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lunes, julio 27, 2009

El presidente del fracaso

Foto: César Huerta/Extensión Medios

Jorge Gómez Naredo
27 de julio de 2009


El país se viene abajo y Felipe Calderón continúa empecinado en ganar una guerra que ya, desde hace mucho tiempo, está perdida: la guerra contra el narcotráfico. Hay desempleo, cierre de empresas, cada día es más difícil sobrevivir en México y Calderón sólo insiste en retar a los narcos y terminar con ellos. Hay recorte de presupuesto porque el gobierno capta menos ingresos (de impuestos, venta de petróleo, etcétera) y Felipe Calderón sólo dice que él y sus aliados pronto triunfarán y mancillarán al crimen organizado. Cientos de mexicanos, a diario, deciden irse a Estados Unidos a buscar las oportunidades que en México no existen; esos mexicanos representan mano de obra, trabajo, esfuerzo que es desperdiciado, juventud que no se utiliza, fuerza y energía que son explotadas por otras naciones, talento que se desaprovecha. Esto no impide a Felipe Calderón, argumentar, todos los días, que la lucha contra el narcotráfico se ganará pronto.

Mientras el secretario de Hacienda y Crédito Público, Agustín Carstens, anunciaba que la "brecha fiscal" (es decir, la diferencia entre lo que se presupuestó y lo que no se ha obtenido de los ingresos estatales) ha crecido hasta 421 mil millones de pesos, y que por ende se recortará al presupuesto (un "ajuste", lo nombra Hacienda) 50 mil millones de pesos, Felipe Calderón, acompañado del gobernador represor de Oaxaca, Ulises Ruiz, decía: "Hoy México encara nuevos enemigos, criminales que desafían al estado, desafían a sus instituciones y que asedian y lastiman a la sociedad; que amenazan a la nación". Mientras Hacienda acepta, tímidamente, que la economía del país está convertida en un caos, Calderón se empecina con la lucha contra los "enemigos" de la nación", los "criminales" que desafían al país. Mientras todo se viene abajo, Calderón promete sangre, más sangre derramada, para salvar al estado de "los malos".

Felipe Calderón hizo su campaña electoral en 2006 centrado en dos frentes: repetir hasta el hartazgo que sería el "presidente del empleo" y atacar a López Obrador (que según los panistas traería, de llegar a la presidencia, desempleo, crisis económicas, violencia, inseguridad, etcétera). El viernes pasado, Miguel Messmacher, titular de la Unidad de Planeación Económica de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, mencionó: "el empleo tarda más tiempo para recuperarse. Todavía estaremos observando caídas en el empleo durante un cierto periodo, después de que la economía empiece a repuntar". Sí, "el presidente del empleo" terminó siendo el presidente del "desempleo". Y aunque Calderón justifique su fracaso con la idea de una crisis que "viene de fuera", es claro que los índices de desempleo son altos y cada día crecen más. Y claro, la economía mexicana no mira la luz: hay cierre de empresas, carencia de dinero en los bolsillos de los trabajadores, un mercado interno sin articulación y dependemos, hasta para alimentarnos (la situación del campo es alarmante) del extranjero. Eso, claro, no le impide a Felipe Calderón decir: "esta lucha -contra el narcotráfico-, desde luego, no ha estado exenta, como lo sabíamos y lo advertimos desde el principio, de grandes sacrificios. Muchos marinos, soldados, policías y servidores públicos honestos y comprometidos con la patria, han dado la vida para defender la tranquilidad y la seguridad de las familias mexicanas". ¿Y la lucha contra el desempleo?, ¿la lucha para que las familias mexicanas vivan dignamente?, ¿y la guerra contra las aberrantes desigualdades económicas entre los mexicanos?

Felipe Calderón sabe que su gestión ha sido un fracaso en todos los sentidos: en lo económico, en lo político, en lo social, en lo deportivo, en fin, en todo. Y quiere ocultar esos fracasos con una "guerra" que, dice, se va a ganar, que se está dando, que no terminará. Una guerra que a diario deja a decenas de personas muertas, una guerra que no se ha vencido y que no se vencerá, porque estuvo mal planeada y porque Calderón no está capacitado (ni él ni su equipo de colaboradores) para combatir el narcotráfico con éxito. Así pues, el que se dijo iba a ser "el presidente del empleo", terminó siendo "el presidente del fracaso". ¿Hasta cuándo soportará el pueblo mexicano esto?

jgnaredo@hotmail.com

::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2009::

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