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jueves, agosto 09, 2007

Medina Mora

jorge carrasco araizaga

México, D.F., 3 de agosto (apro).- El procurador Eduardo Medina Mora se ha convertido en uno de los funcionarios más vulnerables con el escándalo de Zhenli Ye Gon. Desde hace días crecen las versiones, tanto en México como en Estados Unidos, sobre su posible salida de la Procuraduría General de la República (PGR).

Incluso, hay quienes se alistan para ocupar el cargo de quien ha sido señalado como una de las autoridades que omitieron investigar y advertir no sólo sobre las actividades del ciudadano mexicano de origen chino y su relación con las aduanas, sino que dejaron pasar el proceso de su naturalización.

Entre los más activos para controlar la PGR se encuentra el grupo que encabeza el coordinador del PRI en el Senado, Manlio Fabio Beltrones.

El senador priista no es ajeno a los asuntos de seguridad y justicia, pues además de haber sido gobernador de Sonora se formó al lado del exdirector de la desparecida Dirección Federal de Seguridad (DFS), Fernando Gutiérrez Barrios, el hombre de la policía política en México fallecido en 2000.

Uno de sus cercanos es el exdirector de Interpol en México, Juan Miguel Ponce Edmonson, quien se apresta a regresar a la PGR ante una eventual salida de Medina Mora.

Actual funcionario de la embajada de México en Uruguay, Ponce Edmonson tuvo la representación de la policía internacional en el país durante el sexenio de Ernesto Zedillo. Y a pesar de la distancia geográfica y temporal, se mantiene como uno de los hombres más informados sobre la delincuencia en México, en especial sobre las operaciones internacionales de los narcotraficantes mexicanos.

Fue en ese sexenio (1994-2000) cuando el PAN empezó a ocupar posiciones de poder a nivel federal. En un arreglo político con quien había sido su contrincante en la elección presidencial, Diego Fernández, Zedillo designo como titular de la PGR a Antonio Lozano Gracia, cuyo periodo ha sido uno de los más desastrosos de la procuraduría, pero quien se encargó del trabajo sucio para encarcelar a Raúl Salinas de Gortari.

Una década después, la historia se repetiría pero con el PRI y el PAN en papeles contrarios, si Felipe Calderón invita a su gobierno a un priista para la PGR. De ser el obligado a conceder en 1994, el PRI pasaría a darle fuerza política a un gobierno con serios problemas de gobernabilidad, profundizados con la cada vez más descubierta red de protección oficial que recibió Ye Gon en el gobierno pasado y en el que Medina Mora fue uno de los hombres más informados.

Herencia del gobierno de Fox, Medina Mora llegó a la PGR por la interlocución que logró con Estados Unidos en sus cargos de director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y de secretario de Seguridad Pública federal (SSP).

Distintas instancias del gobierno estadunidense han tenido en el actual procurador a uno de sus principales informantes. Con la llegada de Medina Mora al Cisen se dio un flujo amplio de información de México hacia Estados Unidos. Fue un hecho sin precedentes reconocido por los estadunidenses.

Medina Mora llegó al Cisen de la mano de Santiago Creel. El entonces secretario de Gobernación y actual coordinador del PAN en el Senado aparece como otro de los presuntos involucrados en el escándalo Ye Gon. De acuerdo con la norma, la naturalización del ciudadano mexicano de origen chino sólo era posible mediante una opinión de la secretaría que ocupaba Creel.

Esa opinión pasaba tanto por el Cisen –Medina Mora– y el Instituto Nacional de Migración INM), cuya titular era otra persona cercana de Creel, la publirrelacionista de formación internacionalista Magdalena Carral.

La aparente omisión de Medina Mora no sólo tiene que ver con la naturalización de Ye Gon, sino con sus “actividades empresariales”. Como director del Cisen era uno de los funcionarios que tenía la responsabilidad de alertar sobre la amenaza que representaba la masiva importación de pseudoefedrina que realizó el ciudadano mexicano de origen chino.

La importación, por cierto, le fue advertida al gobierno pasado por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), organismo adscrito a la ONU y cuya representante de México en el sexenio pasado fue María Elena Medina Mora.

Sobre el procurador pende, además, la amenaza de un grave señalamiento por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) por las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante los conflictos sociales de San Mateo Atenco y Oaxaca, el año pasado. En ese momento, era secretario de Seguridad Pública y, como tal, era responsable de la Policía Federal Preventiva (PFP).

En esa condición de vulnerabilidad de Medina Mora, a Calderón se le abre una ventana para empezar a distanciarse de Fox, a menos de que, en lealtad por haberlo hecho presidente, mantenga intactas las redes de protección de que gozó Ye Gon en el gobierno pasado.

jcarrasco@proceso.com.mx

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