Páginas

::::

martes, junio 26, 2007

Opinión - Manuel Camacho Solís

Propuesta sin márgenes de maniobra

25 de junio de 2007

La reforma fiscal en curso es para financiar las necesidades adicionales de recursos que se tendrán en los próximos años. No es para dinamizar el crecimiento de la economía, ni para modificar la situación de los mexicanos pobres. Es una reforma que no dará márgenes adicionales de acción al Estado mexicano.

Las presiones de gasto que trae el gobierno, aún si se mantuvieran altos los precios de petróleo en 2008, son muy altas. Se calcula que, tan sólo el pago de la cuenta del ISSSTE y de los pidiregas que se empezarán a vencer el próximo año, absorberá la casi totalidad de lo que hoy se dedica a la inversión pública. Por su parte, la inercia del crecimiento del gasto corriente no ha sido detenida. De ahí que los ingresos adicionales estén ya en buena medida comprometidos.

Por otra parte, el entorno en el que se está moviendo la economía mexicana no es favorable. La economía de los Estados Unidos se ha desacelerado y tendrá un crecimiento mediocre. Las remesas que envían los mexicanos a nuestro país empiezan a mostrar un cambio claro de tendencia, pues se han estancado, cuando venían creciendo vertiginosamente. Las exportaciones de petróleo, aún con los altísimos precios actuales, no generarán tantos ingresos, por la caída franca en la producción. México no se ha podido beneficiar del rápido crecimiento de muchas materias primas en el mercado mundial, por problemas de producción. El consumo interno se está debilitando. Los bancos han aumentado sus carteras vencidas, con lo que moderarán sus políticas crediticias.

Aún sin considerar escenarios muy diferentes al actual, y ante la ausencia de una reforma del gasto que metiera orden en la administración pública, el gobierno va a necesitar más ingresos. Ha diseñado una reforma fiscal que, sin colocarlo en un la crisis política que habría provocado la introducción del IVA a alimentos y medicinas, le permita incrementar sus ingresos, reducir la evasión y hacer a los gobiernos estatales más corresponsables de sus responsabilidades fiscales.

La reforma fiscal no le dará márgenes adicionales a la economía ni al propio gobierno. Le da para continuar con el crecimiento mediocre y con la estabilidad. No le da siquiera para fortalecer la moneda, al grado de otros países, como Brasil. El gobierno ha preferido este camino, porque el otro, de quitar los privilegios de la burocracia, o entrar en conflicto con los gobernadores, le es muy costoso dados sus estrechos márgenes políticos.

El gobierno ha preferido un mal trago con el sector empresarial que un conflicto inmediato con la izquierda, o la burocracia. Para lograr la aprobación de la reforma, en un ambiente de tensiones con el PRI, es probable que tenga que hacerle concesiones importantes. Con lo cual, la reforma también resultara insuficiente desde el punto de vista de los recursos, en forma semejante a como ocurrió con la reforma a las pensiones del ISSSTE.

Aunque es seguro que habrá mucho rejuego de los grupos de interés en las próximas semanas, para intentar corregir las decisiones que les son adversas, es probable que no se unifique el sector empresarial, pues su situación también es difícil. No están en su mejor momento político y tampoco les conviene presionar de más a un gobierno de derecha. Algunos, sin embargo, se sentirán traicionados. Pues ni se está haciendo lo que querían ni tienen a la vista un horizonte promisorio.

La reforma fiscal que presenta el Ejecutivo es un paquete ecléctico para mantener el statu quo de la burocracia. No es la reforma con la que han soñado los neoliberales, ni la palanca para reorientar la estrategia de crecimiento económico y mejorar la distribución a la que aspiran las fuerzas progresistas. Si se complica, el problema será mayor. Si se aprueba, dará aire al gobierno y a los gobernadores de todos los partidos, pero en un cuarto que ya es muy estrecho, y donde ya hay muchos enojos que van desde la ley Televisa, a Oaxaca y a otros desencuentros con el PRI. La coalición gobernante no está en su mejor momento.

Miembro de la Dirección Política del Frente Amplio Progresista

No hay comentarios.:

radioamloTV