El documental sobre el maestro rural vuelto guerrillero se exhibe en la Cineteca Nacional
Lucio Cabañas, mito que sigue representando ideales: Tort
Traer al presente la memoria que se intenta socavar, uno de los propósitos explica
El cineasta Gerardo Tort estaba en Playa Paraíso, Guerrero, platicando con la señora de una enramada y le preguntó por Lucio Cabañas. Ella le dijo que claro que lo conocía, que por ahí pasaba a tomarse unas cervecitas.
-¿No sabe por dónde anda? -inquirió la señora.
-Lo mataron.
-No, está vivo -reviró.
Gerardo Tort contó en entrevista esta anécdota para ilustrar cómo el maestro rural, vuelto guerrillero ante tanta injusticia, sigue presente en las comunidades guerrerenses y en todo tipo de luchas en el país. Cómo este personaje "se volvió una idea, un mito que representa ideales".
El documental La guerrilla y la esperanza: Lucio Cabañas (2005), dirigido por Tort, se exhibe en la Cineteca Nacional (www.cinetecanacional.net) donde concluirá sus proyecciones el primero de julio.
Los realizadores de la película buscaban "traer al presente la memoria que se quiere socavar". Porque, "para avanzar, una sociedad requiere revisar su pasado". Y nosotros "tenemos una memoria histórica muy corta".
Tort puso de ejemplo a los españoles, que continúan haciendo películas sobre la guerra civil. Este revisitar la memoria, "tiene que pasar en el país", y tiene que ser por medio de distintos puntos de vista: "La verdad se construye con muchas posiciones. Hace falta contar la historia de Genaro Vázquez, de la Liga Comunista 23 de Septiembre, del subcomandante Marcos... hay que invitar a los cineastas a participar".
Tort celebró la existencia no sólo de cintas como El Violín, sino también de experiencias menos conocidas, como la obra documental de realizadores indígenas en la Montaña de Tlapa.
La guerrilla..., con guión e investigación de Marina Stavenhagen (actual directora del Instituto Mexicano de Cinematografía), va más allá del personaje en sí y se adentra en el tema de la guerra sucia. Incluye numerosos testimonios de ex guerrilleros y la voz de Lucio Cabañas.
La idea surgió en 2001, mientras terminaba de filmar De la calle (2001). Inicialmente quería hacer una cinta de ficción sobre la guerra sucia. Comenzaron a recolectar información, a contactar a gente involucrada (en principio para rescatar historias reales y darle carnita a los personajes de ficción). "Brotó naturalmente la historia de Lucio Cabañas".
La cinta contó con recursos del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) y una beca de la Fundación Rockeller. "Fueron casi cuatro años de trabajo arduo".
Ahora planean lanzar al mercado el dvd del documental y están en negociaciones con las grandes exhibidoras ("de por sí es complicado distribuir cine mexicano, más difícil un documental").
Tort aún quiere hacer una cinta de ficción sobre la guerra sucia.
Hace unos días, el director platicó con unas 60 personas presentes en una función del documental. La gente lo felicitó, le dio las gracias, lo cuestionó ("¿porqué no profundizaste en la historia del Partido de los Pobres?"; "¿porqué no vemos más los motivos del lobo?"; "me hubiera gustado ver una película más dura"), y le pidió cosas ("si haces otra película, que no sea ficción, porque estamos muy necesitados de aclarar cosas. Se necesitan documentales verdaderos").
Tort, un poco nervioso, contó que había sido "muy complicado establecer una red de contactos", pero cómo, ya que jalaron las primeras hebras, salía y salía. Que habían filmado unas 130 horas en video digital. Y que habían tardado un año en el trabajo de edición, hasta 2005.
Suscita reflexión
También describió el recibimiento que ha tenido el documental en diversos lugares. En Morelia, los sorprendidos jóvenes preguntaban '¿cómo es posible que pasara eso en México?' En el Festival de Acapulco (ganó el premio de la audiencia) se volvió una charla entre el mismo público. Al respecto, en entrevista, había dicho: "A las funciones fueron personajes que estuvieron involucrados. Se suscitó la reflexión. Más que hablar al presídium, le hablaban al público, reflexionaban sobre la situación en la que se encuentra Guerrero y cómo se han transformado los personajes (desde reclamos por haber olvidado a quienes dieron la vida por la lucha social, hasta quienes reivindicaban que había que seguir la resistencia).
A juicio de Tort, la zona de Guerrero en la que luchó Cabañas "está herida", "el conocimiento de Lucio está vivo, pero no sólo de él, sino de muchos desaparecidos y, entre ellos, muchos que no estaban involucrados". La percepción es que la lucha continúa, por la tenencia de tierra, contra los caciques, contra la injusticia. "Lucio colecta estos sentimientos, se convierte en su depositario".
Añadió que cree que es "imposible que cambie el país sólo porque cambian los gobernantes", mientras haya un sistema que fomenta las injusticias.
Y lucha seguirá habiendo. Ante el público habló sobre "la continuidad histórica en los procesos", de cómo "los hilos" de las luchas desde la Revolución (o inclusive antes), se pueden seguir "hasta ahora".
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