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martes, febrero 26, 2008

Opinión - Monica Perez Taylor

La infamia imposible

MURAL

¿Hasta donde llegarán las autoridades para ocultar la emergencia ambiental y sanitaria que padece la zona conurbada de Guadalajara? Hasta donde la sociedad lo permitamos.

Es temeraria la estrategia del Gobernador Emilio González Márquez, quien ahora elucubra para convencer a la opinión pública que Miguel Ángel fue envenenado por sus propios padres o fue víctima de violencia intrafamiliar o de violación sexual. Sí, la Procuraduría de Justicia del Estado investiga, pero a la madre del niño muerto, por no haberlo llevado a tiempo al doctor. Aunque el Secretario de Gobierno diga que no existe averiguación al respecto.

¿Estarán midiendo las consecuencias de sus actos?, ¿se darán cuenta que en el afán de que nada obstaculice sus ambiciones políticas y económicas están conspirando contra el pueblo de Jalisco?, ¿se darán cuenta que todos mienten por el pánico extremo de saberse culpables?

El Río Santiago sí mató al pequeño, dijo el directísimo doctor Mario Rivas Souza, nuestro eminente forense. Sí, lo confirmó la doctora Luz Cueto, fundadora del Colegio de Toxicología de Jalisco: la ingesta del menor fue por vía gastrointestinal; la muerte se debió a una falla respiratoria, una falla orgánica múltiple y una intoxicación por arsénico.

Alfredo Feria Velasco, jefe de la División de Ciencias Biológicas y Ambientales (CUCBA, UdeG), afirma que el niño ingirió en muy poco tiempo una gran cantidad de bacterias y de arsénico que le ocasionaron septicemia generalizada, una intoxicación aguda por sobredosis, vómito, diarrea hasta llegar al coma y la muerte. Luis Valtierra Estrada, coordinador del Servicio Médico Forense, determinó que el cuerpo no presentó indicios recientes ni antiguos de violencia intrafamiliar o abuso sexual.

El Río Santiago es el vertedero de químicos más grande del país, afirma el ingeniero Rubén del Río. Y Javier García Velasco, director del laboratorio de Salud Ambiental de la UdeG, asegura que el Gobierno de Jalisco no tiene una idea mínima del impacto que puede provocar la contaminación de las aguas del Río Santiago, y es muy iluso si cree que sin apoyo federal puede cambiarse la situación de la Cuenca.

El delirante Coll Carabias anda dice que te dice que el arsénico lo produce el venenillo, una planta que crece en las orillas del río, y que a Miguel Ángel le administraron el arsénico poco a poco con un gotero hasta completar un botellón, como a Napoleón Bonaparte. Culpa a la burocracia de las autoridades federales, que no le dejan ni retirar el apestoso lirio, pues de actuar sin permiso dentro de un cauce federal iría ¡a la cárcel! Y como es un funcionario honesto a carta cabal, es un mal menor que un niño muera, a que él, ¡Dios no lo quiera!, viole la ley.

Y aparece un fanfarrón dispuesto a ser punta de lanza de la contraofensiva mediática, José Luis Gutiérrez Treviño, presidente del Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco, quien apostó a echarse unos buches del Santiago, pues "esa agua no está tan contaminada como están satanizando... a nosotros como iniciativa privada nos molesta demasiado. Nosotros estamos viendo que la tendencia es estar molestando para que no se construya Arcediano".

Por mi parte, finísimo industrial, disculpe usted las molestias que le ocasionamos quienes nos oponemos a una presa de muerte y les haré ver a todos los científicos, especialistas y técnicos que hagan lo propio y lo dejen de molestar con sus investigaciones que comprueban la irreparable degradación del río y la imposibilidad de potabilizar el agua. Se le suplica, a cambio, tenga la cortesía de disculparse por las molestias que han ocasionado los industriales a los habitantes de El Salto y Juanacatlán, pues viera la lata que es estar enfermo de cáncer o de insuficiencia renal. Y mucho más molesto resulta cuando hay que ir a enterrar al panteón a los seres amados.

Tras una encerrona de dos horas con el Gobernador, el jerarca industrial salió feliz, porque "habrá sorpresas". Están a la espera de los resultados de unos análisis que mandaron a hacer a Texas, con los que sustentarán la hipótesis del asesinato alevoso de Miguelito. Los lacayos panistas en el Congreso ya habían rechazado exhortar al Gobernador a declarar emergencia sanitaria en El Salto y Juanacatlán. Malditos.

¿Qué más estaremos por ver del vergonzoso comportamiento de los panistas que se ostentan como católicos y sólo exhiben el gigantesco tamaño de su hipocresía?, ¿qué nos obliga a seguir soportando a una mafia que se ha caracterizado por su incompetencia, corrupción y carencia absoluta de sensibilidad social?

O, más bien, ¿hasta dónde estamos dispuestos a tolerarlo, aun sabiendo que es nuestra propia sobrevivencia la que se compromete y la viabilidad económica y ambiental de la zona conurbada de Guadalajara?

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