El miercoles por la mañana, la Dra. Candelaria ofrecio una rueda de prensa, aqui el boletin:
Dra. Ma. Candelaria Ochoa Avalos
Los retos en Jalisco para la nueva o nuevo titular en materia de derechos humanos no es tema menor. La Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada en 1948, mantiene como ideal común que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, para que se promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y se aseguren, medidas progresivas para su reconocimiento y aplicación universales y efectivos. Mantiene además que “Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición…” Por lo que pone en el centro que no debe existir discriminación de ningún tipo hacia ninguna persona.
Las Comisiones de Derechos Humanos fueron creadas para trabajar en esta materia y garantizar que las instituciones, especialmente el gobierno, no viole ninguna de estas garantías, sino por el contrario, promueva su respeto efectivo. Por tal motivo, las Comisiones deben encaminar su trabajo a garantizar el respeto irrestricto de los derechos humanos. Además, considero que una parte muy importante en este tipo de instancias, es garantizar la educación en este campo, ya que existe una gran reticencia a entender a todas las personas, como personas con derechos, porque permanece la discriminación hacia las personas y comunidades indígenas; todavía no existe respeto a la diversidad; los derechos de las mujeres aun son una deuda pendiente con más de la mitad de la población; las condiciones de pobreza generan desigualdad y discriminación, en fin, el camino es largo.
Ante este panorama, consideramos que para el respeto a los derechos humanos, se requiere de manera urgente una Comisión Estatal estrictamente ciudadana, comprometida, que debe impulsar acciones efectivas para el respeto, la equidad, la justicia y la no discriminación, y sobre todo, que se convierta en la verdadera defensora de quienes acuden a la misma en busca de justicia, de ahí que el reto más grande para mí, es la institucionalización de la misma. En una sociedad democrática, quienes deben cumplir en primer lugar son las instituciones, por tanto, se convierten en las instancias a través de la cual se garanticen relaciones democráticas entre sociedad y gobierno.
Actualmente la CEDHJ se ha convertido en una instancia del Ministerio Público, en donde las personas tienen que comprobar que fueron víctimas de la violación de sus derechos, en vez de investigar si fue la autoridad violó esos derechos. Además, considero que se deben simplificar las denuncias y garantizar que las recomendaciones que emita, sean atendidas y sancionadas las autoridades que incurrieron en delito. Es necesario que generemos una cultura de los derechos humanos y la CEDHJ tiene ese gran reto por delante.
Integrar ejes transversales al trabajo de la comisión sin duda ayudaría a generar una mayor visión y práctica integral de los derechos humanos, como la perspectiva de género, la no discriminación, el conocimiento y acceso a la justicia pronta y expedita, y especialmente el cumplimiento de las recomendaciones, todo ello, como un asunto ético de vital importancia.
Los retos no son pocos, aún prevalece en el estado la violación a los derechos humanos de las mujeres; de las personas con discapacidad; de los jornaleros agrícolas; de las comunidades indígenas; de las y los jóvenes y la infancia; la diversidad sexual aún se penaliza como crimen. Requerimos por ello, una o un titular que garantice dejar fuera estereotipos y estigmas de todo tipo, para que pueda ejercer de manera ética su compromiso con los derechos humanos.
Deseamos en Jalisco, una Comisión Estatal de Derechos Humanos que garantice en todo momento la integridad de cada una de las personas que vivimos en el estado. La autoridad moral y el compromiso ciudadano, deben prevalecer en la elección de la nueva titularidad, y que no prive el compromiso partidista, sino la práctica de la justicia sin discriminación.
Porque ¡los Derechos humanos no se negocian!
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