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miércoles, septiembre 05, 2007

Opinión. Germán Robles

Cuarta República
Germán Robles
05 de septiembre de 2007

Auditorio Telmex: monumento a la infamia. / II Y ÚLTIMA

A Raúl Padilla y directivos que le secundan se les llena la boca de expresiones protagónicas, de arrogancia y de auto encomio excesivo; la modestia no es su fuerte. Insisten en que el manejo de los dineros o presupuesto universitario son "operaciones legítimas" en función de que se toma ejemplo de lo que sucede en muchos países, fieles a la retórica neoliberal de importar fórmulas economicas como recetas de cocina que se adaptan a cualquier país; según ellos hacen la labor que el gobierno del estado ha dejado de hacer con la cultura. Recordemos que la U de G es un organismo público decentralizado (OPD) y que la autonomía no es vía libre para la impunidad y fueros por encima de la ley general de la república.


Cuando el mismo cuentacanicas y su grupo amenazaban a Emilio González con restregarles movilizaciones “estudiantiles” en marzo de este año si este se empecinaba en auditar desde un órgano político -como el congreso del estado- a la universidad, en los mismos días en un simposium del IFAI (instituto federal de acceso a la información) en Veracruz, un grupo de expertos criticaban la opacidad de la universidad de Guadalajara y su renuencia a transparentar sus operaciones; incluso también se hacía un llamado (ingenuo) atento al gobierno del estado a actuar en virtud de que la universidad es la segunda más grande del país y la primera en recibir el orden del más del 50% de recursos públicos del estado por encima de la federación.

Es ridícula la maniobra mediática de decir que “se le da prioridad a la docencia” pero no se puede dejar de invertir en la promoción de “la cultura”. Ni una cosa ni otra. Más de 50, 000 rechazados del último calendario, quienes en lugar de organizarse y marchar por sus derechos son persuadidos a ingresar a las escuelas “patito” o esperar. La calidad educativa aún tiene saldos pendientes y la inversión es apremiante; es evidente como el anterior método crítico del conocimiento fue sustituido por el neopositivismo y la educación pública por y para todos, por estacionamientos clasistas - en los campus universitarios de la U de G- repletos de autos del año, lo que muestra una tendencia selectiva del alumnado y la distinción económica de campus tales como el CUCEA en los poderosos terrenos de los Belenes donados por el ex gobernador Juan Gil Preciado (1959-1964) y que son propiedad de la Universidad y que hoy improvisan antros en la llamada "calle 2" que ante las críticas, Carlos Briseño (léase Raúl Padilla) ha decido paliar las pillerías contratando seguridad privada en particular para el nucleo educativo Belenes.


Carlos Briseño al ser cuestionado por la obra del "auditorio Slim" quiere salir al paso argumentando que la inversión fue tripartita, entre federación, estado y la tercera parte de la universidad (sic). Son recursos públicos y malversados, san se acabó; y no se pueden desagregar para eludir responsabilidad, ni justificar obras comerciales, en virtud de que el plan rector del destino de los recursos es responsabilidad de la universidad pues goza de autonomía; el meollo del asunto es que la esfera de la autonomía universitaria es el medio para la aplicación discrecional de los recursos; y eso ha sido sinónimo de malversación presupuestal e impunidad, de ahí que el año pasado se aprobó una reforma a la ley orgánica a la U de G a fin de que las modificaciones a la ley (idem) sólo puedan darse con el voto de mayoría calificada, es decir, dos terceras partes de los diputados locales. Un regalo del panismo a la casa de estudios y su grupúsculo de poder.


Esto le garantiza vía libre en el ejercicio presupuestal a Raúl Padilla López a un sólo hombre dado que tienen el control político de todas las empresas y la red universitaria; ese si es poder, no migajas. Así que no hay ley o política de estado que valga ante la caprichosa voluntad de un sólo hombre; máxime cuando el gobierno de Emilio Gonzalez ha mostrado un gran encomio por pactar con el grupo universidad a cambio de favores políticos y de contención de la crítica; tenemos como muestra la cesión este año de parte de la reserva de Manantlán con fines de "investigación" - mil 245 hectáreas- a la universidad, de la que se presume tiene nexos con la trasnacional Monsanto empresa que arrastra denuncias internacionales por biopiratería.

El auditorio Slim-Padilla no es del todo cultural, porque lo que la industria parauniversitaria atrae es el espectáculo; miente Raúl Padilla al decir que se solicitan cambios a la ley de promoción cultural (que el promovió cuando fue diputado local) porque se requieren los “apoyos e incentivos para los artistas”; empero si hurgamos esta solicitud eufemística toparemos con que la intención real es tener exenciones y trato fiscal preferencial para hacer más rentable los negocios de espectáculo comercial privados de este grupo. ¿Porqué? Porque la mayoría de los eventos son para promover figuras del espectáculo banal, lo de “ballet y operas” son sólo un aderezo para ocultar los fines verdaderos comerciales.

Las producciones y artistas locales son segregados, los beneficios motivan sólo empleo temporal y mal pagado por empresas del out sourcing que disfrazan la injusticia laboral de millones en taxistas, meseros, maleteros, et. al., quienes pertenecen al sector productivo terciario; los espectáculos que se han llevado en el teatro Diana y lo que se ha programado en el auditorio Slim, no son, por mucho parte de la expresión popular y autóctona de la entidad; sólo hay que revisar la cartelera venidera y encontrarán grupos de pop y rock de la cultura de plástico.

Y que decir de los precios “populares” en taquilla que afín de albergar a los pobres de esta ciudad que subsisten con menos de dos dólares al día se requería construir en dicho auditorio un galerón para que aquellos pudieran “ver” los espectáculos a una distancia de línea isóptica de 100 mts pues con su apretado o roto bolsillo no les alcanza para comer, ni se diga para una butaca desde gayola a los poco más de 40 metros de distancia que se presume puede estar el último espectador en el auditorio Slim.

Antes, en la época colonial en Guadalajara, a los indios y jodidos se les mandaba a la plaza de toros al otro lado de la calzada, ahora se les impele al salón río nilo o a Sta. María Tequepexpan, las cosas no cambian. Pero no, los pobres no están en los planes de la grandilocuente visión cultural de Raúl Padilla, el show no es para su degustación “espiritual” sino más bien para estar bajo el plan de la maquila y su tutela.


Opacidad en la información del auditorio.

El acceder a la información pública a través del portal de transparencia de la universidad, la autonombrada “caja de cristal” es sólo materia de periodistas, políticos y académicos, pero para el ciudadano de a pie es como ponerse entre la espada de Damocles; la información que se encuentra directamente en el sitio tiene muchas deficiencias, genera más dudas que respuestas; y quién preside todos estas empresas de facto y es el mandamás de la U de G desde 1989, no tiene ningún registro patrimonial ni de ingresos en el sitio, sólo los hay de su amo de llaves Briseño para abajo. ¿casualidad?

El sitio web no supera las 4 mil visitas, y si se requiere información más específica como cheques, contratos, recibos de nómina, etc; se exige llenar un formulario donde el solicitante conste sólo nombre y apellido paterno nada más; con la salvedad de que pide la CURP, domicilio y casi el acta de defunción; es decir lo que debería estar garantizado como uun derecho se vuelve un despropósito, una herramienta disuasiva.

Si se remite el usuario al ITEI la cosa no mejora mucho; cabe señalar que su web de “transparencia” apenas supera las 7 mil visitas en un estado cuya población es de casi 7 millones de habitantes, si nos dirigimos al auxilio federal (IFAI) sólo nos remiten de nuevo al ITEI por cuestiones de jurisdicción, ¿ estos son los tiempos de la transparencia?.

La complicidad.

Las opiniones y notas de lo que sucedió en la mojiganga “cultural” dan fé de que en el recinto los espectadores al escuchar la expresión “ahora el auditorio se llamará Telmex” se dividieron entre rechiflas, aplausos y abucheos; que bueno que se hayan manifestado, pero lo mejor aún hubiese sido que los "quejosos" no hayan comprado boleto ni pisado el lugar, por un mínimo de dignidad y coherencia. Todos los días nos encontramos en los editoriales de la prensa donde se asumen como ayatolás impolutos de la vida pública denunciando sólo la corrupción de arriba, pero no juzgamos nuestro actuar en los matices de nuestra cotidianeidad social más simples, asistir al auditorio Slim en este caso, es fomentar y solapar la perversión de la cultura, del embolsamiento privado de recursos, so pena de denigrar a la máxima casa de estudios; el sólo abuchear no ayuda de nada, es más, es motivo de repugnancia.

El Beneficio y la engañifa.

La edificación del auditorio Telmex nos confirma una vez más la manera en como trabajan los impuestos y los beneficiarios reales; con presupuesto público y de la universidad se construyen obras comerciales de relumbrón y una vez maquiladas se alquilan parte de los beneficios económicos como derechos de marketing, nombres, dominios de marcas, etc; todo a expensas de la universidad y el grupo Carso ni mete las manos, sólo pone su rúbrica, más 10 millones de USD -que quién sabe como se determinaron- y por 22 años recibirán los beneficios publicitarios. ¿Qué tal?

Ya lo dijo el mismo Raúl Padilla cuando sentenció la gala sabatina levantandose el cuello: “Hoy la UdeG entrega este foro, es un paso más en la tarea de extender la cultura, una firme herramienta para forjar un mejor país”. Lo que se extiende es la miseria en México, la falta de oferta educativa y lo que se forja es la cada vez mayor hinchazón de los bolsillos de unos cuantos con esta industria; y sí, lo cierto es que la U de G no recibe sino que cede, entrega, y otorga a los cada vez más poderosos. Una infamia. Quizá para muchos la industria parauniversitaria no sea un negocio privado hecho con recursos públicos; pero eso si, como se le parece.



roblesg2@gmail.com


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