Por: BENITO ROJAS GUERRERO
El que cree y fuera bautizado será salvo, S. Mat. 16
Con la firme convicción de que al bautizarse serian criaturas nuevas, buscaron un lugar adecuado en donde, de acuerdo a sus creencias, darían cumplimiento a una ordenanza de Jesucristo; pero lo que planearon como festejo se convirtió en tragedia.
Murieron ahogadas 15 personas que se encontraban en el río Cuixtla en el municipio de San Cristóbal de la Barranca haciendo una ceremonia bautismal conforme a las normas de la Iglesia Universal Cristiana, normas distintas a las ideas católicas que considera el bautismo como un acto de purificación por el pecado original que dicen cometieron los padres de la humanidad: Adán y Eva; por esto acamparon cerca del río desde el día viernes 17.
Sabemos que las iglesias cristianas -a quienes la jerarquía de la iglesia católica suele llamar “sectas”-, realizan esta ceremonia con personas adultas a diferencia del catolicismo que bautizan a los niños, ya que según estos grupos cristianos Ellos deciden nacer de nuevo y ver el reino de Dios, por lo que llama la atención que la mayoría de quienes fallecieron hayan sido niños.
Es indispensable que se haga una investigación de estos hechos, ya que por la información de diversos medios sabemos que este grupo religioso fue víctima de una repentina, prácticamente instantánea crecida de la corriente del mencionado río Cuixtla, que furiosa cual avalancha de lodo, ramas y piedras cobró quince vidas. Algunas cosas de las que se han publicado son francamente contradictorias, ilógicas y contrarias al más elemental sentido común como el que “los evangélicos dejaron el lugar al suscitarse el percance”, como señalando que no fueron solidarios entre el propio grupo cristiano, afirmación ligera que falta a la verdad; y pese a que no siempre son bien vistos se dice que “fueron advertidos” por quienes viven en la rivera del río y han visto como se ahoga mucha gente; otras versiones fueron que la creciente se debiò a la tormenta que azotó la tarde-noche del sábado así como al posible desfogue de una represa río arriba.
Al enterarse de estos desafortunados hechos el gobernador Emilio González Márquez, no tuvo para las victimas el mínimo comentario ni le merecieron sus condolencias, tal parece que los grupos Cristianos fueran ciudadanos de segunda, sin embargo, debe hacerse una investigación de lo ocurrido que deslinde responsabilidades si las hubo, y dejar de ser omisos en la prevención de tragedias y desastres que lleven a Jalisco a abandonar el vergonzoso primer lugar nacional de decesos por motivo del temporal de lluvias.
::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Peje en 2007::
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