Opinión - Cecilia Marquez

Yun ¿qué?

Publico

“Eso de El Yunque es como el chupacabras, todos dicen que lo han visto, pero no sé dónde está” Fernando Guzmán Pérez Peláez

De ahora en adelante a los niños pequeños que no obedezcan les dirán “te va a llevar El Yunque”. Una ociosa organización donde la obediencia ciega aplica y sus principios tienen una clonación perfecta y escalofriante con la filosofía Nazi. El Yunque festeja su penetración exitosa al ámbito del arte.

Esta organización misteriosa cuenta con ceremonias de iniciación dignas de la pantalla grande, conformada por unos señores inexistentes, según el incrédulo secretario de gobierno de Jalisco, Fernando Yunqui Guzmán Pérez Peláez, es una chaqueta mental de unos periodistas que inventan libros de ciencia ficción o guiones de cine negro.

Sabemos que un funcionario jalisciense de alto rango sufre Parkinson y que ello afecta la claridad de sus decisiones, pero... ¡Hay que preocuparnos! Ahora varios en el gobierno de Jalisco sufren amnesia o de Alzheimer. Niegan la cruz y El Yunque de su parroquia.

Tienen dentro de sus plegarias a Luís Paredes Moctezuma, ex presidente municipal de Puebla, confeso militante de dicha organización por 30 años y ahora ex yunquista delator de los integrantes de este chupacabras gubernamental.

Emilio González Márquez, gobernador de Jalisco, no puede negar que sudaba a mares mientras su tic de parpadeo y movimiento involuntario de rostro, brazo y pierna, lo acompañaba al imputar en el Museo de las Artes a Álvaro Delgado en la presentación de su libro El Yunque, la ultraderecha en el poder.

Emilio no puede contradecir que pertenece a El Yunque, su negativa es estrategia casi divina como San Pedro, lo negarán más de tres veces y dirán que no: Manuel Espino Barrientos, presidente del PAN nacional; el coordinador de Innovación Gubernamental, Herbert Taylor Arthur; Fernando Guzmán Pérez Peláez; Antonio Gloria Morales, secretario del gobernador; el secretario de Cultura, Alejandro Cravioto, quien dobletea en el MURO; la contralora María del Carmen; el coordinador de la alianza por Jalisco, Leonardo García; el alumno más aventajado: Alonso Ulloa, jefe de asesores del estatal y Leonardo García Briseño, ex presidente municipal de Tepatitlán.

Otros no aceptan en coro que tienen el privilegio de los favores de los soldados de Dios: Alberto Cárdenas, secretario de Sagarpa y su esposa Joann Novoa; Fernando Garza, ex presidente de Guadalajara y coordinador de enlace de Sagarpa; Antonio Muñoz, ex coordinador de los diputados locales; el legislador federal Mario Salazar; Manuel Ramírez, oficial mayor del gobierno estatal; Jorge Sánchez, ex particular de Emilio y director del Iprovipe; Gustavo González, ex sindico en Guadalajara y el diputado Gabriel Jiménez.

El Yunque, como chupacabras, les ha sorbido el cerebro. Cuando haces el bien no requiere encubrirte con el velo de la clandestinidad.

No es secreto que este grupo utiliza de forma autoritaria la fuerza del estado para su beneficio: coarta, censura, limita, margina y discrimina a sus detractores. Son fanáticos que se aprovechen de la filosofía cristiana, mientras ellos succionan de los erarios las ganancias que les permiten vivir holgadamente.

¿Quién desea un gobierno autoritario que decide lo conveniente a la minoría y olvida el bien común? ¿Usted sí?

Yo no. Prefiero a los que juegan de frente y no con caretas e hilos de títeres yunquistas, que para nada son hombres de bien, sino engendros de la oscuridad que, al igual que Adolf Hitler, utilizan los muros de una presidencia municipal para prodigar su panfletaria retórica.

Lo triste aquí es, pues, que celebren con bombo y platillo la compra de intelectuales, como el caso del pintor Rubén García Mendoza, egresado de la escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara, autor del controversial mural en Tepatitlán de Morelos, que fue digno de elogios por parte del cardenal Juan Sandoval Íñiguez, principal impulsor de El Yunque.

marquez_cecilia@hotmail.com