Páginas

::::

martes, abril 10, 2007

Opinión - Rosario Ibarra

¡Y hasta barren!

Universal - 10 de abril de 2007

Las palabras que dan nombre a estas líneas las leí en este mismo diario el viernes 6 del presente. Son parte de una amplia nota que mereció primera plana y que -la verdad sea dicha- para mí, como para muchos, resulta aterradora. y no es que se desconozca lo que allí se informa, sino que tal vez la mayoría de los lectores, como yo, no podíamos siquiera imaginar las proporciones de tal hecho, a todas luces punible, aunque sólo se califique como "falta administrativa".

¿Quiénes, cuántos de los que venden su fuerza de trabajo podrán catalogar como "falta administrativa" el que se oculte el número de accidentes que suceden en los centros en los que laboran? ¿Cómo hacerlo, si todos ellos saben que 12 millones de trabajadores "laboran bajo algún tipo de riesgo"?

Viví muchos años en una "ciudad obrera" (como solían calificar a Monterrey) y "rancho grande" que decían que era por aquellos años; todo se sabía, nada quedaba en secreto, todo mundo "cuateaba" (como diría José Alvarado) y, por ello, todo salía a la luz y se supo quién fue el asesino en el "crimen de la calle de Aramberri", y de cuántas puñaladas mataron a la chinita Paulina Lee y quiénes fueron los empresarios que se parapetaron a un costado del Casino Monterrey para disparar contra una marcha de obreros y dieron muerte a dos. Y se supo también que los dueños de la Fundidora de Fierro y Acero querían ocultar la horrorosa muerte de dos de sus obreros que fueron alcanzados por el hierro derretido.

Y se conoció también en toda su crueldad la tortura y la muerte del joven ferrocarrilero Román Guerra Montemayor, que no se trató de un "accidente de trabajo", sino de la ilegalidad de funcionarios de gobierno, igual a la que hoy pretenden dar marco jurídico. En fin, que eso de los "accidentes de trabajo" y todo lo ilegal, por más que quieran ocultarlo, a la larga se sabe, como sabemos hoy que en 2005 hubo nada menos que 302 mil accidentes de ese tipo, y que el mismo año, "3 mil 594 empleados sufrieron la amputación de un miembro, debido a accidentes de trabajo".

Conocemos también la negligencia criminal de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, a la que poco o nada le importan dichos accidentes, y a quien lo dude le recordamos un caso reciente: Pasta de Conchos.

¿Cómo es posible que con los presupuestos tan grandes que se dan para todo lo que quieren tengan "solamente 313 inspectores para monitorear 815 mil centros de trabajo"? Esto lo afirman quienes conocen el tema a la perfección y han expresado lo que miles de mexicanos pensamos: que aparte de la incapacidad numérica (llamémosla así) de los inspectores, está lo otro, lo endémico, la corrupción de ambos bandos, la del que da y la del que recibe: el inmoral empresario (esto lo digo yo) que "gratifica" y el inspector que en reciprocidad de igual inmoralidad, sin importar a ambos la seguridad y la vida de los trabajadores, tejen la trama siniestra que puede llevarlos hasta la muerte.

En el colmo de la inmoralidad, el mal gobierno se jacta de "los bajos índices" de accidentes laborales. Presume que México está por debajo de países europeos, aunque sabe muy bien, que las empresas no informan de dichos accidentes. De medio millón que según datos oficiales se dan cada año, "150 permanecen en la clandestinidad".

¡Y aún falta. y es bueno saberlo y recalcarlo! Quiero transcribir lo que afirmó una destacada investigadora y que fue publicado en la nota a la que hice referencia al inicio de estas líneas: "Las empresas que serán inspeccionadas son notificadas 24 horas antes. De esta forma se previenen y dejan de utilizar maquinaria insegura, solicitan al personal utilizar todos los aditamentos necesarios y hasta barren".

Dirigente del Comité ¡Eureka!

No hay comentarios.:

radioamloTV