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lunes, diciembre 08, 2008

Mumbai.

Terror en Mumbai: Estrategia de tensión y terrorismo geopolítico.

Reseña Estratégica, 5 de diciembre de 2008 (www.msia.org.br
).-
La mayoría de los ataques terroristas que asolan al mundo desde el 11 de septiembre de 2001 se han presentado desde la miope visión de un "choque de civilizaciones", un embate entre la "modernidad" occidental y el fundamentalismo de la sociedad islámica que rechaza los cánones de civilidad que comprueban su percepción con la victoria de la Guerra Fría. Así los atentados en Nueva York y Washington, los ataques en Bali, Mumbai (varias veces), Yakarta, Madrid, Londres, Beslán y otros, se le han atribuido al radicalismo islámico, una impresión que se refuerza por la captura de autores o sospechosos, que casi siempre profesan la fe islámica.

Sin embargo, el fenómeno es más complejo. La mayor parte de las acciones, aún cuando involucra la participación directa de terroristas musulmanes, se inscriben en el contexto de una geopolítica del terror -una estrategia de tensión- que da el pretexto para la ejecución de una serie de medidas extraordinarias. Todas ellas calculadas para mantener la hegemonía de los grupos de poder que conforman la oligarquía anglo-americana, cuyo predominio hoy se ve amenazado por la crisis sistémica provocada por la globalidad financiera. Efectivamente, el terrorismo es un acicate para la retroalimentación de las acciones principalmente de los denominados "neoconservadores", que comenzaron a dominar la política de Washington durante casi todo el gobierno de George W, Bush.

Por ejemplo, sin ir demasiado lejos, poco antes de la elección presidencial en los EUA, el connotado ideólogo del Establishment Joseph Nye, autor del concepto de que la manutención del poder es un equilibrio entre el uso del "poder duro" (fuerza militar) y el "poder suave" (diplomacia e ideología), escribió un artículo que denota una disputa mortal para la preservación de su sistema global, de carácter neocolonial.

Intitulado "La sorpresa de octubre", el texto fue publicado en el periódico brasileño O Estado de São Paulo el 12 de octubre y afirma que el único tema que podría cambiar la balanza a favor del candidato republicano John McCain, para evitar el triunfo de Barack Obama, sería una acción terrorista de gran envergadura, por medio del cual el aspecto de seguridad podría determinar las tendencias electorales. De otra forma, dice, los temas dominantes continuarían siendo los aspectos económicos y sociales en los cuales los demócratas son más fuertes.

Aunque no se puede afirmar tajantemente que los grupos terroristas estén controlados directamente por este o aquel gobierno, ellos operan en una oscura y apartada zona de sombras involucrando redes de inteligencia oficiales y oficiosas, organizaciones delictivas en amalgama con militantes verdaderos, casi siempre infiltrados por agencias de inteligencia, con estrechos vínculos al mundo y submundo de las redes del narcotráfico internacional.

En el ISI (Inter-Services Intelligence) pakistaní tenemos un caso extremo, ya que además de sus funciones de inteligencia del Estado, incubó un auténtico poder paralelo, con facciones y sus ramificaciones internas que apoyan a las claras grupos extremistas contra los cuales el gobierno de Islamabad está oficialmente en lucha. Otras facciones del ISI mantienen algo más que vínculos con otros servicios de inteligencia de rango global, como la CIA, el MI-6 británico y la Mossad israelí. Al lado de la cúpula del Ejército, el ISI representa el verdadero poder tras el trono en Pakistán. El hecho de que grupos terroristas usen territorio pakistaní para erigir campos de entrenamiento, y que varios de ellos mantengan vínculos estrechos con el Reino Unido no es novedad, pues se conoce que esto ha ocurrido por lo menos desde la década de los 1980s, con los mujahidin que combatían a la extinta Unión Soviética y, después dieron origen a la red Al-Qaida.

Uno de los más famosos grupos protegido por tal agencia es el Lashkar-i-Taiba (Ejército de los Misericordiosos, LiT), asentado en el lado pakistaní de Cachemira que ha perpetrado una serie de ataques contra la India. No obstante, este grupo negó su participación en el ataque a Mumbai, pero rechaza la afirmación del único terrorista superviviente del ataque, de que habría sido entrenado por el LiT. El gobierno de Nueva Delhi afirmó que los terroristas fueron entrenados en Pakistán por un ex militar hindú. Sintomáticamente, en septiembre pasado, un alto oficial de la inteligencia militar hindú fue detenido y confesó su participación en atentados cometidos con la intención de incriminar a militantes islámicos.

Es poco creíble que el Establishment pakistaní en conjunto se hiciera de la vista gorda para tal operación. Como lo afirmó el analista militar de la agencia rusa Novosti, ILSA Kramnik el 2 de diciembre.

Pakistán "se encuentra sumergido en un conflicto doméstico estrechamente relacionado a las operaciones de los EUA y sus aliados en Afganistán. En esas condiciones, arriesgarse a un bastante probable conflicto militar con India, apoyando alguno de esos ataques, sería suicidio para cualquier fuerza pakistaní".

"Ni Pakistán, ni India, se beneficiarían de ataques terroristas mutuos... Lo más probable es que los dos lados unan fuerzas para descubrir a aquellos que lideraron a los terroristas de fuera y los entrenaron…"

Finaliza con: "No es imposible que alguna fuerza externa que busque desestabilizar la región y una posible escalada de conflicto entre India y Pakistán sea el pagador y planificador del ataque".

Por otro lado, existen fuertes indicios de que podemos estar en el umbral de una nueva fase del terrorismo. Comentando los ataques el agudo jurista sudafricano Saber Ahmed Jazbhay, en el sitio Media Monitors Ntwork:

"Ningún periódico observó o comentó un hecho extraordinario, el de que aquellos jóvenes con mochilas no hicieron ninguna exigencia, como lo harían los terroristas, excepto por una dudosa carta divulgada a nombre de la asociación nebulosa y hasta ahora desconocida, los Mujahidin del Deca, del que se sospecha que sea una cubierta para algo mayor y más siniestro, exigiendo más respeto para los musulmanes. ¿Será que ellos tenían problemas con el sistema y fueron carne de cañón de aquellos cuya agenda es sembrar la inestabilidad y el terror?

"Aquellos que ejecutaron la operación con precisión militar, no eran aficionados, sino terroristas profesionales muy bien entrenados y motivados, que estaban preparados para morir por su causa y que sospecho que sean parte de una agenda geopolítica mayor… parece que no eran zelotes religiosos… como aquellos que, alegadamente lanzaron sus aviones secuestrados en el World Trade Center".

::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2008::

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