El caos según González Márquez
jorge_naredo@yahoo.com
Vivimos en el caos. Sí señor, nuestro gobernador –que, se supone, debe gobernar y tratar de solucionar los conflictos de la comunidad– nos ha dado una cátedra: en algún momento de nuestra historia aún no identificado, Jalisco pasó de ser un paraíso y se convirtió, raudo y veloz, en desorden, confusión: la desorganización en pleno, en fin, quedó a un pasito de la temida anarquía. Emilio González Márquez fue claro: “¿En qué momento aceptamos que nuestra ciudad fuera una caos?, ¿en qué momento decidimos rellenar presas para construir viviendas?, ¿en qué momento decidimos acortar los cauces de los arroyos y los canales para lucrar con la necesidad del pueblo de tener una casa?, ¿en qué momento no nos importó que el patrimonio de la gente, de los que menos tienen, se convirtiera en un riesgo y en su principal preocupación?” Sí, González Márquez se ha convertido en un catedrático de filosofía de la historia.
El gobernador reconoce: “no hay duda, en algún momento, en algún sector de nuestra sociedad perdimos el rumbo”. Vaya, ¡qué dechado de sinceridad! Sin embargo, la cuestión ahora no es encontrar el momento exacto de la “pérdida de rumbo”. Ésa no es la labor del gobernador. Se supone que González Márquez fue votado por los ciudadanos para buscar soluciones, para hacer de Jalisco una entidad con más calidad de vida. Pero el mandatario, en lugar trabajar para mejorar la situación actual de los jaliscienses, se dedica a dar clases de moral, ética e historia.
Resulta paradójico que un gobierno que carece de visión y de eficacia, se pregunte, “¿en qué momento nos ganó la ambición o la falta de planeación, o la falta de visión o compromisos de otra naturaleza?” Sí, el mandatario obnubilado por el poder, que ha desviado a Televisa más de 60 millones de pesos para ser precandidato a la presidencia de
Para González Márquez los culpables somos todos: la historia, nuestro pasado y nuestro presente. Pero no encuentra culpables con nombre, culpables de carne y hueso, culpables de hoy. Sin embargo, si uno observa alrededor, descubrirá hoy muchos culpables que no han sido castigados: y ellos son parte del desorden. Sí señor, Jalisco es un caos porque hay un procurador que está involucrado en casos de pederastia y no ha sido cesado de su cargo; porque hay desvíos de dinero público a empresas privadas (incluida
González Márquez tiene clara una idea: el mal en Jalisco es responsabilidad de la sociedad y del desarrollo de la historia. Ésta es su visión de mundo. Por lo tanto, para que Jalisco cambie, según esta perspectiva, habría que cambiar a la sociedad en su conjunto. Así, Jalisco por fin sería digno de un mandatario ínclito y abnegado como González Márquez. Parece chanza, pero así es como piensa nuestro el gobernador.
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