1.-
ELEGÍA
A veces me dan ganas de llorar,
pero las suple el mar.
2.-
PAUSAS -I-
¡El mar, el mar!
Dentro de mí lo siento.
Ya sólo de pensar
en él, tan mío,
tiene un sabor de sal mi pensamiento.
3.-
A veces me dan ganas de llorar,
pero las suple el mar.
2.-
PAUSAS -I-
¡El mar, el mar!
Dentro de mí lo siento.
Ya sólo de pensar
en él, tan mío,
tiene un sabor de sal mi pensamiento.
3.-
SE ALEGRA EL MAR
(A Carlos Pellicer)
(A Carlos Pellicer)
Iremos a buscar
hojas de plátano al platanar.
Se alegra el mar
Iremos a buscarlas en el camino,
padre de las madejas de lino.
Se alegra el mar
Porque la luna (cumple quince años a pena)
se pone blanca, azul, roja, morena.
Se alegra el mar.
Siete varas de nardo desprenderé
para mi novia de lindo pie.
Se alegra el mar.
Siete varas de nardo; sólo un aroma,
una sola blancura de pluma de paloma.
Se alegra el mar.
Vida -le digo- blancas las desprendí, yo bien lo sé,
para mi novia de lindo pie.
Se alegra el mar.
Vida -le digo- blancas las desprendí.
¡No se vuelvan oscuras por ser de mí!
Se alegra el mar.
hojas de plátano al platanar.
Se alegra el mar
Iremos a buscarlas en el camino,
padre de las madejas de lino.
Se alegra el mar
Porque la luna (cumple quince años a pena)
se pone blanca, azul, roja, morena.
Se alegra el mar.
Siete varas de nardo desprenderé
para mi novia de lindo pie.
Se alegra el mar.
Siete varas de nardo; sólo un aroma,
una sola blancura de pluma de paloma.
Se alegra el mar.
Vida -le digo- blancas las desprendí, yo bien lo sé,
para mi novia de lindo pie.
Se alegra el mar.
Vida -le digo- blancas las desprendí.
¡No se vuelvan oscuras por ser de mí!
Se alegra el mar.
JOSÉ GOROSTIZA (1901-1973) Nació en Villahermosa, Tabasco, en 1901, y murió en la Ciudad de México en 1973. Formó parte del grupo de la revista Contemporáneos (1928-1931). De la canción, animada por la sencillez, José Gorostiza evolucionó hacia "una investigación de ciertas esencias --el amor, la vida, la muerte, Dios-- que se produce en un esfuerzo por quebrantar el lenguaje de tal manera que, haciéndolo más transparente, se pueda ver al través de él dentro de esas esencias". Esa actitud saturó finalmente su labor poética y, sin perder el impulso emotivo inicial, se conformó con una poesía que, no obstante su brevedad, ha provocado el mayor número de interpretaciones que se hayan publicado acerca de un escritor mexicano de los últimos lustros. "Muerte sin fin" (1939), texto escrito de acuerdo con temas comunes a los distintos poetas de su generación, se desborda hacia el reconocimiento de una fuerza destructiva que no sólo abarca la conciencia, sino que se halla en la totalidad de la materia. Tales ideas, acompañadas de descripciones y cantos unidos a la invariable reflexión acerca del destino humano y el alcance del campo racional, se manifiestan con un sentido depurado que difícilmente encuentra similitud en la historia de la poesía nacional.
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