La presencia de metales pesados en el agua puede provocar diversas alteraciones en los sistemas reproductivo y nervioso. Archivo La Jornada Jalisco
Resurgió el estudio que la UdeG realizó en 2004, que reprueba en todos los ámbitos el proyecto
En el río Santiago se descargan residuos químicos de alta peligrosidad, como plomo y cianuro
JUAN CARLOS G. PARTIDA Jornada Jalisco
Tras el exhorto realizado el viernes pasado por el rector general de la Universidad de Guadalajara, Trinidad Padilla López, para que se ponga especial cuidado en el análisis del agua que podría darse a millones de habitantes de la Zona Metropolitana de una presa construida al fondo de la barranca de Huentitán, en el antiguo poblado de Arcediano, por los riesgos potenciales a la salud, resurge el estudio que esta misma institución realizó entre enero y mayo de 2004, el cual reprobó en todos los ámbitos un proyecto al que recién se autorizó liberar el crédito para iniciar las obras.
Crítico, el resultado del análisis realizado por el denominado Comité Técnico de Análisis del Proyecto Arcediano, integrado por especialistas de todos los centros universitarios que conforman la red, el trabajo para llegar a las conclusiones se enfocó a la valoración de consistencias e inconsistencias del proyecto en las cuales se consideró fundamental entender y analizar diferenciadamente los problemas del manejo integral de cuencas hidrológicas, tratamiento de aguas contaminadas y abastecimiento de agua.
De entrada, se descubrió que los proyectos presentados por la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento (CEAS) abordaban los problemas de tratamiento y abastecimiento de agua, pero no existía ni existe aún una propuesta formal que plantee el manejo integral de las cuencas, consideradas como el punto de partida indispensable para sentar las bases de la política futura en materia del agua.
Aunque después de este estudio, y por los mismos resultados señalados, se decidió realizar mesas de trabajo conjuntas entre el Comité Técnico y especialistas designados por la CEAS, y a finales de ese 2004 el hoy rector general electo, Carlos Jorge Briseño Torres, en su calidad de secretario general universitario, avaló a Arcediano como el mejor lugar para construir una presa abastecedora. La sospecha de negociar un mayor presupuesto para la UdeG a cambio del aval técnico permanece todavía como una duda potencial.
“Estamos muy conformes con los resultados, porque la Universidad aceptó que Arcediano es el sitio adecuado y que las condiciones son razonables para que sea la fuente de abastecimiento”, dijo Enrique Dau Flores, director de la CEAS, en enero de 2005, luego de concluidas las mesas conjuntas de análisis.
Sin embargo, muchos de los especialistas que trabajaron en el estudio original realizado por la UdeG entre enero y mayo de 2004 niegan hoy que exista un aval técnico hacia el proyecto y respaldan las conclusiones a las que llegaron entonces, antes de que se “negociará” –acusan– un respaldo universitario del que a partir de entonces la CEAS ha presumido.
Por la importancia de ese estudio, desde hoy y en los próximos días La Jornada Jalisco dará a conocer a la opinión pública el resultado de los análisis que la UdeG dio a mediados de 2004. Se trata de los estudios previos a las mesas de trabajo con la CEAS y al aval otorgado por Carlos Jorge Briseño Torres, el cual, por cierto, no fue respaldado ni entonces ni ahora por el rector general, Trinidad Padilla López, ni por Tonatiuh Bravo Padilla, quien fungió como coordinador del grupo interdisciplinario de expertos universitarios que realizaron el estudio.
Cianuro para beber, riesgos a la salud
La cuenca del Sistema Lerma-Chapala-Santiago está reportada como una de las más afectadas por la contaminación. El análisis para el informe presentado por el Centro Universitario de Ciencias de la Salud señala que el alto volumen de descargas de residuos químicos sobre la cuenca del río Santiago ha dado lugar a altas concentraciones de elementos contaminantes en algunas secciones del cauce, principalmente de metales pesados de alta peligrosidad y riesgo como el plomo, cadmio, arsénico, mercurio y aluminio, así como de cianuro.
De acuerdo con ese reporte, las consecuencias que la presencia de estos metales en el agua, y el consecuente riesgo al cuerpo humano a través de ingestión, absorción o inhalación, y acumularse en el organismo, son diversas alteraciones de los sistemas reproductivo y nervioso, retraso en el aprendizaje, pérdida de memoria, cáncer y alteración al tejido óseo, principalmente en niños, mujeres embarazadas y ancianos. Estos metales también afectan, por supuesto, a los animales.
El estudio también reporta que con la construcción del embalse y la inundación de grandes espacios cubiertos de vegetación se intensifica el proceso de descomposición, ya que varios elementos químicos presentes en el suelo y en la vegetación quedan disponibles para ser transformados por la acción de las bacterias presentes, como el mercurio en metilmercurio, cuyo incremento en su presencia en el agua trae consigo un riesgo de intoxicación para quienes la ingieran.
También, dada la actividad agrícola de la región, hay alta probabilidad de que el cauce esté contaminado por plaguicidas de alta toxicidad que se utilizan en grandes cantidades, como lo reporta el estudio de la contaminación del agua y de los sedimentos del río grande Santiago desde su nacimiento hasta la presa Santa Rosa en 2001, encargado por el propio gobierno de Jalisco en el análisis de la contaminación del sistema Lerma-Chapala-Santiago.
Por eso, los estudiosos universitarios señalan que un proyecto relacionado con el abastecimiento de agua debe incluir un estudio de riesgo de estos plaguicidas, que pueden ser una de las causas de efectos perturbadores endócrinos sobre la salud, como infecundidad femenina, aborto espontáneo, disminución del espermograma, cáncer de próstata y testículo, cáncer de mama, de ovario y útero.
“Una preocupación adicional es la que se refiere al vertedero de las aguas residuales de las comunidades instaladas en los diferentes trayectos y la producción de lixiviados de los sitios de confinamiento de residuos, como el basurero de Matatlán. Hay que señalar que ello puede provocar una alta contaminación por diversos agentes que se convierten en riesgo por exposición ocupacional, recreativa o por consumo de agua y/o alimentos contaminados con agentes infecciosos, como pueden ser virus, bacterias y parásitos.
De acuerdo con lo revisado por el grupo de expertos epidemiólogos de la UdeG, el proyecto Arcediano no proporciona información clara y confiable sobre el tipo de bacterias y parásitos que los sistemas de potabilización y cloración de las plantas de tratamiento y aguas eliminarán de las aguas del río Santiago. “Mientras tal información no se conozca, los riesgos sobre la salud estarán presentes”.
También el estudio señala que el proyecto no contempla la posible creación y desarrollo de hábitats que favorecen la proliferación de vectores de enfermedades que transmiten diferentes arbovirosis (generalmente mosquitos) y que pueden causar padecimientos como dengue y dengue hemorrágico, encefalitis de S. Luis y virus del Oeste del Nilo. Tampoco como resultado de la eutroficación de las nuevas presas –a menudo en los primeros años después de su llenado y operación– se produce el crecimiento excesivo de biomasa acuática que origina sustancias neurotóxicas o hepatóxicas.
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