::::
domingo, febrero 14, 2010
SSJ: en busca de ocultar lo visible
Jorge Gómez Naredo
La Jornada Jalisco
Y resulta que vivir cerca del río Santiago no representa peligro. Sí, uno de los ríos más contaminados del mundo, de repente, de ser asesino, se transformó en un río que no mata ni provoca enfermedades en la población que habita cerca de él; un río inocente, inocuo y falto de amenazas. Los “análisis” y las “investigaciones” de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ) lo “demuestran” claramente: ese río es seguro. Así de simple, así de entendible: así de comprensible.
Según la SSJ, los habitantes de El Salto y Juanacatlán, que andan quejándose de vivir cerca de un río contaminado, mienten. Para llegar a desenmascarar a esas personas que fastidian y joroban con el cuento de problemas de salud por vivir cerca del Santiago, idearon un método efectivo e inteligente. Darle “voz”, a través de una encuesta, a los habitantes de zonas cercanas al río, para demostrar que nada de enfermedades, que nada de efectos nocivos para la salud, que todo felicidad. Así pues, elaboraron una encuesta entre habitantes de El Salto y Juanacatlán (zonas cercanas al río) y habitantes de Tonalá, para comparar las zonas y demostrar que los pobladores de los tres lugares viven y padecen las mismas enfermedades y que es mentira, una mentira grandísima, que las personas que conviven a diario con el río Santiago en las áreas de Juanaca tlán y El Salto tengan más problemas de salud (provocados por dicha convivencia) que otros jaliscienses. El comunicado de prensa de la SSJ es claro en su intención: “se concluyó que no hay riesgos a la salud complementarios para quienes habitan en los alrededores del río Santiago. Se llegó a dicho resultado luego de que se llevara a cabo una encuesta de percepción, basada en entrevistas aleatorias, a fin de determinar si los residentes de El Salto y Juanacatlán presentaban mayores riesgos a la salud que una población de condiciones socio-demográficas semejantes [de Tonalá]”. Sí, ahora resulta que la SSJ gobierna, actúa y se maneja a partir de encuestas “aleatorias”.
¿Es válido argumentar con una simple encuesta, la inexistencia de enfermedades provocadas o agudizadas por habitar cerca de un río altamente contaminado?, ¿es, digamos, el método que ayudará a solucionar y evidenciar la problemática de la contaminación del río Santiago?, ¿científicamente, qué validez tienen las encuestas realizadas?, ¿se debe basar la SSJ en comparaciones demoscópicas y no en investigaciones socio-médicas, de laboratorio y con análisis más de cualidad que de cantidad? ¿Por qué tanta alharaca con esta encuesta?, ¿por qué tanta publicidad?, ¿por qué tanta difusión? ¿Qué se buscó realmente: solucionar un problema de contaminación y afectación de dicha contaminación en una población determinada o, más bien, acabar con las voces críticas que provienen de los mismos habitantes que padecen la convivencia con el río? Parecería que la SSJ, en lugar de buscar evidenciar el problema, plantea su ocultamiento; en lugar de mirar la forma de conocerlo realmente y vislumbrar posibles soluciones, pretende silenciarlo, borrarlo con una encuesta y condenar al anonimato el sufrimiento de cientos de personas que padecen los efectos nocivos de habitar cerca del río Santiago.
Cuando Alfonso Petersen Farah presentó la encuesta, argumentó: “no encontramos ninguna asociación entre la inhalación de los vapores del río [Santiago] y riesgos a la salud en las personas que conviven en el entorno del río”. ¿Será?, ¿es responsable la actitud de Petersen Farah de dar como verdad la inexistencia de peligro por el simple hecho de haber elaborado una encuesta? Parece ser que para la autoridad, la relación río Santiago-enfermedades de la población que habitan cerca de él, es un mito, un invento de la gente, una percepción errónea. Para justificar esta idea la SSJ hizo la encuesta, pero, ¿podemos confiar realmente en dicha encuesta? José Antonio Gómez Reyna, investigador del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías de la Universidad de Guadalajara sostuvo que no, pues, el estudio de la SSJ, dijo, “no tiene ningún valor científico”. ¿Qué busca la SSJ con la encuesta y la andanada mediática para dejar bien en claro que vivir cerca del río Santiago no tiene riesgo alguno?
Para “demostrar” por todos los medios posibles que el río Santiago es un río inocuo e inofensivo, el gobierno del estado, a través de la SSJ, está desperdiciando tiempo y recursos. Debería mirar lo evidente: la alta contaminación del río y la relación con enfermedades de las personas que habitan cerca de él. Ojalá un día se den cuenta en el gobierno del Estado que no todo se soluciona con encuestas, sino, más bien, eso de gobernar es actuar para evitar más sufrimiento de la población, para solucionar problemas e idear modificaciones que mejoren la calidad de vida de la población. Ojalá que lo entiendan, y no busquen, con “encuestas aleatorias”, silenciar los sufrimientos de quienes conviven a diario con la contaminación del río Santiago.
jorge_naredo@yahoo.com
::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2010::
miércoles, agosto 19, 2009
Lo absurdo y la enfermedad en el río Santiago

MARIO EDGAR LÓPEZ RAMÍREZ
La Jornada Jalisco
La situación que se vive en las riberas del río Santiago ha caído en una dinámica absurda, que revela hasta qué punto puede llegar la utilización de la ciencia como argumento “razonable”, para justificar una irresponsabilidad pública. La exigencia de pruebas científicas que demuestren la conexión entre la contaminación del río y las afectaciones a la salud que sufren las poblaciones asentadas en El Salto, Juanacatlán y otras comunidades ribereñas, es la que demuestra este juego absurdo. Según las autoridades, mientras no se demuestre científicamente dicha conexión, se da por sentado que no es el río el causante de la aparición de cientos de casos de cáncer, leucemias, mal de parkinson, asma, deformaciones, además de otras enfermedades congénitas. Esta es una trampa compleja en la que se ha caído: un discurso que hemos comprado, tanto ciudadanos, movimientos sociales, académicos y periodistas comprometidos con la vida. Es por eso que mucha de la energía de la movilización ciudadana y de la capacidad de comunicación del caso se encuentra centrada en exigir que estos estudios se realicen. Y es que, ciertamente, es razonable que existan los datos y que puedan ser parte de la información para la toma de decisiones. El problema es que esto se ha llevado a límites que paralizan la intervención pública, y no sólo eso, también justifican el trato indiferente e inhumano que las autoridades han dado a los enfermos.
Es necesario sacar de esta trampa de lo absurdo el caso de afectaciones a la salud que se da en el río Santiago. Según la definición de diccionario, todo aquello que es ridículamente incongruente o irrazonable es absurdo. Absurdo es sinónimo de inadmisible, falso, incoherente, insensato, inconsecuente e incomprensible. Lo absurdo surge cuando hay una distancia ficticia, provocada, entre el mundo de los sentidos y la exigencia de los datos. “Me duele fuertemente el corazón, me siento mal”, dice una persona; “demuéstreme científicamente que eso es cierto antes de llevarlo al hospital”, dice el experto que empuja “lo racional” a un punto absurdo y esto revela un discurso de poder impositivo: no actuaré hasta no tener los datos (o hasta que usted no me dé los datos, o hasta que yo quiera sacar los datos cuando crea conveniente). Entonces la persona dice: “tiene usted razón, si la ciencia no lo demuestra, seguramente estoy equivocado”. Minutos después, el hombre en cuestión muere y el experto es premiado por la pureza en el método de investigación aplicado.
El escritor Albert Camus advertía que nuestra civilización, basada en las ideas de la ciencia occidental, como única forma de conocimiento de la verdad, corre siempre el peligro de desear que sea la razón la que explique y unifique la diversidad del mundo, cuando lo cierto es que mucha de esta verdad se comprende, en realidad, por medio de los sentidos: porque son los sentidos los que se experimentan con mayor complejidad e integración, los ritmos de la vida y de la muerte.
En El Salto, Juanacatlán y diversas comunidades ribereñas, como La Huizachera, mucha gente está enferma. Ellos lo viven, ellos lo dicen, ellos lo testimonian a simple vista, lo manifiestan en su piel, en su cuerpo, en su expresión: hay niños que han dejado de ir a la escuela, hay familias que están perdiendo su patrimonio por atender la enfermedad de sus padres, de sus hermanos, de sus hijos. Todos tienen nombre y apellido, todos tienen una historia personal; todos piensan, sin tener los datos, que es la contaminación del río Santiago la que les está causando esta situación que ven multiplicarse con el paso de los días.
Esto debería bastar para que las autoridades actuaran de inmediato en la zona, con el objetivo de revertir la afectación a la salud pública, en un lugar donde la enfermedad está marcando la vida cotidiana (y sin duda, esto llevaría a las propias autoridades, a situar al río como factor crucial). Esto también debería ser suficiente para que los habitantes de la Zona Metropolitana de Guadalajara comprendieran que algo malo sucede a escasos 25 kilómetros de la ciudad. Pero, ¿qué efecto pernicioso está causando en los ciudadanos este discurso público que manipula la ciencia a favor del poder, exigiendo que se demuestre la conexión científica entre contaminación y enfermedad, para entonces actuar y a lo que los ciudadanos respondemos ciegamente: “sí, la necesidad de estudios suena muy razonable, antes de hacer algo”?
En el último número de la revista MAGIS (agosto-septiembre de 2009), publicación editada por el ITESO, se ofrece un fotorreportaje titulado A orillas de la enfermedad, realizado por la fotógrafa Paula Islas, en el que se documentan 12 casos de personas enfermas en la riberas del río Santiago. El trabajo es una muestra de la necesidad que existe de enfatizar la difícil condición humana que se vive en la zona, y de lo absurdo que resulta pedir datos que comprueben lo evidente. Los casos abarcan personas con tumores cancerígenos, sarcoma de Edwin, mieloma múltiple, insuficiencia renal, cáncer de mama y enfermedades de la piel. Todo al lado de un río contaminado al que no ha habido forma de involucrar.
“En 2006 le diagnosticaron cáncer ovárico”, dice este fotorreportaje al referir el caso de una joven de 19 años y continúa: “su tratamiento se realizó en el Centro Médico de Occidente, porque en El Salto y en la Clínica 14 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no tenían el equipo necesario para hacerle los estudios. Recibió quimioterapia y le extrajeron un ovario. Pide a las autoridades que hagan algo para solucionar la contaminación del río Santiago, pues en temporada de lluvias, si no es el afluente el que hiede desde las ocho de la noche, es la basurera de Los Laureles”. Pero para esta muchacha hay una mala noticia: no hay estudios suficientes para comprobar lo que ella vive, mira, huele y siente todos los días. Por humanidad y por responsabilidad pública, es indispensable sacar al río Santiago de esta situación absurda.
::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2009::
lunes, agosto 17, 2009
Respiran pestilencia en El Salto y Juanacatlán
El Occidental
Las aguas del río Santiago se encuentran más contaminadas que hace algunos años, y es que a decir de los habitantes de los municipios de El Salto y Juanacatlán, cada vez son más las muertes a causa de la inhalación diaria de bacterias y desechos industriales.
Aseguran que a pesar de los estudios, publicaciones y manifestaciones de diferentes sectores de la sociedad, las autoridades federales y estatales se han "pasado la bolita" con la intención de no atender uno de los problemas de salud pública más graves de los que se tenga memoria en el país.
"Un amigo mío falleció de cáncer, cuando los médicos lo atendieron le dijeron que muy probablemente se había debido a la inhalación de bacterias y desperdicios industriales que traslada el río Santiago, y así como él le puedo contar de mucha gente que se ha enfermado por la misma causa", comentó Alicia Barrera.
Opiniones respecto a la grave contaminación, son muchas: "Ya no aguantamos este olor, aquí la gente se enferma de las vías respiratorias a cada rato y no es justo; hemos hablado con diputados, regidores, candidatos y hasta con el gobernador, pero nadie no ha hecho caso; a mí me gustaría que se vinieran un sólo día para que se dieran cuenta de la gravedad del asunto", comentó Guadalupe Bravo.
Señalaron que este año la falta de lluvias y el implacable sol han hecho que los habitantes se enfermen con mayor facilidad. "Cuando llueve suele bajar un poco el olor, pero como este año casi no ha llovido y ha hecho mucho sol, ya se imaginará a que huele todo este lugar", mencionó Juan Ramírez.
"Algunas personas usan cubrebocas e intentan protegerse la piel, pero eso no basta, lo que se tiene que hacer es evitar que se tiren desechos al río; tanto de las industrias como de las casas, porque de otra manera habrá mas muertes", advirtió José Eduardo Luna.
De esta manera los habitantes de El Salto y Juanacatlán, vuelven a levantar la voz con la esperanza de encontrar respuesta en quienes tienen la posibilidad de combatir el problema, un problema que sigue agravándose.
::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2009::
martes, agosto 11, 2009
Lamentan desaire para solucionar problemas ambientales en México

La organización Cacifop realizará el diagnóstico del “metabolismo del agua” en el Río Santiago. ARCHIVO
- Investigador de la UNAM cuestiona temas de la reunión trilateral
El Presidente Felipe Calderón rechazó la revisión del apartado laboral y ambiental del Tratado de Libre Comercio: Octavio Rosas
El Informador
Octavio Rosas, investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien es especialista en el tema y miembro del Centro de Análisis Social, Información y Formación Popular (Casifop), señala que en el contexto de la Cumbre de Líderes de América del Norte en Guadalajara, uno de los problemas más importantes que tendrían que estar incorporados en la discusión, es lo que Felipe Calderón rechazó en enero: la revisión del apartado laboral y ambiental del Tratado de Libre Comercio, principalmente porque “vienen a la zona más contaminada (la Cuenca Lerma-Santiago) no sólo de México, me atrevo a decir que de América”.
Considera que la seguridad no debe ser el tema principal del encuentro sino la justicia, porque México, al haberse puesto al servicio del capital estadounidense, arruinó las condiciones de su gente “que ha sido orillada a migrar de manera ruinosa y ha permitido a empresas trasnacionales la explotación de los recursos naturales indiscriminadamente, lo cual a la vez repercutió en la expulsión de campesinos (500 mil al año, de dos millones que lo intentan)”.
El académico y asesor de la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales, de la cual forman parte las poblaciones afectadas por el Río Santiago, considera que al menos las reformas que plantea Obama reflejan una toma de conciencia del Gobierno norteamericano, “después de la debacle histórica que significó para el medio ambiente los ocho años de la administración de Bush. Y ahora uno de los principales obstáculos que tiene es que se enfrenta a dos fuerzas que se oponen a la reforma económica ambiental del capitalismo, y son las industrias más responsables del cambio climático: la del petróleo y la automotriz”.
Obstáculos
En este sentido, algunos presidentes también han sido un obstáculo. Puntualmente, en México, el hecho de que Felipe Calderón haya rechazado discutir los temas ambiental y migratorio, “es un grave error”, porque demuestra que está al servicio empresarial. Y qué mejor ejemplo que el Río Santiago, al cual descargan indiscriminadamente las industrias, con la permisividad de las autoridades en los tres niveles de Gobierno.
Una de las propuestas más interesantes, afirma, la hizo Michael Moore en un diario de circulación nacional, pues señaló que a General Motors la debían dejar morir. Pero Obama está haciendo todo lo contrario, su propuesta “es renovar todo el parque vehicular para reactivar la economía, y es una barbaridad porque el planeta no lo aguantaría. Y lo que no han querido ver es que de esta crisis no será tan fácil salir como en las anteriores, porque ahora también hay crisis ambiental”.
A pesar de todo, la Cumbre no significará ninguna solución para el colapso de los recursos naturales.
Diagnóstico del “metabolismo del agua”
Por considerar a El Salto como el municipio más contaminado del mundo, así como criticar la reubicación de los pobladores de Temacapulín para la construcción de la Presa El Zapotillo, la organización Cacifop comenzó a realizar un diagnóstico de la región para analizar las repercusiones ambientales generadas por la urbanización “salvaje” de la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Octavio Rosas comenta que este trabajo será similar al que realizaron en la Ciudad de México hace cuatro años, llamado “El metabolismo del agua”.
“El Occidente comparte con el Centro del país la Cuenca Lerma-Santiago-Pacífico. Es la más importante, ya que en sus alrededores vive entre el 35% y 40% de la población de México, y si este afluente además tiene los más altos índices de polución, estamos hablamos de que vivimos en un colapso casi total. Por eso es terrible la negligencia gubernamental en este tema”.
Relata que el proyecto lo iniciarán con el tema de la Presa El Zapotillo, ya que implica la expulsión de población rural.
“De entrada, quieren sacar a los tres pueblos (Acasico, Palmarejo y Temacapulín). Pero nadie ha hecho un diagnóstico de todos los campesinos que obtenían agua del río para sus siembras. La ruina será para toda la región, ya que el Río Verde (del cual se abastecerá El Zapotillo) morirá al ser trasvasado”.
El temor es que la mayor parte del agua se utilizará para la curtiduría de León y posteriormente la regresarán, a través del Río Turbio, al Río Lerma, que desemboca en Chapala.
“Y no podemos ser ingenuos. Es un engaño que digan que la van a regresar tratada, pues probablemente sucederá lo mismo que con las empresas asentadas en el Santiago. En teoría, deberían tratar sus descargas, pero no lo hacen. Lo que sucederá es que Guadalajara se tendrá que abastecer con agua envenenada”.
Asimismo, analizarán la situación de las poblaciones afectadas por el Santiago, de manera que posteriormente se entiendan todas las problemáticas interrelacionadas.
“El objetivo del diagnóstico es tener un panorama amplio, regional, en el cual podamos vincular lo agrario, la privatización del agua, las crisis de las ciudades, la contaminación, la basura… pues finalmente, lo que la Ciudad de México vive por su tamaño, Jalisco lo vive en intensidad”.
Octavio Rosas, investigador de la UNAM, enfatiza que la Cuenca Lerma-Santiago es la zona más contaminada de América.
::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2009::
sábado, agosto 08, 2009
De olvidos y prioridades

César Huerta
Extensión Medios
En su recorrido por los recién construidos tramos dos y tres del Periférico Oriente, Emilio no se paró en el puente que atraviesa la cuenca del ahogado. En ese tramo el panorama es triste y repugnante, las descargas toxicas hacia la cuenca son perceptibles desde lejos y sus olores marean a más de uno. Esta foto fue tomada 10 días antes de la visita del gobernador y del lugar no se mencionó nada, el silencio del tema hizo presencia en el discurso del mandatario. Para González Márquez todo fue movilidad para el automóvil: 220 millones de pesos para la construcción del puente. En realidad, habrá más contaminación, más monóxido de carbono, más muerte y menos vida.
Y la gente cada vez más afectada, pues por un lado están el río Santiago, la cuenca del ahogado y demás afluentes contaminados, y por el otro las industrias, más allá la papelera y el tiradero de basura de los laureles. Pero como si no bastará, más contaminación de los automóviles. Y la gente olvidada, muriendo poco a poco, con enfermedades en la piel, con cáncer, con la muerte rondando tras de sí.
::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2009::