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lunes, abril 30, 2007

EDITORIALES DE PÚBLICO MILENIO

RUBÉN ALONSO: DERECHO A SABER Y DERECHO A PEDIR

En Jalisco, como en México, el derecho a la información aún está en una etapa de comprensión y desarrollo. Las creaciones de las llamadas “leyes de transparencia”, a escala federal y local, ha propiciado el ejercicio de dicho derecho, pero aún se confunde con el “derecho de petición”.

1. El “derecho a la información”, como “derecho a saber”, ha registrado un desarrollo sólo en el ámbito de “información pública gubernamental”; aún nos falta tocar otros tipos y modos de información. Si consideramos la “de interés público”, ésta rebasa la de “pública gubernamental”, y tendremos que incorporar aquella información que generan y difunden los medios de comunicación.

Si el “derecho a la información” es una prerrogativa de toda persona, ¿qué no tiene ésta derecho a recibir y acceder a información completa, veraz, oportuna, generada (y comercializada) por empresas de comunicación?

Considerando los efectos nocivos de la Ley televisa, podemos concluir que en México la respuesta a esa pregunta de parte de los 3 poderes legales mas los fácticos es un rotundo NO

2. El derecho a la información pública gubernamental garantiza el ejercicio de otros derechos, como el participar en la toma de decisiones públicas gubernamentales, fiscalizar el actuar de quienes han sido delegados (mandatarios).

3. En Jalisco, la Ley de Transparencia e Información Pública es reglamentaria “en lo relativo a la transparencia y al derecho a la información pública”. A escala federal, cuando se creó la ley respectiva, los legisladores no aceptaron que fuese “ley reglamentaria”; sin embargo, con la reciente reforma-adición al artículo 6° constitucional, que llevará a una adecuación del marco jurídico federal (no nacional), será necesario hacerla reglamentaria.

4. El “derecho de petición”, artículo 8 de la Constitución, protege, valga la insistencia, otro derecho, y por ende hay otra materia (objeto) a resguardar; aún cuando antes, el primero se empleara para ejercer el segundo.

Mientras no se tenga en cuenta que “derecho a la información” (derecho a saber) y “derecho a petición” son dos derechos distintos, con bienes jurídicos distintos a proteger, se insistirá en que el “derecho a la información” es un asunto de materia administrativa e incluso político-partidista. Y esto, aunque para el ejercicio de uno, requiera un trámite administrativo. Se está desarrollando (por su ejercicio) el derecho a “saber”, que para algunos se reduce a “pedir”; pero “saber” y “pedir”, sencillamente, no es lo mismo. ¿O sí?

El asunto aquí, es que el derecho de petición está en la práctica cancelado y anulado para todas las personas que no pertenecemos a ningún grupo de poder, que somos la inmensa mayoría de los mexicanos. En esas circunstancias, no es de sorprender que efectivamente mucha gente esté usando su derecho a la información como un medio para hacerse oír ante las autoridades. Mientras se siga ignorando el derecho de petición de la mayoría, necesariamente terminará usándose las acotadas herramientas para ejercer el derecho de la información también para pedir.

JUAN JOSÉ DOÑÁN: POLLOS NONATOS

El Cabildo de Guadalajara acaba de aprobar, “por unanimidad”, la desaparición de un parque público (el Mirador Dr. Atl, en el extremo norte de la calzada Independencia, en la ceja de la barranca de Huentitán), para “donarlo” al grupo de particulares que promueve la construcción, en esa área, de la que sería la primera sede latinoamericana del Museo Guggenheim. ¿Qué llevó a los regidores del PAN, lo mismo que a los del PRI y a la del PRD, a carrancearles a los tapatíos un espacio recreativo, de seis hectáreas y media de extensión y que, desde el viernes pasado, pertenece al Fideicomiso Guggenheim de México? En palabras de una regidora priista, la “convicción” en las “bondades” de un proyecto que promovería mundialmente a Guadalajara, de manera parecida a como la sede española del mencionado museo neoyorkino despertó el interés internacional en la antes desangelada ciudad de Bilbao.

Como en la fábula inglesa, a los regidores tapatíos (zafra 2007-2009) parece gustarles el juego de contar los pollos antes de salir del cascarón. Su credulidad es tanta que piensan estar representando los intereses de la ciudadanía al intercambiar un bien cierto (el parque público con la mejor panorámica de la ciudad) por una quimera, que aun cuando llegara a materializarse, muy difícilmente sería lo que sus promotores esperan. Para empezar, porque la maqueta del eventual Guggenheim tapatío adelanta un edificio que, estéticamente, estaría muy por debajo del concebido por Frank Gehry para el de Bilbao. Por otra parte, porque aún no se cuenta con un compromiso formal del gobierno federal, tanto para garantizar el financiamiento de la construcción del referido inmueble como para el mantenimiento y la operación del museo de “clase mundial” que ahí operaría. Y aun cuando ya existiera, para hacerse efectivo se tendría que contar antes con la aprobación de la Cámara de Diputados.

Y luego de todas estas aduanas, aparecería la prueba más difícil: el rebote social masivo que debe suscitar un museo world class, particularmente entre legiones de turistas, pues de otro modo la proyectada casa internacional de las musas, con sede en Guadalajara, no podría subsistir. ¿Y qué ocurriría si, en lugar de asemejarse al Guggenheim de Bilbao, el que se pretende construir en el desahuciado Mirador Dr. Atl resultara más parecido a la desairada franquicia del mismo nombre que acaba de cerrar en Las Vegas? ¿El plan B sería convertirlo en un conjunto habitacional de superlujo, asentado en lo que originalmente fue un parque público?

Qué mal pensado es Juan José Doñán, como si los influyentes locales no acostumbraran hacer eso cada vez que algún político que les debe favores llega al poder. Ya se hizo efectivamente con los terrenos del antiguo Club Guadalajara, si ya se salieron impunemente con la suya en esa, ¿por qué no intentar hacer un despojo más grande y jugoso? Total, buena parte de la sociedad tapatía está convencida que sólo les puede esperar un futuro mejor con justicia en el otro mundo.

MARCELA GÓMEZ ZALCE: ENTRE FOX, EL 2 DE JULIO Y EL NARCOTRÁFICO
  • La otra batalla
  • Trincheras
Hoy más que nunca, mi estimado, el que se ríe se lleva y el que se lleva se aguanta. El ocurrente protagonismo de Vicente Fox con sus originales declaraciones son dardos envenenados hacia Felipe Calderón y que ya nadie se haga demasiadas bolas.

Fox, my friend, trae agenda. Y cómo no traerla si conoce perfectamente bien el círculo de impunidad que desencadenó una inmensa ola de corrupción, amiguismo, un despiadado tráfico de influencias y travesuras solapadas desde la cabañita acogedora por aquellos amigos cercanos, por hermanos y jijos incómodos de la tristemente celebre familia presidencial. Y cómo no saber al dedillo del importantísimo poder que siempre da tener como aliado a la oscura PGR para perseguir y confeccionar expedientes a la medida para joder al enemigo.

Botones de esa mercería foxista, desafortunadamente, querido lector, sobran. Fox siempre supo, gracias a su ambiciosa compañera Marta Sahagún, la necesidad de encontrar su propio rinconcito tenebrosón como trinchera de resguardo a raíz de la estrepitosa derrota de Santiago Creel, la farsa de irse al rancho y alejarse de la vida política fue solo una cortina de humo para evitar que sus adversarios y rivales conocieran los pormenores de su divertido plan.

Hace algunas lunas que Fox desafía a Calderón con el pretexto de sus inescrupulosas conferencias, sus amenos viajes o estridentes declaraciones internacionales pero hoy, curiosamente, lo hace con ese distintivo cinismo apostando a que, presionado, el segundo pierda los estribos y la paciencia dada su bien ganada fama de tener la mecha corta. La atractiva pregunta es por qué el ex presidente ha escogido el timing para la seductora embestida que origina un extraño y grotesco bailoteo de declaraciones entre el rebañito azul que ya da entretenidos síntomas de enloquecida jauría.

Si le agrega el reciente y muy simpático balconeo mediático, cual puntita del iceberg, que ya emerge del gobierno federal sobre la lista de los nombres de los millonarios agraciados durante la pasada administración, la dupla Fox-Sahagún sabe (not so deep down) que tarde o temprano ese fuego amigo tocará a la puerta de la polémica familia. Y quizá en su debido momento, con un leverage y satus quo instituido, las condiciones para la negociación serían más favorables.

Favorables, of course, para salvar a la estirpe, mi estimado, porque al ritmo en que the shit is hitting the fan salpicando por doquier, ni el cochinero desplegado el 2 de julio alcanzará para obtener impunidad, perdón, salvavidas para todos.

Los hoyos negros amenazan el cielo azul y ni la voluntad del hoy inquilino de Los Pinos podrá ser suficiente para tapar el sol con un dedo.

Corrupción sigue siendo el término mexicano de moda. Entre Petróleos Mexicanos, SEP, Fonden, Fonatur, Capufe, Aduanas, la SCT (con la ampliación de la terminal en el Aeropuerto de la Ciudad de México), atrayentes fideicomisos y lo que se siga sumando, la danza de los millones en manos de unos cuantos es, sencillamente, aterradora.

Fox aparece en momentos donde el gobierno está muy lejos de consolidarse. Al contrario. Su vulnerabilidad crece ante el embate de la delincuencia organizada que suma y suma ejecuciones con el paso de los días amén de la otra batalla, la interna por supuesto.

La primera mantiene a Felipe Calderón y su Gymboree entre agobiado, temeroso y preocupado. La ola criminal amaga con ser tsunami muy pronto y arrastrará a varios al precipicio.

Y en la segunda es demasiado conocido los niveles de tensión, animosidad y resentimiento. En ambas luchas Calderón se juega su resto. Y se nota. Entre el 2 de julio y los barones de la droga. Por eso la perversidad de Fox y su timing, pues. Ni más, my friend, pero ni menos.

Por la Mirilla

El pasado viernes la Embajada de Israel celebró su Independencia en el hotel Presidente Intercontinental. El evento pudo haber pasado desapercibido si no hubiera sido por el impune aparato de seguridad desplegado ante los ojos atónitos de huéspedes que veían desfilar policías y grotescos personajes dignos de juego de X-Box. Con decirle que hasta francotiradores vigilaban, a la vista de todos, la entrada al hotel donde múltiples veces ha estado Calderón sin causar estos niveles de protesta, crítica y enojo. La de cajón: ¿De qué tamaño es el miedo señor embajador..? En fin, sume otro tache más…

Y eso de que en México se desconoce totalmente la malsana costumbre que tienen algunos soldados del IDF a ponerles balas en la cabeza a niños menores de 5 años, o el volar edificios completos para castigar póstumamente a los teroristas suicidas, y las condiciones en las que viven millones en los campos de concentración que son la Franja de Gaza y Cisjordania.

JUAN PABLO BECERRA-ACOSTA: LA PANTOMIMA DE ZONGOLICA


Los argumentos periciales de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) sobre la muerte de la anciana Ernestina Ascencio en la Sierra de Zongolica parecen rotundos: contrarios a los indicios del gobierno veracruzano, los cuales afirman que sí hubo violación y golpes en el caso de la indígena, las evidencias de la CNDH concluyen lo contrario.

Sin embargo, hay algo que sigue incomodándome desde que viajé a la zona para hacer un reportaje: los testimonios. Según José Luís Soberanes, el ombudsman nacional, la hoy occisa nunca afirmó en las horas posteriores a los hechos que la hubieran violado y que los supuestos criminales fueran militares. Soberanes dice que las palabras de la señora fueron tergiversadas cuando las tradujeron del náhuatl al español. Autoridades locales me enviaron hace un par de días un correo electrónico en el que aseguran que eso es falso. Que revisaron la traducción del intérprete y que la mujer dijo lo que dijo horas antes de morir.

Cuando estuve reporteando allá, Marta, la hija de 35 años de la anciana, me contó -exigí que hablara en su magro español- que su madre, tirada en una ladera cercana a Tetlatzinga (su pueblo), donde la halló luego de que le avisaron que ahí yacía, pronunció una palabra que no existe en náhuatl: “Soldados”. La hija le había preguntado que qué le había ocurrido. Su madre, con voz trémula y llorosa, agregó: “Se me echaron encima”. “¿Qué es eso de que se le echaron encima?”, le pregunté a Marta. Con la mirada tristísima, pronunció siete palabras en su escueto español: “Aquí, en comunidad, quiere decir que violaron”. Y agregó: “Aquí, así se decide (sic) eso”.

Al preguntarles por separado a varios lugareños acerca del significado de tal expresión, me lo confirmaron. Cuando los hijos de la mujer y un líder de la zona -hoy defenestrado- llevaban a la anciana al hospital aquel 25 de febrero, se detuvieron un momento en la casa del alcalde para gritar que la habían violado unos soldados. Javier Pérez Pascuala preguntó: “¿Es cierto, señora? ¿Fueron soldados?” La mujer no pudo contestar pero asintió dos veces.

Vuelvo a insistir: alguien miente. Sé que hoy lo políticamente correcto es avalar lo que dice la CNDH, pero a mí me siguen perturbando esos testimonios y esas miradas donde no pude atisbar, por más que lo intenté, un asomo de falsedad.

Reitero: sea quien sea -en Veracruz o en la Ciudad de México- quien haya montado una pantomima, la tiene que pagar. Y muy caro…

Pues aquí el principal error de todo este asunto corre por cuenta de Calderón y el general Galván, porque, en lugar de investigar efectivamente a los posibles responsables y así, hacer recaer el desprestigio a sólo un puñado de militares indisciplinados, decidieron crear un circo de encubrimiento que terminó manchando al Ejército y a la CNDH como instituciones. Los comunicados iniciales de la Sedena que hacían referencia a las muestras de semen que ahora todo mundo "suponía" que existían, de ser cierto que todo esto era suposición, por lo menos indica que no sólo la procuraduría veracruzana estuvo trabajando mal, sino también la procuraduría militar; con errores de ese calibre, al rato quemarán los campos de alfalfa y cilantro por confundirlos con sembradíos de mariguana y amapola.

Este encubrimiento no sólo daña el Ejército al crearle problemas con su imagen; también lo daña al crear un antecedente más de impunidad, y si los militares tienen impunidad para violar las leyes, ¿por qué no terminarán violando también la cadena de mando o los códigos militares? ¿Por qué deberían de conservar la disciplina y el honor militar? Habrá que recordarle a Calderón que un grupo de fuerzas especiales indisciplinadas fueron los que comenzaron con los Zetas. A este paso, no les alcanzará el alfabeto completo para contar a los grupos de (ex) militares al margen de la ley.

LUIS MIGUEL GONZÁLEZ: LA BRECHA EDUCATIVA

En un país ideal, el sistema educativo sirve para promover la igualdad de oportunidades. En México no. Los mexicanos que pertenecen al 20 por ciento más rico de la población tienen siete años más de educación formal que los del 20 por ciento más pobre, según el Reporte de Educación en América Latina de Interamerican Dialogue.

Siete años de educación es la diferencia entre terminar una maestría y quedarse en sexto semestre de preparatoria. Siete años hacen un mundo de distancia cuando se trata de aspirar a un puesto de trabajo. Es la brecha entre el que lleva los recados y uno de los directivos, en el supuesto que no se trate de personas con talento excepcional.

En América Latina sólo Bolivia y Guatemala tienen un diferencial más grande que México en esta materia. En Jamaica hay poco más de un año, en Venezuela son cuatro y en Argentina, cinco.

La brecha va más allá de los años de permanencia en el sistema educativo. Está presente en el tipo de infraestructura y en la calidad de educación. Los estudiantes que corresponden a los deciles superiores tienen mejores calificaciones en matemáticas y español. Aclarando que nuestros resultados en matemáticas no son excepcionales, sino todo lo contrario: dos tercios de los estudiantes mexicanos examinados en la prueba PISA eran incapaces de aplicar las matemáticas para resolver problemas de la vida diaria.

La inequidad en materia educativa refleja y magnifica las diferencias que existen en México. Los estudiantes provenientes de familias con mayores ingresos tienen mejores condiciones para estudiar: alimentación, tiempo y material didáctico en casa, por ejemplo.

Cantidad sin calidad, se titula el reporte del Interamerican Dialogue. América Latina y México han puesto mucho énfasis en mejorar en indicadores fácilmente cuantificables, como personas matriculadas y monto de la inversión educativa, pero hay poca atención a la calidad. No llegaremos muy lejos si seguimos con el mismo enfoque.

Estamos en un mundo en el que la calificación de los recursos humanos es fundamental. Tiene que ver con la competitividad y la productividad, pero también con la justicia social y la igualdad de oportunidades. Es otro tema donde el cambio es urgente.

Pero de qué se apuran si la Gordillo es la mandamás de la política mexicana y se mantiene como líder del sindicato más grande de América Latina. Por qué preocuparse por arrasar a un país si de todos modos se siguen enriqueciendo los potentados de siempre.

JAIRO CALIXTO ALBARRÁN: FOX Y EL INTERNACIONALISMO PECUNIARIO

A pesar de su folclórico estilo de gobernar, casi nunca estoy en desacuerdo con Hugo Chávez. Me ganó desde que en plena asamblea de la ONU comenzó su discurso con un “Aquí huele a azufre, aquí estuvo el diablo”, al referirse a la presencia de George W Bush unas horas antes en ese lugar y con la misma gente. Pero tristemente, ahora sí discrepo con el venezolano cuando, sin conocimiento de causa, declaró que Vicente Fox le daba asco y lástima, no necesariamente en ese orden, quiero suponer. O sea, no se puede tratar así a un ex presichente, sobre todo porque a pesar de ser uno de los grandes del internacionalismo pecuniario y que en su fuero interno quisiera entrar a caballo y encapuchado a Caracas para derrumbar al mal gobierno comunista de la mano del espinito panista, que es como su Durito, todavía no sabe dar golpes de Estado. Se le dan los desafueros y amañar las elecciones, pero golpes de Estado por lo menos todavía no.

Además, Hugo Chávez se equivoca porque Vicente Fox no da asco ni da lástima, sino güeva. El otrora campeón del humorismo pando, el simpático rancherito que cautivó a los electores del voto útil con su carisma y ocurrencias sin iguales, se desgastó tanto durante su sexenio que del chorro de voz ya le quedó nomás el puro chisguete.

O sea, por su capacidad para generar bostezos es más aburrido que el estilo de juego del Tuca Ferreti y los Pumas, que a fuerza de empates se forjaron una reputación como profesionales de la narcolepsia pambolera.

Ni siquiera la reforma del Estado, las homilías de don Norbeto, los spots panistas, las acusaciones de la Secretaría de Gobernación contra Brozo, y la negativa de Juan Molinar Horcasitas -IMSS- y José Córdova Villalobos –Salud- para permitir la práctica del aborto en sus hospitales (quién iba a decir que hubiera tanta viuda de Serrano Limón, al rato en sus nosocomios la única forma de asepsia será con agua bendita), son tan de flojera como los esfuerzos de Fox por dar la nota. Con tal de salir en la tele reveló que, con la generosidad que le caracteriza, en su sexenio se gastaron 10 millones en regalos.

Fox tendría que entender que la única manera en que sus actos no den güeva sería entregando a los Bribiesca en calidad de chivos expiatorios, yéndose a Pasta de Conchos a trabajar de minero sindicalizado bajo la férula de Napito, o contribuir a que Agustín Cartens consiga uno de los sueños más guajiros del terrorismo fiscal: que la economía informal pague impuestos.

Fox ya organizó su show en el rancho San Cristóbal, nomás le falta encuerarse en el Zócalo para Spencer Tunick.

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