23/04/2009 18:32 (-6 GTM)
MEXICO, D.F. / EL UNIVERSAL - Ante las cientos de personas que hacían fila en la glorieta del Metro Insurgentes para recibir un libro de la biblioteca de Paco Ignacio Taibo, Maricarmen, la viuda del escritor y periodista, expresó: “Hombre, esto me dice que hay mucha gente que quiere leer, pero que no puede hacerlo por el costo de los libros. Los libros valen una fortuna y a la gente no le alcanza, uno que te interesa vale 350 pesos”.
Pasadas las 13:00 horas de hoy –jueves-, Maricarmen llegó a la glorieta donde, desde las 11 de la mañana su hijo Paco Ignacio, su nieta Marina, así como su nuera y promotora de la lectura Paloma Sáiz, entre otros Taibo, recibían a los miles que esperaban llevarse un ejemplar, intercambiar otro o escuchar una lectura, en el marco de la celebración del Día del Libro.
Aunque los libros de la biblioteca Taibo tardaron en llegar, desde las ocho de la mañana ya había filas de gente en la glorieta de Insurgentes.
Muchos formados buscaban llevarse uno de los títulos que alguna vez formaron parte de la biblioteca del escritor fallecido en noviembre del año pasado. La familia acordó conservar alrededor de 400 libros; una parte se distribuyó entre los hijos, el hermano y las nietas; a la Cineteca Nacional se le entregaron aproximadamente dos mil títulos relacionados con el cine; los de gastronomía se vendieron a un club de gastrónomos; los de poesía se donaron a la Casa del Poeta y los de España se entregaron a la Biblioteca del Ateneo Republicano.
Las enciclopedias y libros de consulta fueron a parar a los libroclubes. Quedaron 71 cajas que hoy pasaron a nuevos dueños. La colección era tan grande que, decía Maricarmen, era mayor la mudanza de libros que la de la propia casa.
El anuncio de que la familia había decidido donar la biblioteca atrajo a gente de todas partes de la ciudad e incluso del estado de México, como Cristina, quien vino desde Tlapacoya, expresamente, por un libro de los Taibo. Al final salió con dos regalos: el título “Vida y pensamiento” de Juan Valera y el autógrafo de Taibo II, autor del libro que casualmente ahora lee: “PanchoVilla. Una biografía narrativa” —un regalo de sus hijos, sabedores de cuánto le gusta a ella la lectura.
Con un paliacate azul en la cabeza y puesta en primera fila para entregar libros, la fotógrafa Marina Taibo, hija de Paco y Paloma, comentó “estoy feliz, se me han salido las lágrimas desde el minuto uno. Fue como regalar a mi abuelo en cachitos a todo el mundo. A ver ahora: ¡Que me cuenten que no leemos! En tiempos de crisis y de desempleo ¿en qué pasas tu tiempo si no leyendo? Necesitas que la ciudad te dé cosas. Lo que les digo a todos es que ya que tienen un libro de la biblioteca Taibo, que lo lean y lo rolen”. Y en su bolsa, Marina se guardó un recuerdo de los libros de su abuelo: el manual de cómo usar la computadora —aunque él nunca cambió la máquina de escribir.
“Es muy emocionante —describió Paco Ignacio Taibo II—. El corazón se me hizo chiquito, se me engarruñó de ver a la gente que decía ‘Yo quiero algo de filosofía para mí’ o ‘Dame el de poesía’. Había un motín, un verdadero motín”.
Taibo II, personalmente, entregó muchos de los libros y organizó a la gente que a veces se atropellaba en las diversas filas para buscar libros. “A mi padre le hubiera encantado estar aquí, estaría en su silla de ruedas y lo escucharía diciendo: ‘Mira a ese barbudo no le regales Dostoievski porque no le va a gustar’”.
Estudiantes, amas de casa, ingenieros, niños y más de uno que “pasaba por aquí” se dejó ir a la formación.
A Mónica fue su madre quien la animó a ir: “Me dijo ayer que había uno de estos eventos de lectura y, sobre todo, de la oferta de libros de la biblioteca de Taibo que están regalando”.
Al preguntarle qué ha leído de los Taibo, dijo: “Realmente nunca supe nada, sólo que hay un cuate que es el primero y otro que es su hijo”.
“Paco Ignacio Taibo fue un señor enorme y su hijo es otro señorón de nuestra literatura. Están donando los libros y es fabuloso, es enorme todo este acervo cultural. Me gustó mucho esto, estuve muchos años fuera del país y me gusta que se realicen estos eventos para que nuestra gente despierte”, dijo Raymundo Hernández Juárez.
Paloma Saíz, quien además es la coordinadora de Fomento a la Lectura en la Secretaría de Cultura del gobierno del Distrito Federal, dijo que fueron entre cuatro y cinco mil los libros donados por los Taibo, pero que en suma hubo entre ocho mil o 10 mil libros donados por editoriales como Jus, por la propia Secretaría de Cultura y por escritores.
Dos Gatos Cultos, la célebre caricatura de Paco Ignacio Taibo que comenzó a publicar en EL UNIVERSAL, expuestos entre las filas se sumaban con su voz: “Las olas de optimismo nos ahogan a todos” y “De mejores antologías me han corrido”.
El Universal
Pasadas las 13:00 horas de hoy –jueves-, Maricarmen llegó a la glorieta donde, desde las 11 de la mañana su hijo Paco Ignacio, su nieta Marina, así como su nuera y promotora de la lectura Paloma Sáiz, entre otros Taibo, recibían a los miles que esperaban llevarse un ejemplar, intercambiar otro o escuchar una lectura, en el marco de la celebración del Día del Libro.
Aunque los libros de la biblioteca Taibo tardaron en llegar, desde las ocho de la mañana ya había filas de gente en la glorieta de Insurgentes.
Muchos formados buscaban llevarse uno de los títulos que alguna vez formaron parte de la biblioteca del escritor fallecido en noviembre del año pasado. La familia acordó conservar alrededor de 400 libros; una parte se distribuyó entre los hijos, el hermano y las nietas; a la Cineteca Nacional se le entregaron aproximadamente dos mil títulos relacionados con el cine; los de gastronomía se vendieron a un club de gastrónomos; los de poesía se donaron a la Casa del Poeta y los de España se entregaron a la Biblioteca del Ateneo Republicano.
Las enciclopedias y libros de consulta fueron a parar a los libroclubes. Quedaron 71 cajas que hoy pasaron a nuevos dueños. La colección era tan grande que, decía Maricarmen, era mayor la mudanza de libros que la de la propia casa.
El anuncio de que la familia había decidido donar la biblioteca atrajo a gente de todas partes de la ciudad e incluso del estado de México, como Cristina, quien vino desde Tlapacoya, expresamente, por un libro de los Taibo. Al final salió con dos regalos: el título “Vida y pensamiento” de Juan Valera y el autógrafo de Taibo II, autor del libro que casualmente ahora lee: “PanchoVilla. Una biografía narrativa” —un regalo de sus hijos, sabedores de cuánto le gusta a ella la lectura.
Con un paliacate azul en la cabeza y puesta en primera fila para entregar libros, la fotógrafa Marina Taibo, hija de Paco y Paloma, comentó “estoy feliz, se me han salido las lágrimas desde el minuto uno. Fue como regalar a mi abuelo en cachitos a todo el mundo. A ver ahora: ¡Que me cuenten que no leemos! En tiempos de crisis y de desempleo ¿en qué pasas tu tiempo si no leyendo? Necesitas que la ciudad te dé cosas. Lo que les digo a todos es que ya que tienen un libro de la biblioteca Taibo, que lo lean y lo rolen”. Y en su bolsa, Marina se guardó un recuerdo de los libros de su abuelo: el manual de cómo usar la computadora —aunque él nunca cambió la máquina de escribir.
“Es muy emocionante —describió Paco Ignacio Taibo II—. El corazón se me hizo chiquito, se me engarruñó de ver a la gente que decía ‘Yo quiero algo de filosofía para mí’ o ‘Dame el de poesía’. Había un motín, un verdadero motín”.
Taibo II, personalmente, entregó muchos de los libros y organizó a la gente que a veces se atropellaba en las diversas filas para buscar libros. “A mi padre le hubiera encantado estar aquí, estaría en su silla de ruedas y lo escucharía diciendo: ‘Mira a ese barbudo no le regales Dostoievski porque no le va a gustar’”.
Estudiantes, amas de casa, ingenieros, niños y más de uno que “pasaba por aquí” se dejó ir a la formación.
A Mónica fue su madre quien la animó a ir: “Me dijo ayer que había uno de estos eventos de lectura y, sobre todo, de la oferta de libros de la biblioteca de Taibo que están regalando”.
Al preguntarle qué ha leído de los Taibo, dijo: “Realmente nunca supe nada, sólo que hay un cuate que es el primero y otro que es su hijo”.
“Paco Ignacio Taibo fue un señor enorme y su hijo es otro señorón de nuestra literatura. Están donando los libros y es fabuloso, es enorme todo este acervo cultural. Me gustó mucho esto, estuve muchos años fuera del país y me gusta que se realicen estos eventos para que nuestra gente despierte”, dijo Raymundo Hernández Juárez.
Paloma Saíz, quien además es la coordinadora de Fomento a la Lectura en la Secretaría de Cultura del gobierno del Distrito Federal, dijo que fueron entre cuatro y cinco mil los libros donados por los Taibo, pero que en suma hubo entre ocho mil o 10 mil libros donados por editoriales como Jus, por la propia Secretaría de Cultura y por escritores.
Dos Gatos Cultos, la célebre caricatura de Paco Ignacio Taibo que comenzó a publicar en EL UNIVERSAL, expuestos entre las filas se sumaban con su voz: “Las olas de optimismo nos ahogan a todos” y “De mejores antologías me han corrido”.
El Universal
::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2009::
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