María del Rayo Calderón
Miércoles, 2 Julio, 2008
Público
El gobierno de México ha mantenido un discurso hipócrita en relación al cuidado de sus aguas, por un lado reconoce la importancia del recurso hídrico en términos socioambientales y de sustentabilidad y por otro, lo abandona dentro de una agenda gubernamental cuya prioridad son otros temas de la vida nacional.
La Cuenca Lerma-Chapala-Santiago se ha convertido en un acuífero eminentemente urbano, 77 por ciento de sus descargas se generan en las ciudades, tiene una superficie de 51,887 kilómetros, concentra 20 por ciento del comercio y 33 por ciento de la producción industrial nacional. Presenta problemas graves derivados de la baja disponibilidad del agua, la demanda de agua ha superado la oferta y su fuerte contaminación pone en riesgo su viabilidad y la salud de las poblaciones asentadas en sus márgenes.
Algo quedó claro el pasado viernes 20 de junio en el Primer Foro Nacional rumbo al Saneamiento de la Cuenca Lerma-Chapala-Santiago convocado por la Cámara de Diputados, el asunto de la recuperación de los acuíferos es demagogia.
Funcionarios de la Semarnat encabezados por la ingeniera Sandra Denisse Herra Flores, subsecretaria de Fomento y Normatividad Ambiental y por el ingeniero Raúl Antonio Iglesias, gerente regional de Conagua, que recitaban como de memoria una larga lista de programas y proyectos implementados para recuperar la cuenca que misteriosamente no han funcionado, Alberto Guitrón Reyes, subcoordinador de Hidrología y Mecánica de Ríos del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) admitiendo la falta de investigación en materia de sedimentos de orden tóxico en los lechos de los afluentes, los científicos agrupados desde 2005 en la Red Lerma, reclamando la falta de visión estratégica y de articulación interinstitucional e intersectorial y desde luego la gente de la Comisión Estatal del Agua de Jalisco, encabezada por César Coll, dando pena ajena, en su papel de “yo no escucho”, “no veo”, “no existo”.
Lo más rescatable fue la participación de tres académicos: Raquel Gutiérrez Nájera, del Instituto de Derecho Ambiental, Rodrigo Flores del ITESO y de Cindy MacCuligh del Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario, que concluyeron que el asunto de la recuperación de la cuenca más importante de México no podrá darse sin por lo menos estos elementos: voluntad política, que se refleje en los recursos económicos necesarios y suficientes para la gran labor infraestructural de saneamiento, una vigorosa reforma a las normas de tipificación y descarga, (hoy altamente permisivas) una estrategia bioregional en la conservación y preservación del ecosistema hídrico y el reconocimiento de la ciudadanía como elemento fundamental dentro de un plan estratégico de acción.
Por cierto la reunión en el Senado para el caso del río Santiago fue suspendida, los senadores quieren establecer una mesa de trabajo con los titulares de Cofepris, Conagua, Profepa y Semarnat y estos quieren mandar a sus representantes, ojalá por la urgencia del tema, pronto se pongan de acuerdo.
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