La prioridad
La Jornada
El gobierno calderonista, que se halla cada vez más a la deriva, ha cambiado de estrategia y a fin de alcanzar sus objetivos trata luego de estos desastrosos seis primeros meses de proyectar otra imagen de Calderón y de su gobierno, menos fascistoide y entreguista, creyendo que se lo van a creer los mexicanos.
1. El gobierno de facto de Felipe Calderón Hinojosa tiene como prioridad, como todo mundo sabe, entregar el petróleo y los recursos básicos del país al capital trasnacional, pero ante el desastroso inicio del sexenio está pretendiendo dar un paso atrás, y a fin de hacer posible su permanencia en Los Pinos busca ahora, por medio de una intensa campaña propagandística, en lo que constituye un cambio de estrategia, presentar mentirosamente una imagen de conciliación y de cercanía con los pobres que hasta ahora nadie le cree.
2. Las orientaciones centrales del gobierno de facto no se han podido ocultar, aunque ahora pretendan soslayarse. Busca como prioridad desmantelar a la nación por la vía de seguir entregando sus riquezas estratégicas al capital trasnacional y a las mafias de seudoempresarios salinistas y panistas que financiaron el fraude, cancelar los derechos sociales del pueblo a fin de hacer viables las nuevas relaciones económicas y, en consecuencia, terminar con la autonomía del Estado mexicano (el proyecto neoliberal). Y para ello le urge profundizar el control del aparato estatal por políticos surgidos de los grupos integrantes de la coalición de extremistas de derecha que de manera ilegitima están tratando de gobernar México ("la alternancia" o "transición", según los panistas).
3. El grupo de Los Pinos que dirige el aventurero gallego Juan Camilo Mouriño está por ello dando prioridad en estas semanas a la política sobre la economía, dado el temor fundado de que, a pesar de las estructuras electorales fraudulentas que han edificado en el país, ante el fracaso calderonista el PAN pudiese sufrir un rudo revés en las elecciones legislativas de 2009 que fuese preludio a su debacle en las de 2012, en las que él aspira a ser el abanderado panista (tras una nueva modificación, desde luego, al artículo 82 constitucional, que se lo impide).
4. No extraña, por lo mismo, la desesperación de esos yunquistas-panistas por apoderarse del aparato nacional del PAN arrebatándoselo a Fox y Espino, por incrementar la guerra sucia contra Andrés Manuel López Obrador, por detener al PRI a nivel estatal, por tratar por todos los medios de generarle otra imagen a Calderón, que a pesar de los cientos de millones derrochados en la nueva campaña propagandística no logra levantar. Y desde luego por obtener recursos para su proyecto político, en el que el PAN funciona como un partido de Estado, por mucho que desmientan esto sus voceros.
5. La realidad no la puede, sin embargo, cambiar la propaganda. El PAN ha reproducido en el ejercicio del poder las mismas prácticas, esquemas, costumbres y tradiciones del PRI, que tanto criticaron en el pasado sus dirigentes, y no extraña por lo mismo ver a Calderón comportarse como jefe de partido, o a sus secuaces en Los Pinos, que actúan sin ninguna investidura oficial, erigirse en el poder dentro del poder y actuar en todo el país en nombre de Acción Nacional, que es ya el nuevo partido de Estado, sin que ello les pudiera preocupar a los viejos panistas.
6. Los programas y obras del régimen se hacen por lo mismo partiendo de esas prioridades: fortalecer los mecanismos de control estatal en función de los intereses del PAN, y en ese sentido enriquecer a los empresarios traficantes de influencias que apoyan al partido blanquiazul. Beatriz Zavala, titular de la Sedeso, ha puesto los programas sociales de esa dependencia al servicio de la estructura electoral panista, arrebatándoselos de manera sustancial al PRI, bajo la regla de que quien controla la bolsa controla el poder.
7. El país no ha tenido, en consecuencia, luego del 2000, una "transición democrática", ni mucho menos un "nuevo régimen" político. Las posibilidades de que ello aconteciera quedaron entonces abiertas, pero lo único que aconteció fue una recomposición de las elites en el poder, una reconversión de los aparatos de dominación y un reciclamiento de las fuerzas económicas que controlan el país, al profundizarse la aplicación del modelo neoliberal.
8. ¿A quién puede sorprender en el México de hoy que Televisa o Tv Azteca, y la mayoría de las estaciones de radio, sigan cumpliendo el mismo papel servil ante el gobierno que llevaban a cabo en los años del priísmo, y que sus locutores, ahora vestidos de blanquiazul, sigan tratando de engañar a los mexicanos?
9. En este escenario, el conflicto más grave que se da en la "clase política" es el derivado de la necesidad de los panistas de seguir achicando al PRI en el país, sin poner por ello en entredicho el respaldo priísta en las cámaras o conducir a un posible divorcio PRI-PAN. De ahí que las gentes de Los Pinos estén buscando ahora sacar a Ulises Ruiz de la gubernatura de Oaxaca (pretendiendo que es la Suprema Corte quien lo ordena), extraditar al ex gobernador Mario Villanueva a Washington (pretendiendo que es la administración Bush quien lo ordena), e impedir a Jorge Hank Rhon ser el candidato priísta en Baja California, donde iba a quitarles la gubernatura (pretendiendo que es el tribunal electoral quien lo decide).
10. Las disputas de la "clase política", que pelea el poder por el poder, no pueden ni deben, sin embargo, distraer a las fuerzas sociales de México, que saben cuéles son las cuestiones de fondo que se pelean y que en los próximos meses estará en disputa más que nunca el futuro de la nación.
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