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"¡No hay justicia para los pobres en América! ... ¡Oh, compañeros míos, continuad vuestra gran batalla! ¡Luchad por la gran causa de la libertad y de la justicia para todos! ¡Este horror debe terminar! Mi muerte ayudará a la gran causa de la humanidad. Muero como mueren todos los anarquistas, altivamente, protestando hasta lo último contra la injusticia... Por eso muero y estoy orguloso de ello! No palidezco ni me avergüenzo de nada; mi espíritu es todavía fuerte. Voy a la muerte con una canción en los labios y una esperanza en mi corazón, que no será destruída..."
Nicola Sacco.
"Queridos amigos y compañeros del Comité de defensa. Mañana, inmediatamente después de la media noche, deberemos morir en la silla eléctrica. No tenemos ya ninguna esperanza... Hemos decidido, por eso, escribir esta carta para expresar nuestro reconocimiento y admiración por todo lo que habeís hecho en favor de nuestra defensa en estos siete años, cuatro meses y once dias de lucha. El hecho de que hayamos perdido y que debamos partir, no disminuuye para nada nuestra actitud y nuesttra apreciación de vuestra conmovedorra solidaridad hacia nosotros y nuestras familias. Amigos y compañeros: ahora que la tragedia de este proceso toca a su fin, unamos nuestros corazones, nuestros errores, nuestras derrotas, nuestra pasión, para las batallas futuras, para la emancipación final. Unamos nuestros corazones en esta hora, la màs negra de nuestra tragedia. Armaos de valor, saludad a los amigos y a los compañeros de todo el mundo. Os abrazamos a todos y os damos el último adiós, con el alma desgarrada, pero llena de amor. Ahora y siempre un viva a todos nosotros, un viva a la libertad. Vuestros en la vida y en la muerte"
Nicola Sacco y Bartolomé Vanzetti.
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