El gobierno estatal propone construir la presa de Arcediano; ambientalistas la rechazan
La federación insiste en que la privatización del líquido es una estrategia para resolver el problema
EMILIANO DIAZ CARNERO - Jornada Jalisco
En Jalisco, las reservas de agua están disminuyendo a un ritmo de 6 mil metros cúbicos al año, lo cual es grave, ya que tan sólo la zona conurbada de Guadalajara, con una población mayor de 4 millones de habitantes, consume 12.5 metros cúbicos por segundo, lo que se traduce en 280 litros por habitante al día, aproximadamente.
Actualmente se abastece de nueve metros cúbicos por segundo, quedando un déficit de 3.5. El lago de Chapala proporciona 5.5 y las aguas subterráneas tres metros cúbicos por segundo. La mayoría de los manantiales están sobrexplotados. Esto es lamentable, ya que a pesar de la escasez de agua, no se ha hecho nada por reparar las fugas en las redes de distribución, en donde se estima una pérdida de entre 30 y 40 por ciento del agua que circula por la red.
El gobierno de Jalisco propone la construcción de la presa de Arcediano para resolver este asunto, a lo que grupos ambientalistas se oponen, ya que las aguas que dotarían a la presa provienen del río Santiago y el río Verde, con altas concentraciones de metales pesados como mercurio, plomo, zinc, hierro, arsénico, cobre, cadmio y cromo, los cuales pueden generar desde enfermedades de la piel hasta cáncer de sangre.
Ante esta situación, diferentes voces se levantan para proponer estrategias que garanticen a todos el acceso digno al vital líquido. Mientras tanto, el gobierno mexicano insiste en que la privatización del agua es una estrategia viable para resolver el problema, a lo que muchos expertos se oponen. El problema es complejo y urgente, por lo que se necesitan acciones concretas consensuadas entre todos los sectores de la sociedad para lograr una solución que contemple una mejor cultura sobre el manejo del agua, costos justos, salud pública y cuidado del medio ambiente.
Para Andrés Barreda, economista e investigador de la UNAM, el proceso de privatización del agua en nuestro país ya está en marcha y se lleva a cabo mediante la sectorización de los usos del agua (urbano, rural e industrial) en una doble estrategia espacial.
Por un lado está la dispersión, que divide los espacios de control del líquido para su administración mercantil. Para el uso urbano se propone la privatización de los servicios municipales de agua mediante empresas privadas operadoras que proporcionen los servicios y su administración para las redes de drenaje y alcantarillado, así como su almacenamiento, saneamiento, potabilización y bombeo; para el uso rural se propone la privatización de las presas nuevas y de los pozos de agua, además de los llamados “pagos por servicios ambientales”, el cual es un programa que pretende lograr el control de las cuencas y cabeceras de cuencas de las montañas donde nacen los ríos y manantiales, despojando a las comunidades rurales de su derecho agrario de administrar colectivamente este recurso. Y por último, el industrial, que se realiza mediante una política de concesión de pozos para uso industrial, en donde es utilizada para la industria (como la papelera, cervecera y refresquera, entre otros) o para vender agua embotellada.
La estrategia de integración que complementa la anterior se realiza a través de una gestión regional del recurso, concretándose con la instalación de 13 organismos de cuencas y 25 consejos de cuenca, en las que los intereses de empresarios locales y regionales, junto con los de los funcionarios públicos, se imponen a los de la sociedad, ya que la participación de los diferentes representantes sociales no tiene poder de decisión por el hecho de estar marginados de la toma de decisiones.
En el mundo existen aproximadamente mil 400 millones de metros cúbicos de agua, de los cuales, mil 365 millones corresponden a agua salada (97.5 por ciento) y 35 millones a agua dulce (2.5 por ciento). Del agua dulce, 0.3 por ciento está almacenado en lagos y ríos, 30.8 por ciento está en el subsuelo y 68.9 por ciento se concentra en glaciares. Esto quiere decir que menos de uno por ciento del agua del mundo es accesible al consumo humano, lo que comienza a ser una preocupación.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), mil 200 millones de personas no tienen acceso a agua limpia para la vida cotidiana y mil 800 millones viven sin saneamiento adecuado, lo que pude ser causante de enfermedades como el cólera, parásitos, diarreas, amibiasis, tracoma, salmonelosis, entre otras.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), 35 millones de personas mueren al año por falta de agua, debido a que sólo 20 por ciento de la población mundial concentra 80 por ciento de la disponibilidad del líquido. Ochenta por ciento de las enfermedades y más de 33 por ciento de las muertes en el tercer mundo están vinculadas con el consumo de agua contaminada. Diez por ciento del tiempo de trabajo de cada persona se pierde por enfermedades relacionadas con el agua.
En México, 11 millones de personas no tienen acceso al agua potable y 24 millones carecen de sistemas de alcantarillado, con efectos en la salud pública alarmantes.
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Privatizar el agua y los servicios relacionados, no es la mejor opcion, hay que recordar lo que sucedio en Cochabamba, Bolivia., donde trataron de llevar a cabo la privatizacion. El pueblo, al conocer las consecuencias que implicaba, se opuso totalmente.
El proyecto de la presa de Arcediano, tal como señalan los documentales (El Salto, donde el agua envenena y ¡Aguas! con Arcediano), no es la mejor opcion para dotar de agua a la zona metropolitan.
Un fragmento del documental La Corporacion, donde muestra la experiencia boliviana y la privatizacion.
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