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domingo, mayo 31, 2009

A ganar elecciones: los mecanismos del PAN

Foto: César Huerta/Extensión Medios

JORGE GÓMEZ NAREDO

La Jornada Jalisco

Y todo por ganar una elección. Sí, el PAN ha hecho lo posible y lo imposible para, en la próxima Legislatura federal, tener mayoría. Nada está prohibido. La derecha (representada por Acción Nacional), no quiere dejar el poder. Busca más y más y más. Aunque el país esté siendo conducido a un despeñadero, ¡no importa!: lo que vale es el triunfo. Y para ello ha maquinado varios mecanismos. La intención: ganar votos, ganar votos y seguir ganando votos. Pero, ¿cómo lograrlo?

Campaña publicitaria-electoral sucia. El PAN, en estos últimos años, ha aprendido bien las artes de desprestigiar al contrincante. Lo hizo en 2006 con Andrés Manuel López Obrador: se dijo del ex jefe de Gobierno del Distrito Federal que era un peligro para México, que habría desvaluación si asumía la presidencia, que el desempleo crecería raudamente si arribaba al poder. Todo esto sucedió, pero no por López Obrador, sino por la ineptitud de Felipe Calderón, el “presidente del empleo” (y recuérdese bien: poseedor de las “manos limpias”). Ahora, en 2009, el enemigo no es López Obrador, sino el PRI. El PAN ha emprendido una campaña sucia, donde las propuestas están ausentes y lo importante es la difamación. Sí, desprestigiar a un partido de por sí desprestigiado pero con posibilidades de hacerse de la mayoría en San Lázaro. El presidente nacional del PAN, Germán Martínez, ha ideado (no él, pues, sino sus publicistas –porque en México a eso se reducen las campañas electorales: a la publicidad–) los mecanismos necesarios para vilipendiar al oponente. Lo ha hecho a través de mercadotecnia, mercadotecnia y más mercadotecnia, de frases agresivas, de falacias y embustes. El Instituto Federal Electoral (el supuesto “árbitro de la democracia”), es simple y llanamente un cero a la izquierda: nada vale.

La amenaza invisible y el gran fracaso convertido en triunfo innegable. Una ineptitud del gobierno encabezado por Felipe Calderón fue transformada en gloria: el pésimo manejo de la epidemia del virus influenza A/H1N1, a través de una fuerte campaña de publicidad, fue convertido en un gran logro de gobierno. Sí, el desmantelamiento de las instituciones de salud nacionales que posibilitó la muerte de decenas de mexicanos contagiados con un virus fácilmente curable, no estuvo en la discusión. Lo que se escucharon fueron frases tan hilarantes como que Calderón era el “salvador” de la humanidad. Todo esto estuvo acompañado de una fuerte campaña en medios de comunicación donde la intención fue convencer a la población del papel heroico del gobierno federal.

El desgobierno transmutado en administración eficaz. Felipe Calderón emprendió una “guerra” contra el narcotráfico que, desde antes, estaba perdida. Y lo estaba porque se inició sin planeación, sin investigación, sin un orden. Se mandó al ejército a las calles a combatir algo que ha logrado infiltrar gobiernos municipales, estatales y al mismo federal. Calderón se lanzó a la lucha contra el narco sin estrategias inteligentes, y, parece ser, defendiendo a uno de los grupos supuestamente combatidos. Lo importante era la legitimación. Hoy, a casi tres años de esa aventura, tenemos un estrepitoso fracaso (en términos reales). Por eso Calderón necesitaba de un gran golpe. Un golpe que le regresara al PAN votos, que influyera en las próximas elecciones. ¿Y cuál fue ese golpe?

Michoacán. Ahí donde comenzó la “guerra contra el narco”, ahí fue dado el golpe. Cumplió dos objetivos: dejar en la población la idea de que se combate a los gobiernos ligados con el narcotráfico y, de pasada, pegarle al PRD en uno de sus bastiones electorales. De repente, sin avisar a las autoridades estatales (que demostraron muy poca autoridad), el gobierno federal capturó a alcaldes y funcionarios estatales. Leonel Godoy, gobernador de Michoacán, quedó absorto ante lo que pasaba. ¿Por qué Calderón le pagaba tan mal a él que se alejó de López Obrador y se acercó institucionalmente al gobierno de Calderón?

Sí, la intención del operativo en Michoacán fue ganar votos. Inocular en la sociedad la idea de un gobierno federal que actúa, que guerrea con el narcotráfico en todo momento, que no importa quién caiga, si alguien tiene ligas con el narco, la administración de Calderón será implacable. Esa es la idea. Pero, surgen muchas dudas: ¿por qué un arraigo de 40 días a los sospechosos (hasta ahora ninguno es culpable) de tener vínculos con el narcotráfico?, ¿cuarenta días que concluirán exactamente después las elecciones?, ¿por qué nada más en Michoacán?, ¿por qué no en Sinaloa o en otros estados?, ¿por qué a una administración estatal y no en una secretaría federal? No cabe duda, la intención no fue atacar los vínculos narco-política, sino ganar votos y legitimidad: pura publicidad.

El PAN conquistó el gobierno federal en 2000. Seis años más tarde robó la Presidencia de la República. Nueve años después ha superado la corrupción, el cinismo y el alejamiento de la sociedad de muchos gobiernos priístas. ¿Hacia dónde va el PAN?, ¿hacia dónde se dirige? No se sabe a ciencia cierta. Pero todo lo hace para ganar elecciones, para anquilosarse en el poder, y claro, para cumplir esos compromisos adquiridos, esos compromisos que significan el desmantelamiento del país: el despeñadero de una nación.

jorge_naredo@yahoo.com

::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2009::

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