Las cinco firmas apócrifas
• El líder espurio qué...
• ¿Sentaría el PAN un precedente?
Publico
¡¿Y el gobierno, mi estimado..?! Como disco rayado parecen ser las mismas noticias que nos agobian diariamente. La inmisericorde ola de violencia desatada por el ajuste de cuentas entre el narcotráfico y la feroz batalla por los territorios hace lucir, en tan sólo 120 días, el verdadero tamaño de la administración de Felipe Calderón, que no ha podido enfrentar, combatir y amortiguar las cifras que ya tiñen de rojo su controvertido gobierno.
La incapacidad, ineficacia e ineptitud están exponiendo el colosal fracaso en una delicada materia que preocupa a diversos sectores, aunque si de espectacularidad hablamos, desde la Secretaría de Gobernación, de Ramírez Acuña, se escupe que Vicente Fox le heredó 16 conflictos al pobre agobiado de Calderón. Hágame el tristísimo favor.
Ni en las épocas doradas de las lacritas tricolores se balconeaba con tan poca clase la ropa sucia. Nada más de recordar el megaoso de un personaje con tan poca credibilidad como Federico Döring, quien siendo senador salió públicamente a denostar y calumniar al líder de su partido, es el grotesco botón de la mercería azul en su mezquina lucha por el poder.
Veremos, querido lector, si el PAN –más allá de su batalla intestina– muestra congruencia y sanciona ese tipo de conductas o si la deja pasar sentando un delicado precedente. Porque en ese simpático viajecito, el histérico de Döring arrastró a Manuel Espino y también a Felipe Calderón & links, pues. Así que el juego del Tío Lolo sale sobrando.
Es como la hora de la verdad, mi estimado, poco a poco se va acercando develando el carácter humano en los tiempos difíciles.
Como original ejemplo está el asunto del conflicto minero y el desconocimiento del liderazgo de Napoleón Gómez Urrutia basado en un sinfín de ilegales travesuras, de las cuales supo desde el comienzo de esta administración el secretario del Trabajo, Javier Lozano. La Toma de Nota, secreta e ilegítima dada por su antecesor Francisco Salazar a Elías Morales días previos a la tragedia de Pasta de Conchos, ha sido el entretenido hilo de la escalofriante tenebra orquestada al más alto nivel en el sexenio anterior.
El ocurrente fantasmita se volvió pesadilla cuando un alto funcionario de la STyPS afirmó que había órdenes superiores de reconocer esas firmas para darle su ración de flit al líder de los mineros. Algo así como un deja vú como el ocurrido con el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, quien meses después declaró haber sido presionado por el mismísimo presidente Fox para armarle su reventón jurídico al simpático Napo, so pena de partirle su mandarina en gajos comenzando por donde más duele: el presupuesto federal destinado para obra de infraestructura en su estado.
Y finalmente ayer la PGR del procurador (con minúsculas) Eduardo Medina Mora entregó el dictamen grafológico donde se comprueba –lo que aquí se ha repetido como disco rayado– que las cinco firmas de la Toma de Nota para Elías Morales eran, efectivamente, apócrifas. O sea, una ilegalidad más al tigre foxista que ya parece pantera y que amenaza con llevarse al precipicio jurídico a varios ilustres ex funcionarios federales hoy cobijados, impunemente, por el manto azul de Espino Barrientos.
Con este encantador fallo, mi estimado, Gómez Urrutia debe ser reconocido por este régimen como líder indiscutible del sindicato minero y comenzar el accidentado camino del tan cacareado Estado de Derecho rumbo a las denuncias penales, que se aclaren las imputaciones legales que en su contra se abrieron en varios estados y...
Ya encarrerados, falta que también el mandatario de Michoacán, Cárdenas Batel, se faje los pantalones y salga a aclarar cómo estuvo todo el embrollo (detrás de bambalinas) del sangriento desalojo de los mineros, porque las huellas del ex presidente Fox y la presión de ciertos empresarios originaron la precipitada decisión ante la inconfundible pasividad del gobernador aunque... no se me agobie, my friend, ...cause that political shit will hit the fan.
Sin duda que los espacios políticos se terminaron para la dilación del polémico expediente minero.
La cantidad de focos rojos que, como reacción en cadena, se desataron con la evidencia de los atropellos jurídicos (remember desafuero?) para deshacerse de personajes incómodos para el ex presidente Fox orquestados desde Los Pinos, llegan a unas semanas de la madre de todas las batallas azules en el firmamento del PAN.
El atractivo meollo, my friend, es que Felipe Calderón está obligado a llegar, en el marco de la ley, hasta sus últimas consecuencias. Se aceptan apuestas.
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