Páginas

::::

martes, abril 29, 2008

Opinión - Juan Alcala

Un piadoso lépero

De alta escuela · Helguera - La Jornada
Jornada Jalisco

Emilio es un intolerante y así lo demostró en el pasado “Banquete del Hambre” organizado por la Iglesia católica.

En este evento se vio claramente la actitud intransigente que tiene el gobernador hacia los demás, al “mentar madres” a diestra y siniestra contra quienes no estamos de acuerdo con el famoso donativo o macrolimosna para la construcción del santuario de los mártires; obra pía y majestuosa de “Don Juan” el cardenal, su gran aliado.

La efusividad con la que Emilio se dirigió a un selecto público, compuesto en su mayoría por sectores productivos y “gente bien” de nuestro estado, desató un malestar generalizado al utilizar un lenguaje digno de un cómico de poca monta.

Quiero pensar que para estructurar un discurso de esa manera, tuvo que haberse tomado alguna bebida espirituosa antes de subirse al estrado, porque de no ser así, coincido con los dirigentes del PRD y del PRI que debería buscar ayuda profesional que le permita curar sus aflicciones y así, establecer un mínimo de coherencia en lo que dice.

Un gobernante debe generar respeto, eso es lo mínimo a lo que puede aspirar para poder conducir los destinos de un estado, y sobre todo, en la situación vergonzosa en la que se encuentra Jalisco en muchos de los temas cruciales para el desarrollo de la entidad.

Jalisco ha perdido su liderazgo en muchas de las áreas que antes nos caracterizaban como uno de los principales estados del país. Hemos perdido el impulso debido a que los últimos gobiernos que hemos tenido se han preocupado más por el poder del gobierno y actúan como si la gente no existiéramos o no importásemos.

La derecha gobernante manipula y es fundamentalista. Emilio es uno de ellos y denigra a quienes no estamos de acuerdo con él, incluso es capaz de tergiversar la opinión contraria con los supuestos beneficios que realiza con dinero público, financiando obras piadosas. Cubre sus deficiencias como gobernante y paga sus culpas con el dinero de los jaliscienses para obtener el perdón divino.

Nuestro estado merece mejores hombres como gobernantes, y los tenemos. La gente tiene que despertar y darse cuenta que una decisión inducida por el miedo al momento de votar tiene consecuencias desastrosas para el futuro.

Emilio es gobernador gracias a eso, gracias al miedo que generó la campaña sucia contra Andrés Manuel López Obrador y contra Arturo Zamora, gracias a que el estado manipuló las elecciones para que Felipe Calderón ganara en el principal bastión del PAN en el país: Jalisco.

Emilio es gobernador porque en Jalisco el voto panista es fuerte, porque la sociedad es conservadora y cree en los principales valores del catolicismo. Emilio es gobernador porque los curas que tienen influencia entre la gente hicieron proselitismo en su favor, según el mismo dijo a la representación consular de Estados Unidos en Guadalajara. Ahora paga ese compromiso orgulloso y emocionado, dar dinero para fines religiosos es de presumirse, aunque vivamos en un Estado laico, aun en contra de los principios constitucionales del estado mexicano.

Emilio es gobernador porque la coyuntura nacional lo ayudó. La mayoría de los jaliscienses no votamos por él, que no se engañe solo. Tomando en cuenta los votos que obtuvieron los demás partidos, así como la tasa de abstencionismo, queda demostrado que la mayor parte de los jaliscienses no sufragó por Emilio como el mismo afirma en su balbuceo discursivo.

Emilio debe tomar su responsabilidad como gobernador y dejar de dividir a la ciudadanía, incluyendo a su partido, como si estuviera en una cruzada divina y fuera el “elegido”. Gobernar para todos debe ser su compromiso. Si tanto le afectan las libertades que por ley tenemos como ciudadanos de pensar y expresar nuestras ideas, entonces quiere decir que no está preparado para ser gobernante.

Ser gobernante pareciera fácil pero no lo es. Dicen que el poder marea hasta al más preparado para tenerlo, en este caso, la presión del encargo es tan fuerte para Emilio que le está generando problemas de actitud contra sus gobernados y un fuerte odio contra quienes no tienen el mismo punto de vista que él.

La política es pluralidad y como tal los gobernantes tienen que tener el valor de soportar la crítica y tomar con objetividad los puntos de vista de quienes difieren en su visión de las cosas, para partir a una reflexión seria que fortalezca una visión global del estado conforme a las prioridades que se tienen que cubrir.

Una disculpa no es suficiente. Con la “cruda” del día siguiente no le quedaba más que la humildad. Al final, en el estado que andaba Emilio, según se percibe en los videos de su discurso, salió su verdadero “yo” tal como es: un piadoso lépero.

Ojalá la ciudadanía no reste la importancia que tienen este tipo de hechos y se percaten del valor que tiene tomar una decisión equivocada al momento de votar. El que respeto ofrece, respeto merece.

No hay comentarios.:

radioamloTV