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viernes, diciembre 19, 2008

RESEÑA ESTRATÉGICA.

1.- Seminario internacional en Curitiba clama por el regreso del Estado nacional para resolver la crisis global.

Reseña Estratégica, 19 de diciembre de 2008 (www.msia.org.br).-Aunque el mito prevaleciente es que asumir compromisos globales para resolver la catástrofe financiera mundial entra en choque con el pleno restablecimiento de las funciones del Estado nacional soberano, la realidad lo desmorona. Esto fue muy claro a lo largo de las deliberaciones del seminario internacional "Crisis- Rumbos y Verdades", realizado en Curitiba, Brasil del 7 al 11 de diciembre de 2008, evento que posee el potencial de ser un catalizador para enmarcar la tónica de las propuestas que hagan frente a la crisis sistémica, tanto en Brasil como en otros países. En los cinco días de trabajo, 35 conferencistas de 11 países presentaron diversos enfoques sobre la crisis que está demoliendo el orden de poder global establecido en las últimas décadas, en particular tras el fin de la Guerra Fría, que encumbro la hegemonía de los Estados Unidos anclada en las dos piernas del sistema financiero centrado en Wall Street y de su vasto complejo militar-industrial.

Patrocinado por el gobierno del importante Estado de Paraná, el evento tuvo el apoyo de varios órganos del Gobierno Federal, y se inscribieron más de 600 personas, además de que fue transmitido al vivo por la TV Educativa Paraná y la Radio Educativa del estado. Fueron conferencistas de Brasil, Alemania, Argentina, Chile, Ecuador, EUA, Inglaterra, Italia, México, Rusia, Suecia y Venezuela

Entre los conferencistas se incluyen entre otros: el expresidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), el prestigiado economista Carlos Lessa, el exvicepresidente del banco, Darc Costa, el director del Instituto de Investigaciones Económicas Aplicadas (IPEA), Márcio Pochmann, el senador Aloísio Mercadante, el politólogo Cesar Benjamín, el ex ministro de Economía de Argentina Alldo Ferrer, el economista Mario Di Costanzo, el principal asesor económico del dirigente político Andrés Manuel López Obrador; los rusos Yuri Gromiko y Andrei Kobyakov, el ex diputado italiano Mario Letieri, de Alemania Michael Liebig editor del sitio Solon-line, el economista italiano Paolo Raimondi, el presidente editor de la Reseña Estratégica Lorenzo Carrasco, de Ecuador Naranjo Chiriboga, y otros. De la sesión inaugural participaron un grupo de empresarios como el presidente de grupo Gradiente Eugenio Staub, el grupo electro electrónico más importante del país, y otros representantes de la Federación de Industrias.

Para Brasil, el evento tuvo un significado especial en lo que concierne a la percepción creciente de que la salida para la crisis es política, y no únicamente económico-financiera. Por eso fue de gran importancia la participación de tres gobernadores en la conferencia de clausura -además del anfitrión Roberto Requião, el de São Paulo José Serra y el de Santa Catarina Luiz Enrique- que manifestaron una amplia coincidencia sobre la necesidad de alterar el dominio absoluto del Banco Central en la conducción de la política económica financiera del País. El gobernador Requião reiteró su propuesta de poner en ejecución de inmediato el control de cambios en el país y otras medidas de protección del país frente a la avalancha financiera. Tal idea ya la había expresado una semana antes, en Rió de Janeiro, en el seminario "Alternativas para que Brasil haga frente a la crisis", auspiciado por el periódico Monitor Mercantil, con el apoyo de varias entidades, entre ellas el Movimiento de Solidaridad Iberoamericana (MSIa)

Además, el gobernador de Santa Catarina, Luiz Enrique agregó al debate que la cultura y la educación tenían un papel especial para ayudar a resolver la crisis financiera, dando un horizonte de dignidad para la población.

Del evento, resultará la elaboración de una "Carta de Curitiba", con recomendaciones sobre la orientación de los esfuerzos para solucionar la crisis sistémica. En su debida oportunidad lo comunicaremos a nuestros lectores.

En sus múltiples enfoques, diversas intervenciones de los conferencistas resaltaron fundamentalmente la importancia del papel del Estado nacional soberano, destacando una nueva visión para la cooperación entre ellos, que propicie el establecimiento de grandes iniciativas de integración continental, como en Euroasia y América del Sur, objeto de dos paneles específicos. Proyectos, que como es claro, no podrán surgir de la moribunda política neoliberal.

Lo que se busco en el seminario no fue, propiamente, un diagnostico para la crisis global, aunque de ello se abundo, sino las directrices que deben nortear una salida para está, reconociendo que la crisis puede abrir el camino a un nuevo momento histórico de prosperidad para la Humanidad, pero cuya realización no es ineluctable. El economista Carlos Lessa, uno de los organizadores del evento, desde el inicio formuló tres preguntas que consideró fundamentales para guiar las deliberaciones. ¿Por cuáles transformaciones pasará el sistema financiero mundial? ¿Cómo el mundo tratará geopolíticamente esta crisis? ¿Habrá un renacimiento de los proyectos nacionales y cómo será la cooperación internacional?

Para Brasil, el ingeniero Darc Costa, también organizador del evento, presentó el desafío de construir un proyecto nacional que la convierta en una nación "solidaria, fraterna y justa", complementando los pilares del impulso iniciado por Getúlio Vargas en 1930 -industrialización, urbanización e integración nacional- con las vertientes de política internacional y de acción social.


La presente edición está dedicada a la divulgación de varias de las ideas y propuestas discutidas en el seminario de Curitiba, para lo cual reproducimos boletines de prensa oficiales de las intervenciones, y material que recopilamos. También se puede consultar el sitio del evento, http://www.crise.pr.gov.br
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2.- La crisis financiera y su impacto en la economia mundial: el caso de Mèxico.
Por Mario Alberto Di Costanzo Armenta
Secretario de la Hacienda Pública

Gobierno Legítimo

Reseña Estratégica, 19 de diciembre de 2008 (www.msia.org.br).-Durante los últimos meses mucho se ha comentado sobre la crisis financiera y su impacto en la economía del mundo. De hecho, cada día estamos más conscientes de que este fenómeno será largo, doloroso, y dañara a millones de familias, en especial a aquellas de menores ingresos.

Su origen lo podemos encontrar en la crisis inmobiliaria desatada desde hace más de un año en los Estados Unidos y su naturaleza, surge de la voracidad de las instituciones bancarias, que alimentadas por el neoliberalismo salvaje intentaron obtener "agua de las piedras", para lo cual se diseñaron sofisticados mecanismos financieros que les permitieron otorgar créditos a personas que no podían cumplir con sus compromisos de pago.

Sin embargo, los alcances de la crisis en cada país dependerán, en gran medida, de las condiciones estructurales de cada economía.


En el caso de México, desde la campaña presidencial de 2006, tanto Andrés Manuel López Obrador como su equipo de asesores económicos, advertimos sobre la fragilidad económica de los Estados Unidos y los impactos que podría tener sobre nuestra economía y sobre el resto del mundo.

Por desgracia, esta situación se manifiesta ya con toda su crudeza y el gobierno mexicano, no ha tomado las medidas para hacerle frente.

Debe decirse que la implantación de la política neoliberal ha dejado a la economía mexicana muy expuesta a factores externos, que se han visto potenciados por las fallas estructurales que observa nuestra economía.

Esta sigue siendo, una de las razones por las que desde mediados del 2006 propusiéramos un cambio del modelo económico, para que se fortalecieran las actividades productivas, el mercado interno y la creación de empleos.

No obstante, se han desatendido nuestras propuestas. Se ha mantenido la porosidad del sistema tributario y los privilegios fiscales para los grandes contribuyentes, a través de la existencia de regímenes fiscales especiales que erosionan los ingresos públicos.

Así durante 2006 y 2007, empresas como CEMEX, TELCEL, WALLMART, pagaron una tasa efectiva de impuesto sobre la renta, equivalente al 2% de sus ventas, mientras tanto los causantes cautivos, tributaron con el 28% de su ingreso y Pemex aportó al fisco el 75% de sus ventas.

No se ha hecho nada para lograr la autosuficiencia alimentaria y se ha continuado con el criterio de importar lo que consumimos.

Y en vez de llevar a cabo un plan de austeridad que libere fondos para el desarrollo, entre 2006 y 2008 el gobierno mexicano ha incrementado el gasto corriente en 40 mil millones de dólares, despilfarrando para ello los excedentes petroleros.

Este año, el crecimiento económico de México será de sólo 1.8%, es decir, el más bajo de todos los países de América Latina y el Caribe. Y las recientes estimaciones nos sitúan para el próximo año al borde de una recesión.

Hay pérdida de empleos, la tasa de desempleo (4.1%) es la más alta de los últimos 6 años.

El salario y los ingresos están resultando insuficientes ante la carestía, mientras que durante los 2 últimos años el salario ha registrado un incremento acumulado de 8%, productos de consumo básico para los mexicanos, como el frijol, la lenteja y el huevo, han registrado incrementos de más del 100%, la pérdida del poder adquisitivo del salario se estima en 70%.

La cartera vencida de los deudores, tan sólo en el renglón de las tarjetas de crédito, asciende a casi 2 mil millones de dólares, y continúa creciendo, esta cifra ya resulta 200% superior a la registrada en diciembre de 1997, cuando quebró la banca en México.

La recesión en Estados Unidos ha reducido el monto de las remesas que envían al país los trabajadores mexicanos que trabajan en el extranjero y muchos de ellos empiezan a regresar a México. Estas remesas constituyen la segunda fuente de ingreso de dólares al país. (20,000 mdd).
Está cayendo la producción. Son menores las exportaciones. Y han bajado los niveles de ocupación en los destinos turísticos. Se ha reducido considerablemente el crédito internacional para proyectos de inversión.

La caída en la producción de Petróleos Mexicanos (Pemex), ocasionada por su mal manejo y la baja en los precios del petróleo, ha incrementado el déficit de la balanza de pagos.

De esta manera, sin considerar las exportaciones del petróleo, el déficit comercial que en 2000 fue de 14 mil 149 millones de dólares pasó en 2007 a 53 mil 92 millones de dólares y en 2008, según proyecciones, será de 68 mil 374 millones de dólares; es decir, crecerá aproximadamente 15 mil millones de dólares en un año.

Cada día, nos acercamos más a una gran crisis de balanza de pagos. Ante este adverso panorama, resulta claro que el gobierno mexicano ha reaccionado de manera tardía para atemperar los efectos de la crisis económica de mundial.

Por ello recientemente propusimos al Congreso un Plan de Acción que incluyera los siguientes objetivos:

1. Frenar la pérdida del poder adquisitivo del salario, y de los ingresos de la población en general, mediante el congelamiento de precios en alimentos, impuestos y servicios; y con la reducción de los precios de las gasolinas, diesel, gas y la electricidad.

2. Aumentar el presupuesto destinado al campo; que se establezcan precios de garantía y subsidios al fertilizante y a otros insumos, con el propósito de reducir las importaciones de alimentos; evitar más aumentos en los precios; mejorar la economía de campesinos y productores, y atemperar el fenómeno migratorio.

3. Construir tres refinerías para dejar de comprar las gasolinas en el extranjero y reducir las importaciones de este hidrocarburo, que ya se acercan a 50% de lo que consumimos.

4. Llevar a cabo un programa de construcción de obras públicas, para reactivar la economía y generar empleos; de manera particular, que se atienda la falta de servicios públicos y de vivienda.

5. Considerar el gasto destinado a la juventud como una inversión social; otorgar becas a todos los estudiantes del país.

6. Establecer el Estado de Bienestar, con la puesta en marcha de programas de apoyo directo a personas con discapacidad, becas para madres solteras, atención médica y medicamentos gratuitos para aquellos que no cuentan con seguridad social; y aplicar en todo el país, la pensión alimentaria para todos los adultos mayores de 65 años, cuando menos, en regiones indígenas y en las zonas de mayor pobreza del campo y la ciudad.

7. Atender la pérdida del ahorro de los trabajadores, estableciendo un seguro de depósito para sus ahorros.

8. Otorgar financiamiento con bajas tasas de interés a pequeñas y medianas empresas y comercios, condicionados a que no se despidan a trabajadores.

Ante este negro panorama, debemos de considerar que aún y con los millonarios recursos destinados al rescate de las grandes instituciones financieras, pasarán muchos, muchos meses antes de que la situación vuelva a ser normal.

Más bien, lo que sucede en el mundo es la falla absoluta del sistema financiero y sus reglas de operación, supervisión y transparencia. Es la crisis de un modelo basado en la especulación financiera, en la acumulación de capital y en el consumismo.

Por ello, la solución de fondo no podrá surgir de las herramientas concebidas por el mercado, ni tampoco lo será el destinar miles de millones de dólares al rescate de grandes instituciones o empresas.

Las circunstancias nos obligan a reflexionar, ya que tenemos que trabajar en nuevas reglas del juego, con nuevos objetivos, con límites y castigos a la especulación y la acumulación indiscriminada de riqueza. Con mejores esquemas de supervisión y rendición de cuentas. Con una verdadera rectoría del Estado, que es, sin duda, quien debe ser el garante del interés público y del bien común.

Pero también, la solución tiene que responder a la economía real y al bienestar de la gente. Ahora más que nunca, el Estado debe utilizar todas las herramientas de las que disponga para evitar que la crisis mundial genere más pobreza y desigualdad. Si se rescata a los ricos, se tiene que rescatar a los pobres.

Los países deben recobrar el absoluto control de sus recursos naturales y energéticos, para aprovechar el valor agregado en la cadena de producción.

Se debe consagrar la seguridad y la autosuficiencia alimentaria en todas las naciones del mundo. Para ello deben garantizarse recursos suficientes al desarrollo agrícola.

En suma: la solución debe llevarnos a una nueva arquitectura financiera mundial, basada en la producción y la competitividad.

No hay duda de que las leyes, reglas del juego e instituciones que definen al sistema financiero mundial cambiarán drásticamente. Los Gobiernos adoptarán regulaciones y controles más estrictos sobre las actividades financieras.

Sin embargo todo esto, no hará desaparecer la especulación financiera: la cambiará y la hará más compleja, lo que a su vez aumentará las ganancias de quienes sepan cómo hacerla o tengan buenos amigos en los Gobiernos y entes reguladores.

Es un hecho, que todos los sistemas son una combinación de mercado y Estado.

Así, debemos de reconocer que también ha fallado el Estado al protegernos, contra la carestía de la vida, contra la desigualdad y la pobreza.

No basta con regular al mercado, tampoco el intervencionismo absoluto corregirá las cosas, se requiere también de un cambio de actitud tanto de los actores del mercado, como del Estado.


Al final, todo esto, no debe ser tratado como un juego de buenos y malos, ya que todos, absolutamente todos, tenemos la profunda obligación de erradicar la pobreza y la desigualdad en el mundo.


3.- Carlos Lessa: El mundo vive la crisis de la superestructura financiera.

Reseña Estratégica, 19 de diciembre de 2008 (www.msia.org.br).-La crisis financiera que atraviesa el mundo es la crisis de la superestructura financiera creada a lo largo de 25 años, dijo este domingo el economista Carlos Lessa, ex presidente del Banco Nacional de Fomento Económico y Social (BNDES) y ex rector de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), uno de los organizadores del seminario "Crisis -rumbos y verdades," organizado por el gobierno del Estado de Paraná, Brasil.

Lesa explicó que el mercado financiero mueve 130 billones de dólares en activos primarios y otros probables 540 billones de dólares en derivados financieros. Es un volumen aterradoramente separado de la riqueza de la economía real -la suma de las `producciones nacionales brutas es de tan sólo 60 billones de dólares.


"Esta es la crisis del mundo de la globalización financiera, de una súper estructura financiera que se creó a lo largo de 25 años, en el que la producción de todos los países suma 60 billones de dólares, pero en el que tenemos 130 billones de dólares en activos primarios y se piensa en unos 540 billones de dólares en derivados financieros. ¿Ningún banco importante de inversiones sobrevivió? ¿Qué tipo de organización financiera dejara esta crisis para el mundo? Puedo decir que no será una solución lampedusiana. No habrá reproducción de este espectáculo suprarrealista que fueron los 30 años de construcción de esta enorme burbuja que estalló. ¿Cuál será el sistema financiero que sobrevivirá? Y entonces ¿cómo tratará geopolíticamente el mundo esta crisis? Las crisis enormes se resolvieron con guerras mundiales. Tenemos la certeza de que no habrá guerra mundial.

Pero ya está puesto en la mesa un problema geopolítico. ¿Habrá organizaciones de cooperaciones internacionales sólidas y equipadas, o habrá, por el contrario, el renacimiento de proyectos nacionales? ¿Revitalizaremos el concepto de nación o habrá una movilización mundial para la cooperación ente los pueblos? Estas son algunas de las preguntas que este seminario no podrá responder, pero espero que proporcione parque para los debates que tenemos que hacer si nos imaginamos que la humanidad tiene futuro.

::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2008::

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