Cuarta República
Germán Robles
24 de agosto de 2007
Las tropelías de la Universidad
“Si no hay presupuesto para la cultura entonces para que queremos ganar la guerra” W. Churchill.
Esta semana el grupo universidad, cacicazgo que domina desde 1989 a la U de G -Universidad de Guadalajara- estuvo muy activo, y puesto bajo la lupa de la prensa escrita, en particular la que si le hace crítica como la revista proceso.
“Si no hay presupuesto para la cultura entonces para que queremos ganar la guerra” W. Churchill.
Esta semana el grupo universidad, cacicazgo que domina desde 1989 a la U de G -Universidad de Guadalajara- estuvo muy activo, y puesto bajo la lupa de la prensa escrita, en particular la que si le hace crítica como la revista proceso.
Y es que su descarada opacidad pone de manifiesto varios negocios oscuros con barniz cultural, trapacerías para ganar mercado en la famosa “Calle 2” y una serie de contradicciones que generan sospechas.
El despilfarro y la disfrazada malversación del presupuesto público son opuestas a la inversión estrictamente educativa que Carlos Briseño Torres prometió en su programa que peroró durante la toma de protesta como nuevo Rec-tor. En tanto que, por otro lado los del grupo universidad aducen que no hay el presupuesto para hacer crecer la oferta educativa lo que impelió este año, sin más, que 50 mil jóvenes vieran frustradas sus aspiraciones a ingresar a la universidad y fueron literalmente echados a la calle.
Algunos jóvenes obligados a esperar, otros a asumir la crudeza de la realidad económica e ingresar de lleno al mercado laboral, -del que quizá los haga desertar de volver a pelear por una plaza-; y muchos más a engordar las arcas avarientas de las “universidades patito” desde luego, las “incorporadas a la U de G”; ¿pues dónde cree usted que está el negocio padillista de los rechazados?
Según citan diversas fuentes de investigadores, Proceso y la revista Ronda, existe una protección oficial a los negocios culturales, en el caso de la calle 2, se documenta que en el predio que se ubica entre las vialidades de Parres Arias y Periférico hay venta de bebidas alcohólicas sin restricción a menores, distribución de drogas, escándalo y perturbación del orden público; calles convertidas en antros, sin cumplimiento de las normas y solapados por inspectores del área de Inspección y Reglamentos del municipio de Zapopan quienes acuden cada fin de semana por su buena “mochada”.
Y es que las tácticas de gatilleros feggistas no se olvidan sólo que ahora se aplican en términos comerciales pues se denuncia la promoción de conciertos, bailes y cerveza dentro de las mismas aulas; algunos líderes estudiantiles cobran “comisión” por acarreo de estudiantes a la calle 2, al llamado popularmente cucebrio y a antros como centro Cabaret, Bicentenario, Historia Cantina, etcétera. Se incentiva también la competencia desleal y se amedrenta restaurantes- bares que signifiquen una competencia como el llamado bar Dorado. ¿Esa es la imagen cultural y la propuesta para satisfacer el alma y el espíritu según el jefe cuentachicles? Bah, por favor.
También sorprende que el padre de lo que no pocos consideran una mafia, el empresario, accionista y ex rector de la universidad Raúl Padilla, ha estado muy opinante contrario a su nueva costumbre de bajo perfil declarativo y alejado de los escándalos públicos desde que se enquistó como el comandante en jefe de más de una decena de empresas universitarias –entre ellas la FIL, el teatro Diana, la muestra de cine y su nueva joya de la corona, el auditorio metropolitano-; además de su empresa contratista del espectáculo “Espuma”.
En el marco de los adelantos de la FIL 2007, Raúl Padilla López otorga una entrevista a la reportera de la Jornada Jalisco Cecilia Durán; cosa extraña dado que el jefe Raúl casi no da entrevistas u opiniones tan generosas, procura mantenerse al margen y dejar que sus interlocutores hablen; empero, por tratarse de la feria del libro “su mayor orgullo” y de un diario afín al padillismo, se presume de una entrevista a modo. Y es que Raúl Padilla López pretende ser el próximo adalid de la cultura en Jalisco, impulsará la cultura prometida, será la panacea, “el principal elemento de satisfacción de los jaliscienses” (sic), ¡OH, sí, no sólo de pan vive el hombre, sino de la cultura comercial también”.
Raúl Padilla vertió su opinión sobre su “visión cultural” de la Guadalajara hecha imagen y maquillaje para subsistir, en un frívolo mundillo de los mejores guiones y “la mejor literatura” que prometen convertir a Guadalajara de una ciudad mocha, cerril y de bodegas teatrales -como el salón río nilo donde la muchedumbre baila al ritmo de la “banda”- para convertirse en la Florencia del siglo XXI. ¡Brillante visión maestro!, de esto tratare algunas líneas al final de este texto.
Pero antes, habría que establecer como casualmente la presentación anticipada del programa colombiano para la FIL, obedeció a una estrategia de control de daños ante las tropelías y opacidades denunciadas por distintos medios y en particular el semanario proceso esta semana; un lavado de imagen a destiempo. Y es que la Jornada Jalisco, en particular, esta empresa filial -de un prestigiado diario nacional de izquierda- ha destacado varias ocasiones, a poco más de un año de su apertura en la calle de Mexicaltzingo de Guadalajara por rentarle y enmendarle la plana- a veces completa- al grupo universidad, ya sea en la de ocho o la contraportada.
Los asuntos de la universidad son “del grupo” y pasados por noticia local de primer nivel, lo mismo para afilar machetes en el pavimento; promover o atacar, victimizar candidatos a la FEU, para lanzar mensajes cifrados al panismo estatal y dentro del grupo; para exigir mayor presupuesto a la federación, o para hacer un control de daños cuando los mensajes “no se leen bien” y pudiesen generar una división en la rectoría; sin obviar por supuesto, el inserto de gacetillas “culturales” disfrazadas de noticia cuando el Caín del mini sanedrín y de los hermanos Ramírez Ladewig celebra los eventos ya antes mencionados, la FIL, la muestra de cine, la cartelera del teatro Diana, etc. ¿Qué tal?
Lo anterior no es crítica al diario sin fundamento, en los medios, donde dominan los intereses de la burguesía, el periodismo no lo hace el diario sino quién lo publicita; el del grupo universidad es un poder fáctico apetecible, todos los diarios asumen un sesgo y tendencia basada en intereses económicos y de grupo; empero, para un diario al que se le exige un compromiso con las causas sociales, le resulta imperdonable la prelación noticiosa de tan impresentable grupo, “por su historia los conoceréis”. Una alerta amarilla al consejo editorial precedido por Carmen Lira Saade.
Estas fueron parte de las palabras del interlocutor Briseño cuando tomo protesta el primero de abril al frente de la universidad, “El compromiso claro e inequívoco de mi administración es que la Universidad de Guadalajara sea líder en transparencia y rendición de cuentas, por medio de la fiscalización externa y el pleno acceso a la información pública que los ciudadanos deseen conocer”. (Sic)
Nótese como el acento en el tema de la transparencia es marcado durante su discurso; pero es una simulación mediática, una falsedad; pues si se revisa en el portal de la universidad el área de transparencia nos encontramos con que la “caja de cristal” está parca, con agujeros, exigua en la información y por demás opaca. Es decir el tema de la transparencia es un tema político, que en el fondo no quiere ser tratado por el grupo universidad.
Por ello Briseño recalcó en su discurso el tema de la "transparencia" en la toma de protesta, el mensaje hacia adentro es claro: cuidado con los vicios ocultos; así cuando leyó el mamotreto que el mismo Raúl padilla produjo en su escritorio, al tomar protesta al resto de la administración orgánica fue muy enfático al “leer la cartilla”: “No habrá dato de la administración universitaria que esté fuera del acceso público. Si se me permite la metáfora, la Universidad de Guadalajara estará en una caja de cristal” (¡dixit!).
El despilfarro y la disfrazada malversación del presupuesto público son opuestas a la inversión estrictamente educativa que Carlos Briseño Torres prometió en su programa que peroró durante la toma de protesta como nuevo Rec-tor. En tanto que, por otro lado los del grupo universidad aducen que no hay el presupuesto para hacer crecer la oferta educativa lo que impelió este año, sin más, que 50 mil jóvenes vieran frustradas sus aspiraciones a ingresar a la universidad y fueron literalmente echados a la calle.
Algunos jóvenes obligados a esperar, otros a asumir la crudeza de la realidad económica e ingresar de lleno al mercado laboral, -del que quizá los haga desertar de volver a pelear por una plaza-; y muchos más a engordar las arcas avarientas de las “universidades patito” desde luego, las “incorporadas a la U de G”; ¿pues dónde cree usted que está el negocio padillista de los rechazados?
Según citan diversas fuentes de investigadores, Proceso y la revista Ronda, existe una protección oficial a los negocios culturales, en el caso de la calle 2, se documenta que en el predio que se ubica entre las vialidades de Parres Arias y Periférico hay venta de bebidas alcohólicas sin restricción a menores, distribución de drogas, escándalo y perturbación del orden público; calles convertidas en antros, sin cumplimiento de las normas y solapados por inspectores del área de Inspección y Reglamentos del municipio de Zapopan quienes acuden cada fin de semana por su buena “mochada”.
Y es que las tácticas de gatilleros feggistas no se olvidan sólo que ahora se aplican en términos comerciales pues se denuncia la promoción de conciertos, bailes y cerveza dentro de las mismas aulas; algunos líderes estudiantiles cobran “comisión” por acarreo de estudiantes a la calle 2, al llamado popularmente cucebrio y a antros como centro Cabaret, Bicentenario, Historia Cantina, etcétera. Se incentiva también la competencia desleal y se amedrenta restaurantes- bares que signifiquen una competencia como el llamado bar Dorado. ¿Esa es la imagen cultural y la propuesta para satisfacer el alma y el espíritu según el jefe cuentachicles? Bah, por favor.
También sorprende que el padre de lo que no pocos consideran una mafia, el empresario, accionista y ex rector de la universidad Raúl Padilla, ha estado muy opinante contrario a su nueva costumbre de bajo perfil declarativo y alejado de los escándalos públicos desde que se enquistó como el comandante en jefe de más de una decena de empresas universitarias –entre ellas la FIL, el teatro Diana, la muestra de cine y su nueva joya de la corona, el auditorio metropolitano-; además de su empresa contratista del espectáculo “Espuma”.
En el marco de los adelantos de la FIL 2007, Raúl Padilla López otorga una entrevista a la reportera de la Jornada Jalisco Cecilia Durán; cosa extraña dado que el jefe Raúl casi no da entrevistas u opiniones tan generosas, procura mantenerse al margen y dejar que sus interlocutores hablen; empero, por tratarse de la feria del libro “su mayor orgullo” y de un diario afín al padillismo, se presume de una entrevista a modo. Y es que Raúl Padilla López pretende ser el próximo adalid de la cultura en Jalisco, impulsará la cultura prometida, será la panacea, “el principal elemento de satisfacción de los jaliscienses” (sic), ¡OH, sí, no sólo de pan vive el hombre, sino de la cultura comercial también”.
Raúl Padilla vertió su opinión sobre su “visión cultural” de la Guadalajara hecha imagen y maquillaje para subsistir, en un frívolo mundillo de los mejores guiones y “la mejor literatura” que prometen convertir a Guadalajara de una ciudad mocha, cerril y de bodegas teatrales -como el salón río nilo donde la muchedumbre baila al ritmo de la “banda”- para convertirse en la Florencia del siglo XXI. ¡Brillante visión maestro!, de esto tratare algunas líneas al final de este texto.
Pero antes, habría que establecer como casualmente la presentación anticipada del programa colombiano para la FIL, obedeció a una estrategia de control de daños ante las tropelías y opacidades denunciadas por distintos medios y en particular el semanario proceso esta semana; un lavado de imagen a destiempo. Y es que la Jornada Jalisco, en particular, esta empresa filial -de un prestigiado diario nacional de izquierda- ha destacado varias ocasiones, a poco más de un año de su apertura en la calle de Mexicaltzingo de Guadalajara por rentarle y enmendarle la plana- a veces completa- al grupo universidad, ya sea en la de ocho o la contraportada.
Los asuntos de la universidad son “del grupo” y pasados por noticia local de primer nivel, lo mismo para afilar machetes en el pavimento; promover o atacar, victimizar candidatos a la FEU, para lanzar mensajes cifrados al panismo estatal y dentro del grupo; para exigir mayor presupuesto a la federación, o para hacer un control de daños cuando los mensajes “no se leen bien” y pudiesen generar una división en la rectoría; sin obviar por supuesto, el inserto de gacetillas “culturales” disfrazadas de noticia cuando el Caín del mini sanedrín y de los hermanos Ramírez Ladewig celebra los eventos ya antes mencionados, la FIL, la muestra de cine, la cartelera del teatro Diana, etc. ¿Qué tal?
Lo anterior no es crítica al diario sin fundamento, en los medios, donde dominan los intereses de la burguesía, el periodismo no lo hace el diario sino quién lo publicita; el del grupo universidad es un poder fáctico apetecible, todos los diarios asumen un sesgo y tendencia basada en intereses económicos y de grupo; empero, para un diario al que se le exige un compromiso con las causas sociales, le resulta imperdonable la prelación noticiosa de tan impresentable grupo, “por su historia los conoceréis”. Una alerta amarilla al consejo editorial precedido por Carmen Lira Saade.
Estas fueron parte de las palabras del interlocutor Briseño cuando tomo protesta el primero de abril al frente de la universidad, “El compromiso claro e inequívoco de mi administración es que la Universidad de Guadalajara sea líder en transparencia y rendición de cuentas, por medio de la fiscalización externa y el pleno acceso a la información pública que los ciudadanos deseen conocer”. (Sic)
Nótese como el acento en el tema de la transparencia es marcado durante su discurso; pero es una simulación mediática, una falsedad; pues si se revisa en el portal de la universidad el área de transparencia nos encontramos con que la “caja de cristal” está parca, con agujeros, exigua en la información y por demás opaca. Es decir el tema de la transparencia es un tema político, que en el fondo no quiere ser tratado por el grupo universidad.
Por ello Briseño recalcó en su discurso el tema de la "transparencia" en la toma de protesta, el mensaje hacia adentro es claro: cuidado con los vicios ocultos; así cuando leyó el mamotreto que el mismo Raúl padilla produjo en su escritorio, al tomar protesta al resto de la administración orgánica fue muy enfático al “leer la cartilla”: “No habrá dato de la administración universitaria que esté fuera del acceso público. Si se me permite la metáfora, la Universidad de Guadalajara estará en una caja de cristal” (¡dixit!).
Mienten otra vez, Briseño hace ahí énfasis porque sabe que por ahí le pueden pegar a la universidad; en todo caso el portal de la universidad, así como de la red de centros educativos tiene un enorme rezago en la información. Si el lector desea revisar un poco el incumplido discurso puede visitar este link http://www.comsoc.udg.mx/gaceta/paginas/477/477-6-13.pdf
Medios como proceso demandan cerrazón informativa, aún cuando por la vía de la Ley de Transparencia, fuera de “la caja de cristal” se solicita información, sobre los montos, vaya sobre la rentabilidad de la Calle 2, antes Zapo-pun (sic); el grupo Padilla sólo repara en respuestas burdas como: “No es viable dar a conocer el monto que se ha cobrado por concepto de renta en cada caso, pues esto conlleva revelar la estrategia comercial (…) tampoco se puede proporcionar el nombre de empresas con las que se hubiesen celebrado contratos de arrendamiento”.
Medios como proceso demandan cerrazón informativa, aún cuando por la vía de la Ley de Transparencia, fuera de “la caja de cristal” se solicita información, sobre los montos, vaya sobre la rentabilidad de la Calle 2, antes Zapo-pun (sic); el grupo Padilla sólo repara en respuestas burdas como: “No es viable dar a conocer el monto que se ha cobrado por concepto de renta en cada caso, pues esto conlleva revelar la estrategia comercial (…) tampoco se puede proporcionar el nombre de empresas con las que se hubiesen celebrado contratos de arrendamiento”.
Admite sólo que arrienda los predios, pero no aclara lo importante: la ganancia que ahí se produce, pues las empresas son suyas, sólo que manejadas por prestanombres, etc; fingen demencia en cuanto se les pregunta quién está detrás del Foro Alterno. De los otros subcontratos ni hablamos, entonces ¿cuál transparencia?
Ahora atendamos algunas citas o “perlas” que Raúl Padilla nos regala: “Es una ley que puede enriquecerse, (…) Creo que hay muchos aspectos que se deben revisar y ampliar, sobre todo el rubro que tiene que ver con una serie de instrumentos de carácter fiscal e incentivos para que la cultura en su más amplia expresión sea un mejor motor para el desarrollo del estado de Jalisco. También creo que es una alternativa que tenemos en esta región y en este estado de hacer de la cultura un motor de desarrollo, no solamente el principal elemento de satisfacción de los jaliscienses”. (Sic). En el papel se oye bien.
El mensaje es claro, el ex líder de la FEG lo quiere y va por todo; no hay negocios culturales redondos sino se adecua el marco jurídico para los “incentivos fiscales” es decir, la exención de impuestos, trato tributario preferencial, elusión, etc., vía la propia ley que el creó –cuando fue diputado en el 2000- por supuesto. Todo en pos del desarrollo, en una visión comercial y mecanicista de la cultura claro, según como la ve el grupo Padilla.
Y sigue: “Todas las ciudades dan servicio de electricidad, de drenaje, de recolección de basura, de alumbrado público, pero muy pocas dan servicio cultural, de acceso a las actividades culturales relacionadas con satisfacer el alma y el espíritu.” ¿Servicio cultural?; ¡eureka!, como servicio igual (=) a derecho, pues se habla de servicios públicos; ¿y quién va a pagar por ellos, usted señor Padilla?, ¿y qué con las colonias donde hay carencia elemental de servicios ahí también les promoverá la cultura como servicio? Sépase que esos servicios tienen un rango constitucional y son responsabilidad del municipio, no de la ciudad en sí misma, ni de ningún obnubilado por el poder.
Continua: “Vean ustedes del caso de la FIL, son nueve días de cultura en Guadalajara que generan arriba de 70 mil visitantes extranjeros, que llegan a hoteles, que consumen en restaurantes y que ocupan más a nuestros taxis. Vean lo que sucede con el (Teatro) Diana cuando hay un evento de clase mundial, genera flujo de visitantes, vean lo que sucederá con el Auditorio Metropolitano. Tan solo en el concierto de Plácido Domingo 35 por ciento de los que ya compraron boletos vienen de fuera".
Ahora atendamos algunas citas o “perlas” que Raúl Padilla nos regala: “Es una ley que puede enriquecerse, (…) Creo que hay muchos aspectos que se deben revisar y ampliar, sobre todo el rubro que tiene que ver con una serie de instrumentos de carácter fiscal e incentivos para que la cultura en su más amplia expresión sea un mejor motor para el desarrollo del estado de Jalisco. También creo que es una alternativa que tenemos en esta región y en este estado de hacer de la cultura un motor de desarrollo, no solamente el principal elemento de satisfacción de los jaliscienses”. (Sic). En el papel se oye bien.
El mensaje es claro, el ex líder de la FEG lo quiere y va por todo; no hay negocios culturales redondos sino se adecua el marco jurídico para los “incentivos fiscales” es decir, la exención de impuestos, trato tributario preferencial, elusión, etc., vía la propia ley que el creó –cuando fue diputado en el 2000- por supuesto. Todo en pos del desarrollo, en una visión comercial y mecanicista de la cultura claro, según como la ve el grupo Padilla.
Y sigue: “Todas las ciudades dan servicio de electricidad, de drenaje, de recolección de basura, de alumbrado público, pero muy pocas dan servicio cultural, de acceso a las actividades culturales relacionadas con satisfacer el alma y el espíritu.” ¿Servicio cultural?; ¡eureka!, como servicio igual (=) a derecho, pues se habla de servicios públicos; ¿y quién va a pagar por ellos, usted señor Padilla?, ¿y qué con las colonias donde hay carencia elemental de servicios ahí también les promoverá la cultura como servicio? Sépase que esos servicios tienen un rango constitucional y son responsabilidad del municipio, no de la ciudad en sí misma, ni de ningún obnubilado por el poder.
Continua: “Vean ustedes del caso de la FIL, son nueve días de cultura en Guadalajara que generan arriba de 70 mil visitantes extranjeros, que llegan a hoteles, que consumen en restaurantes y que ocupan más a nuestros taxis. Vean lo que sucede con el (Teatro) Diana cuando hay un evento de clase mundial, genera flujo de visitantes, vean lo que sucederá con el Auditorio Metropolitano. Tan solo en el concierto de Plácido Domingo 35 por ciento de los que ya compraron boletos vienen de fuera".
"Todo esto asociado a la cultura, (continua)... pero es necesario meterle incentivos a través de la ley para que los artistas tengan más apoyos y capital de riesgo. Aquí hay talento, historia, lo que se necesitan son instrumentos legales para dar apoyos y hacer de la cultura un motor de desarrollo”. (Sic) ¡OH sí, ¡vean!, ¡vean!, viva la FIL y la Diana, después de leer estas líneas nos conmueven las lágrimas y el aplomo narcisista de Raúl Padilla nos acerca a un orgasmo apoteósico!
Que asquerosa frivolidad; ahora el pópulo, según Padilla debe financiar los instrumentos legales, los “apoyos” para hacer de la cultura elitista un “motor de desarrollo”, si del sector terciario productivo, el de los servicios; el que nos hace taxistas y maleteros, recepcionistas y meseros ¡OH si muy afortunados, condenados a ser maquiladores de la cultura comercial y vivir de la imagen! Bravo.
Que asquerosa frivolidad; ahora el pópulo, según Padilla debe financiar los instrumentos legales, los “apoyos” para hacer de la cultura elitista un “motor de desarrollo”, si del sector terciario productivo, el de los servicios; el que nos hace taxistas y maleteros, recepcionistas y meseros ¡OH si muy afortunados, condenados a ser maquiladores de la cultura comercial y vivir de la imagen! Bravo.
Mejor transparenten y aclaren sus números, su cochinero, mejoren su credibilidad, aumenten la oferta y trabajen por y para los estudiantes que tanta falta hace.
::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Peje en 2007::
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