Urge la renovación en la CEDHJ
La Jornada Jalisco
Esta semana se abrió el proceso de renovación de la presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ), que definirá quién será el próximo ombudsman del estado en los cinco años porvenir, es decir, en el resto de la gestión de Emilio González Márquez. Del 15 de junio al 2 de agosto, fecha en que tiene que tomar posesión el próximo presidente, tendremos en el escenario público de Jalisco una discusión y debate en torno al perfil y la agenda que debe tener la CEDHJ.
En manos del Congreso del Estado está la ratificación de Carlos Barba para otro periodo o la posibilidad de cambio en la Comisión. Los diputados de Jalisco tendrán que optar por tres grandes líneas de propuestas, que desde mi punto de vista, son las que impulsarán los distintos actores sociales del estado. Las primeras de estas opciones son grupos empresariales y de abogados, que sin experiencia y conocimiento sobre el tema pretenden impulsar candidaturas más en función de tomar espacios de trabajo que por buscar la vigencia y el respeto a los derechos humanos en Jalisco. La segunda apuesta ya está clara, es la reelección de Carlos Barba, que con su estilo conciliador y de “alianzas” con el gobierno del estado, continuará con las mismas líneas de trabajo y actuación que ha desarrollado hasta ahora. Finalmente grupos de organizaciones de la sociedad civil y académicos de distintas universidades, que pugnarán por una serie de candidaturas con perfiles con mayor conocimiento y experiencia en el tema de los derechos humanos, y vinculados con la defensa de casos y derechos específicos.
El pasado reciente nos mostró que en Jalisco necesitamos un ombudsman con mayor firmeza, protagonismo y energía, ya que el gobierno de Francisco Ramírez Acuña ninguneó a la Comisión en casos tan importantes como la macrorecomendación por tortura del año pasado y el caso de los altermundistas del 28 de mayo. Igualmente, la CEDHJ ha sido incapaz de atender casos en materia ambiental, como la cuestión de la presa de Arcediano, y tampoco ha logrado revertir la imagen pública de que la Comisión defiende delincuentes, por lo que sigue siendo objeto de ataques por diversos sectores del estado de las más diversas posturas. Incluso en los trabajos de la mesa de Derechos Humanos de la Gran Alianza por Jalisco, la CEDHJ ha brillado por su ausencia. Todos los diagnósticos de diversas organizaciones y académicos, incluso los de la propia Comisión, hablan de que en Jalisco hubo un serio retroceso en materia de respeto a los derechos humanos, que no hay un estado de derecho.
La mayor parte del movimiento social que defiende derechos humanos en Jalisco no encuentra en la CEDHJ a un interlocutor válido y más bien vierte severas críticas por el trabajo de Carlos Barba y su equipo, por considerarlo timorato y proclive a los intereses del Ejecutivo. De la misma forma, más de la mitad del actual Consejo Ciudadano de la CEDHJ está convencido de que el ciclo de Carlos Barba ha terminado y es necesario un cambio que posibilite una presidencia más decidida y protagónica.
Otra de las grandes deficiencias de la actual CEDHJ es su escasa presencia en el resto del estado, ya que parece concentrar su labor en la Zona Metropolitana de Guadalajara. En un trabajo de investigación realizado entre el Programa Institucional de Derechos Humanos y Paz del ITESO y el Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo, en la región 06 (Sur) de Jalisco, que tiene como sede a Ciudad Guzmán, uno de los hallazgos más importantes fue que 14% de la población ni siquiera sabe de la existencia de la Comisión, 84% desconoce los servicios que presta este organismo, 55% de los encuestados dijo que no sabe dónde está ubicada la oficina regional de la CEDHJ y 74% de los pobladores de esta región afirma que no sabe de las recomendaciones que esta institución emite.
Resumiendo lo anterior, una comisión que no fue respetada ni valorada por el anterior Ejecutivo, que no tiene una imagen pública favorable, que no es un interlocutor válido con la sociedad civil, que no cuenta con el respaldo de su Consejo Ciudadano, que no tiene presencia en todo el territorio que tiene que atender, todo ello en un contexto de retroceso en el respeto a los derechos humanos, nos da como nítida conclusión que urge la renovación de la CEDHJ si queremos que en Jalisco avancemos en materia de respeto y vigencia de los derechos humanos. Lo triste de la situación es que como estrategia central para resolver todo lo anterior, el actual ombudsman se plantea generar alianzas con las autoridades (La Jornada Jalisco, 3 de junio).
El otro debate que tiene que acompañar este proceso de sucesión es que todos los actores sociales y políticos del estado deben convencerse de que un elemento fundamental de una sociedad que pretende desarrollarse y alcanzar mejores niveles de vida es la existencia de una cultura que respete los derechos humanos. No es posible impulsar políticas y estrategias de desarrollo que no contemplen esta parte de la vida. No se puede pensar en generar riqueza a costa de la vigencia de los derechos. En este mismo sentido, es necesario generar y consensuar una agenda estatal en materia de derechos humanos, que dé norte tanto a las entidades del Estado como a los grupos de la sociedad civil organizada y a la propia CEDHJ.
Todo lo anterior nos lleva a que es imprescindible fortalecer la CEDHJ y eso pasa por varios factores: renovar la presidencia, continuar con el proceso de ciudadanización de su consejo y mejorar sus mermadas capacidades institucionales. Sin duda este proceso de renovación se puede convertir en una oportunidad de diálogo y debate que nos lleve a no volver a tener un sexenio perdido en el respeto a los derechos humanos de todas y todos los que habitamos este estado. Señoras y señores diputados, esperamos que estén a la altura del debate y que decidan lo mejor.
jerqmex@hotmail.com
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