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martes, abril 01, 2008

Diagnóstico

Francisco Rojas
1 de abril de 2008
El Universal

Después de 15 meses tenemos diagnóstico; esperamos la iniciativa. Como se esperaba, el resultado es apocalíptico, parcial y carente de una visión de Estado, integral y de largo plazo.

Mediante un confiscatorio esquema fiscal; no autorizarle inversiones, ni siquiera para mantenimiento adecuado; desmantelar la planta técnica y hacer quebrar firmas de ingeniería y empresas mexicanas; no apoyar la investigación y el desarrollo tecnológico; y favorecer compañías internacionales, resulta que Pemex es culpable de no tener capacidad de ejecución, absorción de tecnologías y administración de proyectos para enfrentar los retos.

La “solución” la pregona Fox: “Derribar las compuertas para permitir la inversión privada”. Sí, el mismo Fox que deliberadamente debilitó a Pemex haciéndolo pasar del sexto al undécimo lugar mundial a pesar de que en su sexenio se obtuvieron los mayores ingresos petroleros de la historia y los despilfarró.

Como receta proponen “flexibilizar” el marco jurídico para que otras empresas, que sí saben y pueden, “acompañen” a Pemex en tareas que le son privativas conforme al cuerpo constitucional, al que le quieren dar la vuelta mediante cambios en la “letra chiquita” de las leyes secundarias.

No estamos totalmente de acuerdo con el diagnóstico y menos con sus conclusiones. Baste un ejemplo: los estadounidenses, después de 18 años, muchos recursos y pozos perforados, y las 30 mejores petroleras internacionales trabajando, no han podido descubrir meritorios campos gigantes en el Golfo de México, al grado de que Exxon decidió suspender por cinco años su actividad en el área. ¿Qué le hace suponer a Pemex que sí podrá descubrirlos, como afirma para “convencernos” de que debemos arrojarnos ya a las aguas ultraprofundas, desdeñando las 300 localizaciones que dice están listas en el sureste y el litoral?

Por el estilo están las aseveraciones para “demostrar” la necesidad de abrir a la inversión privada la refinación, el transporte, el almacenamiento y la distribución de petrolíferos. ¿Y qué decir de la incompleta argumentación y tímida súplica para que el fisco se digne dejarles más recursos?

Afortunadamente cada día somos más los convencidos de que se requiere una reforma integral, con un horizonte de 30 años, que contemple al sector energético en su conjunto, tomando en cuenta el desarrollo congruente de energías alternativas, de tal forma que el proceso sea gradual, ordenado y armónico. Creemos que hay opciones para incrementar las reservas, sostener la producción, abatir las importaciones, darle a Pemex la autonomía y los recursos que requiere para que vuelva a tener capacidad de ejecución y conducción, sin cambiar el marco jurídico, sin desmembrarlo y sin compartir la renta petrolera ni el valor agregado de nuestro mercado interno. Muchas de esas acciones son administrativas, que tendrán que complementarse, en su caso, con las medidas legislativas correspondientes.

Por ello, alientan las declaraciones del senador Heladio Ramírez y del grupo de los Legisladores del Sector Rural y del senador Manlio Fabio Beltrones, quien requirió “la revisión del régimen fiscal a fin de darle más recursos para que, de manera autónoma, lleve a cabo la exploración y explotación de pozos”, enfatizando que “la Constitución y su artículo 27 deben ser intocados, y cualquier subterfugio que quiera ser utilizado en una modificación de su ley reglamentaria, que busque trastocar el espíritu de ese artículo constitucional, no lo permitiremos”.

Que no nos impresione la ofensiva mediática ni nos precipitemos con ilusiones de largo plazo porque nos puedan robar el petróleo. Lo que está en juego es más importante: conservar la independencia y la seguridad energética.

Analista político

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