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lunes, febrero 25, 2008

Opinión - Juan Gomez Partida

Agora

Jornada Jalisco


Crimen y castigo

Vista la cosa que no habrá manera de hacer creíble una versión diferente a que Miguel Angel murió por caer al río Santiago, golpearse la cabeza y en el trance ingerir la suficiente agua contaminada como para morirse 20 días después, los pendientes que quedan por el crimen del que todos somos responsables (procure, amable lector, no volver a defecar arsénico so pena de que los remordimientos le produzcan un feroz estreñimiento) son muchos. Las declaraciones de Mario Rivas Souza son contundentes, y ahí verán los panistas que usufructuan el poder si quieren contradecirlo, luego que durante quinquenios ha sido referencia obligada para ellos, interesados en demostrar que al cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo lo mataron no por equivocación sino por consigna.

El primero de los pendientes es el de siempre, desde hace al menos 25 años, sanear el Santiago no para convertirlo en afluente de una presa en Arcediano que ha sido siempre inviable, como ahora es muy claro, sino por la obligación de preservar el mundo para que lo vivamos nosotros y los que nos siguen, por justicia pues. Pero en la revolución industrial que llega con 150 años de tardanza al Jalisco neoliberal y concesionado en que vivimos, como es obvio todos los componentes del importamadrismo ambiental están ahí, con sus intereses y complicidades a flor de piel. Es demasiado –miles de millones de pesos– lo que está en juego.

Pero no se equivoquen, no salgan con evasivas señores todos, con que no es tiempo de buscar culpables; hay un niño muerto. El proceso de saneamiento es obligatorio, pero eso no significa que a la par no se pueda ir tras los culpables de no actuar desde que hace un año llegaron a sus cargos. Por supuesto que lo ideal sería llegar hasta atrás, exexFRA, Bebeto y Carlos (Just For Men) Rivera Aceves incluidos. Pero que la cuerda sí alcanza para la presente administración, es indudable. La semana pasada publicamos en La Jornada Jalisco que hace nueve meses se había decidido cuál era la solución al menos paliativa a la contaminación, y se habían propuesto las medidas que hasta ahora se tomaron; en ese entonces no iniciaron por la sencilla razón que había otras urgencias para todos esos funcionarios de primer nivel, ocupados en menesteres más relacionados con su autopromoción política y económica.

El viernes en Casa Jalisco el gobernador volvió a repartir culpas cuando dijo que “la sociedad en Jalisco está diseñada, concientemente o no, querámoslo o no, permitámoslo o no, para depredar nuestro entorno”. ¿A poco? Ese mismo día, en Palacio de Gobierno, Fernando Guzmán negó que le quisieran echar la culpa a la madre de Miguel Angel, como ellos mismos comenzaron a esparcir no solamente entre industriales, sino entre directores de medios de comunicación, algunos de los cuales al día siguiente mostraron su público convencimiento de que el niño se comió una “malita” y que quienes digan lo contrario son hijos de las tinieblas. La “malita” es supuestamente la planta esa que dice CEA(sar) Coll Carabias que fue la responsable de la crisis política en la que están sumergidos hasta el cuello, él y por lo menos una decena más de funcionarios de primer nivel del gobierno federal y estatal.

La tragedia de Miguel Angel es una evidencia irrefutable de lo que han tenido que vivir cientos de miles de seres humanos que habitan en las cercanías del Santiago. Quién sabe cuántas otras tragedias calladas, siempre negadas por la autoridad porque no han sido con la contundencia del crimen del pequeño, han tenido esos habitantes de Jalisco, cuántas enfermedades y –¿alguien se atrevería a negarlo?– muertes por padecimientos incurables. En eso se parece a 1992, al 22 de abril, cuando cientos de miguelangeles se fueron al cielo, literalmente. Que acá las evidencias pueda intentarse ocultarlas, es lo único diferente. En el 92 hubo castigo, justo por cierto, para los directamente responsables. ¿Y ahora?

Partidiario

El Waterloo de Emilio se llama Miguel Angel. Es el niño que murió en un río. Bueno, lo que queda de lo que antes fue un río, no hace 500 años, hace 25 todavía lo era. Por eso el gobernador de Jalisco no ha dicho esta boca es mía para solidarizarse con Miguel Angel y su familia desde que el niño de ocho años estuvo internado en estado de coma por 19 días, tras caer a las nefastas aguas del cauce ponzoñoso. Por eso prefiere que le pregunten a Fernando Guzmán. Quiere el tema lo más lejos posible de él, como de aquí a California, donde anda ahora. No es mi responsabilidad, no me la dejen a mí solito, es de todos, dice con el cargo de conciencia que se trasluce debajo de esa declaración; la sociedad en Jalisco está diseñada para autoeliminarse en tres, dos, uno, cero segundos, agrega en su descargo…

Las “indagatorias” que realiza la PGJE para dar con los responsables de la muerte de Miguel Angel (que agarren a cualquiera, culpables somos todos) comienzan a rayar en hostigamiento. María del Carmen Rocha Mendoza, madre del pequeño, ya comenzó a sentir el peso de la ley hecho policía ministerial. No nomás ella y su marido, sino todo el vecindario ahora es sujeto de declaración para que diga que, en brillante cruce de contradicciones, el niño se murió de “malita”. No miden el malestar creciente, tientan las fibras del Jalisco bronco latente. Es pregunta: ¿Ya visitaron a varios secretarios del gabinete esatal y empresarios para conocer de sus omisiones?...

Mejores cosas. Fue una fiesta estar en la inauguración de la Liga Guadalajara de Beisbol en sus categorías Infantil y Juvenil, el sábado por la tarde en el parque San Rafael. Tengo la irracional impresión de que la gente a la que le gusta este deporte es mejor persona, con un marco de referencia mental semejante al que produce el estudio de la Lógica. No me hagan caso, por supuesto. Lo que sí es que quedó constancia de que el gusto por el béisbol en Guadalajara es muy amplio, una afición que merecería un equipo menos de fútbol a cambio de otro de beisbol (participante en la Liga Mexicana del Pacífico, a web). Y la petición dicha en directo de dos funcionarios muy ligados con la organización de los próximos Juegos Panamericanos, es que Guadalajara no pierda la sede del beisbol. Que el teniente coronel Alonso Pérez González, presidente de la Confederación Deportiva Mexicana y cacique del beisbol amateur del país, sea de Los Altos parece la única razón por la que esa zona del estado podría ser elegida para erigir el estadio panamericano. La petición de los aficionados fue a Ernesto Espinosa Guarro, quien mucho tiene que ver en la organización de los Panamericanos en tanto cobra como secretario del Trabajo, y al regidor panista tapatío Luis Reyes, quien dirige la Comisión de Deportes. El estadio debe construirse aquí, la UdeG ya ofreció el terreno donde jugaban los Charros, sólo falta la decisión política para que Cuba, Estados Unidos, Dominicana, Puerto Rico, México y otras selecciones más, pisen el diamante que ya está en la mente de muchos…

Por ahí, por cierto, también andaba Martín Márquez Carpio, ex regidor de Guadalajara y activo promotor de la candidatura de Víctor Manuel Páez Calvillo a la presidencia estatal del PRD. Dice que esta semana habrá una declinación de candidatura, pero a favor de su gallo, el “loquito” Páez, como lo llama el diputado Enrique Alfaro, a su vez promotor de la candidatura de Marco Antonio Jasso, grupos que han evidenciado el nivel de competencia que se da entre los “contras” supuestos del Grupo Universidad. En su cubículo, el doctor Raúl Vargas se frota las manos ante las descalificaciones entre sus adversarios y hace su labor sin meterse en problemas. Pero ésta será una semana movida para todos ellos...

• garciapartida@yahoo.com.mx

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