Imagen del fraccionamiento Bonito Jalisco, al bordo del río Santiago Foto: HECTOR JESUS HERNANDEZJORGE COVARRUBIAS Y MAURICIO FERRER
De Miguel Angel sólo se sabe que sigue en estado de coma y con muy reservados pronósticos. Pronto cumplirá 15 días de internado en el Hospital General de Occidente (HGO) y diez desde que comenzaron a practicársele exámenes, el plazo que se fijaron las autoridades hospitalarias para descartar en su sangre la presencia de metales pesados. El niño de ocho años de edad cayó el pasado 26 de enero al río Santiago, cuyas aguas contaminadas se encuentran a poco más de cien metros de su casa en el fraccionamiento Bonito Jalisco. ¿Cómo cayó?, ¿quién lo vio?, ¿qué hacía su madre en ese momento?, son preguntas irrelevantes para el diagnóstico clínico que se han hecho los médicos. Desde que se conoció del caso, las autoridades sanitarias estatales han desestimado el señalamiento de que el menor pudiera estar intoxicado con metales pesados y en contradictorias declaraciones han dicho que Miguel Angel sufrió un traumatismo al golpearse la cabeza o que consumió un derivado del opio.
La Jornada Jalisco tuvo acceso el miércoles a la receta expedida por los médicos que lo atienden en el HGO, que comprueba la prescripción médica de penicilamina y dimercaprol, medicamentos que de acuerdo con el coordinador de la carrera de Farmacobiología en la Universidad de Guadalajara, César Ricardo Cortés Alvarez, se suministran cuando existe intoxicación por metales pesados, y ayer obtuvo una copia de la solicitud de electroencefalograma que se practicó al menor.
El documento, expedido el 29 de enero de 2008 por la Secretaría de Salud con el folio 416581, se presentó con carácter de “urgente” y detalla en su resumen clínico que Miguel Angel es víctima de una “Pb (probable) intoxicación por metales pesados”.
No obstante el diagnóstico parcial, las autoridades hospitalarias afirman que es muy pronto para afirmar que la gravedad del paciente la ocasionaron los sedimentos y metales pesados como el arsénico, plomo, mercurio y cobre que se encuentran en el agua del río Santiago.
“Bien, Miguel nuestro pacientito López Rocha, pacientito de ocho años siete meses de edad, se encuentra con un pronóstico y en un estado de salud grave. Un pronóstico reservado a su evolución (…) Grave significa una condición en la que está en riesgo su vida”, responde el director general del HGO, Enrique Rábago Solorio.
–Si llegara a recuperarse, ¿va a tener una vida normal como antes de que ocurriera el accidente?
–Es algo difícil de definir, hay que ver después de su edema cerebral en determinado momento cuáles serían las secuelas que se pudieran presentar. Definitivamente es muy difícil de contestar la pregunta.
–Ustedes siguen practicando exámenes, ¿ya los terminaron o están a punto de terminarlos?
–Bien, nosotros practicamos diferentes exámenes desde el punto de vista clínico y laboratorial. Exámenes de sangre, generales, pruebas de función hepática, diferentes pruebas, hasta exámenes un poquito más complejos tratando de buscar diversas situaciones.
–¿En su sangre se ha detectado la presencia de metales pesados?
–Dentro de los probables diagnósticos diferenciales en los que tenemos no era una probable intoxicación por metales pesados, para estas pruebas se necesitan aproximadamente 10 días para verter un resultado final.
–Por el medicamento que ustedes están administrando se sugiere la presencia de metales pesados.
–Ok, le cedo la palabra a la doctora Teresa Martínez, la jefa de la división de pediatría para contestar esto.
–¿Me puede repetir la pregunta?
–Un farmacobiólogo al que consultamos sugiere la presencia de metales pesados en el plasma del niño de acuerdo con el medicamento que le están suministrando.
–Ah, mire, es que cuando el paciente llega y cae en coma profundo se tienen que buscar diferentes alternativas, posibilidades. Eh… la familiar, la mamá, no daba más datos de las últimas horas del paciente, ignoraba porque se había salido de su casa y el niño aquí les comenta a los doctores que al parecer había comido una hojita, que alguien lo había aventado al río. Entonces se sospecha, como el niño traía diarrea, fiebre, convulsiones, alucinaciones y el estado mental alterado, el estado de conciencia alterado, se tienen que sospechar todas esas posibilidades, entonces entre las posibilidades incluso se sospechó que hubiera una intoxicación por opiáceos, pueden ser barbitúricos, antidepresivos, los niños pueden estar en contacto con ciertos medicamentos o sustancias y entonces como el niño no refirió más datos porque rápidamente cayó en coma, pues se tienen que sospechar todas esas posibilidades. Ahora el antecedente, como él dijo que alguien lo había aventado al río, pero dentro de sus incoherencias, que también no es un dato muy seguro, entonces se tuvo que hacer esa determinación, ese examen, para ver si tenía metales pesados y a la vez manejar agentes quelantes porque se tiene que proteger si hubiera metales pesados, si hubiera. Se tienen que manejar esos agentes quelantes para poder ofrecerle algo de beneficio a ese paciente.
–Es decir que ustedes todavía no tienen la certeza…
–Mire, todavía no se tiene la certeza porque es un proceso en donde se junta la orina de 24 horas porque si existieran esos metales pesados se eliminan. Por ejemplo, en un orina, en una muestra de orina puede no detectarse, en la siguiente sí. Entonces se junta la orina de 24 horas y de esa muestra se saca una cantidad. Se hace una depuración de creatinina y después de ese examen ya se analiza esa orina para ver si hay metales pesados o no y las pruebas, la mayoría de los laboratorios dicen entre 10 y 15 días para detectar si hay metales pesados o no, o sea, la prueba todavía no está confirmada, todavía no está contestada. Está en proceso, pero de todos modos el manejo se tiene que ofrecer a todos los pacientes que se está sospechando esta posibilidad, igual que se cubre con antibióticos, igual que se cubrió con todas las medidas de su manejo para el estado de coma que presenta el paciente.
–¿Qué funciones tiene el medicamento que le están suministrando al niño?
–Son agentes quelantes que capturan cuando hay metales pesados. Si hay (hace énfasis), los captura y los elimina por la orina, ésa es la función y se debe ofrecer incluso como una prueba diagnóstica que, como sabemos que el resultado para detectar metales pesados es tardado, es lento, entonces se tiene que proteger con esos agentes quelantes.
–Hay varias versiones sobre lo que pasó con el niño. Usted declaró a un medio de comunicación que al parecer había consumido un derivado del opio, después el secretario de Salud dice que es un traumatismo craneoencefálico. ¿A quién tenemos que creerle? (se cuestiona a Rábago)
–Bien, definitivamente es un niño que nos llega con alteraciones del estado de conciencia y no debemos pensar en un diagnóstico, debemos pensar en varios diagnósticos. El pensar en la posibilidad de que el niño haya ingerido algún tipo de intoxicación de opiáceo es por el cuadro clínico que presentaba. El niño era un niño que salía de su casa, se perdía por las noches, y al parecer también tenía por ahí algunas juntas de personas farmacodependientes. Esto no quiere decir que nosotros aseguremos que el niño es farmacodependiente, definitivamente no, pero como posibilidades dentro del coma se encuentra la ingestión de opiáceos, es por eso que estamos obligados a realizar pruebas que nos detecten la presencia de este tipo de medicamentos dentro de la sangre. Las pruebas resultaron negativas definitivamente, entonces se descarta ésta como una posibilidad diagnóstica. El traumatismo craneoencefálico, el niño presentaba convulsiones y hasta ahorita presenta un traumatismo craneoencefálico también. Es decir, no sabemos si el traumatismo lo sufrió al presentar la convulsión o después, dentro de todos los diagnósticos porque un ser humano no tiene un solo diagnóstico, sino que puede presentar uno o varias a la vez. Entonces también se encuentra un traumatismo craneoencefálico dentro de nuestro paciente.
–¿Qué reacciones ha tenido su cuerpo, doctora?
–El paciente Miguel Angel está en un coma, ha estado estable. Hay cierta mejoría en sus signos vitales, en sus exámenes de la función renal también mostró mejoría, la función hepática, con la cual llegó alterada, también hay mejoría, y pues los dos electroencefalogramas que se le han hecho muestran actividad electroencefalográfica.
–¿Le hicieron pruebas de laboratorio al agua donde cayó el niño? (en esta última parte de la entrevista interviene Rábago)
–Bien, nosotros al estar al frente de un hospital nos compete la atención médica del paciente, no nos compete la investigación referente al agua. Creo que hay un organismo o una entidad que debe dedicarse a ese tipo de situaciones. Nosotros con mucho gusto respondemos los cuestionamientos referentes al menor porque es el ámbito de nuestra competencia, del agua no tengo mayor información.
–Pero sí aceptan que esa agua está contaminada.
–Bien, yo no puedo aceptar ese tipo de cuestionamientos porque es algo que desconozco.
–¿Ustedes han sugerido medidas preventivas en el perímetro de esa zona donde cayó Miguel Angel?
–Bien, para poder dar medidas preventivas nosotros primero tenemos que, este, definitivamente clasificar cuál es la verdadera situación de esto. Nosotros estamos destinados solamente a la atención.
–¿No se está manoseando el asunto de Miguel Angel con diversas opiniones o la intromisión de algunos actores políticos?
–De nuestro punto de vista médico existe algo que se llama expediente clínico, en el cual mis médicos tienen la obligación de aportar los datos necesarios, tratamientos adecuados, evolución del paciente y no se debe manejar ninguna otra situación.
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