida que se registró en la entidad en l983, si en esos años el promedio de edad de alguien que resultaba afectado por el virus era entre la tercera y la cuarta época de su vida, en la actualidad se calcula que un buen porcentaje de quienes viven con el virus lo adquirieron al final de la adolescencia y al inicio de la juventud o adultez temprana. Es decir que estamos hablando de jóvenes en edades productivas, que si no son atendidos terminan siendo una carga para la familia y la sociedad.
Si de acuerdo con Patricia Campos López, directora del AIDS Healthcare Foundation, quien durante 11 años encabezó el Coesida, la mitad de las nuevas infecciones del VIH/Sida se ubican entre los jóvenes, es importante realizar campañas de prevención enfocadas a ese sector. Decirles a los jóvenes que se abstengan ya se ha probado en otros países que no funciona, por lo que es fundamental implementar campañas de prevención que incluyan, entre otras medidas, talleres de información y el reparto de condones.
El gobernador está muy equivocado si piensa que en las ferias del condón y otras actividades públicas sólo se regalan los condones cual si fueran caramelos. Todos los estands que se instalan con este fin, e incluso en las intervenciones que se realizan en escuelas y otros espacios públicos, las personas que los atienden tienen la capacidad para proporcionar información sobre las formas de evitar las infecciones de transmisión sexual, entre ellas el Sida, por lo que su “genial” idea de enviarlos por paquetería sólo muestra un total desconocimiento de la realidad que se vive.
Los jóvenes y adultos que se acercan a los módulos reciben información oral y escrita, se les aclaran temas y los condones en general se obsequian después de que respondieron alguna pregunta sobre el tema. La calidad de vida, según la Organización Mundial de la Salud, no es sólo la ausencia de enfermedad, incluye el bienestar físico y mental del ser humano, entonces es importante brindar información y herramientas que nos permitan estar bien y sentirnos bien. O usted, ¿cómo la ve?
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