Por: Benito Rojas Guerrero
Cuando ocurre un desastre en cualquier parte del país producto de un fenómeno natural como una tromba, ciclón, terremoto, o una erupción volcánica; es preocupación del gobernador de la entidad en donde esto sucede que se declare zona de desastre la región afectada, esto es porque más o menos con cierta celeridad se canalizan recursos de diversa naturaleza a atender la emergencia. Creo que también se debería legislar, atender y resolver algunos desastres provocados por causas no naturales; así resolveríamos desastres académicos –algunas instituciones educativas lo son-, desastres políticos-gubernamentales como ocurre en estos días en el estado de Oaxaca, o los desastres ecológicos como lo que se vive hoy en el Salto Jalisco, en donde desde hace algunas décadas los habitantes sobreviven a una emergencia ecológica por la destrucción de su entorno altamente contaminado y que no es atendido por las autoridades competentes, y cada día que pasa esa crisis aumenta con sus consecuencias trágicas de enfermedad y muerte, en el salto se vive un ecocìdio, un crimen de lesa naturaleza.
Parte del Escudo de la ciudad de el Salto tiene dos flores de lis en plata, simbolizando al niño Jesús y a san José , pero estos guardianes son prueba irrefutable que los rezos no sirven para nada cuando se unen la ambición y la corrupción, lo mismo podemos afirmar al ver el escudo de Juanacatlàn que tiene una cristalina caída de agua otrora famosa como “El Salto de Juanacatlàn” y que hoy es un hilo de desechos pestilentes que en esta época de lluvias su caída genera cantidades de espuma peligrosa por los contaminantes que contiene, además del insoportable hedor del ácido sulfhídrico que en este sitio es cosa natural.
En esta zona existe una tradición industrial pues desde el siglo XVIII se instaló un trapiche, una fábrica de harina, se utilizó la caída de agua de 20 metros en la producción de electricidad en 1893 y la fabricación de hilados y tejidos de algodón data del año 1896, es decir, la contaminación del agua, aire y tierra tiene ya su historia, sin embargo se cuenta con las leyes, normas y tecnología que pudieron impedir la degradación ambiental y aún hoy es posible tomar medidas que regresen la vida al río Santiago y mejore el ambiente de la región.
En el Salto es obligación del Ayuntamiento contar con una comisión de Saneamiento y Acción contra la Contaminación Ambiental , pero pese al acertado nombre de la tal comisión durante años ha sido sólo letra muerta pues los distintos Ayuntamientos son más bien omisos en el cumplimiento de leyes y normas o se han dejado corromper por sus superiores jerárquicos o empresarios deshonestos a quienes lo único que les importa son sus ganancias; y la cadena de complicidades se extiende a todas las esferas del ámbito gubernamental, pues han sido ellos quienes autorizan los permisos para la instalación de las empresas y son ellos los responsables de verificar que los desechos sean tratados antes de verterlos al río. Cuando llegó a Jalisco el gobierno del supuesto cambio el gobernador Alberto Cárdenas hizo lo mismo que sus antecesores, es decir nada, y es doblemente cómplice de este desastre ecológico al menos por omisión por no atender esta emergencia ya que el fue titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y hoy sigue siendo funcionario del gabinete presidencial.
Quienes han dado una lucha que yo califico de heroica contra este ecocìdio oponiéndose a manipulaciones políticas, atropellos, mentiras, cinismo, desinformación y manipulación son los ciudadanos a través de sus organizaciones civiles, quienes a través de la protesta, marchas, denuncias en los medios han demostrado hasta la saciedad los padecimientos de enfermedades y muerte del medio ambiente y sus habitantes, con base con estudios serios han demostrado esta triste realidad y que existen alternativas de solución; lo último es la denuncia de La Red Internacional de Información y Acción por el Derecho Humano a Alimentarse ante el Comité de las Naciones Unidas para los Derechos Económicos, Sociales y Culturales. La muerte lenta pero segura de quienes habitan en el Salto obedece a que el río Santiago recibe múltiples descargas de aguas residuales, industriales y municipales sin tratamiento. La fuente principal de aguas negras es la parte sur de la zona conurbada de Guadalajara (municipios de Tlajomulco, Tonalá, Tlaquepaque, Zapopan y El Salto), y algunas industrias con aportes más significativos de aguas residuales son Celanese Mexicana, Ciba Especialidades Químicas, IBM de México, Compañía Nestlè, Industrias Ocotlàn y Harinera de Maíz de Jalisco; y aunque algunas industrias cuentan con plantas de tratamiento, estudios indican que los efluentes siguen sin cumplir la norma; pero la mayoría de las industrias no somete sus aguas residuales a ningún tratamiento. Algunas de las consecuencias de la contaminación son los padecimientos de dolores de cabeza, fatiga, mala memoria, irritabilidad, mareos y alteración de las funciones motoras por estar expuestos a bajos niveles de Ácido Sulfhídrico. Por otra parte existe evidencia científica que la exposición a este químico puede aumentar los abortos en seres humanos –aquí quiero ver a la jerarquía de la iglesia católica protestando contra la contaminación-, y a concentraciones mayores dicha sustancia puede causar edema pulmonar, asfixia, parálisis respiratoria y muerte; también se tiene evidencia que en el hálito de la cascada El Salto de Juanacatlàn flota Benceno que es uno de los gases cancerígenos más letales, y no existen estudios ni situación alguna en el mundo en donde seres humanos hayan estado expuestos a estos contaminantes por tanto tiempo; existen parámetros únicamente para ambientes laborales que según La Agencia para la Protección del Ambiente, La Conferencia Americana de Higienistas Industriales Gubernamentales y La Administración de Salud y Seguridad Ocupacional, todos de Estados Unidos, la exposición al ácido sulfhídrico en concentraciones de 2 ppm (partes por millón) es segura en un tiempo no mayor a ocho horas y quienes viven en el Salto ¡tienen años sufriendo un ambiente peor que esta norma!. Los ambiciosos programas de saneamiento de la cuenca de El Ahogado anunciados desde el 2003 por la gerencia regional para la región Lerma-Santiago-Pacífico de la CNA , con la intención de que en 2006 quedara cubierto todo el saneamiento en lo que es el alto Santiago han sido promesas incumplidas. Actualmente con los gobiernos local y federal que se padecen es muy difícil que se tomen medidas prácticas que beneficien a la población y resuelvan la contaminación de El Salto ya que el gobernador considera como castigo divino las ultimas muertes ocurridas en la zona metropolitana al declarar que “el agua es castigo para los pecadores”, este es su nivel y visión de los problemas de la ciudad ¿pensará algo sobre la contaminación y sus consecuencias?, y el encargado de la oficina en Los Pinos tiene como jefes a los empresarios; gasta millones de pesos en promover un demagógico comercial de “limpiemos México”, que trata como delincuentes a los estudiantes de todos los niveles cuando estos recursos serian mejor invertidos en una campaña que promoviera ¡limpiemos el río Santiago!.
1 comentario:
La poblacion del salto y juanacatlan asi como todos los asentamientos urbanos y rurales cercanos al rio Santiago debemos seguir DENUNCIANDO, y manifestastando este desastre ecologico del que somos victimas. hasta que seamos escuchados
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