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sábado, mayo 17, 2008

La reforma de Pemex

Javier González Garza
17 May. 08
Reforma


Calderón presentó cinco iniciativas a las que llamó reforma energética. Lamento informar que es una reforma a Pemex y al régimen de la propiedad del Estado sobre el petróleo. No es la reforma energética integral que requiere el país.

La propuesta de Calderón trata de burlar el espíritu y la letra de la Constitución para hacer de un bien público un negocio privado. Se deduce que para el grupo en el poder los problemas del país se resolverán cuando puedan hacer más negocios con Pemex.

Hago una lista breve de los temas que deberían estar dentro de la reforma pero fueron ignorados:

1. Formación de recursos humanos de alto nivel. Los países que son potencia petrolera o están en vías de serlo invierten grandes cantidades en la formación de sus cuadros, es clave para que cualquier nación despegue en la sociedad del conocimiento. Esto lo comprendió con claridad el general Cárdenas cuando al decretar la expropiación petrolera creó al Instituto Politécnico Nacional. Los neoliberales, en cambio, han destruido al Instituto Mexicano del Petróleo y en su iniciativa no intentan modificar esa estrategia suicida. En Brasil, considerado por el gobierno mexicano un paradigma del desarrollo tecnológico, se hicieron grandes inversiones en ciencia y tecnología. Cuando en aquel país, no petrolero en ese tiempo, decidieron construir plataformas marinas para explorar y extraer petróleo en aguas someras y profundas se crearon 100 mil puestos técnicos. ¿Los contrataron en Estados Unidos o Noruega? No, los formaron en las nuevas instituciones creadas para eso.

2. Al no tocar el tema científico, México renuncia a la creación de tecnología propia. En el sexenio anterior el presupuesto para ciencia se redujo a 0.34 del PIB; actualmente se dedica 0.37. Cuando en 2003 logramos un 0.43 por ciento, lejos aún del 1 por ciento del PIB necesario.

3. No contempla cambios en el régimen fiscal que permitan a Pemex utilizar sus excedentes en fortalecerse con nuevas inversiones. Se dedican a cabildear con los gobernadores prometiéndoles que tendrán recursos adicionales para usarlos para ganar elecciones locales inmediatas.

4. No contempla el tema de la energía eléctrica. Tal vez porque en la última década la producción de particulares, nacionales o extranjeros, crece a ritmo acelerado. Hoy alcanza, según datos oficiales, cerca del 40 por ciento del consumo nacional. De la producción independiente la transnacional Iberdrola detenta la mayor concentración, con el 38 por ciento, le sigue Gas Natural que adquirió cuatro plantas generadoras, tres de la francesa EDF y una de Mitsubishi. Así, Iberdrola, Gas Natural y Unión Fenosa manejan 70 por ciento del total de la energía generada por los productores particulares de energía.

5. No se menciona la energía eólica, que es muy pequeña: produce sólo 200 megawatts en dos plantas en Oaxaca; mientras que Alemania, país cinco veces más pequeño que México, produce 20 mil megawatts. Lo malo es que en nuestro país la producción crece en manos de empresas extranjeras, particularmente españolas.

6. No se refiere a la hidroeléctrica, que anteriormente era orgullo de la ingeniería nacional. ¿Ya no puede crecer? ¿No conviene?

7. Tampoco redefine la relación con el sindicato para impedir que recursos de la empresa vayan a financiar campañas políticas, como fue el caso de los millones desviados a la campaña de Labastida en el 2000, en el tristemente célebre Pemexgate. Al contrario, se le dejan cinco puestos en el Consejo de Administración de Pemex, por lo que tendrá más poder en decisiones administrativas fundamentales para la empresa.

El argumento del gobierno para abrir Pemex a la inversión privada se basa en afirmar que la empresa no tiene dinero suficiente para las inversiones urgentes.

Nosotros afirmamos que Pemex sí tiene recursos. Para la elaboración del Presupuesto de la Federación 2008 se consideró que el barril se vendería en 49 dólares. Entonces el día de hoy existe una diferencia de 56 dólares, que no se tomaron en cuenta para la elaboración del presupuesto, que entran a la Secretaría de Hacienda. A estos 56 dólares por barril les llamamos excedentes petroleros.

La mezcla mexicana de petróleo está por encima de los 105 dólares por barril, mientras que el costo de extracción es en promedio de 5 dólares el barril; con una inversión del 30 por ciento de las ganancias podemos construir refinerías y plantas petroquímicas, podríamos vender el barril ya procesado ¡en más de 300 dólares!

No se trata de las ganancias de Pemex. Son los excedentes, cada año hay una cantidad de recursos no programados que en algunos años han representado cantidades enormes que no se invierten en Pemex. ¿Qué pasó? ¿Por qué se niegan recursos a las empresas nacionales? ¿Debilitar nuestras empresas es una política institucional de los últimos gobiernos? ¿Para qué?

Los mexicanos queremos una industria energética nacional moderna, que abastezca las necesidades de la industria y la población con buenos servicios a precios justos.

¿Son iniciativas constitucionales o rompen nuestro marco jurídico? ¿Fortalecen a Pemex, o entrará con ellas en una crisis mayor? ¿Hay propuestas mejores? Qué bueno que se abrió el debate nacional sobre el tema. Habrá oportunidad de analizar, a nivel general, en escuelas, sindicatos y con la gente interesada, el futuro de nuestra empresa para beneficio de todos, no de unos cuantos.


El autor es coordinador de los legisladores del PRD en la Cámara de Diputados.

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