Opinión - Juan Gomez Partida

Agora

Raúl Padilla, Leobardo Alcalá y El Chino López, en reunión ayer por la tarde Foto: TOMADA DE WWW.ELRESPETABLE.COM

De dinero, ostias y negros

En el gobierno estatal sabían desde la semana pasada lo que se veía venir con el tema del documento elaborado en el consulado gabacho de Guadalajara, el mismo donde supuestamente Emilio El Católico presumía ante los diplomáticos estadunidenses un ejército de 3 mil sacerdotes listos para hacer proselitismo a su favor, poco antes de su renuncia a la alcaldía en pos de la candidatura que lo llevó al puesto que hoy ocupa. Por eso la agenda de ayer del gobernador se fue desvaneciendo conforme se dieron cuenta que el cohetón estallaba y prefirieron guardarse hasta hoy en tanto las esquirlas terminaban de caer. Pero este martes Emilio tendrá que salir a dar capotazos al tema en su gira alteña por Arandas, donde tal vez espere una iluminación cristera para salir avante aprovechando que andará por sus terrenos.

No es un secreto que el gobernador va a descalificar el documento que le guardaron con tanto esmero durante más de dos años. Algunas inconsistencias en el reporte aparecido ayer en Público y un día antes en El Informador serán los asideros de su intento de defensa. La primera es el señalamiento de que el entonces alcalde suspirante dijo a la cónsul que tenía 3 mil sacerdotes listos para brigadear a su favor, una exageración de número difícil de creer en alguien como Emilio, quien conoce más la nómina de la Arquidiócesis que la del gobierno del Estado. La segunda es que Emilio asistió a la cita en el Consulado acompañado de Luis Reyes, a quien se señala como “jefe de su equipo”; nada más alejado de la realidad política de ese momento, cuando el hoy regidor de Guadalajara poca influencia tenía dentro de su grupo, como quedó demostrado tras la llegada de la nueva administración estatal a la que Reyes no fue invitado. Y la tercera, que se desprende del mismo documento en su parte final: “(El oficial que redactó el reporte) cree que sería impreciso tomar sus comentarios al pie de la letra”. Adicionalmente Emilio podría también recordar que durante su campaña no hubo señalamientos formales por proselitismo clerical a su favor.

Fuentes del gobierno estatal elaboran sus propias teorías respecto al autor del cohetón y sus motivos. A su estilo, comienzan a descartar: Arturo Zamora podría haber sido, pero su apego cardenalicio lo deja fuera de sospecha porque el abogado priísta le tiene un miedo muy evidente al infierno pregonado por San Juandoval Iñiguez y no osaría desatar la furia del príncipe de la Iglesia. La entonces cónsul Sandra Salmon tampoco está considerada porque nadie entre las huestes emilistas cree que la mujer republicana hubiera tenido algún interés en ponerle nopales en la espalda al gobernador peregrino, muy cercano a la ideología conservadora que ha prevalecido en los recientes años en el vecino país.

Y aunque las fuentes consultadas no quieren ahondar, si aquí seguimos el descarte hacia abajo en la lista de quienes estuvieron en esa reunión del 2005 que efectivamente sí existió. Y a esa reunión, además de Emilio y Sandra, acudió Kevin Richardson, el jefe de Servicios Consulares –no el ex de los Back Street Boys–, un afroamericano muy conocido de algunos políticos priístas y de no pocos periodistas locales precisamente por su puesto casi de publirrelacionista de los muchos intereses gabachos en la tierra del tequila.

Pero tratemos de no perder el foco en este tema. Acá reside en la posibilidad de una relación corporativista entre la Iglesia católica y el candidato del PAN a la gubernatura. De demostrarse, la violación ahora sí directita y sin baranda podría costarle el cargo a Emilio El Católico, y el donativo a San Juandoval Iñiguez, así amenace con la excomunión a cualquiera que dude en el nuevo dogma de la Arquidiócesis: no cuestionarás la macrolimosna. Por lo pronto, la indignación ciudadana continúa a la alza y esta semana dará mucho más de qué hablar.

Priístas sí, priístas no

Ayer, el rector priísta de la UdeG anduvo entre sí y entre no. Carlos Briseño primero minimizó la noticia del corporativismo político y económico entre su líder espiritual y su amigo el góber. “A mí no me constaría”, rebotó en El Salto. Antes, en el Trompo Mágico, reiteró que si buscará un puesto público al término de su rectorado porque todavía será joven y sexy, con muchos bríos para continuar ofreciendo sus conocimientos al pueblo jalisciense; y que si es cierto, el viernes estuvo en la estrenada de casa de su otrora candidato y hoy subalterno Arturo Zamora Jiménez, pero que si alguien quería saber lo que ahí se platicó pues que mejor esperaran un informe del Departamento de Estado de los gringos.

Y es que así andan los priístas en general. Por ejemplo, en la página de Internet www.elrespetable.com, diario electrónico tapatío del maese Bruno López, aparece foto y nota de la reunión-comida que ayer por la tarde tuvieron el ex gobernador Carlos Rivera Aceves, el jeque de jeques Raúl Padilla López y a la que cada uno llevó a sus gallos para buscar ocupar la dirigencia del RIP en Guadalajara, el exgobernador a Roberto López, y RPL al médico y regidor tapatío Leobardo Alcalá Padilla. Aparentemente el acuerdo fue que El Chino López se suba a su caballo y cabalgue en la hacienda guadalajareña con la suma de Alcalá Padilla, quien con el gesto lograría limpia la candidatura para la diputación federal del Distrito 11.


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