El Lobby
“Es que la gente del gobernador hizo un desmadre en Guadalajara, esperemos que Jorge pueda recuperarse”, fueron las palabras que ayer un panista en la sede estatal de Acción Nacional decía por teléfono celular.
La neta es que, como buen periodista, chismosón, paré la oreja, pero fue lo que más pude escuchar en el andar por las instalaciones del PAN Jalisco.
Eran apenas las 5 de la tarde cuando escuché, por coincidencia, aquella conversación que me afirmaba cada vez más algunas otras declaraciones que fuentes panistas me habían dicho minutos atrás: que el PAN perdería la Zona Metropolitana y la mayoría de los distritos del estado. Eran revelaciones impresionantes que, no lo niego, eran imposibles de creer ante la maquinaria panista.
Cada minuto que pasaba desde que escuché aquellas frases, se volvían una realidad: el PAN saldría de la capital de Jalisco desde que a ella había llegado hace 15 años César Coll y su desprecio por las minifaldas.
Pero además, en el oleaje priísta perdería el blanquiazul los demás municipios de la gran urbe jalisciense. La derrota se les veía a dos cuadras de distancia a los panistas. Eduardo Rosales Castellanos, dirigente del PAN en la entidad, no podía ocultar el fracaso aun cuando sus justificaciones eran que el PRI había hecho uso de sus “viejas prácticas”.
Para los periodistas que ayer convivimos en la sede panista, como creo que para muchos lectores y ciudadanos de este estado, los argumentos de Rosales Castellanos no hacen eco. Y tras 15 años, el tratar de manipular o de hacernos creer que Acción Nacional es una santa palomita, es totalmente tonto.
La de ayer, aunque fue una votación baja en asistencia, fue una muestra del hartazgo hacia una forma de gobierno caracterizada por la intolerancia y la corrupción. En tres lustros, Acción Nacional tuvo para crear un gran resentimiento en la sociedad de Jalisco, lo cual se reflejó ayer en las urnas.
En redes sociales de la Internet, como Facebook, muchos de los usuarios pusieron todo tipo de consignas en contra del PAN. Recordaron los episodios memorables de sus gobernantes, en especial del mandatario estatal Emilio González Márquez.
Salinas Osornio, un hombre que alcanzó gran poder como coordinador de la fracción panista en el Congreso del Estado, es probable que regrese al mismo cargo en los seis meses próximos, para luego ser regidor de oposición en el Ayuntamiento de Guadalajara.
Pero también el fracaso es de Francisco Ramírez Acuña, aun cuando haya salido victorioso en su candidatura a diputado federal por el distrito 10 de Zapopan. Con tan semejante humillación en las urnas, suena descabellado ahora pensar que el ex secretario de Gobernación piense en la coordinación de la fracción parlamentaria del PAN en San Lázaro.
Las credenciales obtenidas en su tierra no lo dejan muy bien posicionado ante los otros dos aspirantes a liderar al PAN en el Congreso de la Unión: Josefina Vázquez Mota y César Nava.
Y saliendo de Jalisco, la otra gran derrota es para Felipe Calderón Hinojosa. Estoy seguro que el fracaso del PAN a nivel nacional será una gran nota en la prensa internacional: “Pierde el partido del presidente de México”, puede ser uno de los títulos a leerse en algunos periódicos mundiales.
Ahora, lo que espera a quienes no votaron por el blanquiazul es que le restrieguen en la cara que, por no haberlo favorecido, la llamada “lucha contra el narcotráfico” se ve truncada y que seremos carne de cañón de los narcos. Malos pretextos ante una derrota que no provino más que de ellos mismos. Lo bueno es que a panistas como el gobernador, “lo que unos poquitos digan…”.
La casa paga
Pues yo la neta ayer voté por alcalde de Zapopan y anulé mi voto por diputado federal y local. Les cuento pues… por nomás. Aquí nos seguiremos viendo esta semana en que habrá pataleo y todo lo demás de quienes siempre pierden en las urnas.Aguante, ya pasó lo peor.
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