Páginas

::::

viernes, diciembre 14, 2007

Opinión - Jorge Gómez Naredo

Artículo publicado en La Jornada Jalisco, el 9 de diciembre de 2007

El Zapopan de Sánchez Aldana

Jorge Gómez Naredo

El viernes pasado Juan Sánchez Aldana dio su primer informe de gobierno en consonancia con el optimismo panista a nivel federal: adujo que la ex villa maicera iba bien gracias a su administración, a su tesón y su esfuerzo. Se jactó de los grandes logros: inversión por todos lados, orden por dondequiera, diálogo con los inconformes, beneficio para decenas de colonias, obra pública en todas partes. Y los derechos humanos (¡no podían faltar!) se respetan como nunca, porque él, Sánchez Aldana, es un político ejemplar que se preocupa por el bienestar de todos los gobernados.

La visión del actual alcalde zapopano es de mieles y triunfos: “Zapopan es competitivo porque en el transcurso de este año alcanzamos una inversión privada de 1,308 millones de dólares y estamos considerados como uno de los municipios con mejor ranking nacional”. Según el primer edil, los zapopanos deberían aglutinarse en masivas manifestaciones para agradecerle a él, el presidente municipal, los muchos logros obtenidos, el bien que ha traído a estas tierras.

Sin embargo, la realidad, la terca realidad, contradice en muchos aspectos al panista. Zapopan es uno de los municipios con mayor número de escándalos en el Estado. Solamente lo aventaja Tonalá, donde su alcalde, Jorge Vizcarra, parece un ínclito personaje de novela policíaca.

Juan Sánchez Aldana se ha acostumbrado a los puestos de gobierno. De 1995 a 1997 fue director del Sistema del Tren Eléctrico Urbano (SITEUR), después pasó a la dirección del Instituto Jalisciense de Asistencia Social (IJAS), cargo que dejó en 2000 para integrarse como director general de administración del Ayuntamiento de Guadalajara. Y de ahí, a la presidencia de Zapopan. No se puede justificar su ineficacia por falta de “experiencia”, como hacían los primeros panistas que accedieron al poder en Jalisco.

El actual alcalde de Zapopan es ingeniero industrial por el ITESO y maestro en administración de empresas por el TEC: no ha pasado por una universidad pública. Tiene cursos que dicen mucho de su interés por gobernar: “Planeación Estratégica”, “Liderazgo situacional” e “Introducción a las técnicas de Dirección”. Se ha educado para ser un “líder” que dirija los destinos de cientos de miles de personas. Quizá por eso ha planteado, desde el principio de su administración, la necesidad de que se le pague bien, porque él se merece más, porque él no puede vivir con treinta mil pesos al mes, necesita más, mucho más. Y puso las cosas en su lugar: se aumentó el sueldo y el de los altos funcionarios en más del 60%.

Sánchez Aldana sabe cómo tratar a los inconformes. El miércoles pasado se demostró su delicado tacto para con los adversarios cuando se refirió al Sindicato de Organismos Públicos Descentralizados del municipio: “sindicato intransigente, violento y mafioso”. Sí, Sánchez Aldana el conciliador. Conoce, además, cómo lidiar con manifestaciones: para llevar a cabo su primer informe de gobierno, cercó buena parte del centro de Zapopan. Pero no por miedo a que se le gritaran algo o a algún conato de bronca, no, él lo había explicado antes: “no podrán entrar [los inconformes] porque no van a caber y la idea es que podamos tener un evento con comodidad todos, pero si hay manifestantes, lo que nosotros debemos de garantizar es el libre acceso de los invitados”. Y dentro de la lista de los invitados no se encuentra el pueblo de Zapopan, ¡lástima! Todo sea por la comodidad de los distinguidos asistentes.

Sánchez Aldana se ha caracterizado por declaraciones que muestran su incapacidad para pensar en los sectores desfavorecidos, en los humildes. Es el símbolo actual de la falta de tacto con los pobres, de la carencia de interés en la justicia y la igualdad. Su gestión ha sido de dispendio en los altos mandos y cerrazón a mejorar las condiciones de vida de los de abajo, de las bases que sobreviven con poco más del salario mínimo. Es, sin duda, un ejemplo de cómo gobierna la derecha panista. Y claro, la justificación sigue siendo la de siempre: las cosas estaban mal antes, ahora hemos venido a mejorarlas. Seguramente Sánchez Aldana piensa que el pueblo le debe agradecer. Vaya representantes populares que tenemos en estas tierras. Nuevamente surge la pregunta, ¿por qué en Jalisco se sigue votando por el PAN?

No hay comentarios.:

radioamloTV