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lunes, agosto 31, 2009

Más crisis económica

Foto: César Huerta/Extensión Medios

Jorge Gómez Naredo
31 de agosto de 2009

Casi tres millones de mexicanos están en el desempleo. Son cifras oficiales y su medición descarta (como desempleado), a cualquier persona que reciba ingreso, por ínfimo que éste sea, o que realice cualquier actividad, sea pequeña o poco redituable. En otras palabras, el 6.12% de la población económicamente activa no recibe ningún sueldo. Esto sucede en el sexenio de quien se dijo sería el "presidente del empleo": Felipe Calderón.

Habrá quienes defiendan al actual gobierno y argumenten: es la crisis internacional, son problemas estructurales, Calderón no puede tener la culpa de todo, y un largo etcétera. Pero, ¿qué ha hecho el Gobierno federal por mantener los empleos, por tratar de dotarlos de mejores sueldos, por activar el mercado interno y reactivar la industrialización del país? La verdad: poco o casi nada. Vivimos en un gobierno que cuesta caro y que es poco eficiente e inteligente.

Sí, hay crisis a nivel internacional, pero ello no quiere decir que México deba ser uno de los países más afectados y con mayores índices de desempleo, además de un decrecimiento económico de los más altos del mundo. Esto indica que la catástrofe económica no solamente proviene de fuera (como el gobierno de Calderón ha intentado argumentar e inocular en toda la población), sino que es más bien un proceso interno que puede ser solucionado aquí adentro, en el país, con una política económica diferente a la seguida por los gobiernos priístas y panistas de las últimas décadas.

Hoy parece ser común hablar de desempleo, de personas que pierden su fuente de trabajo, de cifras alarmantes con puntos, con símbolos de porcentaje. Pero eso son números fríos, que no muestran la realidad en la gente, que no indican el sufrimiento. ¿Cómo se viven esas cifras?, ¿cómo se experimentan?, ¿cuáles son las salidas, los caminos que se pueden seguir después de perder el empleo, después de no recibir ningún sueldo?

Un padre o una madre de familia pierden sus empleos: tienen deudas y pronto esas deudas no las pueden pagar; tiene también que alimentar a su o sus hijo, dar dinero para el alquiler o pagar la casa. No tienen ahorros, porque en este país los ahorros son privativos de los que ganan mucha guita. ¿Qué hacer?, ¿cómo se puede salir de esta circunstancias? La pobreza, la falta de empleo y la carencia de recursos provoca estrés, y quizá enfermedades. Y también problemas en la familia. Y con los amigos. ¿Qué hacer? ¿Buscar empleo? Y si no hay empleo, o uno ya es demasiado viejo para tal o cual trabajo, o quizá uno sea demasiado joven, sin experiencia, para tal o cual labor. ¿Qué se hace?

Hay posibilidades, de ello no cabe duda: irse al norte (siempre y cuando se tenga dinero para pagar al pollero), trabajar allá y mandar recursos a los que se quedan acá. O dedicarse a una actividad en el comercio informal: vender algo. O quizá pedir dinero. Muchas actividades que no son tan redituables y que no producen seguro social ni afore ni ahorro para el futuro ni nada.

Muchos, en cambio, ante el sufrimiento, se dedican a la única actividad que es verdaderamente boyante en este país: el narcotráfico. Cientos de miles de desempleados entran a diario a esta actividad. A muchos les va bien. A otros no tanto. Pero hay dinero y es una decisión desesperada. Otros se dedican a actividades ilícitas: robo de casas, robo de personas en la calle, robo de bancos, robo de tiendas, extorción, secuestro, fraudes, etcétera.

Con esto no se quiere decir que la economía provoque todos los delitos. No. Pero sí los alienta y sí los hace rentables, los hace rentables en un país donde sobrevivir es difícil, y donde trabajar por un sueldo justo, casi se ha convertido en un lujo de pocos. De casi nadie.

jgnaredo@hotmail.com

::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2009::

sábado, agosto 29, 2009

Guapín, el payasito sencillo, no presumido como "Costel".


Guapín es un payasito que sube a los camiones de Guadalajara con el afán de impresionar a la gente, para eso utiliza sus trucos de magia. A falta de presupuesto Guapín saca un puño de servilletas que el llama "más baratas" y que entran en sustitución de las mascadas utilizadas por los magos. Cada palabra dicha por Guapín hace reír a los pasajeros, aunque a veces las señoras amargadas no sonrían; y entre el ir y venir del camión, Guapín pega el salto en cada bache, pero eso no le inquieta, ni las curvas parecen ser un obstáculo para él.

Y aunque en su rostro se dibuje una sonrisa, los ojos de
Guapín argumentan otra cosa. Su mirada es triste, a pesar de los chistes que pronuncia y de la interacción con las personas. Pues este payaso forma parte de los desempleados de este país, de los que navegan y no aparecen en las cifras oficiales de los "nuevos empleos" que se pregonan, de los que buscan tan sólo subsistir en este México de los problemas. Guapín termina su truco fallido de magia y aunque su voz cambie el tono y se escuche entre cortada, le dice a todo su público (que en ocasiones pide la parada aunque el show no ha terminado), que el motivo de no poder hacer aparecer una paloma es por qué él no es mago, por qué él es un payaso que se dedica hacer reír a la gente, y lamentablemente "este es su único modo de vida".

Guapín pide disculpas y a la vez ayuda, porque la paloma nunca apareció, porque en este país para ganarse el pan de cada día hay que salir a hacer algo, lo que sea para no desaparecer. Guapín continuará con su show, de camión en camión, de salto en salto, conviviendo con señoras amargadas, robando risas a muchachas sonrientes, dejando en "ridículo" a muchachos ayudantes del show, reflejando rostros de ilusión en los más pequeños usuarios del camión, hasta hoy por tan sólo unos minutos convertido en un circo, con un público espectacular, con un payaso de primer mundo.

Tomado de: Mirando al México de hoy

:Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2009::

lunes, agosto 17, 2009

El país que se va cayendo: ¿qué sigue? -Jorge Gómez Naredo-

Foto: César Huerta/Extensión Medios

Jorge Gómez Naredo

La Jornada Jalisco

¿Qué se aproxima?, ¿qué se espera?, ¿hacia dónde irá la economía mexicana?, ¿hacia dónde la política económica seguida por Felipe Calderón?, ¿seremos mañana más pobres de lo que ahora somos?, ¿se multiplicarán las lágrimas derramadas por la ausencia de dinero para comer, para vestir, para educación?, ¿cuántas historias sombrías, tristes e inaceptables surgirán de esta “crisis” económica, de esta, como dijo Felipe Calderón (con cinismo supino), “tormenta perfecta”?, ¿continuará creciendo, a raudos pasos, el desempleo?, ¿persistirán los fracasos en la administración federal?, ¿aumentarán las medidas erráticas, las acciones tomadas sin sustento ni previsión por parte del “gobierno” calderonista? ¿Qué vendrá?, ¿el país seguirá cayéndose a pedacitos?, ¿la nación, los mexicanos, se callarán?, ¿se mantendrán en mutismo, esperando lo peor, acostumbrándose al sufrimiento, al dolor, a eso que es la pobreza y la desigualdad? ¿Qué se aproxima?

Abajo, por todas partes hay miedo, por todas partes hay falta de seguridad: no se sabe a ciencia cierta qué sucederá. Pero arriba la situación parece otra: se habla de crisis que han sido derrotadas, de efectos nocivos internacionales nulificados, de grandes acciones del gobierno para mantener todo bajo control, con pocos costes para la sociedad, con pocos costes para los que menos tienen. Felipe Calderón argumenta todos los días que su administración hace lo posible y lo imposible para que todo lo malo se vaya y venga todo lo bueno. Casi se inmola. Dijo el viernes pasado en Uruguay: “Y le debe quedar claro al pueblo de México que el primer sacrificio lo hará mi propio gobierno […] la meta que tiene mi gobierno es enfrentar esta enorme restricción presupuestaria que tenemos para el próximo año con la menor afectación posible para los ciudadanos, para los contribuyentes y, particularmente, para los mexicanos que menos tienen”. Arriba, en el avión que traslada de un país a otro a Felipe Calderón, la nación va bien: deslumbra. Abajo, desgraciadamente, las percepciones son distintas. Y las vivencias diametralmente opuestas.

El país se cae en pedacitos: gente recorriendo empresas, fábricas, buscando un espacio para desenvolverse, hojeando un periódico con la esperanza de encontrar un lugar para ganar unos cuantos pesos y vivir dignamente. Y nada: no hay fuentes de trabajo. Según datos oficiales, 2 millones 400 mil mexicanos no tienen empleo (5.2 por ciento de la población económicamente activa); 12 millones 200 mil sobreviven en la economía informal, cifra que iguala, por primera vez, a las personas afiliadas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), es decir, a las que tienen un empleo formal. Estos datos oficiales que llaman a la alarma no le impiden a Felipe Calderón decir en su reciente visita a Uruguay: “hemos protegido a 440 mil familias más cuyos jefes hubieran sido despedidos en esta crisis económica”. ¿Qué pensará de esta visión el obrero desesperado que va, fábrica tras fábrica, buscando un empleo digno?

Los ayuntamientos son, sin duda, la base del gobierno en el país, pues es ahí, en esa institución, donde se da la mayor cercanía con los gobernados. En el México de hoy, el México de Felipe Calderón, el 70 por ciento de los ayuntamientos está al borde de la quiebra. Y esto porque las asignaciones federales se han reducido (dizque no hay dinero en las arcas públicas). Cuauhtémoc Calderón Galván, presidente municipal de Zacatecas y quien dirige la Asociación Nacional de Alcaldes de Acción Nacional, mencionó que los ayuntamientos del país están prontos a desmoronarse, pues en menos de un mes no habrá recursos para pagar salarios, patrullar calles, recoger basura, etcétera. Sentenció el panista: “Si no hay una pronta solución entraremos en un estado de ingobernabilidad”. ¿Qué se aproxima?

Felipe Calderón y su gabinete aceptan que no hay dinero, que faltan 300 mil millones de pesos para completar el presupuesto del próximo año, que habrá que hacer recortes: menos recursos a obras de infraestructura, menos capital para la Comisión Federal de Electricidad (el futuro energético en la humanidad es la energía eléctrica), más impuestos para los contribuyentes cautivos y mayor endeudamiento “moderado” (según palabras de Agustín Carstens, secretario de Hacienda y Crédito Púbico). ¿Hacia dónde vamos?, ¿hacia dónde nos dirigen?

Pobreza y desempleo, desigualdad indignante: cientos de miles transitando por todas partes en busca de un empleo, de dinero. Delincuencia. Narcotráfico. Migración cada vez más complicada, más peligrosa, menos beneficiosa económicamente. Lágrimas por todas partes. Carencias en educación, en salud, en servicios básicos. Endeudamiento. Crisis, crisis y más crisis. Es el México de Felipe Calderón, el México de quien, en campaña (y antes del fraude electoral de 2006), dijo sería el presidente del empleo, de la estabilidad económica y de la seguridad. No cabe duda: sus palabras fueron y son tan pequeñas como él. ¿Qué se aproxima? ¿Qué sigue?


::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2009::

lunes, julio 27, 2009

El presidente del fracaso

Foto: César Huerta/Extensión Medios

Jorge Gómez Naredo
27 de julio de 2009


El país se viene abajo y Felipe Calderón continúa empecinado en ganar una guerra que ya, desde hace mucho tiempo, está perdida: la guerra contra el narcotráfico. Hay desempleo, cierre de empresas, cada día es más difícil sobrevivir en México y Calderón sólo insiste en retar a los narcos y terminar con ellos. Hay recorte de presupuesto porque el gobierno capta menos ingresos (de impuestos, venta de petróleo, etcétera) y Felipe Calderón sólo dice que él y sus aliados pronto triunfarán y mancillarán al crimen organizado. Cientos de mexicanos, a diario, deciden irse a Estados Unidos a buscar las oportunidades que en México no existen; esos mexicanos representan mano de obra, trabajo, esfuerzo que es desperdiciado, juventud que no se utiliza, fuerza y energía que son explotadas por otras naciones, talento que se desaprovecha. Esto no impide a Felipe Calderón, argumentar, todos los días, que la lucha contra el narcotráfico se ganará pronto.

Mientras el secretario de Hacienda y Crédito Público, Agustín Carstens, anunciaba que la "brecha fiscal" (es decir, la diferencia entre lo que se presupuestó y lo que no se ha obtenido de los ingresos estatales) ha crecido hasta 421 mil millones de pesos, y que por ende se recortará al presupuesto (un "ajuste", lo nombra Hacienda) 50 mil millones de pesos, Felipe Calderón, acompañado del gobernador represor de Oaxaca, Ulises Ruiz, decía: "Hoy México encara nuevos enemigos, criminales que desafían al estado, desafían a sus instituciones y que asedian y lastiman a la sociedad; que amenazan a la nación". Mientras Hacienda acepta, tímidamente, que la economía del país está convertida en un caos, Calderón se empecina con la lucha contra los "enemigos" de la nación", los "criminales" que desafían al país. Mientras todo se viene abajo, Calderón promete sangre, más sangre derramada, para salvar al estado de "los malos".

Felipe Calderón hizo su campaña electoral en 2006 centrado en dos frentes: repetir hasta el hartazgo que sería el "presidente del empleo" y atacar a López Obrador (que según los panistas traería, de llegar a la presidencia, desempleo, crisis económicas, violencia, inseguridad, etcétera). El viernes pasado, Miguel Messmacher, titular de la Unidad de Planeación Económica de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, mencionó: "el empleo tarda más tiempo para recuperarse. Todavía estaremos observando caídas en el empleo durante un cierto periodo, después de que la economía empiece a repuntar". Sí, "el presidente del empleo" terminó siendo el presidente del "desempleo". Y aunque Calderón justifique su fracaso con la idea de una crisis que "viene de fuera", es claro que los índices de desempleo son altos y cada día crecen más. Y claro, la economía mexicana no mira la luz: hay cierre de empresas, carencia de dinero en los bolsillos de los trabajadores, un mercado interno sin articulación y dependemos, hasta para alimentarnos (la situación del campo es alarmante) del extranjero. Eso, claro, no le impide a Felipe Calderón decir: "esta lucha -contra el narcotráfico-, desde luego, no ha estado exenta, como lo sabíamos y lo advertimos desde el principio, de grandes sacrificios. Muchos marinos, soldados, policías y servidores públicos honestos y comprometidos con la patria, han dado la vida para defender la tranquilidad y la seguridad de las familias mexicanas". ¿Y la lucha contra el desempleo?, ¿la lucha para que las familias mexicanas vivan dignamente?, ¿y la guerra contra las aberrantes desigualdades económicas entre los mexicanos?

Felipe Calderón sabe que su gestión ha sido un fracaso en todos los sentidos: en lo económico, en lo político, en lo social, en lo deportivo, en fin, en todo. Y quiere ocultar esos fracasos con una "guerra" que, dice, se va a ganar, que se está dando, que no terminará. Una guerra que a diario deja a decenas de personas muertas, una guerra que no se ha vencido y que no se vencerá, porque estuvo mal planeada y porque Calderón no está capacitado (ni él ni su equipo de colaboradores) para combatir el narcotráfico con éxito. Así pues, el que se dijo iba a ser "el presidente del empleo", terminó siendo "el presidente del fracaso". ¿Hasta cuándo soportará el pueblo mexicano esto?

jgnaredo@hotmail.com

::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2009::

jueves, marzo 26, 2009

Habrá más desempleo en Jalisco

  • Aseguran que junio y julio serán meses de estabilización

Prevén que se pierdan hasta 18 mil empleos en los siguientes tres meses

El Informador

GUADALAJARA, JALISCO.- Entre cuatro mil y seis mil empleos por mes le restan por perder a Jalisco durante abril, mayo y junio dadas las complicaciones económicas por las que atraviesan las empresas de la Entidad, aseguró el presidente del Centro Empresarial de Jalisco (CEJ), Pablo Lemus Navarro.

Sobre los ramos más afectados refirió: “El sector de la electrónica, las maquiladoras que dependen de la demanda de Estados Unidos, y es que en la medida que estén dejando de comprar tienen que reducir sus plantillas laborales, no tanto en los sectores fuertes de Jalisco como el comercio, el servicio, las Pymes (pequeñas y medianas empresas), que serán las menor afectadas”.

Adelantó que junio y julio serán meses de estabilización, y a partir de septiembre empezará una generación real de plazas laborales.

INFORMADOR/ ANA ALCARAZ

::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2009::

lunes, diciembre 22, 2008

Desfiladero Jaime Avilés


Desfiladero

Jaime Avilés

La Jornada

■ Adiós, doña Amalia

■ Calderón, pelele desechable

■ ¡Ni un voto al PRD!

No cabe duda: todo en la epopeya cardenista tiene el aura grandiosa de una novela romántica. La sentida desaparición de doña Amalia Solórzano una vez más nos lo recuerda. Era una niña de 15 años cuando se enamoró para siempre de un altivo militar de 33, con el que se casaría a los 21 en contra de la voluntad de sus padres. Y seguía siendo una muy joven señora de 27 cuando su marido se metió a nadar en el cráter del Nevado de Toluca, dos días después de decretar la estatización del petróleo. Con la misma firmeza sutil con que ella se enfrentó a su familia para irse a vivir con el hombre que había elegido, el general Lázaro Cárdenas lidió a las potencias europeas en vísperas de la segunda Guerra Mundial para dotar a nuestro país de una industria que sería clave en su desarrollo hasta nuestros días. ¿Por qué la derecha no tiene figuras femeninas de la estatura de Amalia Solórzano, Rosario Ibarra de Piedra, doña Jesusa Ramírez Gama o la comandanta Ramona de los zapatistas?

La hora del pueblo

No cabe duda: si Felipe Calderón le hubiera declarado la guerra a Estados Unidos, a estas alturas al menos ya habría podido rendirse. Pero en su inagotable torpeza hundió al país en una espiral de violencia que no tiene posibilidades de conjurar, ni por la fuerza ni por el diálogo, y para quienes lo llevaron al poder, esto lo convierte ya en un pelele desechable.

Así lo insinúan los extensos reportajes que desde la semana pasada publican a diario los principales medios estadunidenses. The New York Times, Washington Post, Los Ángeles Times, el Chronicle y el Examiner de San Francisco, CNN y American Network, entre otros, y por su parte la revista Forbes, se muestran escandalizados por la carnicería que en estos dos años ha provocado la muerte de más de 7 mil mexicanos, así como la creciente pérdida de control territorial del “gobierno” panista, particularmente en la frontera norte, donde ahora el narco también constituye una amenaza a la seguridad pública de nuestros vecinos.

A su vez, los empresarios de acá declaran que la industria mexicana ya está en recesión y le exigen al hombrecito de Los Pinos “medidas que protejan los negocios”, aunque una de ellas entrará muy pronto en vigor: los patrones aceptaron un aumento de dos pesos con 32 centavos al salario mínimo, que sólo atizará el malestar social. Pero mientras la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) calcula que en 2009 se perderán 20 millones de puestos de trabajo en el mundo, la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), dependiente de la ONU, pronostica que en México desaparecerán 380 mil empleos formales, cantidad equivalente a la quinta parte del millón 800 mil que dejarán de existir entre Tijuana, la Patagonia y las Antillas.

¿Cómo está eso? ¿El México del “presidente del empleo” contribuirá a la numeralia de la crisis mundial mandando a la calle a 21.1 por ciento de los nuevos desocupados de América Latina? A dos años de la imposición del pelele, este es el balance: el narcotráfico controla amplias zonas del país, el peso se devaluó 40 por ciento, el desempleo abierto pasará de 4.9 a 5.7 por ciento (siempre según la Cepal), la inflación es la peor de los últimos siete años, el “gobierno” es sólo una agencia de publicidad que produce espots de radio y televisión y la descomposición del aparato de Estado es profunda pero tiende a agudizarse.

Calderón sabe que es incapaz de hacer y remediar nada, y más de 100 millones de mexicanos están plenamente de acuerdo con él en este aspecto. Si en dos años provocó este desastre y en 2009 todo va a empeorar, ¿por qué no renuncia junto con su equipo de amigos y cómplices? Fernando Gómez Mont no funcionó como “pacificador” en Gobernación. Agustín Carstens carece por completo de imaginación para delinear un plan anticrisis. Genaro García Luna y Eduardo Medina Mora son altamente corresponsables de la crisis de seguridad pública. El resto del gabinete es prescindible.

Hay que volver a decirlo: es urgente cambiar de política y de políticos. Ya no nos pueden volver a decir, como Zedillo en 1995: rásquenle como quieran, este es el único modelo que hay en el mundo y no existen alternativas. ¡Basta de falacias! Se pueden y se deben tomar desde hoy medidas de emergencia en beneficio de todos, empezando por los de abajo. El Movimiento en Defensa de la Economía Popular y la Soberanía Nacional está mostrando que se puede caminar en otro sentido. La hora del pueblo se acerca.

2008: los zapatazos morales

No cabe duda: la hazaña cívica de Muntazer al Zaidi el sábado pasado en Bagdad trajo a la memoria el no menos histórico zapatazo que Nikita Kruschev dio en la ONU en 1960, pero también los actos de rebeldía de Andrés Gómez ante Felipe Calderón en Palacio Nacional, y de Alma Maldonado ante Salinas de Gortari en Inglaterra. O la audaz lucha de los ecologistas de Monterrey para evitar la destrucción del Cerro de la Silla, promovida por un gánster insaciable llamado Abel Guerra, que aspira a ser el próximo gobernador de Nuevo León. O las manifestaciones de multitudes indignadas que repudian los abusos policiacos en Grecia.

No, no cabe duda: en el mundo que nos lega WC Bush, la hora del pueblo se acerca. Así lo corroboran las cartas de los lectores de esta columna, aún disponibles en el blog de El Patín del Diablo, que semana a semana han expresado su rechazo a la imposición de los chuchos en la dirección espuria del Partido de la Revolución Democrática. Ahora el consenso es claro y rotundo: en las elecciones de 2009, pase lo que pase, bajo ninguna circunstancia, ¡ni un voto al PRD! Podríamos decirlo cantando con un verso de Gabriel Celaya: “¡A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar!”

Sáquenla al tercio

No cabe duda: 2008 se va como un tren cargado de cadáveres, entre los cuales se alejan amigos y compañeros entrañables. A quienes tuvimos la fortuna de quedarnos todavía por aquí nos llega el momento de bajar la cortina, echarle llave a la tienda y colgar el cartel de “cerrado por vacaciones hasta enero”. Pero antes, Desfiladero quiere decirles a sus amigos Diego Luna y Daniel Giménez Cacho: Irene Azuela merece un aplauso para ella sola, porque su esfuerzo enorme sostiene la trama de El buen canario, la pieza que vino a montar John Malkovich y que no vale nada, salvo por las deleitosas actuaciones de los mencionados, y de Bruno Bichir y de Jorge Zárate, así como por los efectos especiales de la escenografía, tan primermundista. ¡Felices fiestas!

jamastu@gmail.com y http://patindeldia.blogspot.com.




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