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martes, enero 29, 2008

Opinión - Alfredo Sanchez

Francachela

Publico

El 4 de mayo de 2002 conocimos el Tlajomulcazo, una fiesta que culminó con la detención injusta de muchos jóvenes que tan sólo habían acudido a divertirse. Las declaraciones del entonces gobernador Francisco Ramírez Acuña respecto de lo ocurrido incluyeron aquello de “…no vamos a tolerar en Jalisco orgías ni francachelas…”. No sé a ustedes, pero a mi lo del jueves pasado durante la aparatosa comida de la reconciliación política en Jalisco, donde Emilio González y Ramírez Acuña se tomaron varios, muchos, “tequilas de la paz”, me sonó precisamente a una “francachela”, palabra que, por si hubiera duda, define la Real Academia como “reunión de varias personas para regalarse y divertirse comiendo y bebiendo, en general sin tasa y descomedidamente”: seis horas de departir alegre y públicamente en un restaurante a costa del erario público –con el que, por cierto, Emilio es tan manirroto, excepto cuando se trata de distribuir presupuesto a la cultura- con tequilas, cognac, churrasco, chinchulines, provoletas, habanos, etcétera.

Entre lo que llamó la atención en dicha francachela fue la aparición, al final, del secretario de finanzas Óscar García Manzano, ex industrial zapatero y curioso personaje que ha entrado y salido de la esfera pública en varias ocasiones. Cuando escucho su nombre no puedo evitar el recuerdo de sus pleitos con Ramírez Acuña, ni el de aquellos furiosos desplegados que publicaba en los diarios en contra de Vicente Fox, cuando el de las botas era candidato a la presidencia de México.

Yo paso con frecuencia por la zona de las Nueve Esquinas y, al percibir su deterioro, no puedo evitar acordarme de aquel proyecto, a principios de los noventa, protagonizado por el hoy responsable de las finanzas del Estado: Las 100 manzanas. Don Óscar era entonces propietario de un pretencioso y efímero restaurante en esa zona, llamado Siglo XV, y encabezó una interesada cruzada por la revitalización del barrio, donde se nos pedía colaboración económica a cambio de maravillas nunca antes vistas. Spots de radio y televisión, desplegados en prensa y muchísimo ruido respecto del proyecto terminaron siendo solo eso: ruido y muy pocas nueces. La prueba la tenemos a la vista. A diferencia de lo que ha ocurrido en lugares como el centro de Morelia, San Luis Potosí, Mazatlán, el barrio antiguo de Monterrey o incluso en la ciudad de México, el barrio de las Nueve Esquinas ofrece muy poco. ¿Qué tal si la próxima francachela la organizan en una de las birrierías de por ahí?

::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Peje en 2008::

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