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lunes, diciembre 06, 2010

Hermann Bellinghausen y Hugo Gutiérrez Vega presentan: La Entrega [FIL]



Extensión Medios/FIL
El periodista y novelista mexicano Herman Bellinghausen presentó en el marco de la FIL su más reciente libro, titulado la entrega (editorial UACM, México 2010). En él, podemos encontrar una serie de cuentos mexicanos, posicionados desde abajo, desde un México distinto al que muestran los medios masivos de comunicación, un México que nada tiene que ver con el discurso oficial.

Dichos cuentos, provienen de los viajes realizados alrededor de todo el país, por el reconocido periodista entre los años del 2005 al 2008. “Ese es el contexto de los relatos. Aparecen la guerrilla pero no explícitamente, las protestas callejeras, muchos esfuerzos personales de la gente. Es el México que me tocó ver, y espero que esté bien reflejado. Es un México de abajo, donde la gente está encabronada y pasan cosas terribles. Ellos no hablan de un país que está bien” exclamó Bellinghausen.

El también columnista de La Jornada estuvo acompañado por el poeta y director de La Jornada Semanal Hugo Gutiérrez Vega, quien se refirió a él como “un periodista ejemplar. Con un compromiso moral muy claro, tal vez uno de los compromisos más serios y definitivos de la prensa mexicana”, además de calificarlo, como una “Wikipedia ambulante”.

Para Gutiérrez Vega “La entrega es un libro de relatos, en el que de repente asoma la cabeza la crónica y mueve los brazos el ensayo”. Para él, la atmosfera de una de las historias se parece mucho a la realidad del país, donde “la terrible violencia se entromete en el relato, como lo hace en nuestras vidas. La crueldad cotidiana, la guerra no declarada, la presencia terrible del ejército compartiendo la propiedad del país con los narcos”. Asimismo tratando de encontrar el rostro de Voltaire, una de las protagonistas de la novela, Gutiérrez Vega coloca un parecido con Hedy Lamarr, quien también podría parecerse a la actriz Ofelia Medina, ahí presente.

En las últimas palabras de la presentación Hugo Gutiérrez Vega exclamó “En el México actual es indispensable que hablemos, y que hablemos cada vez más, y en voz más alta. Quién nos contesta, no lo sé exactamente, pero tenemos que hablar, porque el país así lo urge”. Además “Los personajes se aferran a una esperanza. Todos los personajes están buscando, como decía Marx, lo que se busca en el arte: lo humano perdido”.

::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2010::

sábado, diciembre 04, 2010

Es para mí un verdadero honor recibir la catrina. No me asusta, no me siento amenazado: “El Fisgón”. [Feria Internacional del Libro en Guadalajara]


Hace unos momentos en la Feria Internacional del Libro que se realiza en la ciudad de Guadalajara, fue galardonado con el reconocimiento “La Catrina” el caricaturista mexicano Rafael Barajas Durán, mejor conocido como “el Fisgón”. Acompañado por altos funcionarios de la Universidad de Guadalajara, por sus compañeros de profesión en la Revista El chamuco y sus fieles seguidores, “el Fisgón” inicio su discurso con una dura crítica hacía el gobernador del Estado de Jalisco pues “contrariamente a lo que dijo alguna vez el gobernador, es para mí un verdadero honor recibir la catrina. No me asusta, no me siento amenazado” exclamó. 

Después ante cientos de flashazos, el caricaturista del Diario La Jornada y la Revista El Chamuco elogió el trabajo colectivo pues “A pesar de que en nuestra época se tiende a exaltar los valores individuales, yo estoy convencido de la importancia del trabajo colectivo y de que el talento se desarrolla siempre mejor en colectividades”. 

Además destacó la descalificación que los emporios periodísticos han hecho en contra de los caricaturistas “A los Chamucos nos han acusado de ser poco objetivos, dogmáticos, parciales, de ser intolerantes (…) La objetividad sin lugar a dudas es un valor aceptado y fundamental del periodismo. Pero es un valor poco practicado. Los grandes consorcios mediáticos, han buscado monopolizar el término, y plantean de todas las maneras posibles que ellos son dueños de la objetividad. Quien se sale de su agenda, es subjetivo”. 

En el cierre de su discurso, Rafael Barajas instó a defender el presupuesto de las universidades públicas. Al salir alguien del público exclamó “es muy sencillo verdad”, pues “el Fisgón” lo constató, “Este premio no es realmente para mí, sino para el colectivo de caricaturistas que colaboran en la Revista El Chamuco y en La Jornada (...) Los premios se vuelven importantes sobre todo cuando tienen un carácter reivindicativo, y este premio tiene ese carácter para nosotros”.


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viernes, diciembre 03, 2010

Jaime Avilés presenta 25 años en imágenes de La Jornada FIL Feria Internacional del Libro



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jueves, diciembre 02, 2010

Jaime Avilés presenta: 25 años en imágenes de La Jornada [FIL Feria Internacional del Libro]


Extensión Medios/FIL

Este miércoles 01 de Diciembre, a cuatro años de la toma de protesta de Felipe Calderón y en el marco de la Feria Internacional del Libro el periodista Jaime Avilés presentó un libro que logró recabar por medio del fotoperiodista Fabricio León Diez decenas de miradas, impresas en el diario La Jornada, en casi 26 años de existencia. 

Además de un recorrido por 393 fotografías, el lector puede encontrar una perspectiva distinta, pues el periódico La Jornada nació por la necesidad de conocer otra realidad, esa misma que según Jaime Avilés, los demás periódicos niegan y siguen negando.

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lunes, septiembre 28, 2009

Felipe Calderón lleva al país al colapso económico y social, advierte Di Costanzo



La propuesta económica que le preparó Carstens es recesiva e inflacionaria

El diputado federal señala que el michoacano está maniatado por los grandes empresarios

JORGE GÓMEZ NAREDO


Vivimos en tiempos de canallas. Y en tiempos de pocas bondades. Mirar alrededor es observar un escenario triste y de pánico, es toparse con un futuro de inestabilidad y quiebra: de inseguridad. Pasamos los momentos de crisis políticas y ahora estamos en los de crisis económicas, ésas que hacen llorar y quitan el pan de la mesa a millones de mexicanos. Se anuncia (hay miles de espots oficiales de televisión que lo han repetido hasta el hartazgo) que el “bache” por el cual ahora pasamos no vino de adentro, sino que llegó de fuera. Hasta se menciona que nos ha ido bien, que no vamos tan mal, que hay otros países peores: que pronto seremos felices.

Nadie puede negar que lo que antes comprábamos con cien pesos, hoy lo adquirimos con 150, o con más. Empresarios, académicos, periodistas, gente de a pie y gente en auto, en la calle y en el café, en la cantina y en la ranchería, en el pueblo y en el edificio de diez pisos con elevador, en el tugurio y en la vecindad: todos miran la crisis económica. O más bien todos la sienten, unos, por supuesto, más que otros. ¿Es acaso una crisis que viene de fuera?, ¿estamos realmente mejor que otros países?, ¿las autoridades en la materia han actuado eficazmente ante las circunstancias?, ¿hay salidas?, y si las hay, ¿de dónde vendrán?

Mario Di Costanzo Armenta es economista egresado del Instituto Tecnológico Autónomo de México. Cuando habla, uno tiene la certeza de que lo dicho por él está bien dicho y críticamente argumentado: domina los temas económicos y, algo importantísimo, los sabe traducir, los sabe exponer, los sabe hacer entendibles para los neófitos en esas cuestiones. Actualmente es diputado federal por el Partido del Trabajo (PT) y una de las personas más críticas a la forma en cómo, los gobiernos panistas (y neoliberales), han manejado la economía. Su intervención hace algunos días en la comparecencia de Agustín Carstens en la Cámara de Diputados fue memorable, de ésas que no se olvidan, de ésas que a cualquiera marcan. Vino a Guadalajara a manifestarse, a marchar, a acompañar a la gente de acá en la lucha para que no se aprueben las medidas fiscales enviadas por Calderón al Poder Legislativo.

Después de haberse reunido con simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador y otras organizaciones sociales, Mario Di Costanzo habló con La Jornada Jalisco sobre el paquete económico presentado por el gobierno federal. También explicó la propuesta alterna de López Obrador: ese plan B que el gobierno federal declara inexistente.

El colapso económico de hoy se advertía desde hace dos años

–¿Cuáles son los saldos de la política económica de Felipe Calderón?

–Yo iría más allá. ¿Cuáles son los saldos de este neoliberalismo pervertido? Felipe Calderón ha continuado solamente el modelo. La implantación del neoliberalismo en México va más allá de Vicente Fox: los propios gobiernos priístas tienen responsabilidad en ello. Ahora bien, los saldos de estos dos años y medio de administración de Felipe Calderón son: 3 millones de desempleados, más de 12 millones de personas en el subempleo, el incremento de 6 millones de pobres, la polarización y desaparición del mercado interno, y una cosa muy importante: la creación de 26 multimillonarios de los más ricos del mundo. Es decir, por cada multimillonario que se ha creado, se han generado 260 mil pobres. Estos son los principales saldos. Además de la pérdida del poder adquisitivo de la gente cercano al 45 por ciento. Es decir, el país devastado económicamente. Nosotros, hace dos años advertimos que la economía mexicana iba a un colapso económico, ya estamos en ese colapso. Y el siguiente paso es la inestabilidad social.

–El paquete presentado por Felipe Calderón y Agustín Carstens, ¿qué provocará en el corto plazo?

–Es un paquete recesivo: al aumentar los impuestos tanto a las pequeñas y medianas empresas como a la gente, provocará que la población tenga menos dinero para gastar, para consumir, y entonces se va a impedir que haya una mayor actividad económica. Por eso es recesivo. Es inflacionario porque va a producir el incremento en los precios de los productos. El alza que están proponiendo para la gasolina y los energéticos es casi del 17 por ciento. Esto va a provocar, rápidamente, inflación. Ya hoy el propio Banco de México estima que la inflación el próximo año va a ser, según las estimaciones de ellos (que siempre subestiman las cifras reales), del 5 por ciento, cuando Agustín Carstens ha dicho que va a ser del 3 por ciento. Es, sin duda, inflacionario el paquete. Es demagógico, porque no hay ninguna reducción en los gastos superfluos del gobierno: hay incrementos en el pago de servicios personales, en la nómina de gobierno y en los gastos de operación. Y hay también una caída en la inversión pública, que es lo más grave, porque en una época recesiva, en una crisis, es el gobierno el que tiene que gastar en inversión para incrementar la infraestructura y para darle actividad a la economía.

Sí hay alternativa

–¿Cómo se puede impedir la aprobación del paquete económico de Felipe Calderón si en el Congreso, el PRI y el PAN, parece que ya han pactado todo?

–Yo creo que nuestra principal fuerza es la razón adentro de la Cámara de Diputados, las propuestas, pero nuestra fuerza está también afuera, con la gente. Por eso estamos llevando a cabo diversas acciones para que la población se informe y se manifieste, para que exista una presión de la sociedad, para que haya una presión civil pacífica, para que no actúen con este maridaje el PRI y el PAN. Que esté muy consciente el PRI que el más leve impuesto que se apruebe en este paquete económico va a ser culpa de ellos, porque al ser mayoría en la Cámara de Diputados tienen que dar su voto para aprobar la serie de impuestos en cascada que están proponiendo. Igualmente, si no hay reducción de gastos de los altos funcionarios públicos va a ser culpa del PRI, porque eso significaría que no apoyaron las propuestas que hemos venido haciendo.

“Es decir, lo que queremos mostrarle a la gente y mostrar adentro de la Cámara de Diputados es que sí hay un plan B, nada más que implica tocar las canonjías de los privilegiados, de las grandes empresas y de los altos funcionarios públicos. Por eso es que no se atreven a plantearlo, por eso Agustín Carstens es tan cobarde y dice que no tienen un plan B: lo mismo hacen los panistas. Entonces, lo que queremos transmitir a la gente es que nosotros sí tenemos un plan B”.

–¿Y los que no pagan y deben de pagar?

–Parecería que la respuesta a esta pregunta es lógica. Pero hay que hacerla.

–¿Por qué no se tocan los intereses de las grandes empresas?

–Aquí yo diría que lo lamentable es que el problema económico de este país tiene una solución política. Yo puedo asegurar que cualquier estudiante de economía, del cuarto o quinto semestre, sabe muy bien lo que se tiene que hacer para salir de la crisis: acabar con los monopolios, acabar con los costosos servicios bancarios que tenemos, fomentar el mercado interno, reducir el gasto público superfluo, corregir las iniquidades fiscales. Pero esto no se hace porque el Estado mexicano está secuestrado por un grupo de empresas. Felipe Calderón no tiene ni la cara ni el valor ni la legitimidad para pedirle a Lorenzo Zambrano o para pedirles a los dueños de Televisa que paguen impuestos. Porque ellos legitimaron el fraude del 2 de julio, porque ellos financiaron su campaña política, porque ellos permitieron que se robara la Presidencia; entonces, Calderón no los puede hacer pagar impuestos. Así pues, la solución, desgraciadamente, es que la Cámara de Diputados, que es la representante de la gente, del pueblo, impida la aprobación de estas leyes, o que este gobierno se vaya, que este gobierno renuncie. No creo que Felipe Calderón, por sí solo, vaya a renunciar: la Cámara de Diputados tiene que actuar.

–¿Cómo le hacen las grandes empresas para no pagar impuestos?

–Voy a explicar cómo le hacen con un régimen especial; tomaré el de consolidación fiscal. Éste le permite a un grupo juntar las contabilidades de las empresas que tiene. Por ejemplo, un grupo posee dos empresas, la empresa A y la empresa B. La primera ganó a fines de año mil pesos, y la segunda perdió mil pesos. La consolidación permite que este grupo junte las contabilidades y diga: “mil pesos que gané de la empresa A y mil pesos que perdí de la empresa B es cero; y el 28 por ciento [la tasa del impuesto sobre la renta] de cero es cero”. Otro sistema: la depreciación acelerada de activos, ¿cómo funciona? Una empresa se da cuenta de que a lo mejor al final del año va a obtener mil millones de pesos de utilidad, y dice: ¿qué hago?, ¿pago impuestos o cambio los carros de mis ejecutivos o yo accionista me compro una casa? Se meten las ganancias a gastos y se deprecian aceleradamente, es decir, todos los gastos se ingresan en un solo año, y entonces la utilidad de mil millones se hace cero, y ya no se pagaron impuestos. Sin duda, otra manera de eludir impuestos. Estas prácticas han sido muy utilizadas por los grandes empresarios.

“Hay otras formas de evadir impuestos: una empresa de un grupo compra otra empresa con pérdidas. Y eso le permite ya no pagar impuestos. Hay empresas con pérdidas que ya no operan y se venden. Está también lo que hace Televisa, que pone una empresa fuera del país en algún paraíso fiscal, y resulta que las telenovelas que trae de Centroamérica las paga tres o cuatro veces a un mayor precio y se autofactura. O como hizo Cemex en Suiza, que abrió una empresa Cemex que supuestamente le vende tecnología a Cemex México, y entonces paga estudios y paga tecnología a sobreprecio y es una manera de sacar el dinero. O como le hace Bimbo, que tiene una empresa para que le transporten sus productos, y resulta que la empresa que le transporta los productos le factura tres o cuatro veces más caro que otra empresa, y entonces por ahí obtiene las ganancias.

“Todas esas prácticas son las que pretendemos eliminar con la iniciativa que en breve presentaremos al Congreso”.

–Felipe Calderón ha mencionado que existe, en el presupuesto, un “boquete” fiscal de 370 mil millones de pesos. ¿Cómo le haría el grupo parlamentario del PT para solucionar ese supuesto boquete?

–Derogando los regímenes fiscales que he mencionado se podría obtener una recaudación fiscal de 300 mil millones de pesos. Ello sería una parte de la estrategia. La otra es la reducción de gastos superfluos, es decir, la reducción de los salarios de los funcionarios. Hemos ya elaborado cálculos: tan sólo la nómina de los altos funcionarios de las secretarías de Estado a nivel federal es de 84 mil millones de pesos. Si reducimos a la mitad los salarios del Poder Judicial, de los diputados, de los altos funcionarios de Petróleos Mexicanos, de los altos funcionarios de Comisión Federal de Electricidad, del Tribunal Federal Electoral, del Instituto Federal Electoral, se podrían obtener ahorros por 95 mil millones de pesos, más los ahorros que se obtendrían del gasto de operación, de alimentación, de servicios de asesoría y de servicios oficiales que hemos identificado ya hasta con el número de las partidas, todo esto nos daría un ahorro de 200 mil millones de pesos, más el incremento en los ingresos (vía impuestos que pagarían los que hoy se benefician de los regímenes especiales), se obtendría más de lo necesario para tapar el hoyo fiscal. Y se haría sin subir tasas de impuestos, sin subir precios de los servicios o productos que vende el estado. Tendríamos, pues, una bolsa de 500 mil millones de pesos que por mucho cubriría el hueco fiscal que ha estimado Agustín Carstens.

–¿Qué ventajas tiene la propuesta económica de Andrés Manuel López Obrador?

–La primera ventaja importante es que le da ingresos al Estado sin la necesidad de acrecentar impuestos ni incrementar los precios del sector público, es decir, no aumenta el costo de la vida a la gente. Y la segunda ventaja, también muy importante, es que le da equidad al sistema tributario: hace que pague quien debe de pagar, y quien proporcionalmente gana menos, pague menos. En pocas palabras, optimiza los gastos del gobierno, reduce los gatos superfluos y brinda los recursos que se necesitan para tapar el hoyo fiscal.

–¿Hay esperanza de que las propuestas presentadas por López Obrador y el grupo parlamentario del PT se tomen en cuenta, que se aprueben a sabiendas de la maquinaria del PRIAN en el Congreso?

–Yo creo que hay la esperanza si los legisladores del PRI y del PAN actúan como los defensores del pueblo, como representantes del pueblo. Yo pienso que se va a requerir un poco de presión social para que el PRI lo entienda. Ésa es nuestra apuesta. No vamos a cesar de plantearlo, señalarlo y establecerlo. Aunque, debemos reconocerlo, nos preocupa el maridaje que hay entre el PRI y el PAN. Algo importante que no debemos perder de vista es que se vaya a utilizar el aumento del 2 por ciento como moneda de cambio, es decir, una propuesta donde se elimine dicho incremento y todo lo demás se apruebe. La sociedad no se debe dejar engañar por eso.

–Si se aprueba el paquete fiscal de Felipe Calderón, ¿habría riesgo de un estallido social?

–Pienso que va a haber efectos en la estabilidad social del país: la gente no puede seguir viviendo esta situación. Sería concentrar cada vez más la riqueza en las manos de unos cuantos; y eso tiene un límite.


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jueves, septiembre 17, 2009

La Jornada: 25 años

Foto: César Huerta/Extensión Medios

Luis Hernández Navarro

La Jornada

L
a Jornada cumple 25 años. Contra la corriente, en medio de una gran competencia, se ha consolidado como un periódico de referencia. Y no sólo dentro de México. Diariamente, gracias a Internet, es leído por miles de personas en todo el mundo que no nada más buscan la información de lo que sucede en el país, sino lo que escriben sus corresponsales y varios de sus articulistas.

En un entorno informativo en el que el poder combinado de anunciantes y gobierno(s) tiene gran capacidad de presión sobre los contenidos informativos de la prensa, La Jornada sobrevive como un medio crítico. Uno de sus méritos es su capacidad para descarrilar las campañas mediáticas que desde el poder buscan divulgar relatos homogéneos de los grandes problemas nacionales.

Tiene una viva y estrecha relación con sus lectores, quienes ven en este medio un mapa para orientarse informativamente y normar su criterio sobre lo que sucede en México y en el mundo, que no encuentran en otras publicaciones. Cuando no hallan en La Jornada lo que quieren leer, se inconforman y lo hacen saber. El número de blogs que se alimentan cotidianamente de sus páginas es enorme. Es frecuente encontrar pegados en las paredes y los periódicos murales recortes del diario.

En una época en que la mayoría de los medios de comunicación son dirigidos por empresarios, La Jornada es un periódico hecho y conducido por periodistas. Aunque es una empresa, el criterio que norma su funcionamiento no es la ganancia, sino la noticia.

En momentos en que la prensa escrita atraviesa por grandes dificultades financieras, resultado de la disminución del número de lectores, la caída de la publicidad, la competencia de Internet, la contratación de grandes préstamos y la bursatilización de sus operaciones, La Jornada funciona con números negros.

Mientras la mayoría de los grandes diarios despliegan la información cultural como si fuera un apéndice de sus secciones de Espectáculos, y le dedican mucho menos espacio que el destinado a la farándula, La Jornada otorga al mundo de la cultura una enorme importancia. Por principio de cuentas, informa sobre los principales eventos, personajes y novedades. Pero, más aún, procura recuperar para el debate las voces de intelectuales y artistas sobre cuestiones cruciales de la política nacional.

El ensayista Gabriel Zaid, crítico de este diario, pregunta en Los empresarios y la cultura (Letras Libres, noviembre 2007): “¿De dónde viene que La Jornada pese tanto, cuando se toman decisiones importantes para el país?” Y responde, después de expresar su desacuerdo con su política editorial: del rasgo que la distingue: le da más importancia a la cultura que los otros periódicos. Así reúne al público culto y tiene el foro que define lo políticamente correcto.

Esa capacidad de influencia a la hora de definir la agenda informativa incomoda sobremanera a los sectores de la intelectualidad y de la política enfrentados a la visión del mundo que el diario defiende.

Mientras la mayoría de la prensa escrita esconde su agenda y se presenta ante sus lectores como imparcial, La Jornada se compromete explícitamente con diversas causas. Por ello no sólo trata y destaca temas que otros medios prefieren ignorar, sino que incluso se diferencia de los demás por la manera en que aborda noticias de interés general.

Desde su nacimiento, el periódico señaló que busca dar voz a los que no la tienen, y hacer visibles a los invisibles. Lo ha hecho elaborando una aproximación y una mirada diferente de los muchos Méxicos. Con reporteros y fotógrafos que no sólo ven arriba. Documentando la conflictividad social y la injusticia. Hablando con la sociedad y no sólo con el poder. Dando un peso y despliegue a la imagen. Trabajando una iconografía peculiar con sus encuadres, composiciones y contrastes. Por ello ha podido estar no sólo donde otros diarios no llegan, sino tomar una foto diferente del mismo acto.

Sin ir más lejos, vale la pena mencionar dos acontecimientos recientes que ejemplifican el sello informativo y gráfico de la casa. Ante el aluvión de impuestos promovido por la Secretaría de Hacienda para tapar el hoyo en las finanzas públicas, el periódico no dudó en poner a ocho columnas el 9 de septiembre: ¡Qué barbaros! El texto fue acompañado de la imagen de Agustín Carstens compungido. La cabeza, toda una editorial, resultó un acierto: dio forma a una profunda indignación presente entre los lectores. Nadie más lo hizo. Y, cuando un día después, un abatido Felipe Calderón señaló que los pobres ahorrarían si usaran menos agua y luz, La Jornada utilizó para cabecear la primera plana la frase presidencial y una secuencia de tres fotos en la que éste aparece alicaído. Ningún otro medio pareció enterarse (o querer informar) sobre un hecho tan llamativo.

El periódico da importancia mayúscula a la información internacional. Tiene corresponsales permanentes en Estados Unidos, Rusia, España, Cuba, Argentina, entre varias naciones más. Con harta frecuencia, noticias de otros rincones del mundo alcanzan sus primeras planas. En las páginas de La Jornada el Sur existe y el lector puede encontrar información poco común sobre el Norte .

Los moneros gozan de un espacio inusual en el diario. En lugar de estar confinados a la sección de opinión, despliegan su humor corrosivo en las primeras páginas del periódico. Sus cartones son parte fundamental de la imagen de La Jornada. Usualmente sintetizan con gran eficacia, en unos cuantos trazos, las más complejas situaciones políticas. Sus viñetas están dibujadas con una mala leche tan proverbial como pedagógica. Sin rubor alguno muestran al príncipe desnudo.

La aventura de La Jornada cumple 25 años. Para la mayoría de quienes participan en el proyecto (trabajadores, reporteros, auxiliares, personal administrativo, fotógrafos, columnistas, moneros, contralores, articulistas, fotógrafos y directivos) su labor no es un trabajo más, sino la vida misma.


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sábado, agosto 15, 2009

El mayor asesino de Acteal se llama Ernesto Zedillo

Foto
Algunos de los liberados del caso Acteal permanecen en un hotel de CintalapaFoto Moysés Zúñiga Santiago

Desfiladero

Jaime Avilés

La Jornada

Ernesto Zedillo Ponce de León, Emilio Chuayffet Chemor y Julio César Ruiz Ferro son los principales beneficiarios de la abominable decisión de la Suprema Corte, que el miércoles liberó a 20 paramilitares responsables de la matanza de Acteal y pronto soltará a 30 más.

No lo olvidemos: la noche del 22 de diciembre de 1997, cuando varios grupos de gatilleros a sueldo salieron de las comunidades de Los Chorros y Pechiquil, en el municipio de Chenalhó, para dirigirse a la ermita de Acteal donde oraban Las Abejas, Zedillo era presidente de la República y comandante supremo de las fuerzas armadas; Chuayffet era secretario de Gobernación y Ruiz Ferro gobernador de Chiapas, y ninguno de los tres desconocía el terrible clima de violencia, inducida, deliberadamente por ellos mismos, contra las bases de apoyo del EZLN en los Altos.

Era una política de Estado, planeada y aprobada en el más alto nivel del Poder Ejecutivo federal, y había sido puesta en marcha, en su fase crítica, hacía varios meses. Los paramilitares, armados y adiestrados por el Ejército, atacaban las casas y las cosechas de los zapatistas, las saqueaban, las incendiaban y obligaban a hombres, mujeres y niños a refugiarse en las montañas, tiritando bajo la lluvia y el frío.

Mientras esto ocurría –y La Jornada lo documentaba con las crónicas de Hermann Bellinghausen, antes que el tema fuera retomado en televisión por Ricardo Rocha–, Chuayffet se cambió de peinado, y posó para los medios, protagonizando una nota frívola, acerca de su nueva imagen. Zedillo entre tanto guardaba silencio y Ruiz Ferro coordinaba las operaciones locales.

El 4 de noviembre de 1997, mes y medio antes de la matanza, los obispos de San Cristóbal de Las Casas, Samuel Ruiz y Raúl Vera, fueron tiroteados a su paso por una comunidad paramilitar del norte de Chiapas. Pero ni Zedillo, ni Chuayffet ni Ruiz Ferro intervinieron para frenar la escalada violenta creada, insisto, por ellos mismos.

La primera semana de diciembre, en el Zócalo, Andrés Manuel López Obrador, entonces presidente nacional del PRD, encabezó un mitin, no muy concurrido por cierto, para exigirle a Zedillo que frenara a los paramilitares. Pero los preparativos de la carnicería continuaron. Todo está documentado en las hemerotecas. En los centros defensores de los derechos humanos abundan los testimonios y las pruebas. Sobran evidencias para demostrar que se trató de un crimen de Estado, con una finalidad militar estratégica.

Hasta ese momento, a casi cuatro años del inicio de la rebelión, las fuerzas armadas no habían ocupado a su entera satisfacción los Altos de Chiapas. Necesitaban un pretexto. Y con la anuencia de Zedillo y de Chuayffet, y la sumisión de Ruiz Ferro, aplicando los manuales de guerra de baja intensidad del Pentágono y utilizando a los paramilitares que habían capacitado en los cuarteles, obligaron a miles de zapatistas a refugiarse en las montañas en calidad de desplazados. Una vez logrado ese objetivo dieron el golpe de gracia en Acteal. Entonces, miles de soldados se aposentaron en los Altos para evitar nuevos brotes de violencia.

Al paso de los años, la maniobra bien puede leerse como una jugada de pizarrón. De parte del gobierno, fue la respuesta más brutal a la declaración de guerra que el EZLN emitió el primero de enero de 1994. Pero, al autorizarla, Zedillo cometió un crimen de lesa humanidad por el que algún día, ojalá no muy remoto, será juzgado y condenado. Su delito, como se sabe, es imprescriptible, y cuando en México se restaure la justicia tendrá que responder, no sólo por Acteal sino también por las matanzas de Aguas Blancas, El Charco y El Bosque, cuyo gobierno instrumentó para alcanzar objetivos de corto plazo, entre otros, por ejemplo, justificar devaluaciones temporales del peso. Sólo una bestia como él –a la que según sus propias declaraciones nunca le ha dolido la cabeza– pudo haberle causado a México tantos daños económicos y sociales y, no obstante, conservar el cinismo que le permite pasearse por el mundo como el padre de la transición democrática mexicana... merced a la cual nos dejó entre las pezuñas de un burro como Vicente Fox.

Pero por lo pronto, seamos objetivos, Zedillo y sus cómplices aplazaron por algún tiempo más el juicio que no podrán eludir indefinidamente. Se anotaron, hay que reconocerlo, una pequeña victoria, junto con los sepultureros de la historiografía, que en 2006 desenterraron los cadáveres de los niños, de las mujeres, de los ancianos y de los hombres asesinados en Acteal, y de los fetos que fueron sacados del vientre materno a machetazos, para acusarlos de delitos nefandos. Que la patria los cubra de laureles y de euros.

Gracias a las momias de la Suprema Corte, el futuro de México está en manos de los paramilitares, esos nuevos actores políticos que, inspirado en la experiencia colombiana, Enrique Peña Nieto planea utilizar, si llega a Los Pinos, como agentes pacificadores en contra del descontento popular y, supuestamente, el narcotráfico. No por nada, las relaciones entre la ultraderecha prianista y el gobierno paramilitar de Álvaro Uribe están más sólidas que nunca.

Anteayer, en Bogotá, Calderón olvidó que preside el Grupo de Río y que debe fomentar las buenas relaciones diplomáticas entre los países de América Latina, y delante de Uribe se manifestó en favor de las siete bases militares que Estados Unidos planea modernizar en territorio colombiano, como parte de una eventual guerra contra Venezuela, Ecuador y Bolivia. Con ese gesto de adhesión a Uribe, Calderón lanzó una bofetada a Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales. Las consecuencias no tardarán en hacerse visibles.

Lo bueno es, sin embargo, que la inmensa mayoría de los mexicanos ni siquiera se enteró de la excarcelación de los asesinos de Acteal, o de las nuevas formas de represión made in Colombia que se fraguan, y de ningún otro asunto, trascendente o no, porque México, sí, ¡México, nuestro querido México!, le ganó 2-1 a Estados Unidos y eso es lo único que cuenta y por lo cual merece la pena vivir borrachos de gloria hasta que termine el campeonato mundial de Sudáfrica.

La victoria de México, ¡de todo México!, sobre el equipo de Estados Unidos es mil veces más importante que el anuncio, hecho el martes por Agustín Carstens, cuando dijo que en 2010 el país dejará de captar 316 mil millones de pesos por concepto de venta de petróleo y, por lo tanto, el gobierno recortará todos los programas sociales, no fomentará las actividades productivas, no construirá la nueva refinería (pero seguirá importando gasolina y cobrando comisiones por ello), despedirá a más burócratas y aplicará IVA a alimentos y medicinas, pero no rebajará los sueldos de ninguno de los altos funcionarios, ni disminuirá sus privilegios, ni pronunciará la palabra austeridad.

Al contrario, subirán todos los precios, se perderán cientos de miles de empleos, se recrudecerá la inseguridad y se multiplicarán las fuerzas represivas, pero sólo pensaremos en una cosa mágica, fascinante y extraordinaria: el futbol. Y cuando México, ¡sí, todo México!, tenga su boleto para irse a Sudáfrica, Televisa se encargará de mantenernos extasiados y anestesiados, incluso cuando no nos quede otro remedio que ir al Monte a empeñar la televisión. ¡Ah, qué maravillosos días se avecinan!

Por lo pronto, hay que ir al cine a ver Corazón del tiempo, la película que durante años y con enormes sacrificios escribieron Hermann Bellinghausen y Alberto Cortés, antes de filmarla en la selva Lacandona, con los miembros de una comunidad zapatista que relatan su propia vida, entretejida con la historia de amor entre una mujer que se quiere casar con un soldado del EZLN, pero tiene en contra la opinión de su familia. Un proyecto cinematográfico admirable, que desde su gestación contó con la simpatía y el apoyo de Robert Redford.

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Precisiones, imprecisiones y distorsiones

Editorial
La Jornada

En conferencia de prensa conjunta con el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, el titular del Ejecutivo federal de nuestro país, Felipe Calderón Hinojosa, criticó un encabezado publicado en la primera plana de este diario en su edición de ayer, en el que se afirma: Apoya el Ejecutivo mexicano bases de EU en Colombia; asimismo, el gobernante externó una insinuación realmente improcedente –atinada o no, es lo de menos– sobre la preferencia partidista de la reportera.

De acuerdo con la versión estenográfica de lo dicho por Calderón en la capital colombiana, información a la cual hacía referencia el encabezado en cuestión, es cierto que el declarante no otorgó, literalmente, su apoyo a las bases militares que Estados Unidos controla en territorio colombiano. Habría sido más preciso, ciertamente, consignar que el titular del Ejecutivo federal justificó la existencia de esos enclaves, que externó su respeto al presidente Álvaro Uribe en su decisión de permitirlo o que, sin que esto tenga una puntualización sobre el tema, abogó por la construcción de los mecanismos para garantizar la seguridad de nuestros pueblos y por combatir al crimen organizado de manera organizada y comprometida a nivel internacional, en referencia inocultable a las bases mencionadas. En la expresión de tales posturas, Calderón marcó distancia respecto de la actitud de la mayor parte de los gobernantes sudamericanos, que es de claro rechazo al establecimiento de los enclaves militares en Colombia.

La Jornada pudo haber cometido una imprecisión de lenguaje en la medida en que el término apoyo estuvo ausente del discurso calderonista, pero considera correcto el sentido del encabezado, en la medida en que el declarante ofreció a sus interlocutores elementos de respaldo –genéricos y específicos– a la decisión de Uribe.

Por lo demás, a la pregunta sobre sus expectativas tras la caída electoral de su partido, el PAN, y de la próxima configuración del Legislativo, el gobernante respondió a la enviada de este diario: En términos de caída electoral, más que la de mi partido, más bien el fenómeno significativo es la caída de otro partido, no sé si sea el suyo, el PRD. La insinuación no sólo resulta inapropiada porque sugiere parcialidad en el desempeño profesional de la reportera –y conlleva, con ello, una descalificación implícita–, sino también porque pone de manifiesto una visceralidad que no es, no puede ser, una característica positiva en el desempeño del máximo cargo público del país.

En la misma conferencia de prensa, Calderón Hinojosa tuvo otras expresiones desafortunadas, como homologar los acuerdos de cooperación militar o los ejercicios castrenses que naciones como Rusia e Irán han firmado o llevado a cabo con algunos países latinoamericanos con el intervencionismo estadunidense en la región. Su llamado a juzgar ambos fenómenos con parámetros homogéneos revela una desmesura tan patente como la que hay entre las ventas de armas rusas a Venezuela –o, peor aún, los acuerdos de cooperación signados por ese país y el gobierno de Teherán– con el injerencismo político, diplomático, económico y militar de Washington en la zona, el cual ha sido padecido, con consecuencias trágicas, por nuestro país –y por casi todas las otras naciones de América– en diversos momentos de su historia.

Parece un tanto extraño el afán de homologar la venta de 24 aeronaves de combate de Moscú a Caracas y la realización de maniobras militares conjuntas en un par de ocasiones, por un lado, con las decenas de golpes de Estado, las guerras genocidas, las conformaciones de gobiernos títeres y las intervenciones, descaradas o subrepticias, pero sistemáticas, que la superpotencia estadunidense ha organizado y realizado, a lo largo de más de siglo y medio, en las naciones situadas al sur del río Bravo, por el otro. En cuanto a atribuir al régimen iraní un propósito injerencista relevante o significativo en América Latina, y trazar un paralelismo entre esa idea y la realidad de la proyección continental del poderío estadunidense, es claro que tal ejercicio carece de sustentos en la historia y en la realidad.


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martes, julio 14, 2009

El gobierno del miedo

Foto:César Huerta/Extensión Medios

Si el conjunto de los temores de la población pudiera reunirse en un indicador macroeconómico, el gobierno de Felipe Calderón podría exhibir urbi et orbi su gran logro –el único en tres años– en foros internacionales, spots televisivos y anuncios espectaculares: la multiplicación del miedo.

En las zonas del país que han tenido la desgracia de ser seleccionadas por el régimen espurio para exhibir músculo y determinación, la gente vive aterrorizada por el poderío de los cárteles, pero también por un estado de derecho que se expresa en cateos, arrestos, torturas y hechos peores, perpetrados sin orden judicial alguna, las más de las veces, en retenes y controles en los que no es fácil distinguir si el enemigo a vencer es el narco o la población civil, en un aparato policial y militar que actúa libre de escrúpulos legales y humanitarios.

En el devastado territorio de la economía se vive en la zozobra de perder del empleo, de enfrentar incrementos súbitos e imprevistos de precios, de padecer acosos hacendarios sin sentido ni justificación, de sufrir –bien lo saben los empresarios– peticiones de diezmos que se llaman mordidas en el recodo menos pensado de un trámite o autorización, de amanecer con la noticia de un nuevo endeudamiento colosal, de una devaluación sorpresiva.

Sobrellevamos el temor a que cualquier día nos roben la cartera, el coche, los recursos naturales de la nación, el derecho al libre tránsito, las conquistas laborales, la playa pública, el sentido de nuestro voto. Padecemos la presencia de un gobierno que se las da de honesto pero que, siempre que encuentra la oportunidad, echa un pedacito de país a los bolsillos de sus integrantes o a los de sus socios nacionales o foráneos.

El miedo principal, el que compartimos todos, es que llegue un momento en el que la realidad pase la factura a las autoridades que fabulan una nación tan plácida como inexistente, cuando el país se salga del cauce de funcionalidad mínima en el que se ha mantenido no gracias al gobierno sino a pesar de él, y en el que todo el catálogo de recursos coercitivos se vuelva insuficiente incluso para aparentar una normalidad televisiva.

Las actitudes oficiales indican que los más apanicados de todos son los que ocupan el aparato gubernamental. Sólo el miedo –el de los funcionarios, en este caso– puede explicar esa obsesión por sembrar el terror en el resto del país, entre amigos y enemigos, entre subordinados e insumisos. Quienes conforman el calderonato viven con miedo a su propia torpeza, con temor al ridículo, con pánico al futuro, con terror a la cólera del pueblo.

El sentido común indica que lo peor que se puede hacer ante un grupo de sujetos tan medrosos es dejarse intimidar por ellos. Nos tienen miedo porque no tenemos miedo, formuló Liliana Felipe en una canción que es consigna y que ha resultado ser, además y sobre todo, un certero diagnóstico sicológico y político del gobierno espurio.

Pedro Miguel
La Jornada

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martes, junio 16, 2009

López Obrador demanda ante la PGR a "la mafia del poder" por saqueo de bienes

  • En más de mil páginas enumera y documenta los ilícitos de políticos y empresarios

José Agustín Ortiz Pinchetti fue el encargado de presentar la querella, que contiene más de mil hojas con contratos, informes y escrituras públicasFoto Carlos Ramos Mamahua

Alma E. Muñoz, Alfredo Valadez y Claudio Bañuelos
Reportera y corresponsales - La Jornada

Andrés Manuel López Obrador denunció ayer ante la Procuraduría General de la República (PGR), por conducto de José Agustín Ortiz Pinchetti, secretario de Relaciones Políticas del "gobierno legítimo de México", a una decena de personajes políticos y empresariales por saqueo de bienes y recursos públicos, tráfico de influencia y corrupción durante las dos décadas pasadas.

Ortiz Pinchetti interpuso alrededor de las 14 horas la querella contra Felipe Calderón, Carlos Salinas de Gortari, Vicente Fox, Roberto Hernández, Claudio X. González, Gastón Azcárraga, Ernesto Zedillo, Diego Fernández de Cevallos, Elba Esther Gordillo, José Luis Barraza y quienes resulten responsables, en un expediente integrado por unas mil páginas –según explicó–, que contienen, entre otras pruebas, contratos solicitados al Instituto Federal de Acceso a la Información.

López Obrador, de gira por Zacatecas, advirtió que esos personajes forman la "mafia del poder en México, que es la que ha causado la actual tragedia nacional". En la demanda, aclaró, "estamos dando todos los fundamentos del por qué ese grupo es el responsable de todo esto que está sucediendo en México".

Aunque reconoció que en nuestro país en el tema de la procuración e impartición de justicia sigue habiendo asignaturas pendientes, la interposición de la demanda ante la PGR se da "porque tenemos que acudir ante esa instancia, porque no hay otra".

Pero, aclaró, "estamos presentando todas las pruebas del vandalismo y del saqueo que ha habido en el país, también con la idea de que el peor de los ladrones es el político corrupto".

Citó el caso de Diego Fernández de Cevallos, "quien ha sido achichincle de Carlos Salinas desde siempre", y "en pago recibió los terrenos de Punta Diamante (en Acapulco, Guerrero), dos días antes de que saliera el gobernador del Partido Revolucionario Institucional Francisco Ruiz Massieu".

Además, ha sido "abogado de empresas que obtienen devoluciones millonarias de impuestos. Ganó un pleito a la Secretaría de la Reforma Agracia por más de mil millones de pesos y ahora le gana un caso a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, todo por influyentismo. No es que sea un buen abogado, es que es maestro en influyentismo", ironizó.

En la copia de la denuncia dirigida al procurador Eduardo Medina Mora, el ex candidato presidencial advirtió que dichos "delin- cuentes no rebasan el número de 30, aunque para llevar a cabo sus fechorías cuentan con una red de funcionarios, abogados, concesionarios de radio y televisión, periodistas, prestanombres y políticos corruptos, todos los cuales también deben ser investigados en razón del daño que han causado al pueblo de México y a la nación". Entre los delitos que les imputa, apoyado con informaciones periodísticas, gubernamentales, de la Auditoría Superior de la Federación, entre otras, están: la denuncia que hizo Miguel de la Madrid Hurtado respecto de que Salinas de Gortari se robó la mitad de la partida secreta, además, de ser "el ejecutor de toda la operación fraudulenta" de traslado de dominio de los bienes públicos a particulares y prestanombres.

Que Roberto Hernández recibió Banamex de Salinas de Gortari y luego que este banco fue rescatado con recursos públicos en 1995, lo vendió a City Group en 12 mil millones de dólares "sin pagar un solo centavo de impuestos, cometiendo un fraude fiscal de 3 mil millones de dólares".

A Vicente Fox lo acusó de proteger los intereses de la mafia, entregarles bienes del pueblo y de la nación, aliarse con Salinas y encabezar el fraude electoral de 2006.

Claudio X. González es para López Obrador "tenaz promotor de las privatizaciones de empresas públicas", y lo acusó de ser el responsable de la guerra sucia en su contra durante la campaña presidencial de 2006.

Respecto de Calderón, enumeró los delitos en que ha incurrido en "beneficio propio, de su familia y de su allegados", como ser "protector de los negocios turbios de su cuñado, Hildebrando Zavala" y de contratos ilegales de Petróleos Mexicanos; o autorizar, como director de Banobras, una aportación "a fondo perdido" por 400 millones de pesos para la construcción de un túnel bajo el río Coatzacoalcos, promovida por Enrique Baños Urquijo, esposo de la directora del Instituto Nacional de Migración, Cecilia Romero, y suegro de César Nava.


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lunes, mayo 25, 2009

Elecciones: tres lecturas del 5 de julio

Desfiladero
Jaime Avilés
La Jornada

Hay tres maneras de anticiparse a los resultados probables de las elecciones del 5 de julio. La primera, y sin duda la más acariciable y atractiva para los jóvenes, es la que promueve la abstención total. Que nadie vote ese día. O que todos vayamos a las urnas y anulemos nuestra boleta con una consigna política, una mentada de madre o un dibujo no figurativo. Según mediciones que se hacen por aquí y por allá, si esta idea se impone la votación será inferior a 30 por ciento: hay quienes la fijan ya en 27 por ciento y exponen razones que aquí sería tedioso repetir.

Supongamos, pues, que efectivamente votan 27 de cada 100 personas inscritas en el IFE en todo el país. Como el mercado electoral está dividido en tres tercios, PRI, PAN y PRD representarían, en consecuencia, cada uno, a poco más o poco menos de 10 por ciento de los ciudadanos. ¿Qué legitimidad tendría por lo tanto la próxima Cámara de Diputados? Tanta como la que le falta, por su origen fraudulento, al gobierno (o lo que sea) de Felipe Calderón y a las multimillonarias momias de la Tremenda Corta.

Si el Poder Legislativo se deslegitima o, para decirlo de otro modo, se envilece como el Ejecutivo y como el Judicial, en medio de una crisis económica tan profunda y con un Estado evidentemente fallido, cuyos operadores son el colmo de la ineptitud, el país podría caer en una situación de ingobernabilidad muy peligrosa, en opinión de Porfirio Muñoz Ledo, el ideólogo más radicalizado del movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador. ¿Muy peligrosa? Desde luego, pero también muy interesante porque podría conducirnos a la búsqueda de soluciones democráticas inéditas –el plebiscito revocatorio de mandato– o al caos.

Una segunda anticipación probable a los resultados del 5 de julio se basa en la hipótesis de que triunfe la estrategia impulsada por López Obrador. ¿En qué consiste? En dar la batalla por la vía pacífica, a través del proceso electoral, en contra de tres adversarios claramente identificados: el PRI, el PAN y la corriente interna del PRD aliada a esos dos partidos y a los poderes fácticos (los medios electrónicos y otros). ¿Cómo plantea López Obrador contender en esos tres frentes de lucha? Votando por los candidatos del movimiento en defensa del petróleo, la soberanía y la economía popular, que se encuentran repartidos en las listas del PRD, el PT y Convergencia.

Por ejemplo, en la ciudad de México, los simpatizantes de López Obrador tendrían que votar así: para jefes delegacionales, por los candidatos del PRD; para integrantes de la Asamblea Legislativa, también por los candidatos del PRD; para diputados federales de mayoría simple, también por los candidatos del PRD, pero ojo, mucho ojo, para diputados federales de la lista plurinominal, por los candidatos del PT. Y lo mismo en el resto del país: que en las cinco circunscripciones plurinominales el movimiento vote por los candidatos del PT.

Esa es la jugada y las fuerzas tenebrosas del espuriato ya se dieron cuenta. De allí los ataques de Amalia García, gobernadora perredista de Zacatecas, y Germán Martínez, presidente del PAN, en contra de Ricardo Monreal, senador del PT (con licencia de tres semanas). De allí también la rabieta de Jesús Ortega, presidente del PRD, que se negó a difundir un espot en que López Obrador llama a votar por los candidatos del sol azteca en el Distrito Federal, en represalia porque en el resto del país el tabasqueño invita a votar por el PT y por Convergencia.

¿Qué pretende con este gambito el ex peje de Gobierno, siempre fecundo en ardides como Ulises? Varios objetivos: apuntalar, una vez más, al PRD capitalino como la fuerza más grande e importante de la resistencia civil pacífica; mantener, y de ser posible aumentar, la mayoría que Marcelo Ebrard tiene en la Asamblea Legislativa, con la ventaja adicional de que en ésta ya no habrá aliados perredistas de la fuerzas tenebrosas del espuriato, porque no ganaron candidaturas en las elecciones internas (que, para variar, fueron un asco).

De acuerdo con las reglas del sistema electoral mexicano, partido que obtiene más votos recibe del Estado más dinero. En este sentido, la gambeta de López Obrador también es nítida: de lo que se trata es de aumentar los recursos oficiales del PRD capitalino y del PT en todo el país y, en la misma proporción, recortárselos al PRD nacional, es decir, a quienes valiéndose del prestigio del tabasqueño llegaron al poder con los votos del movimiento popular y, una vez allá arriba, pactaron con la derecha, hicieron la política de Calderón y se apoderaron de la estructura del partido para tratar de vencer por hambre a los seguidores de López Obrador. ¿Quién olvidará el caso de José Zamarripa, que murió en la más franciscana pobreza debido a esta trama canallesca?

La estrategia de López Obrador apunta a profundizar la lucha pacífica por la vía electoral y navegar las tempestades de los tres años venideros a bordo de un barco más resistente que la cáscara de nuez podrida en que se ha convertido el PRD nacional. ¿Saldrá la resistencia civil pacífica, más allá del Distrito Federal, a fortalecer al PT? ¿Si el movimiento decide a última hora participar masivamente en las elecciones, el abstencionismo será inferior a 70 por ciento? ¿En lugar de 27 de cada 100 votarán 35 de cada 100? Detrás de estas dudas se oculta la tercera lectura anticipada de los resultados del 5 de julio: la del fraude.

Antes de la contingencia sanitaria nos quedamos en que Elba Esther Gordillo y Calderón fraguaban acuerdos secretos para que los nuevos magistrados del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje fueran nombrados por la líder vitalicia del magisterio, a cambio de que la profesora acarreara a sus huestes y a sus gobernadores a las urnas para fabricarle una victoria tan aplastante como artificiosa al PAN. Esa posibilidad no ha perdido su vigencia. La mala noticia, para todos, es que si el gobierno (o lo que sea) opta por el fraude, el fracaso de las elecciones (que para una mayoría escéptica es ya carambola cantada) nos remitirá automáticamente al escenario dibujado en la primera columna de esta página.

Dicho de otro modo, si por obra y gracia de un fraude el Poder Legislativo se deslegitima como ya lo están el Ejecutivo y el Judicial, los sectores sociales que luchan por la transformación de la vida pública, de la economía y por un mejor sistema de justicia, tendrán que olvidarse de la vía electoral y organizarse para imponerle al gobierno un plebiscito revocatorio de mandato (que a la mejor Calderón también gana mediante un tercer fraude, pues como dijo Descartes, no lo descartes).

A seis domingos de las elecciones, ¿habrá un abstencionismo de 73 por ciento? ¿Funcionará la compleja estrategia de López Obrador? ¿Los medios lincharán a Monreal para aplastar al PT? ¿El IFE le dará tratamiento especial? ¿El PRI le regalará votos a los candidatos de Jesús Ortega para que el PRD nacional no se hunda... más? ¿Alcanzará un fraude para fabricarle a Calderón su mayoría? ¿Aprenderá Elba Esther a leer la palabra e-pi-de-mio-ló-gi-co? No es una encuesta. No publiquen sus verdaderas opiniones. Recuerden que las paredes no sólo oyen, también se roban la voluntad ciudadana.



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lunes, abril 20, 2009

El infinito Galeano


Jaime Avilés

La Jornada Semanal

No todos sus lectores saben que Eduardo Galeano en realidad se llama Eduardo Hugues Galeano, o que nació un 2 de septiembre, o que a los catorce años trabajaba como mensajero de un banco donde preparaba café y después lo hervía para provocarle diarrea al director. Tampoco todos sus lectores saben que en aquellos tiempos de 1954, mientras se ganaba el pan como aprendiz de banquero, Galeano comenzó a dibujar cartones políticos que publicaba en El Sol, un periódico socialista de Montevideo, o que los firmaba como Gius , debido a las dificultades fonéticas del apellido galés Hugues, o que de alguna manera creía que su destino era ser artista plástico.

No todos sus lectores saben que en 1959, a los diecinueve años, ante la imposibilidad de ser Eduardo Hugues y expresarse dibujando, y agobiado por la incapacidad de escribir, pues nada deseaba más ardientemente que tejer ideas e historias con palabras, Galeano se encerró en un hotel de la calle Río Branco de Montevideo y se tragó puños de veneno “como para matar un caballo”, o que despertó varios días más tarde en la sala de presos del hospital Maciel, con la piel quemada, él mismo lo confiesa, “por el ácido de las meadas y la mierda que el cuerpo había seguido echando por su cuenta, mientras yo dormía mi muerte en el hotel”.

No todos sus lectores saben estas cosas porque forman parte de Días y noches de amor y de guerra, de todos sus libros mi favorito, aunque sea también el menos conocido en México, a juzgar por su corto número de reimpresiones en Ediciones Era (iban once en 2005), que no son nada comparadas con las que han acumulado a la fecha su temprano clásico, Las venas abiertas de América Latina, los tres tomos de Memoria del fuego, El libro de los abrazos y El futbol a sol y sombra.

Por todo lo anteriormente expuesto y actuado, muchos de sus lectores mexicanos ignoran que, al volver a la vida en aquel hospital, Galeano pensó que estaba en un mercado de Calcuta. “Veía tipos medio desnudos con turbantes, vendiendo baratijas. Se les salían los huesos, de tan flacos. Estaban sentados en cuclillas. Otros hacían danzar a las serpientes con una flauta.”

Pero no fue sino a raíz de aquella experiencia, aquel terrible rito de paso, del que salió “con los ojos lavados” para volver a mirar el mundo por primera vez, cuando descubrió algo fundamental para él como artista y para nosotros sus lectores, que nos beneficiamos de su trabajo: dejó atrás al dibujante Gius y al adolescente Hugues, para convertirse en Galeano. En Días y noches de amor y de guerra lo relata así: “Entonces pude escribir y empecé a firmar con mi segundo apellido, Galeano, los artículos y los libros.” Aunque sólo dieciocho años después, desterrado en Cataluña con su Helena propia, agrega, “me di cuenta de que llamarme Eduardo Galeano fue, desde fines de 1959, una manera de decir: soy otro, soy un recién nacido, he nacido de nuevo”.

LOS DÍAS Y LAS NOCHES

Días y noches de amor y de guerra apareció en 1978, bajo el sello de la editorial Laia, que en catalán significa eulalia, que en griego se traduce como “la bien hablada” o la que tiene “buena lengua”. Eduardo y Helena habían escapado de Argentina a finales de 1976 o muy al principio de '77, eso no lo tengo claro, pero no me cabe duda alguna de que si se hubieran quedado un poquitito más habrían corrido la suerte de Haroldo Conti y de Rodolfo Walsh, y de las 30 mil personas que la dictadura de Videla desapareció y asesinó, mientras la dictadura de Pinochet borraba del aire y de la luz a 5 mil chilenos, y la dictadura uruguaya hacía lo propio, en menor escala, toda proporción guardada, con sus mejores ciudadanos.

Fotos: José Carlo González/ archivo La Jornada

En la España de 1977, reconvertida apenas en reino de Juan Carlos i, tras la lenta y dolorosa y vengadora agonía del monstruo de Franco, apaleado por los golpes de tantas muertes, de tantas pérdidas, de tantos años de convivencia cotidiana con el terror, Galeano se refugió con Helena en Calella de la Costa , un puertito de Cataluña, y en un acto de catarsis para aliviarse de la asfixia, escribió de prisa, con visible urgencia, Días y noches de amor y de guerra, su libro de llegada al exilio, en el que recupera su fallida vocación de artista plástico, para construirlo pintando cuadros verbales de hondo aliento poético, cuadros independientes entre sí pero vinculados con el tema general de la nostalgia, de la derrota, del desgarramiento, pero nunca de la desesperanza.

Esos cuadros, que terminan colgados en las páginas del libro como si estuvieran en los muros de una galería, evocan muchas cosas importantes en la vida de ese joven escritor de treinta y siete años, pero no organizan, ni pretenden, los datos de su breve pero intensa hoja de vida marcada por la precocidad. Me explico: si a los catorce ya es mensajero de banco, caricaturista político y militante socialista, a los veinte, don Carlos Quijano, uno de los intelectuales más sólidos y respetados de Uruguay, que por cierto murió exiliado aquí en México, lo nombra jefe de redacción de la prestigiosa revista Marcha, en la que Juan Carlos Onetti escribía la columna de Periquito el Aguador. Allí Galeano se hizo amigo, confidente y, a veces, arcángel guardián de Onetti, que vivía deprimido. En Días y noches de amor y de guerra lo pinta de cuerpo entero en tres páginas que resumo en el siguiente párrafo:

Lo encontré tumbado en la cama. Pasaba largas épocas así. Creo que todavía tenía junto a la cama el alambique de cristal que le evitaba el esfuerzo de servirse vino. Le bastaba con mover apenitas la mano: el vaso presionaba una válvula y se llenaba de vino. Tomaba vino ordinario, de esos que te hacen mear violeta, y engullía pastillas para estar siempre dormido. Pero a veces estaba despierto y a eso él lo llamaba insomnio... Aquella vez le abrí la ventana y las persianas, y el golpe de la luz del día casi lo mata. Nos puteamos un buen rato. Le ofrecí murciélagos. Le conté chistes y chismes... Sabía, sé, porque lo conozco y lo leo, que el Viejo tiene su cuerpo huesudo lleno de demonios que lo acosan y le revuelven las tripas y le hunden puñales y es para ver si consigue marearlos que él se llena el cuerpo de vino y de humo, con los ojos clavados en las manchas de humedad del techo. Dormir, tal vez soñar, es una tregua. Las novelitas policiales que lee son una tregua. Escribir es también una tregua y, quizás, el único triunfo que le está permitido. Entonces, cuando escribe, él se alza y convierte en oro su mugre y su ruina, y es rey.

Juan Carlos Onetti y Juan Rulfo son los dos más grandes narradores de habla hispana que dio el siglo XX, digan lo que digan al otro lado del charco, donde inventaron esta lengua que nos comunica pero que no fueron capaces de escribir, ni de lejos, como nuestros inmensos y atormentados Juanes. Galeano lo sabe y no por nada, en Días y noches de amor y de guerra colgó juntos los cuadros en que los pintó separados, cada cual en su respectivo infierno. Acerca de Rulfo son estas líneas:

Juan Rulfo dijo lo que tenía que decir en pocas páginas, puro hueso y carne sin grasa, y después guardó silencio. En 1974, en Buenos Aires, Rulfo me dijo que no tenía tiempo de escribir como quería, por el mucho trabajo que le daba su empleo en la administración pública. Para tener tiempo necesitaba una licencia y la licencia había que pedírsela a los médicos. Y uno no puede, me explicó Rulfo, ir al médico y decirle: “Me siento muy triste, porque por esas cosas no dan licencia los médicos.”

CON LAS VENAS ABIERTAS

En 1962, Galeano publica su única novela, Los días siguientes, que nunca he visto y de la que nada sé. En 1963 conoce a Salvador Allende y lo acompaña en un largo viaje por los fríos del sur de Chile. En 1964 renuncia a Marcha para asumir, teniendo sólo veinticuatro años, la dirección del periódico Época, y con ese cargo viaja a La Habana para entrevistar al Che Guevara, a quien encuentra vestido de beisbolista y, en nombre de la pasión congénita de los oriundos del Río de la Plata por el futbol, lo llama, en broma, “traidor”. Guevara le confiesa: “Cuando era presidente del Banco Central de Cuba firmé los billetes con la palabra Che, para burlarme, porque el dinero, fetiche de mierda, debe ser feo.”

En 1966, al salir de la dirección de Época , Galeano sigue haciendo periodismo, viaja a todas partes, se casa con Graciela, tiene tres hijos, que actualmente, según dice, “ya son más viejos que él”, y en 1971 publica Las venas abiertas de América Latina, que de inmediato se vuelve un clásico. Ese libro, que todos los lectores de Galeano conocemos bien, es el producto de una vasta investigación en los archivos de la dominación colonial española en este continente, pero también es una denuncia de la explotación y el saqueo que sufrieron nuestros pueblos, y del derroche absurdo que el trono de España cometió para financiar sus guerras y, sobre todo, sus pachangas, que acabaron hundiéndonos en la miseria, el atraso y la ignorancia, mientras ellos, en las cortes de Cádiz y en los palacios de Madrid, se miraban en los espejos y veían sus rostros deformados por el embrutecimiento, autoexcluidos de Europa y del futuro.

Con toda razón, cuando un amigo mío en Buenos Aires leyó Las venas abiertas ..., me dijo: “Si en lugar de España nos hubiera conquistado Inglaterra seríamos Australia.” Hoy, ese libro traducido a más de veinte lenguas, reactualiza su vigencia, porque las causas de la crisis económica del hoy por hoy son, otra vez, la concentración demencial de la riqueza en unas cuantas manos, el despilfarro ilimitado en cosas de lujo inútiles, el financiamiento de guerras perdidas de antemano y, antes y después de todo, el desprecio por los demás, empezando por los pobres, por los indios, por los negros y por todos los que no son blancos; es decir, el desprecio por la inmensa mayoría de la humanidad. Y vaya que de esto sabemos en México, donde más del ochenta por ciento del dinero depositado en los bancos se aglutina en menos del dos por ciento de las cuentas de ahorros.

LA MEMORIA Y EL FUEGO

Perseguido por la dictadura militar uruguaya, que quema y prohíbe sus libros, Galeano funda en 1973, en Buenos Aires, la revista Crisis , que exhala un aire de renovación en el periodismo latinoamericano y nos enseña a ver la realidad con otros ojos. Crisis no sólo publica los ensayos más deslumbrantes de los intelectuales del Cono Sur, sino que recoge los mensajes de las pintas callejeras, la voz de las bardas urbanas, y hace reportajes sobre temas que a nadie se le habían ocurrido. No creo que alguien pueda negar que la inteligencia, la elegancia, el humor irónico, la ruptura de Crisis con el punto de vista “objetivo” impuesto como falso dogma por el periodismo gringo, influyeron en la transformación que el periodismo mexicano empezó a experimentar a partir de 1977 con el nacimiento del unomásuno de Manuel Becerra Acosta, antecesor de La Jornada.

Crisis duró tres años. En 1976, tras la desaparición del escritor Haroldo Conti, Galeano y sus amigos cerraron la revista y tiraron la llave al Río de la Plata. En Calella de la Costa , alentado por la adquisición y el dominio de la nueva arquitectura literaria que descubrió en Días y noches de amor y de guerra, emprende la tarea de escribir una obra monumental: Memoria del fuego. Ésta, para no tardarse diez años en llegar a la imprenta, se divide en tres tomos. El primero, que aparece en 1982, es Los nacimientos, y constituye un esfuerzo de recopilación mitográfica sobre los orígenes de los animales, las plantas, los dioses, las lenguas, las distintas formas de la felicidad y las desgracias de América, apoyado en abundantes referencias bibliotecarias.


Foto: José Carlo González/ archivo La Jornada

El segundo tomo, que sale a la calle en 1984, se titula Las caras y las máscaras, y con la misma técnica, el mismo rigor documental y la misma ambición de abarcarlo todo, cubre los siglos XVIII y XIX. Pero entonces, en el tiempo real que separa al día de la noche, suceden dos cosas o tres: se derrumban las dictaduras de Uruguay y de Argentina, de repente se acaba el exilio y, en los preparativos del regreso, a Galeano le da un infarto. Por fortuna, el menos literario y el más literal de los ataques al corazón que ha sufrido, no le impide seguir viviendo, cumplir sus propósitos, volar sobre África para aterrizar en el Cono Sur, instalarse con Helena en una casa del barrio Malvín, que hoy la gente que pasa por ahí la distingue con el hermoso nombre de “casa de los pájaros”, y no porque Eduardo y Helena pertenezcan al reino de las aves, sino por lo que voy a decir a renglón seguido.

En ese lugar, de una sola planta, cerca de la playa, Galeano escribe El siglo del viento, tercer tomo de Memoria del fuego que abre con una estampa de San José de Gracia, Michoacán, México, el 1 de enero de 1900, cuando ante la inminencia del fin del mundo “nadie quiso acabar sin confesión” y el cura del pueblo “pasó tres días y tres noches clavado en el confesionario, hasta que se desmayó por indigestión de pecados”.

El volumen y la trilogía llegan a su fin dos veces, con una estampa de Bluefields, Nicaragua, en 1984, durante el acoso de Reagan a la débil y efímera revolución sandinista, y con una carta de Galeano a Reynaldo Orfila, director de la editorial Siglo xxi , en 1986, en la que el autor le declara a su editor que se siente “más orgulloso que nunca de haber nacido en esta América, en esta mierda, en esta maravilla, durante el siglo del viento”.

EL REGRESO A CASA

En 1989 aparece El libro de los abrazos, que es también el del regreso a casa, el de la nostalgia por el exilio y la prolongación de una obra que se multiplica extendiéndose en todas direcciones, con la feracidad de la selva, mientras el éxito de Memoria del fuego, y de Las venas abiertas..., las traducciones, las reimpresiones, los premios, el éxito se reflejan en las alas y las plumas y los colores de la fachada de la casa de los pájaros y en la belleza del jardín que Helena va moldeando, esculpiendo para fortuna de todas y todos los que hemos pasado por allí a comer fainá y colita de cuadril con una copa de vino.

Pero Galeano de ningún modo parece satisfecho. En 1993 publica Las palabras andantes; en 1995, El futbol a sol y a sombra, que lo convierte en un escritor leído asiduamente por los nuevos jóvenes. Y no contento con todo lo logrado, en 2004, tras casi una década de silencio en la que sin embargo viaja, investiga y hace periodismo sin cesar, proclama la noticia más asombrosa de su inagotable imaginación poética: su nuevo libro, Bocas del tiempo, que durante años fue naciendo domingo a domingo en La Jornada con el título provisional de Ventanas; da a conocer la existencia de personas que escucharon el eco del Big Bang, fundador del universo, que sigue resonando a su paso por las galaxias infinitas.

Hoy en día, Galeano disfruta las repercusiones de Espejos, donde expone los cuadros que anduvo pintando en estos años sobre la historia y las cosas del resto del mundo, sin apartarse de América ni olvidarse de México, al que menciona en no pocos retablos, retratos, paisajes y viñetas. Podría extenderme hasta pasado mañana hablando de este inminente doctor honoris causa de la Universidad Veracruzana , referirme a su trabajo periodístico, a su costumbre de jugarse la vida en nombre de la solidaridad, acudiendo a países donde la presencia de un artista de su tamaño representa un escudo humano, un apoyo a los que tienen razón, una condena a quienes ejercen la injusticia. Podría referirme a su mirada crítica sobre la izquierda que a veces, como un día me dijo, “comete pecados contra la esperanza”. Podría hablar acerca de su entrañable paisito, donde una vez, en el mercado del puerto, un mesero al que le pedí sal me respondió: “para poner sal hay tiempo, para quitarla no”. Podría redondear la idea central de este discurso abundando con que las diversas exposiciones de cuadros que son los libros de Eduardo Galeano han formado a la vuelta del tiempo un museo con numerosos pabellones que permanece abierto las veinticuatro horas de los 365 días de todos los años. Podría, en fin, ejecutar múltiples variaciones adicionales sobre el tema Eduardo Galeano, pero quiero terminar compartiendo con ustedes una anécdota acerca de Onetti, que Galeano, hasta donde sé, no ha publicado todavía en ningún libro.

Resulta que dos estudiantes uruguayos fueron a Madrid, en donde el viejo también estaba exiliado. Le tocaron varias veces el timbre, pero él no quería recibirlos. Abrumado por la insistencia de los muchachos, les pasó un papelito por debajo de la puerta que decía: “Onetti no está.” Y cuando los jóvenes le contestaron que venían de parte de Galeano, ya no tuvo más remedio que abrirles. Era un día de mucho calor. Onetti llevaba puesto sólo el pantalón de la pijama, atado a la barriga con un mecate. La casa estaba hecha un desastre, platos sucios por doquier, ceniceros con montañas de colillas, y cuando Onetti habló para invitarlos a sentarse, los muchachos advirtieron que le quedaban apenas dos o tres dientes. Entonces Onetti les dijo: perdonen que los reciba con tan pocos dientes, pero los demás se los presté al Vargas Llosa.

Muchas gracias, Eduardo, por tu obra y por tu vida.



::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2009::

domingo, abril 19, 2009

Desfiladero Jaime Avilés

Desfiladero
Tula: una refinería de atole con el dedo
El Senado oyó a Sarkozy

Sariñana: el asesinato del Canal 11

Jaime Avilés

Durante su sesión fotográfica con Barack Obama en un cuarto de Los Pinos, Felipe Calderón se sentó en un sillón cuyo cojín era dos veces más alto que el del mandatario estadunidense. Fue el menor de los detalles patéticos y ridículos de estos días que acabamos de vivir y que tal vez se anclarán en la memoria como la semana de la vergüenza, cuando millones de mexicanos sentimos la profunda vergüenza de estar sometidos, que no gobernados, por una clase política tan rastrera y deleznable. Examinemos cuatro de sus actos más significativos.

Maniobras conjuntas

Barack Obama vino a México a retratarse y sonreír sin decir nada, porque los acuerdos sustanciales de su gobierno con los policías y los militares del gabinete de Calderón ya los había amarrado, en su visita previa, Hillary Clinton. Estados Unidos aportará 83 mil millones de dólares más a la defensa de su frontera sur, para atenuar la violencia de las empresas mexicanas exportadoras de drogas ilícitas, pero no aplicará medidas extras para disminuir la venta de armas made in USA a los cárteles de este lado del río, porque eso acentuaría el desempleo por allá. A cambio de esto, que no abre ninguna “nueva era” en nuestras relaciones con nadie, la Armada de México participará en maniobras conjuntas con los marines.

El que esponjará las plumas e inflará el buche como pavorreal por esta medida absurda y contraria a las leyes de acá, será el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, quien apenas en marzo, desde la tribuna del Senado mexicano, dijo que nuestro país debía pagar, “con la sangre de sus soldados”, el precio de su participación en el nuevo contexto internacional. El martes, los propios senadores que entonces lo escucharon sin refutarlo, aprobaron la petición calderónica de enviar a nuestros marinos militares a hacer ejercicios de guerra bajo las órdenes de la flota más poderosa del orbe (salvo la mejor opinión de los piratas de Somalia). Y por esta aberración jurídica votaron los chuchos, el ala más abyecta del PRD.

Los sénateurs de Sarkozy en México –Beltrones, Madero, Graco– violaron la Ley Federal de Neutralidad, que prohíbe la participación de nuestras fuerzas armadas en simulacros bélicos con ejércitos extranjeros. En su carta a Obama, Andrés Manuel López Obrador afirmó que el movimiento que encabeza se opondrá a tales ejercicios. A la mejor esta es la vía legal para impugnarlos. La otra, la de la movilización popular, debe sumar a los familiares de los marinos mexicanos, antes que éstos sean enviados a Irak, Afganistán o, por qué no, a Corea del Norte, condenados a pagar con su sangre de pobres el préstamo de 47 mil millones de dólares que Calderón firmó hace días en Londres y cuyos réditos recaerán sobre los nietos de nuestros nietos.

Nueva refinería

Ha quedado bien claro que Calderón, su director de Petróleos Mexicanos, el traficante de influencias Jesús Reyes Heroles; la invisible secretaria de Energía, Georgina Kessel, y la banda de jóvenes contratistas que Juan Camilo Mouriño dejó incrustada en la administración pública, deben estar haciendo fabulosos negocios con la importación de gasolinas que México debería producir aquí para ahorrar, al menos, 10 mil millones de dólares anuales. Pruebas que detallen el modus operandi de estos funcionarios disfuncionales todavía no las hay, pero las sospechas de que lucran sin recato con esta carencia se multiplicaron tras el grotesco anuncio que Reyes Heroles hizo el martes, en el sentido de que Pemex construirá una nueva refinería en Tula, si el gobierno del estado de Hidalgo aporta un terreno de 700 hectáreas “antes de 100 días”. Y si no cumple este requisito, el proyecto se mudará a Salamanca, Guanajuato, donde si luego de otros 100 días tampoco hay un lote disponible...

¿Qué broma es ésta? La construcción de tres nuevas refinerías es una prioridad nacional. Un gobierno mínimamente responsable localizaría y expropiaría los terrenos adecuados y pondría manos a la obra. En cambio, el de Calderón (que es apenas una caricatura y ya desperdició dos años y medio) perderá tres meses más, y luego acaso tres más, para volver al punto de partida en octubre. Eso, más que a ineptitud, suena a plan con maña para seguir cobrando comisiones por debajo del agua.

Todos sabemos que las refinerías debieron haberse comenzado a levantar en Tuxpan, Veracruz, al norte del Golfo de México, y en Salina Cruz, Oaxaca; en Tuxpan, porque ahí desembarca toda la gasolina importada que llega a México y desde ahí se envía al resto del país mediante una red de ductos instalada para tal propósito. Y en Salina Cruz porque abastecería a toda la costa mexicana del Pacífico y supondría un ahorro extra en gastos de transporte. Además, aunque Reyes Heroles no lo dijo, en Minatitlán, Veracruz, se está reconfigurando, desde hace cinco años, una refinería obsoleta, a la que podría añadirse un segundo tren de refinación, a bajo costo. Pero no, la única planta petroquímica que en teoría edificará Calderón entrará en servicio en 2015 y costará más de 12 mil millones de dólares. Hay quienes apuestan a que en realidad será una fábrica de atole con el dedo...

Cananea y los bulldogs

Antes de ser secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont fue abogado de Germán Larrea, el magnate de los caballos de carreras que posee el consorcio minero más poderoso del país. Hoy, aunque funge como jefe de la política interior, Gómez Mont sigue siendo empleado de Larrea. Así lo confirmó a la mitad de esta semana de la vergüenza cuando, acatando instrucciones del empresario, ordenó a la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) dar por terminadas las relaciones laborales de Grupo Minero México con los mil 200 trabajadores de la mina de cobre de Cananea.

Con una mano en la cintura, después de reconocer cuatro veces como “legítima y válida” la huelga que sindicalizados sostienen contra el despotismo de Larrea desde 2007, la JFCA condenó al desempleo a los barreteros, olvidando que hace un siglo, los tatarabuelos de éstos contribuyeron, también por la vía de la huelga, al estallido del proceso revolucionario que depuso a la dictadura de entonces, tan parecida a la de hoy. La historia, en todos los ámbitos de la política nacional, encuentra motivos, día a día, para repetirse.

Pero la vergüenza tiende a mezclarse con el asco, si observamos el virtual asesinato de Canal 11 que ha perpetrado el cineasta Fernando Sariñana, al transformar un espacio de reflexión y buen gusto en una mala copia de lo peor de Televisa, que incluye la censura. Hace dos años, en plena represión contra la APPO, Sariñana apareció en público junto a Ulises Ruiz, lo elogió y, haciendo gala de ignominia, se coló en el círculo de Calderón para ganar el puesto que ahora detenta. Lo que no sabe esta columna es por qué los espectadores de Canal 11 no emprenden una campaña para exigir la renuncia de este lambiscón incompetente y el restablecimiento de programas, como los de Cristina Pacheco, en su horario original. Luis Morales Campos, lector de este espacio, se opone a que Desfiladero llame bulldog a Germán Martínez, porque ese perro está “orientado a la competición en exposiciones de belleza. Es inteligente, limpio, manso y un excelente animal de compañía”, cualidades, agrega, que no posee el líder nacional del PAN.



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domingo, marzo 15, 2009

Desfiladero Jaime Avilés

Desfiladero

¿Vienen los marines a invadirnos?

Sarkozy pide sangre

AMLO: 150 mil kilómetros después

La Jornada


Foto
La Secretaría de Relaciones Exteriores informó que un grupo de empresarios pagó la estancia del presidente francés Nicolas Sarkozy y su esposa en una playa del Pacífico mexicano, previa a sus actividades oficialesFoto Ap

Vaya semana: mientras 5 mil soldados entraban a Ciudad Juárez y cometían las primeras desapariciones de civiles, cuyos familiares todavía no atinan a denunciarlas porque no saben si callando lograrán que se los devuelvan más rápido, llegaron a México, por una parte, el jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, Michael Mullen, la bellísima ex amante de Mick Jagger, Carla Bruni, casada ahora con el enano maligno que funge como presidente de Francia, y, por vía electrónica, persistentes declaraciones del director de Inteligencia del gobierno de Obama, Denis Blair, y del vicepresidente estadunidense, Joseph Biden.

Desde el pasado viernes –ayer se cumplieron ocho días–, cuando Michael Mullen se reunió en privado con los secretarios de Defensa y Marina, para exponerles la necesidad de realizar acciones conjuntas con los marines dentro de territorio mexicano –lo que en español responde al nombre de invasión militar–, en círculos políticos que manejan información privilegiada se rumoraba que de seguir la ola de asesinatos, secuestros y combates entre narcos, policías y soldados a cualquier hora del día, algunas ciudades, empezando por las fronterizas más candentes, serían declaradas en estado de emergencia, esto es, privadas de garantías individuales, con toque de queda, sin libertad de reunión, etcétera.

A demostrar la urgencia de aplicar tales medidas se dedicaron, toda la semana, desde Washington, Denis Blair y Joseph Biden. Este último, incluso, se jactó de que cuando los marines y el ejército colombiano combatieron juntos contra el cártel de Cali los resultados fueron excelentes. Si, tan excelentes que el narcotráfico de aquel país trasladó sus negocios al nuestro, donde ahora la mafia mexicana es la sexta más peligrosa del mundo y controla vastas extensiones del territorio nacional, pese a lo que diga Gómez Mont, que no controla ni su propia lengua.

Acosado por sus aliados estadunidenses –que no quitan el dedo del renglón–, Calderón debió tragarse vivo el sapo de la visita de Nicolas Sarkozy, quien llegó al Teotihuacán de Peña Nieto con la obsesión de liberar, de una forma o de otra, a Florence Cassez. Como si en la agenda de México y Francia no hubiera asuntos más importantes, Sarkozy convirtió el de la secuestradora francesa en tema del más alto nivel y presionó a la caricatura de gobierno calderónico con todo, incluso exigiendo desde el Senado que México envíe tropas a las guerras imperiales del primer mundo a través de la ONU y (¿por no excarcelar a la señorita Cassez?) pague el precio de la sangre de sus soldados. ¡Vaya tipejo!

Lo más admirable del caso fue que nadie se levantó a recordarle que, con excepción del Escuadrón 201, México nunca ha enviado tropas al exterior para atacar a otros países, pese a la invasión francesa de 1862 y las más de 200 intervenciones militares estadunidenses que hemos sufrido de 1776 a la fecha (más las que se acumulen en estos días). Ni el PRI, ni el PRD, ni Muñoz Ledo, que se declaró viejo amigo de Sarkozy le pararon el alto, avisándole que todavía existe una Ley Federal de Neutralidad que nos impide participar en aventuras militares (o permitir que ingresen marines a ayudarnos). Pero sabiendo, sin duda, que alrededor de 80 mil soldados mexicanos han desertado en los últimos años (muchos para pasarse al narcotráfico, donde ganan mejor), y sin desconocer las presiones estadunidenses para que se abra la frontera norte a los ejércitos de Obama, con una indelicadeza propia de su patanería, el mandatario francés, sediento como vampiro, pidió la sangre de nuestros soldados, y toda la clase política le aplicó la ley del hielo, sin ninguna excepción.

Por suerte, nada, ni la impertinencia de Sarkozy, ni la amable oferta de tropas invasoras del Pentágono ni la inclusión del Chapo Guzmán en la lista Forbes de los hombres más ricos de México, nada empañó el éxito del documento, dividido en cinco partes, que Andrés Manuel López Obrador publicó en este diario para dar a conocer una brevísima y apretada síntesis de su gira por 2 mil 38 municipios a lo largo de casi 150 mil kilómetros recorridos por tierra durante 430 días, toda una hazaña que lo convierte en el dirigente social mejor informado de lo que sucede, metro a metro, en el país que no ve la clase política y que por eso no lo comprende ni sabe cómo sacarlo del hoyo en que sus medidas importadas de Chicago y Davos lo han hundido.

Presos de Atenco, ¡libertad!

Pasado mañana, a las seis de la mañana, bajo la mole del Monumento a la Revolución, habrá una importante reunión a la que están invitados todos los que se sientan personalmente ofendidos por el tema. Decenas de millones de mexicanos acudirían a ella si pudieran. Se trata de un encuentro, convocado por el obispo emérito de San Cristóbal, don Samuel Ruiz; el de Saltillo, Raúl Vera; el padre Miguel Concha, el filósofo Luis Villoro, el historiador Adolfo Gilly, el poeta Carlos Montemayor, los actores Daniel Giménez Cacho, Diego Luna, Jorge Zárate, Demián Bichir; las actrices Ofelia Medina, Julieta Egurrola y Ana Francis Mor; el trovador Manu Chao, el Comité Cerezo, el cantante de Café Tacuba, Rubén Albarrán, y muchas personalidades y organizaciones más, para emprender un viaje hacia el penal de máxima seguridad del Altiplano (antes La Palma) en el estado de México, donde permanecen recluidos, prácticamente a cadena perpetua, tres de los 13 dirigentes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, que le echaron a perder a Vicente Fox el negocio del aeropuerto en San Salvador Atenco y que ahora, en represalia, viven tras las rejas desde la represión brutal de mayo de 2006, que las momias de la Tremenda Corte bendijeron hace unos días para agregarle una onda más al copete de piedra de Peña Nieto.

El blog de Selva

¿Quieren regalarse unas horas de gran placer? No tendrán que pagar sino el costo de la electricidad que consuman su computadora y la lámpara que los alumbre. Todo lo que necesitan es teclear http://selvahernandez.blogspot.com y al darle clic al ratón entrarán en un mundo concebido por el buen gusto, la delicadeza, el arte del diseño gráfico, el conocimiento profundo del oficio de hacer libros y ex libris, esos pequeños signos distintivos en forma de sellos o dibujos que nos avisan que tal volumen pertenece a tal persona. Hablar más de esto sería quitarles un tiempo que deberían emplear ya en comprobar que esta incitación a visitar el blog de Selva Hernández, por exagerada que parezca, se queda corta.

Y ya que la alegría todavía es posible, a pesar de Calderón, Sarkozy y los marines, que a la mejor ya vienen, esta noche regresa al escenario de Ruta 61 (Baja California casi esquina con Nuevo León) la superbanda blusera Vieja Estación, que está sonando mejor que nunca. Quedarse a disfrutar con ellos hasta que en las ventanas se pinten las del alba, como decía Alejo Carpentier, será el mejor pretexto para no ir, mañana, a votar en las internas del PRD, que marcarán el inicio del colapso electoral del sistema político en su conjunto. ¡Presos políticos de Atenco, libertad!



::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2009::

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