Pre-Plan Estatal de Desarrollo y participación ciudadana: ¿un Jalisco feliz en 2030?
Jornada Jalisco
El viernes pasado se celebró en Casa Jalisco la Primera Sesión Ordinaria del Comité de Planeación para el Desarrollo del Estado. Ahí se presentó un “pre plan” (en Jalisco han comenzado a ponerse de moda los “pres”, ya incluso hay un “pre-tren”) o “borrador” del Plan Estatal de Desarrollo (PED) 2030. Estuvieron presentes varios alcaldes del estado, el gobernador y representantes del Poder Judicial. Los diputados del Congreso local no acudieron: hicieron berrinche.
El “borrador” del PED 2030 tiene una introducción de Emilio González Márquez en la cual se argumenta que “se contó con activa participación de la sociedad”, pues “todos los jaliscienses, lideres [sic] políticos y sociales, empresarios, trabajadores, expertos en políticas públicas, investigadores, docentes, profesionistas, estudiantes, padres de familia, amas de casa, personas de la tercera edad, jóvenes y niños, tuvieron la oportunidad de expresar sus opiniones, problemas, diagnósticos y propuestas”. Ante esta afirmación tan categórica y totalizadora, valdría la pena preguntarse, ¿verdaderamente participó toda la ciudadanía en la elaboración del “pre-plan”?
El borrador del PED tiene muchos buenos propósitos y una mirada idílica del futuro, pues se aduce que si se acatan y respetan todos los lineamientos del pre-plan, Jalisco en 2030 será una verdadera potencia económica, con bienestar, confort, seguridad: todos viviendo contentos y felices. La visión que se expresa en el borrador del PED no pudo ser más bucólica ni futurista: “[En Jalisco] Se ha eliminado la pobreza extrema [en 2030] y todos sus habitantes tienen oportunidades de ingresos suficientes para una vida digna, con educación, salud, seguridad y vivienda en cada región de la entidad. La mayoría de las familias pertenecen a la clase media y conviven con alegría en un clima de respeto al medio ambiente, equidad y con alta participación ciudadana”.
El pre-plan del PED 2030 pone como un valor primordial la “participación ciudadana”; sin embargo, ésta, desgraciadamente, en la realidad actual de Jalisco, en lugar de ser fomentada y potenciada, es muchas veces intimidada y criminalizada. La participación ciudadana “buena”, “constructiva”, la bonita, la moderna y moderada, la bien peinada, la que no participa ni censura los excesos del poder, es bienvenida; en cambio, la participación ciudadana que se organiza, que critica al gobierno, que pone en tela de juicio las actividades superfluas y el manejo mediático que las administraciones panistas suelen darle a todo, ésa no es benéfica, es mala: debe ser acallada.
La democracia en México significa participación de la ciudadanía, pero no una intervención pequeña, mínima, ínfima, que significa ir a votar cada tres o seis años. ¡No!, la participación de la ciudadanía debe ser constante, cotidiana, llena de vitalidad y de organización; precisa ser crítica, bien informada, politizada, que salga a las calles a marchar cuando las circunstancias así lo ameriten. Hasta el momento, el gobierno de González Márquez ha alabado lisonjeramente la participación de la sociedad, pero no ha potenciado la organización de la misma, simple y llanamente porque no le conviene. Para que exista un verdadero maridaje entre la ciudadanía y el gobierno se precisa que la primera se organice y que sea crítica a las medidas que toman las autoridades.
El “pre-plan” del PED 2030 y la Gran Alianza, hasta el momento, son sólo buenos propósitos y sus resultados, una simple descripción de los problemas que aquejan a la población, problemas de todos conocidos. Lo que se precisa es concientizar a los jaliscienses, hacerlos verdaderos partícipes en la toma de decisiones. La participación de la sociedad no se restingue a una o dos organizaciones civiles o a una decena de académicos (las reuniones de la Gran Alianza muchas veces se llevan a cabo con cinco o seis personas: ¡viva la participación social!). La intervención ciudadana es de todos, ahí radica su riqueza, su complejidad y su peligrosidad para los gobiernos en turno (sean de cualquier partido político), porque, ¿qué gobierno quiere a un pueblo informado, educado y crítico? Si no se potencia la organización de la sociedad y su criticidad, todo quedará en buenos propósitos y en discursos huecos que alaban la participación ciudadana pero que, en los hechos, la tratan de erradicar por todos los medios posibles.
jorge_naredo@yahoo.com
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