Espacio 2007 y la imagen de González Márquez

JORGE GÓMEZ NAREDO

Espacio 2007 fue, como se esperaba, un escaparate para que el gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, se pavoneara y perorara sobre su gestión y la buena relación que su administración tiene con los jóvenes. Se le vio muy juntito a Emilio Azcárraga Jean y, en la apoteosis del evento, compartió escenario con Alejandro Fernández. Habló, habló y habló, no como hubiera deseado, porque los tiempos estaban ya “establecidos”, pero ahí estuvo, muy sonriente, en cadena nacional, con gorra y utilizando un lenguaje de “chavos”, “reventón”, “ligue”, “prendidos”, etcétera.

En su obstinación por colocarse como un gobernador cercano a la juventud y con posibilidades de ser candidato a la Presidencia en 2012, González Márquez hizo de todo: jugó futbolito, habló con “los chavos”, se entrevistó con Víctor Trujillo (en su hoy decadente y acrítico personaje de Brozo), albureó, en fin, hizo todo lo posible para caer bien e ir dándose a conocer en el ámbito nacional.

Espacio 2007, como evento, fue una muestra de la influencia que la televisión tiene en la sociedad mexicana y un claro ejemplo de la falta de crítica de muchos sectores de la juventud. Nos mostró el resultado de una televisión como profesora, como maestra, como quien dictamina qué se debe y qué no pensar. Muchos de los participantes en el evento agradecieron encarecidamente a Televisa por el “espacio” que se les abrió para que pudieran, durante una semana, ser parte de los medios de comunicación. Es decir, Televisa les dio existencia y les otorgó voz por unas horas.

La mayoría de los ponentes habló de superación personal y no de la realidad verdaderamente existente en el país. Por ejemplo, Marcos Achar Levy, presidente del Consejo de la Comunicación (organismo que realiza los famosos espots de televisión “alza la voz, no te calles”), en una “mesa plenaria”, nada más al pronunciar las primeras palabras, adujo que había ido a Espacio 2007 “con una preparación que preparé (sic)” y de ahí todo fue “sí se puede”, “México es un país con futuro”, etcétera, una especie de ciencia de la “felizología”. Otros de los ponentes, la mayoría cercanos al PAN y a la derecha en México, tocaron temas de importancia pero de una manera superficial y roma. Los ponentes-funcionarios dijeron que México va bien y que Calderón es un estadista. Es decir, fue un evento para legitimar un gobierno sin credibilidad. No hubo voces de disenso, ningún representante del pensamiento crítico o de izquierda.

Los estudiantes universitarios se divertían viendo cómo Lagrimita y Costel les enseñaban a hacer televisión; se enorgullecieron de escuchar a Adal Ramones o de ser albureados por Brozo. Buscaron relacionarse para cumplir su gran sueño: trabajar un día en la televisión y ser famosos, exitosos. La crítica a los denigrantes contenidos en la programación de la televisión, a la falta de libertad de expresión, a la carencia de espacios para un periodismo libre, independiente y comprometido, fueron inexistentes. Televisa dictaba qué se debería decir, cómo, cuándo y por qué.

Hubo incluso jóvenes que defendieron el desvío de fondos que realizó el gobierno del estado de Jalisco hacia Televisa. Y ello es preocupante, pues 67 millones de pesos es mucho dinero (0.14 por ciento de todo el presupuesto anual del estado) para ser gastados en un evento mediático de una empresa privada. Para darnos una idea, dicha cantidad supera los 63 y 50 millones anuales que tienen asignados, respectivamente, la Secretaría de Turismo y la Comisión Estatal de Derechos Humanos. Excede, con mucho, las partidas anuales destinadas, en el Ayuntamiento de Guadalajara, a programas culturales como el Museo de Paleontología (4’432,267). Sobrepasa por más de 17 millones al presupuesto del Consejo de Fomento Deportivo y Apoyo a la Juventud de Guadalajara y a los escasos 4 millones otorgados anualmente del Instituto Municipal de la Juventud.

La justificación dada por González Márquez a este desvío de fondos fue “la formación de liderazgos”, pero, ¿en una semana se forman líderes?, ¿acaso tener la posibilidad de ver cómo Lagrimita y Costel hacen televisión es fomentar liderazgos? ¿López Dóriga, Carlos Loret de Mola, Juan Carlos Romero Hicks, Germán Martínez Cázares, Julio María Sanguinetti (que acudió a Espacio 2007 a decir que Chávez es lo peor, que Bolivia va hacia el fracaso, que las revoluciones no sirven, que las manifestaciones tampoco y que lo único que puede salvar al mundo es la globalización), son los que formarán a los líderes jaliscienses? La justificación de González Márquez golpea la inteligencia e indigna. El panista, ante un auditorio lleno de estudiantes universitarios (la mayoría de escuelas privadas) en Espacio 2007, planteó que quienes regalan más de 67 millones de pesos a una empresa privada son los buenos y quienes critican esta “inversión”, los malos. Una visión maniquea que concluyó con una frase preocupante: “somos más los que construimos que los que destruyen”; es decir, quien critica destruye, quien se queda callado (aunque exista una injusticia), construye. ¡Vaya enseñanza!

Si tomamos en cuenta los cinco días de duración de Espacio 2007, tenemos que cada jornada le costó a los jaliscienses 13 millones 400 mil de pesos; cada hora, 558 mil 333; cada minuto, 9 mil 305, y cada segundo, 155 pesos. ¿Acaso es justo que se gaste tanto dinero en un evento organizado por una empresa privada y para un sector bastante minoritario de los jóvenes? González Márquez no violó ninguna ley, pues los recursos dados a Televisa podían ser manejados discrecionalmente. Sin embargo, ¿es ético expoliar a la ciudadanía para un evento de tan poca reflexión y, en muchos casos, denigrante?

González Márquez busca la Presidencia de la República; su objetivo, desde ahora, es colocarse como un gobernador que entiende a la juventud (aunque haya cancelado la inversión en investigación sobre los jóvenes). El fin es promocionar su imagen y que en todo el país la gente lo comience a identificar. Y para ello no escatimó ni escatimará recursos públicos. En esta ocasión, durante una semana, fungió como una estrella más en el Canal de las Estrellas.