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domingo, agosto 30, 2009

La defensa de Temacapulín

Temacapulín al amanecer Foto: César Huerta/Extensión Medios

Jorge Gómez Naredo

La Jornada Jalisco

I

Defender con tesón, amor y cariño, con inteligencia, agudeza y perseverancia. Defender con las manos, los ojos y el pensamiento, con las lágrimas, la voz y la palabra. Defender con el cielo arriba y con la historia atrás, como escenario. Defender porque no hay otro sendero, porque la defensa es el único objetivo, porque es el sueño y la sobrevivencia, porque es lo que queda, lo que no se puede dejar de hacer: lo que no se debe, bajo ninguna circunstancia, perder. Así lo han hecho los habitantes de Temacapulín, que no se cansan, que no cejan, que no flaquean ni se vencen, pues continúan resistiendo e inconformándose. Ante un gobierno insensible y clasista, los de Temaca andan, se mueven.

Los del gobierno llegan y quieren engañar a los habitantes de Temacapulín: dicen que pronto estarán mejor, que si dejan sus casas, sus muertos y sus recuerdos, la vida será más bella, más llena de felicidad; que si se marchan y permiten la construcción de la presa El Zapotillo (que dotará de agua a las grandes empresas de León) ellos, los de Temaca, se harán ricos, o quizá no ricos, pero sí llenarán sus manos con unos cuantos pesos; que si se largan y no alzan la voz y obedecen y no se ponen rejegos, todo irá bien, y el lugar donde serán reubicados, velozmente, se convertirá en su casa, su hogar, y la tierra para vivir y sobrevivir, para morir y ser enterrados. Y los de Temaca no creen en las palabras de los enviados del gobierno, porque abajo, en el pueblo, los dichos de los emisarios de las autoridades están llenos de falacias, de engaños…, llenos de veneno.

II

En cómodas oficinas de edificios lujosos, los del gobierno hablan, conferencian y deciden quién construirá la presa El Zapotillo: ahí, en esas reuniones, se planea la vida de los “afectados” y se les ubica en algún lugar de un mapa. Ahí, en esas reuniones, se piensan las licitaciones para que una empresa construya la presa, para que quede todo claro acerca de los pagos, de los beneficios y de los dineros a repartir. Ahí, en esas reuniones, la gente va de traje y corbata, y usa computadoras portátiles, y pone mapas en pantallas digitales y decide qué pueblo se mueve y qué pueblo se queda. Ahí, en esas reuniones, los de Temaca son silencio. Sí, los “afectados” no están: son invisibles.

Y es que los “afectados” no tienen acceso a los cónclaves donde se decide su futuro. Los de Temacapulín, los de Palmarejo y los de Acasico están ausentes de esas tertulias: jamás se les ha tomado en cuenta en las grandes decisiones, en las reuniones “importantes”. Ellos, según la mirada de los del gobierno, deben obedecer. Y largarse de donde viven porque pronto será inundado su pueblo, y con él, la iglesia del lugar con su Virgen de los Remedios; y la piedra donde un día se apareció un Cristo y se quedó ahí, como para mirar a todos los habitantes de Temaca; y también el camposanto (porque ahí, en él, los muertos se convierten en santos). Todo quedará debajo de las aguas.

III

Los de Temaca luchan. Y han luchado con todos los instrumentos posibles. Un recurso legal por acá, un amparo por allá, un juicio de nulidad aquí, etcétera. Y también se han movilizado y han buscado estrechar lazos con otras organizaciones y personas afectadas por la construcción de presas. Se han manifestado, han caminado, han hecho pancartas, han alzado la voz y no se han callado. Sí, los de Temaca han utilizado los recursos “legales”, y a pesar de haber interpuesto varios, los del gobierno quieren construir la presa y con sus ejércitos de abogados, desechan (no sin corrupción) y menosprecian todas las medidas legales presentadas. Y es que en este país, las leyes (supuestamente objetivas) benefician a quien tiene dinero. Y también a quien tiene poder.

Casi todos tienen sueños. Algunos, por ejemplo, elucubran con ser elegidos diputados y después alcaldes; otros más, en convertirse en gobernadores o presidentes del país. Unos anhelan la gerencia de la empresa. Unos más pretenden fama. Los habitantes de Temacapulín tienen muchos sueños. Pero un muy importante y admirable. Es un sueño colectivo. Desean vivir donde siempre han vivido, habitar la tierra donde han derramado sus lágrimas, esa misma tierra que ha escuchado sus risas. Quieren a su pueblo ahí, donde está, donde siempre han estado. Y esos sueños (lástima que no lo entiendan las autoridades), son los sueños más sinceros, los más humildes. Y los más revolucionarios: los sueños que mueven a la humanidad, que le dan vida.

jorge_naredo@yahoo.com



::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2009::

lunes, marzo 23, 2009

Visiones distintas en el día mundial del agua

César Huerta
Extensión Medios

El día de ayer a las 6 de la tarde partio una marcha de los cruces de las avenidas Juárez y Chapultepec, en el poniente de la ciudad, con el supuesto motivo de agradecimiento al agua. Esta marcha llamada "Caminagua" fue organizada por el gobierno del estado de Jalisco, los ayuntamientos de Guadalajara y Zapopan (cómo lo constataron la presencia de personal de dichos ayuntamientos) y la Comisión Estatal del Agua entre diferentes organizaciones civiles, alguna de estas extranjeras como la Fundación Sophia de España que gestionó su realización.

El fin de la marcha convocada por la derecha jalisciense es obtener el apoyo para la construcción de la presa el Zapotillo, debido a que el poblado de Temacapulín se ha fortalecido en la lucha por la no inundación de su comunidad por dicha presa. Pero también es el hecho de opacar las luchas por el saneamiento del río Santiago, la muerte de Miguel Ángel López Rocha y el problema de salud que enfrentan los poblados que colindan con este río contaminado.

Pero las organizaciones ciudadanas para evitar la desinformación de los asistentes a esta marcha de personas vestidas de blanco con botellas de agua trasparente, se reunieron a las afueras de la plaza comercial Centro Magno y prepararon sus pancartas, colocaron cruces blancas con diferentes letretros alusivos a los problemas hidrícos de Jalisco en las aceras de la avenida Juárez y resaltando su oposición iban vestidos con camisas color negro.

Ante la llegada de la marcha "oficial" los opositores expusieron su punto de vista a las personas de blanco para informarles de la problemática que existe en el no saneamiento del agua y las enfermedades así como la muerte de Miguel Ángel López Rocha, pequeño que murio por intoxicación de arsénico en la sangre por caer al contaminado río Santiago.

Así juntas, las dos marchas siguieron el camino hasta llegar a la fuente Minerva. Donde un templete con pantallas gigantes y grán iluminación esperaba a las personas vestidas de blanco que nunca imaginaron la presencia de personas que luchan por una solución real a los problemas del agua en Jalisco. Así termino la confrontación entre las dos visiones distintas, con un olor a caño que se desprendía de las alcantarillas del monumento más importante de la ciudad, la minerva.









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sábado, febrero 28, 2009

CAE HELICÓPTERO DE CONAGUA, LOS PASAJEROS RESULTAN ILESOS

Comunicado de Prensa CONAGUA

Aguascalientes, Ags. a 28 de febrero de 2009

El día de hoy, alrededor de las 10:25 horas, un helicóptero Bell 212, matrícula XC-DES, de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), cayó, luego de elevarse unos metros, en un campo de fútbol ubicado en Av. Universidad y Av. Torremolinos, en el fraccionamiento Campestre de la Ciudad de Aguascalientes.

Entre sus pasajeros se encontraba José Luis Luege Tamargo, Director General de la Conagua y funcionarios de la dependencia: Felipe Arreguín Cortés, Subdirector General Técnico; Roberto Anaya Moreno, Subdirector General de Administración del Agua; Raúl Vázquez Osorio, Coordinador de Consejos de Cuenca y Atención a Emergencias y Julio César Medida Delgado, Director Local. Asimismo, funcionarios del gobierno del estado: Fernando Pol Pérez, Secretario de Turismo; Gerardo del Muro Caldera, Secretario de Obras Públicas y Luis Javier Campos Hermosillo, Director General del Instituto del Agua de Aguascalientes.

Previamente los funcionarios tuvieron un desayuno con el gobernador del estado, Luis Armando Reynoso Femat, donde el tema central fue la revisión y avances de los trabajos realizados para delimitar el Nivel de Aguas Máximo Ordinario (NAMO) y el Nivel de Aguas Máximo Extraordinario (NAME) de la Presa Plutarco Elías Calles en relación con el Complejo Turístico de El Cristo Roto, instalado en el vaso de la presa.

Al concluir la sesión de trabajo acordaron trasladarse -por aire- al municipio de San José de Gracia para hacer un recorrido de supervisión en las áreas ya delimitadas topográficamente.

Tras el percance todos los pasajeros salieron de la aeronave y fueron trasladados para ser valorados por los servicios médicos. No hay algún herido de gravedad. A las 14.00 hrs. los funcionarios de Conagua se transportaron a la Ciudad de México.

Aún desconocen las causas del accidente, las cuales serán evaluadas y dictaminas por las instancias correspondientes.



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martes, enero 27, 2009

Coll: párroco de Temacapulín hostiga a habitantes que quieren vender predios

Ha habido manifestaciones violentas y enfrentamientos verbales, señaló el titular de la CEA

La Jornada Jalisco

Con la reserva de información se evitaría entorpecer las negociaciones, que avanzan lentamente, dijo

JUAN CARLOS G. PARTIDA

Habitantes de Temacapulín se manifiestan contra el proyecto de la presa El Zapotillo. Imagen de archivo
Habitantes de Temacapulín se manifiestan contra el proyecto de la presa El Zapotillo. Imagen de archivo Foto: HECTOR JESUS HERNANDEZ

Para evitar “un problema de violencia” entre los habitantes de Temacapulín que están a favor o en contra de vender sus propiedades, o aceptar la reubicación a un nuevo centro poblacional, la Comisión Estatal del Agua (CEA) decidió reservar la información acerca de las negociaciones que el gobierno estatal realiza con los lugareños, en vísperas del inicio de la construcción –en abril próximo– de la presa El Zapotillo, embalse que dejaría bajo el agua a Temacapulín, Acasico y Palmarejo, poblaciones de la región de Los Altos de Jalisco, a unos 130 kilómetros al nororiente de la capital.

El director de la CEA, César Coll Carabias, acusó directamente al párroco del lugar, Gabriel Espinoza, además de una regidora del municipio de Cañadas de Obregón que no identificó y a grupos de activistas “ajena totalmente” a la zona, de generar un ambiente de hostigamiento a los habitantes que han decidido informarse sobre los precios que ofrece el gobierno estatal por los predios o sobre el sitio donde serían reubicados. La reserva informativa tiene que ver también con evitar entorpecer las negociaciones que, dijo, van “avanzando lentamente”.

“Desgraciadamente ha habido manifestaciones violentas por parte de un grupo de gente que está ahí, inclusive gente ajena totalmente a los habitantes de Temacapulín; ya ha habido enfrentamientos verbales, lo que no queremos justamente es que esto pueda provocar un problema de violencia que puede llegar no sé dónde, porque se puede decir cualquier cosa, de ahí se calientan los ánimos y puede desembocar en una tragedia. No lo queremos”, dijo Coll Carabias.

La presa El Zapotillo, promovida por el gobierno federal para lograr la dotación de agua potable necesaria para las zonas metropolitanas de León, en Guanajuato, y Guadalajara, además de varios municipios alteños jaliscienses, se proyecta con una cortina superior a los 100 metros, lo que dejará bajo sus aguas a los tres poblados señalados. Eso ha desatado desde al menos tres años atrás un fuerte movimiento de resistencia que ha impedido que el gobierno estatal lleve adelante el plan de reubicación o compra de predios; a pesar de que días atrás se harían públicos los detalles sobre el avance de la negociación, finalmente la CEA se amparó en la reserva informativa, lo que en días recientes motivó que el presidente del Instituto de Transparencia e Información, Augusto Valencia, señalara que el tema no tiene por qué estar reservado.

“Está en su derecho (el ITEI) también de decir. Yo me he acogido a la ley para reservar la información”, contestó Coll Carabias, cuando se le recordaron las palabras de Valencia.

–¿Ha habido hechos de violencia que de verdad motiven la reserva informativa?–, se le cuestionó.

–Estas personas, conjuntamente con otras que vienen de fuera de la comunidad, si hay algún vecino que dice que le gustaría que valorizaran su propiedad, ese vecino es sujeto de insultos, de bloqueos, etcétera, por parte de este grupo. No queremos que se dé la violencia, que se mantengan las cosas y que se respeten los derechos de todos (…) Se han dado ya discusiones acaloradas, entonces la misma gente que viene con nosotros nos pide esa protección.

–¿Por cuánto tiempo se reservará la CEA la información sobre El Zapotillo?

–Durante todo el tiempo que se requiera no se dará a conocer.

–¿Pero sí puede decir en líneas generales cómo va el proceso de convencimiento?

–Vamos trabajando lentamente, porque es difícil.



::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2008::

miércoles, diciembre 24, 2008

Lanzan campaña en Temacapulín

Temacapulin Foto: Cesar Huerta/Extension Medios

Inicia el 26 de diciembre y concluye el 10 de enero

Margarita Valle
Mural

Guadalajara, México (23 diciembre 2008).- Para aprovechar la llegada de los hijos ausentes y convencer a más propietarios de que cedan sus tierras para la construcción de la Presa El Zapotillo, la Comisión Estatal del Agua lanzará en estas fechas una campaña informativa.

Héctor Castañeda, director de Cuenca y Sustentabilidad de la CEA, informó en rueda de prensa que la difusión se hará con un spot de radio invitando a la población a acercarse a sus oficinas ubicadas en Galeana 100, en la cabecera municipal de Yahualica.

La campaña inicia el 26 de diciembre y concluye el 10 de enero, ya que el 8 del mismo mes se celebra la fiesta patronal de Temacapulín.

"Los bienes que existen en la comunidad de Temacapulín, muchos de ellos no están habitados y justamente se habitan en esta temporada del año, que es cuando muchos de los hijos ausentes regresan a pasar tanto la Navidad como el fin de año y las fiestas patronales", indicó Castañeda.

"El motivo de esta campaña radica en que el Gobierno del Estado de Jalisco pretende hacer presencia en el sitio para ofrecer en todo momento toda la información a los propietarios de bienes inmuebles en el poblado".

En total son 320 propiedades las que hay en esta localidad, de las cuales 100 son lotes y 220 viviendas en 22 hectáreas de las 4 mil 250 que inundará la presa.

En todo el año sólo hay 160 habitantes en Temacapulín, y Castañeda dijo desconocer cuántos regresarán para las fiestas decembrinas y patronales.

Hasta hoy, agregó, se ha cerrado el trato para la reubicación de dos propiedades y se han hecho levantamientos topográficos de 16 más.

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viernes, diciembre 12, 2008

Propone diputado establecer mesa de diálogo con inconformes con la presa El Zapotillo

foto: Cesar Huerta/Extensión Medios

MAURICIO FERRER

La Jornada Jalisco

Una iniciativa de acuerdo legislativo que propone la integración de una mesa de trabajo que “dialogue, escuche, estudie, analice y proponga alternativas de solución” a la inconformidad de los pobladores de Temacapulín, Acasico y Palmarejo por la construcción de la presa El Zapotillo, presentó ayer el diputado perredista Carlos Orozco Santillán ante los medios de comunicación.

Una mesa de diálogo, según Orozco Santillán, “de manera más categórica: nadie del poder público debe olvidarse que son empleados de la población y que si ellos demandan que uno de nosotros se siente, tienen todo el derecho porque ellos son los patrones, quienes pagan los impuestos tienen derecho a levantar la voz y a demandar que nos sentemos. Pero estamos en una especie de virreinato y todo es al revés. La población demanda información, demanda que la convenzan de que El Zapotillo es la mejor opción. Ellos demandan que el gobernador vaya”, dijo el perredista.

Y ayer fueron habitantes de estas comunidades al Congreso del Estado. Ahora no sólo se quedaron afuera como en manifestaciones pasadas, cuando les cierran las puertas en las narices. Ahora lograron colarse hasta la sala de prensa del Poder Legislativo.

Una mesa de diálogo, para muchos de ellos, es pan con lo mismo. Han solicitado audiencias con el propio gobernador y cuando acudieron a Casa Jalisco nadie salió a escucharlos.

Ayer mismo, el titular de la Comisión Estatal de Agua (CEA), César Coll Carabias, dijo que le corresponde a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) resolver el conflicto social que se ha originado con el proyecto de presa. Pero ha sido la Conagua la que se ha negado a dar información a organismos no gubernamentales como el Instituto Mexicano de Desarrollo Comunitario (Imdec). Según el documento presentado por el legislador, la misma Conagua ha aludido a que el proyecto ejecutivo de El Zapotillo “no está concluido”, además de que la información solicitada por la ONG, según la misma dependencia federal, “ha sido clasificada como reservada, sosteniendo que su difusión podría poner en riesgo la vida, la seguridad y la salud de cualquier persona”.

Ayer, en la sala de prensa y en los pasillos del Congreso del Estado se escuchaba a varios de los afectados de Temacapulín decir que lucharían por su tierra, así tengan que encadenarse a ella para parar la maquinaria para la obra.

La mesa de diálogo propuesta por Orozco Santillán propone citar a representantes de la Conagua, de la CEA, de la Universidad de Guadalajara, así como a los habitantes de Temacapulín, Acasico y Palmarejo.

Pero para ello, dicho acuerdo tendría que ser aprobado en el pleno del Congreso local y luego habría un lapso de 10 días para instalar dicha mesa.



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domingo, septiembre 21, 2008

Jorge Gómez Naredo ::El río contaminado y la presa de Arcediano::

foto: Cesar Huerta

JORGE GÓMEZ NAREDO

Ahora resulta que, según la Secretaría de Salud Jalisco, el río Santiago es un río límpido, cristalino, sin contaminación. Después de sesudos y científicos análisis, las autoridades locales encontraron que no, que nunca, que jamás el río Santiago ha estado contaminado. Quizá un poquito, casi nada. Por él corre agua limpia, agua que no mata, agua que no afecta la salud de los pobladores que habitan cerca de la cuenca del Santiago, agua que no contiene metales pesados, metales asesinos.

Eso dicen las autoridades, eso dice el secretario de Salud Jalisco, eso asume el gobernador Emilio González Márquez. Viven en su realidad, una realidad alejada de la que experimentan miles de personas: habitan una especie de burbuja donde los problemas de los de abajo jamás son conocidos, ni siquiera escuchados, mucho menos tomados en cuenta.

Los días jueves, viernes y sábado pasados se celebró en la ciudad de Guadalajara un encuentro convocado por el Colectivo de Organizaciones Ciudadanas por el Agua (Coloca). En la conferencia magistral, Pedro Arrojo, sin ambages, dijo sobre la presa de Arcediano: “almacenar agua de esa calidad, con metales tóxicos, para darle de tomar a la gente y bombearla a un costo impresionante: nunca vi esa barbaridad y miren que he visto muchas”. Sí, la presa de Arcediano es una barbaridad, no cabe duda.

Al encuentro de Coloca asistieron también autoridades estatales y federales para dar sus puntos de vista sobre la problemática del agua. El enviado de la Secretaría de Salud Jalisco, Juan Carlos Olivares Gálvez, argumentó que ellos no son los encargados de investigar la toxicidad de las aguas del río Santiago: si lo hacen es porque son “buena gente”. El cinismo en las palabras de Olivares Gálvez es característico de las autoridades estatales y federales: ¿quiénes son entonces los encargados de investigar si las aguas del río Santiago son aptas para los humanos?, ¿acaso no es competencia de la Secretaría de Salud Jalisco la salud de los jaliscienses?

Las autoridades estatales están empecinadas en construir la presa de Arcediano. La justificación del proyecto, según argumentan, es la necesidad imperante de dotar de agua a la Zona Metropolitana de Jalisco. Pero muchos especialistas mencionan que hay otras alternativas para abastecer de agua a la ciudad. Los panistas que dicen gobernar Jalisco ni ven, ni escuchan ni toman en cuenta. David Barkin, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana, dijo acerca del gobierno estatal en el encuentro Coloca: “no solamente es incapacidad, sino mala intención, es decir, corrupción”.

La contaminación que a diario viven los habitantes de El Salto y Juanacatlán es insoportable: conviven con ella, luchan contra ella, quieren alejarse de ella. Pero no pueden porque las aguas que les llegan están completamente contaminadas. Utilizando las palabras de Andrés Barreda, otro de los ponentes en el encuentro de Coloca, es “una vergüenza planetaria lo que ocurre en El Salto, Jalisco”. Sí, en El Salto y en Juanacatlán el río Santiago es asesino; y la gente sufre, la gente se enferma, la gente muere por vivir cerca de un afluente contaminado, contaminado en demasía, contaminado a pesar de la negativa del gobierno estatal para reconocerlo.

Y también en El Salto se criminaliza a la gente: el activista ecologista Raúl Muñoz ha sido acusado toscamente de tráfico de drogas: nada más alejado de la realidad. Pero las autoridades panistas lo acusan y lo criminalizan porque él es incómodo, porque él es parte de la realidad, esa realidad que ellos no quieren ver, esa realidad que ellos niegan, que ellos no escuchan ni toman en cuenta.

El río Santiago está contaminado y eso no lo puede negar la Secretaría de Salud. Hay evidencias claras: el niño Miguel Angel López Rocha murió cuando cayó en el río asesino, río lleno de arsénico, de metales pesados. El cáncer y enfermedades renales son comunes en El Salto: los índices de incidencia superan por mucho la media estatal. Pero para las autoridades, las aguas del río Santiago son claras, límpidas, cristalinas; eso, sin duda, es un cinismo asesino. Por otro lado, con la presa de Arcediano, quieren que esas aguas putrefactas lleguen a todas las casas de la Zona Metropolitana de Jalisco; un genocidio, sin duda.

jorge_naredo@yahoo.com



::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando a Andrés Manuel López Obrador en 2008::

martes, agosto 19, 2008

::Jorge Gómez Naredo:: Temacapulín; la lucha de un pueblo ll y ultima

foto: Cesar Huerta


JORGE GÓMEZ NAREDO / II Y ULTIMA

Temacapulín: la lucha de un pueblo

Cuando uno llega a Temacapulín es imposible no observar la resistencia, no sentirla ni compartirla. Mantas, cartulinas y bardas pintadas dicen que aquí se queda Temaca, que no se muere ni se va, que no se inunda. Los mensajes son claros, nítidos, ineludibles: “Estamos bien ubicados. No queremos su nuevo centro de población”, “Temacapulín, pueblo que es patrimonio de la humanidad, dice no a la presa de El Zapotillo”, “Virgencita protege a tu pueblo Temacapulín”, “Piensa. No a la reubicación, no a la presa. Temaca te queremos, Temaca, te defendemos: para que se atengan Conagua y CEA”, “No a la pinche presa”, “nuestra tierra no se vende, nuestra tierra se defiende”.

Un pueblo acosado

Desde 2005, los habitantes de Temacapulín viven con angustia. No saben si ganarán o perderán, si su pueblo se quedará donde está o será reubicado. Las autoridades estatales de Jalisco y Guanajuato han intentado, según cuentan habitantes de la localidad, intimidar a los pobladores. Primero buscaron convencerlos, después dividirlos y ahora los hostigan. Porque poner a trabajar maquinaria pesada en los alrededores de Temaca es hostigamiento. Juan José Hernández Hernández, quien no quiere que su pueblo sea inundado, ha filmado varias excavadoras trabajando a algunos kilómetros de Temaca. Enojado, al mostrar los vídeos captados, dice que son “chingaderas”, que quieren intimidar a los de Temaca, pero que no lo van a lograr.

El 14 de julio de 2008, el Comité Salvemos Temacapulín, Acasico y Palmarejo emitió un comunicado donde señaló: “nos han intimidado y amenazado […] Todo esto está afectando la salud psicológica de ancianos, niños y pobladores en general. Además [la intención de construir la presa] ha congelado el desarrollo social de las comunidades que viven sumergidas en el miedo y la incertidumbre”. Sí, hoy en Temacapulín se vive intranquilidad, se respira inquietud, se experimenta zozobra. La señora María del Consuelo Carvajal menciona que “personas han muerto ya muy angustiadas. ¿Qué va a pasar con su familia, con su casa? También allá [en Acasico] nos han platicado que han muerto muchas personas. Que están enfermas, pero ya con la angustia, pues más enfermas se ponen y se han muerto”.

Varios pobladores del lugar refieren que no solamente las autoridades de Jalisco han intimidado a los habitantes de Temaca. También las de Guanajuato. De vez en cuando se ven varias camionetas con placas de ese estado (unas, incluso, con propaganda oficial) visitando a los poblados y tratando de convencerlos de los beneficios de la reubicación. Y es que el mayor provecho de la presa El Zapotillo lo tendrá dicho estado, de donde es el ex presidente Vicente Fox. Los rumores corren en Temaca y dicen, mencionan, susurran que la presa fue planeada por Fox para que su rancho, sus empresas y todas las industrias de León tengan agua. Por eso el reclamo no solamente es hacia los gobernadores de Jalisco y de Guanajuato: también es para la familia Fox.

El hostigamiento no solamente es con la insistencia de que la presa va, que la presa pronto, que la presa ya. La presión también se experimenta por medio de la angustia, de vivir tres años (desde que se anunció la edificación de la presa) sin saber qué hacer con las casas, con el pueblo: ¿construir más si ya todo, pronto, desaparecerá?, ¿meterle unos centavitos a la finca, hacer arreglos en la cancha de futbol, invertir en el pueblo? La zozobra es mucha y se respira por todos lados: especialmente los ancianos viven agobiados y esto afecta su salud. Temacapulín ha quedado paralizado en estos años de desasosiego. Así lo mencionó en enero pasado el presidente de cronistas de Los Altos de Jalisco, Miguel Angel Casillas: “hace tres años que no se invierte un costal de cemento para esta comunidad y que nadie lo dice porque no les conviene: hace tres años que nadie quiere levantar un ladrillo ni levantar un adobe”. Así intentan matar a Temaca, con presión, con angustia, con congoja y ansiedad. Pero Temaca y quienes lo habitan se aferran: quieren que su pueblo, todas las mañanas, continúe naciendo.

La batalla del 15 de junio

La Comisión Estatal del Agua (a través de un volante) “invitó” el 15 de junio de 2008 a los habitantes de Temacapulín para que se discutiera la ubicación del “nuevo centro de población”. Esta labor de “consenso” fue encabezada por Héctor Javier Castañeda Náñez, director de Cuencas y Sustentabilidad (quien al mes, percibe 84,000 pesos por su invaluable labor), y verificada por el notario público Enrique Casillas Franco, de Tepatitlán. Este último elaboró un acta donde describe, desde su perspectiva y la de la CEA, lo sucedido ese 15 de junio. El relato comienza cuando Castañeda Náñez le comunica a Casillas Franco que se había “programado” una reunión “con los habitantes y propietarios de Temacapulín, Jalisco, con el objetivo de informar a estas personas sobre las alternativas de reubicación del centro de población de la misma localidad, pues de llevarse a cabo la construcción de la presa El Zapotillo, la localidad de Temacapulín se vería afectada, por lo que desde hace tiempo ya se ha venido platicando y teniendo reuniones informativas”. Esto demuestra que la presa va y que ya se ha decidido que se inundará Temaca.

El acta continúa en una redacción como de parte bélico. Afirma el notario que Castañeda Náñez manifestó que “había mandado una avanzada, pues sabía que la reunión que se había convocado había provocado efervescencia en los habitantes”, y ésta había informado que los de Temaca habían bloqueado la carretera. Se pensaron varias alternativas para ingresar al pueblo, como si se tratara de la toma de una ciudad por un ejército. Digamos, el ejército de la CEA. Se discutió y se reflexionó. ¿Cómo era posible que los habitantes de Temaca no quisieran una reunión con las ínclitas autoridades estatales? Castañeda Náñez propuso entrar por otro acceso que no fuera el que va de Cañadas de Obregón, pero alguien advirtió que “sería burlar el cerco que tenían los habitantes de Temacapulín” y eso provocaría “agresiones físicas”.

Por fin, relata el notario de Tepatitlán, se decidió hacer frente a la amenaza del pueblo enardecido e ingresar por el acceso principal “en varios vehículos, los cuales eran resguardados por dos camionetas con elementos de la Dirección de Seguridad Pública del Estado”. La batalla, la guerra, la conflagración: estaba en marcha la “toma de Temaca” encabezada por la CEA. Cuando los miembros de la dependencia gubernamental avizoraron peligro, es decir, a la gente de Temaca que acababa de salir de una misa al aire libre para celebrar el día del padre, se apearon de sus vehículos. Héctor Castañeda, cual héroe de La Iliada y La Odisea, “tomó la decisión” de caminar rumbo al pueblo e ingresar en él. Se topó con los pobladores y comenzaron las explicaciones del por qué estaba cerrado el acceso al pueblo. Narra el notario Casillas que pudo observar “a ojo de buen cubero” que “cuando menos cuatro o cinco personas no tenían pinta de ser lugareños o pobladores de Temacapulín”. A algunos los describe nítidamente: “un hombre que traía una camiseta negra con una calavera al frente”. Seguramente portar ropa con calaveras no va con el día del padre.

Después de ingresar al poblado, el notario se dio a la tarea de recolectar datos de las personas que no tenían “pinta” de ser de Temacapulín, y les preguntó, arriesgando su físico (pues “estas personas eran las más agresivas”), de dónde eran. Su ojo avispado no falló: vivían en Guadalajara y “pertenecían a no sé qué grupo ecologista”. Sediciosos, pues, que “estan agitando a la gente”. La reunión no se celebró porque no había gente en el hotel donde la CEA había “invitado” a los pobladores. Pero siempre siguiendo su noble labor, Héctor Castañeda y sus acompañantes colocaron tres planos topográficos donde se veían los lugares para la reubicación. Los montaron, les tomaron fotos para que “quedara constancia que la intención de la CEA fue siempre la de llevar a cabo la reunión informativa para la que se había citado”, los desmontar y se fueron. Antes de salir del pueblo y subirse nuevamente a sus camionetas, describe el notario, los “manifestantes”, es decir, el pueblo perverso de Temacapulín, “se pusieron a gritar una serie de ofensas y palabras altisonantes”. En Temaca, pues, mucha gente mal educada: la CEA quería amistad e iba a conversar con ellos, a informarles, a darles el poder de decisión: decidir adónde quieren ser echados después de que su pueblo se muera, o más bien, sea asesinado.

La resistencia

Temaca resiste porque no quiere dejar de existir, porque no quiere perderse ni rendirse, porque es parte de la vida oponerse ante el poderoso y ante las injusticias. Temaca resiste a la imprudencia y la soberbia de las autoridades de Jalisco y Guanajuato, al desdén mostrado por el gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, y por los directivos de la CEA, encabezada por César Coll Carabias. Temaca resiste a la presión psicológica y a la visión que lo cataloga como un pueblo de migrantes pobres y fáciles de ser manipulados. Temaca resiste porque no se le pidió su opinión, porque sus habitantes no participaron en las tomas de decisiones cuando son ellos los principales afectados. Resiste porque es tiempo de resistir, de la unión y la organización, porque se toca y se maltrata la dignidad, porque se minusvalora la inteligencia del pueblo. La gente de Temaca no quiere la presa porque no se les consultó ni se les pidió su opinión al respecto. Un día llegaron y les avisaron que serían reubicados. Y no quieren ser echados de su pueblo porque piensan, sienten y están convencidos que poseen el inalienable derecho de elegir dónde vivir.

La señora Guadalupe Iñiguez está sentada en una banqueta descansando. Tiene más de 80 años de edad y todos los ha vivido en Temaca. Se cuestiona enojada al escuchar las palabras “presa El Zapotillo”: “¿por qué nos quieren echar de nuestro pueblo?” No encuentra respuestas. Menciona que les quieren “hacer unas casas de avispas, eso es lo que nos van a hacer, porque casas como las que tenemos, no”. Por eso piensa que “los del gobierno” son “unos embusteros”. Tiene un hermano en Guadalajara que trabajó mucho tiempo en “agarrar a los bandidos”, y él la tranquiliza diciéndole que no la van a hacer, que no se atreverán. Pero ella está nerviosa y enfadada con las autoridades: “va uno con el gobernador, pero no tiene palabra, ora dice que sí mañana dice que no: pos no. ¡Qué feos!” Al cuestionárseles que dos o tres pobladores de Temaca sí quieren vender sus casas y ser reubicados, alza la voz y se ríe: “dice una gente que la quieren [la presa] que porque les van a pagar en dólar, en mucho dinero. En dólar…, cállense la boca, como si uno no conociera el gobierno lo que es”.

Los de Temaca resisten, se enojan y también están dispuestos a luchar, a hacer todo lo posible para no dejar morir a su pueblo, para que no lo maten. No venden sus propiedades ni se dejan engañar con las mieles y la gloria que les ofrecen las autoridades estatales. La resistencia va y es pacífica, pero advierten, como lo hizo Gabriel Gutiérrez: “la defensa del pueblo estamos tratando de que sea pacífica, hasta ahora no hemos cerrado carreteras. […] Si en el momento en que se empieza a construir la presa, la gente opina que hay que entrarle más para adelante, pues más para adelante le vamos a entrar”. Temaca lucha, se despierta, y cuando un pueblo se levanta (hay muchas evidencias en la historia de México), los gobiernos injustos y déspotas que no miran nunca el pensar de sus gobernados suelen perder.



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lunes, agosto 18, 2008

::Jorge Gómez Naredo:: Temacapulín; la lucha de un pueblo

JORGE GÓMEZ NAREDO / I PARTE

Temacapulín: la lucha de un pueblo

“Desde el siglo VI Temacapulín te saluda”, se lee en uno de los cerros que rodean al pueblo que Jalisco, Guanajuato y el gobierno federal pretenden desaparecer con la construcción de la presa El Zapotillo
“Desde el siglo VI Temacapulín te saluda”, se lee en uno de los cerros que rodean al pueblo que Jalisco, Guanajuato y el gobierno federal pretenden desaparecer con la construcción de la presa El Zapotillo Foto: HECTOR JESUS HERNANDEZ

¿Y si se nos muere el pueblo, si desaparece, si realmente se atreven a inundarlo y nos quedamos con nada? ¿Y si la Virgen de los Remedios, a la cual todos los días le rezamos, nos desampara y deja que el gobierno nos venza, nos gane? ¿Y si nos cansamos y no damos la lucha, si nos dividimos o nos dividen, si no logramos defender nuestro pueblo, nuestro patrimonio? Todos los días los habitantes de Temacapulín se hacen estas preguntas. Y se las hacen desde que las autoridades de Jalisco, Guanajuato y el gobierno federal decidieron que su pueblo debería desaparecer para poder edificar la presa El Zapotillo, dizque para el progreso, dizque para que todos vivamos mejor.

Temacapulín

En el municipio de Cañadas de Obregón se encuentra el pueblo de Temacapulín (o Temaca, como todo aquel que lo conoce le nombra). Es pequeño. Tiene una plaza con quiosco y bancas donadas por diversas personas o instituciones. La iglesia fue construida en el siglo XVIII y en su atrio hay árboles. Arboles frondosos. El poblado está rodeado por varios cerros. En uno de ellos se puede leer claramente: “Desde el siglo VI Temacapulín te saluda”. Las casas guardan un equilibrio arquitectónico; las calles empedradas le dan un toque campirano. Es un pueblo atractivo, lindo, bello. Tiene posibilidades de desarrollo turístico porque hay aguas termales, balnearios y hoteles.

Los habitantes de Temaca no son más de 600, pero sólo son los que viven ahí. Porque están también los habitantes de Temaca que no residen en el pueblo. Los que se fueron y se llevaron a su poblado con ellos. Los que lo cuidan desde lejos, los que lo extrañan, los que ningún día dejan de pensar en el regreso, en el ansiado retorno. Temaca es de quienes lo habitan y de quienes lo dejaron para buscar mejores condiciones de vida. Hay gente de Temaca, dice la señora María del Consuelo Carbajal, en California, Chicago, Monterrey, Veracruz, Guadalajara, en todas partes andan los de Temaca.

La migración hacia Estados Unidos es una constante en la mayoría los pueblos del país. La gente se va a buscar mejores condiciones de vida. No hay trabajo ni dinero. El campo no recibe apoyo. Ahora sembrar es una actividad cara y vender lo que se cosecha, un mal negocio. Por eso la gente se va, porque no existe ayuda ni hay interés de las autoridades para mejorar la situación de vida de millones de mexicanos que se dedican al campo. Temaca no es la excepción. La gente migra, se va. Pero se va siempre pensando en regresar; en juntar dinero, mandar dinero, retornar con dinero y vivir en paz y feliz en el pueblo en el cual nació, donde dejó sus recuerdos.

Temaca, pues, es habitado por los que están y por los que no están. Por los que se fueron para regresar y por los que se quedaron para esperar. Como Gabriel Gutiérrez, quien menciona: “tengo veinte años en Monterrey, quizá ya agarré la tonada de allá pero soy de aquí y sigo siendo de aquí, de Temaca”. Sin duda, un pueblo que vive en carne propia las consecuencias de un modelo económico neoliberal.

El conflicto

La gente de Temacapulín está enojada. Y no es para menos. Quieren desaparecer su pueblo. Los gobiernos estatales de Jalisco y Guanajuato y el federal se coordinarán para edificar la presa El Zapotillo, la cual inundará Temaca. Decidieron que los habitantes de dicho pueblo no tendrían decisión. Se irían y ya. Quizá les darían voz para que escogieran el lugar de su reubicación. Pero no más. La presa se construirá para dotar de agua a León o, más específicamente, a las grandes industrias de León. También proporcionará líquido a algunas poblaciones de Los Altos de Jalisco.

En una reunión en Guadalajara el pasado primero de agosto para detallar la construcción de la presa El Zapotillo, en la cual estuvieron presentes los gobernadores de Jalisco, Emilio González Márquez, y de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, además del director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), José Luis Luege Tamargo, hubo sonrisas y apretones de manos, palabras de progreso y de unidad. El mandatario jalisciense adujo: “quien ahora tiene una vivienda no en las mejores condiciones, el compromiso es que en la reubicación pueda tener una mayor calidad de vida”. Por su parte, Luege Tamargo arguyó que “está garantizada la indemnización de la tierra, la construcción de viviendas dignas y los acuerdos absolutamente consensuados con las comunidades que se demuestre necesitan un beneficio directo al ser reubicadas”.

Sin embargo, existe un conflicto: quienes habitan en Temaca no quieren la reubicación porque no desean que su pueblo se muera, que quede inundado. No han sido “consensuados” en ningún momento por autoridad alguna sobre si están o no de acuerdo con que se les reubique. Ellos buscan seguir viviendo donde siempre han vivido, donde vivieron sus padres y sus abuelos, donde tienen sus recuerdos y su patrimonio, donde descansan sus muertos, donde han llorado y reído, donde han sufrido y gozado. Ellos quieren a Temaca y lo quieren donde está, donde siempre ha estado.

Amor y pueblo

Desde que saben las intenciones del gobierno estatal para desaparecer su pueblo, se ha revitalizado el amor al terruño. Temacapulín, para quienes habitan ahí y para quienes lo dejaron pero que piensan regresar algún día, es el ombligo del mundo: el mejor lugar para vivir. Juan Manuel Jiménez Iñiguez nació en la ciudad de México y desde pequeño lo llevaron a Temaca. Y Temaca es su patria. El cuida “unas borregas” y “limpia casas”. Su visión del conflicto es muy particular: “tienen envidia porque este pueblo tiene todos los servicios, tiene mucho turismo. ¿Dónde nos van a hacer casas como ésta, que es antigua?”, menciona al señalar una bella edificación de cantera.

Manuel de Jesús Carbajal, quien atiende el billar del pueblo y se encarga de “la seguridad de la población”, también muestra su arraigo a Temaca. Tuvo que emigrar para trabajar en un lugar con mayores oportunidades. Se fue a Manzanillo. Pero regresó y regresó contento. El pueblo es único: “no digo que vivo como rey pero aquí vivo muy a gusto, en mi pueblo”. Y es que hay una relación estrecha entre Temaca y las personas que lo han habitado. La mayoría de quienes actualmente residen ahí están en contra de que se les eche. No lo quieren porque Temaca es suyo y ellos son de Temaca. Manuel lo expresa nítidamente: “El amor que le tenemos a nuestro pueblo es grande. Nadie vende. No es lo mismo que te lleven a vivir a un rancho a vivir en tu pueblo. Nosotros no vendemos. Y defendemos”.

¿Cómo hacerles entender a las personas que han vivido toda su vida en Temaca que el progreso es necesario y que León y sus industrias precisan sacrificios? ¿Cómo decirle a una señora que nació en Temaca, creció en Temaca, se casó en Temaca, dio a luz en Temaca y quiere morir en Temaca, que de un día para otro no habrá más Temaca? ¿Cómo? Es el caso de María del Consuelo Carbajal, quien ha vivido toda su vida en Temacapulín y no se quiere ir. Está enamorada de su pueblo, vive feliz en él. Y aunque otras ciudades son hermosas y le cuentan sus familiares cómo es Estados Unidos y Monterrey, ella quiere a Temaca y se queda con Temaca. No desea abandonar sus recuerdos, el lugar en donde crecieron sus padres y sus abuelos: “ni porque nos llevaran a un palacio. Nosotros estamos viviendo aquí muy a gusto”.

Los de Temaca aman a su pueblo y ensalzan su belleza. Porque la belleza muchas veces no depende de construcciones arquitectónicas majestuosas, de edificios lujosos, de modernidad y confort. La belleza, fuera de los ámbitos académicos, es un concepto individual arraigado a lo vivido y a lo sentido. J. Guadalupe Sánchez demuestra nítidamente este proceso. Nació en Temaca, no tiene “ni un grado de escuela” y desde pequeño trabaja. Emigró a Estados Unidos y ahí se hizo de “unos centavitos”. Regresó a México y comenzó a trabajar “muy duro” en Guadalajara, donde acumuló “otros centavitos”. Hace algunos años retornó a Temaca. Cumplió su sueño: “A mí me tocó mucha suerte de venirme de vuelta a mi pueblo a morirme”. Para don Guadalupe el lugar donde nació es un paraíso: “¿Quién no se viene a vivir aquí? Qué Tepa ni qué madres de nada. Aquí es una gloria”. Por eso, empuñando las manos, espeta: “inundarlo es una tontera de nuestra nación”.

Primero la reubicación, después el consenso

¿Por qué será que los gobiernos primero deciden y después consensúan? Así sucedió en el caso de la presa El Zapotillo, pues las administraciones panistas de Jalisco, Guanajuato y la federal primero decidieron en sus oficinas lujosas que Temaca sería desaparecido y después avisaron a los pobladores la urgente necesidad de saber su opinión sobre el lugar donde serían reubicados. Nunca fueron a presentarles un proyecto y conocer su parecer. El gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, nunca ha visitado Temaca, pero eso no le impidió aprobar un proyecto que lo desaparece del mapa.

Días antes del 15 de junio de 2008 comenzó a circular en todo el municipio de Cañadas de Obregón un volante con el siguiente texto: “¡Atención a todos los habitantes y propietarios de Temacapulín! El gobierno del estado, a través de la Comisión Estatal del Agua (CEA), los invita a la reunión informativa para conocer las alternativas de ubicación del Nuevo Centro de Población Temacapulín y así determinar el sitio elegido. Te esperamos este domingo 15 de junio a las 12 p.m. en el hotel Temaca. ¡Tu decisión es muy importante!”. Ironía característica de las autoridades panistas: a los habitantes de Temaca se les “consultó” sobre el lugar donde deberán ser reubicados, pero jamás se les preguntó si querían o no ser reubicados.

Juan José Hernández Hernández es dueño de una fonda en Temacapulín: vende lonches, jugos, quesadillas, tacos, etcétera. Está en contra de la presa de El Zapotillo. Menciona que las autoridades, antes del 15 de junio, no habían ido a Temaca para reunirse con los habitantes del pueblo y plantearles si estaban o no de acuerdo en ser reubicados: “el gobierno aquí no viene a decirnos absolutamente nada de cómo vamos a ser afectados”. El desprecio al pueblo duele…, duele mucho. Y las autoridades panistas de Jalisco han despreciado a Temacapulín.

Según el volante repartido por las autoridades estatales, Temaca dejará de ser un pueblo y se convertirá en “Centro de Población”. No entienden que el terruño es un elemento esencial en la cultura mexicana, en la historia de nuestro país. Pertenecer a algo es importante y la mayoría de los mexicanos pertenece, además de a la nación, a su patria chica, al lugar donde nació y creció. Quienes buscan construir la presa e inundar Temaca despreciando a sus habitantes no conocen esa estrecha relación entre los pobladores y su terruño. Y tampoco conocen muchas de las consecuencias cuando, un pueblo herido, un pueblo que quiere seguir viviendo, se despierta y dice no.

Para quienes idearon la presa El Zapotillo, Temaca es un pueblo con gente que migra y que fácilmente puede ser reubicada en las puntas de los cerros. No ven más allá. Sin embargo, para desagrado de las autoridades, los habitantes de Temaca piensan, sienten, saben y se organizan. Quieren a su terruño, la tierra que los mira y que siempre los ha mirado. La lucha que dan es por amor: aman a su pueblo y desean que se mantenga en pie, que no se muera, que no quede sepultado por las aguas que llenarán las tuberías de las industrias leonesas, mientras ellos…, ellos son reubicados en lugar infértil y alejado de sus raíces. Mutilados, pues.



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