Jorge Gómez Naredo
El secretario general adjunto del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Samuel Aguilar, indicó que su partido no realizará una consulta pública para conocer lo que el pueblo de México opina de la reforma energética que Felipe Calderón presentó en la Cámara de Senadores: “los priístas no concederemos en una estrategia que sólo busca dividir en un tema fundamental para todos los mexicanos, como es el energético". Vaya declaraciones de este señor. Ahora resulta que consultar a la ciudadanía sobre un tema es “dividir” a la sociedad. El PRI jamás ha sido un partido de oposición. Desde que perdió la presidencia de la República, en 2000, no ha entendido lo que significa ser oposición. Juega a lo que le reditúe mejores beneficios: no ve por el bien del país.
Son verdaderamente absurdas las declaraciones de Samuel Aguilar y las de personajes como Germán Martínez y Santiago Creel, quienes buscan estigmatizar la propuesta de una consulta pública como una “estrategia” para dividir a la sociedad. Ahora resulta que fomentar la democracia participativa es un peligro para México. No cabe duda, ellos, los panistas y buena parte de los priístas, son una verdadera rémora para los procesos democráticos en México. Cada día lo demuestran más.
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