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martes, febrero 20, 2007

Pasta de Conchos, otro crimen impune.

Cuarta República
Germán Robles.
20 de febrero de 2007

Pasta de Conchos, otro crimen impune.

Se cumplió un año de la tragedia en la mina de Pasta de Conchos, localidad de San Juan Sabinas en Coahuila; 65 los muertos, sólo dos rescatados y una estela de irresponsabilidades tanto sindicales, empresariales y no se diga de gobierno. Un fiel reflejo de nuestra podredumbre social que lejos de resarcir los daños a las víctimas , el caso ha servido para chantajes políticos en donde todos son culpables.

A la fecha no hay ni un solo responsable sobre la tragedia; ni un solo consignado, y el tiempo profiere que el caso tendrá carpetazo y total impunidad dado que se politizó en extremo, es tal el nivel de complacencias e irresponsabilidades entre distintos actores que todos quedan entrampados; vaya todos tienen cola que les pisen y nadie da más para denunciar y hacer justicia. Nadie asume su responsabilidad, pues so riesgo a recibir vendetta entre otros destapes de cloacas prefieren nadar de muertito. Nada para nadie.

Es de esos terribles casos en donde los distintos actores se culpan entre sí; nadie asume su resposabilidad y todos se guardan sus cartas acusatorias bajo la manga para el tiempo político más oportuno; tal es el caso del actual gobernador Moreira quién después de un año y a toro pasado acusa a Vicente Fox de presuntas presiones para encarcelar a culpables fabricados. De Fox no dudamos esa actitud, pero las pruebas del caso son requeridas y la explicación de que este dicho no tiene una intención política en el entendido de que Moreira si quiere el pago de facturas calderónicas tiene que posicionarse con su propio culpable en este caso Fox, quién ha mandado el claro y torpe mensaje a Calderón de que le debe mucho de su imposición y que no renunciará a negociaciones a cambio de la tapadera a los escándalos de la familia de Fox, los Bribiesca y concupiscencias irregulares tales como la bahía del Tamarindillo.

De la tragedia los saldos son desoladores; a las familias y deudos no les han sido entregados los cuerpos, al no haber tal presencia no hay indemnizaciones aún para la mayoría de los afectados, sólo promesas rotas y manipulación jurídica del caso; en el colmo, muchas de las familias fueron presionadas para denunciar indemnizaciones ante la junta de conciliación y arbitraje de la entidad; con el argumento falaz de que de no proceder así expiraría el año reglamentario para reclamar dichas retribuciones. Obviamente al no haber cuerpos las familias no pueden proceder. Las prisas las tiene el gobierno de Moreira.

El gobierno por medio de la STPS atiza contra la Industria Minera México S.A. (IMMSA); principal filial de Grupo Minero México; en cambio la empresa niega responsabilidad y acusa a la Secretaría de Trabajo de inventar culpables y no realizar cabalmente labores de inspección; mientras se discute el caso lo cierto es que aún al día de hoy 63 hombres yacen bajo toneladas de piedras y escombros, sin ver la luz hacia un digno sepulcro ni tampoco tener la tranquilidad, la paz de los suyos.

La tragedia se vio vestida por los más viles vicios sociales y políticos del país; la sustitución de Napito por otro líder charro financiado vía gobierno; uno cacique sindical inefable; el otro el que impone el gobierno líder a modo que disfraza culpables y pruebas apócrifas inventadas por el gobierno de Fox y sostenidas por la gerencia de Felipe Calderón. El grupo minero congeló cuotas, canceló el contrato colectivo de trabajadores y dio liquidaciones de miseria a hombres que tenían más de diez años de servicio y que en promedio recibieron entre 70 mil y 80 mil pesos. Aún dada la tragedia el sistema minero por mencionar sólo la industria del caso sigue en un ambiente de brutal irregularidad, las condiciones sociales y de seguridad son paupérrimas siendo uno de los sectores más vulnerables para los trabajadores.

Que decir del fenómeno televisivo en su momento que soslayo la ineptitud gubernamental, jugó de manera parcial, hizo escarnio y amarillismo del hecho jugando con los sentimientos de las víctimas en este caso los familiares; a un año sólo quedan estribillos y viejas retóricas oficiales típicos en casos de desastre; lo cierto es que no hay justicia; sólo cartas negociables para responder a acciones penales y golpear políticamente. Una tragedia no resuelta que augura desolación en el campo jurídico mexicano ante la posibilidad de nuevos sucesos trágicos en el campo laboral de este como de varios sectores, pues la lección no se aprende y este sector continua desprotegido; la historia de los próximos años cuando se recuerde el caso Pasta de Conchos no variará en mucho a lo visto hoy un año después de la tragedia; tampoco veremos a los responsables del caso que los hay (y en cuantía) en distintos niveles tras las rejas.

El traspatio.

Desde el correo: Silvia Wybo escribe sobre las expropiaciones de Marcelo Ebrard…El lugar expropiado, Germán, es un lugar lleno de maleantes, droga, prostitutas...Entiendo tu defensa, pero, en este caso, yo sí creo que fue una buena medida de Ebrard.

Y en cuanto a las pretendidas cuotas que el patiño de Padilla Carlos Briseño quiere facturar Víctor Caamaño desde el correo comenta: ¿González Romero podría haber estudiado si hubiera tenido la obligación de pagar cuotas cuando era estudiante de la U de G? ¿Hubiera estado de acuerdo? Ahora empoderado y seguramente enriquecido por el trampolín de la propia U de G, ¿puede moralmente hablar de esa manera? El problema de fondo es convertir a la educación en una mercancía, cancelando así un derecho constitucional, por más que le den vueltas con las falacias de que los estudiantes gastan más en cigarros, en cervezas, y en automóviles. Quieren hacerla de Robin Hood quitándoles a unos y dándoles a otros. ¿Y entonces para qué son las políticas fiscales redistributivas? ¿Por qué pagar impuestos y luego, encima, cuotas "voluntarias"? (…)

Mientras se celebro el día del ejercito, este en voz del general Guillermo Galván confirmo votos de lealtad y asumió la legitimidad al enquistado de los Pinos, mientras tanto Calderón como Juan Camilo Mouriño arman su campaña de espantabobos, “Ahí viene el lobo 2!” con coproducción del brazo árabe de la CIA Al Qaeda. Y es que a fin de mantener cautivo a sus simpatizantes así como sostenerse Calderón requiere seguirles recetando spotazos, y demás estupideces perceptivas pagadas con el erario.



gerarq22@hotmail.com

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