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miércoles, junio 17, 2009

La batalla de sobrevivir entre la pobreza, el VIH y la segregación

Desde 2004 luchan contra los embates de la enfermedad

Francisco se niega a dormir, prefiere estar en vela para vivir más tiempo

Foto
La vida de esta familia se ha transformado en un peregrinar en busca de alguna paz
Foto José Carlo González

Ángeles Cruz Martínez

La Jornada

Francisco no quiere dormir, prefiere ver la televisión y cuando puede lo hace durante horas, pues piensa que al permanecer despierto podrá vivir más tiempo. Su hermana mayor, Lesly, de 13 años, dice que de grande quiere ser criminóloga porque a nadie le gusta ver los cadáveres y menos de personas que han muerto por el VIH-sida, como su hermana Esmeralda. Francisco y Lesly, así como Jesús, Mariana y Daniel son hijos de Estela y Jesús. Con excepción de Daniel, todos viven con VIH-sida y con miedo de que la gente los siga lastimando.

Apenas el sábado pasado tuvieron que dejar la escuela primaria donde vivían y en la que estudiaban. Se fueron antes de que las hostilidades de algunos padres de familia del plantel se convirtieran en agresiones físicas, como las que ya habían padecido en su pueblo, en Chignahuapan, Puebla, del que tuvieron que salir huyendo por la acción del cura, quien puso a la comunidad en contra de la familia al divulgar su situación de salud y afirmar que el sida es una enfermedad de homosexuales.

Fue durante 2004. Supieron del virus de inmunodeficiencia humana porque Lesly enfermó sin que los médicos de Puebla pudieran identificar la causa. Llegaron al Distrito Federal, al Hospital Pediátrico de Iztapalapa, donde les dijeron lo que tenía la niña. Para entonces el matrimonio ya tenía a Esmeralda, los cuates Jesús y Francisco, y Mariana. Todos salieron positivos a las pruebas de detección del virus, por lo que fueron referidos a la clínica de VIH-sida Condesa, perteneciente al gobierno capitalino.

Ahí empezaron a recibir los medicamentos antirretrovirales, con los que fue posible que Daniel –hoy de cuatro años– naciera sin el virus. Desde entonces nada ha sido fácil y menos desde que tuvieron que dejar su pueblo. Han pasado por todo: desde vivir en la calle, dormir durante varios meses en la cripta de un panteón y comer cuando Dios quiere.

Lo único que queremos es vivir en paz, que me dejen trabajar y que mis hijos puedan ir a la escuela sin temor, dice Jesús, quien tiene 32 años.

Él es un hombre delgado y de baja estatura. Lo más importante para él ha sido conservar a su familia unida. Soy como los carros: sin batería no jalan, yo sin mis hijos tampoco, dice y enseguida se descubre el brazo para mostrar el tatuaje de seis lenguas de fuego, en cada una de las cuales está escrito el nombre de los niños. En la de Esmeralda, Jesús agregó al final una estrella porque ya murió.

La niña tenía ocho años de edad y tomaba los medicamentos para controlar el VIH. El médico dijo que además tenía que comer, pero no teníamos para eso y tampoco un lugar para vivir.

Estela y Jesús recuerdan la noche que Esmeralda se puso mal. Estaban en una cripta del panteón civil de San Lorenzo, en Iztapalapa, a donde, diariamente, durante muchos meses, iban a dormir. Alcanzaron a llevarla al hospital, pero cuando llegaron la niña ya había muerto. Presentó estallamiento de vísceras.

Actualmente se atienden y reciben sus medicinas en un hospital público de Chalco. Ya no pudimos ir a la Condesa. Sólo de pasajes eran 200 pesos y, ¿de dónde?

Jesús sabe de jardinería. Trabajó durante varios años en Estados Unidos, de donde él mismo reconoce que trajo el VIH. Para su trabajo cuenta con una podadora y Estela también corta árboles, a cambio de lo cual se ganan unos cuantos pesos para la comida de sus hijos.

Andando en la calle supieron que en la primaria Benemérito de las Américas, en Chalco, necesitaban un conserje y en septiembre de 2008 se fueron a vivir al plantel que debían limpiar y vigilar. El acuerdo verbal con el director, Rubén Caldiño Zamudio, fue que no recibirían salario, pero a cambio tendrían un lugar para vivir sin tener que pagar luz ni agua. Así, luego de realizar la limpieza, el matrimonio salía a la calle a buscar algún trabajo que les diera dinero para poder comer.

Los tres niños mayores, Lesly, Francisco y Jesús, quedaron inscritos en la escuela. Hasta ese momento su educación había sido muy irregular. Lesly había estado hospitalizada casi un año por una infección bacteriana en el riñón, la que no ha superado completamente, y debido a que su mamá se la pasaba en el nosocomio, no podía atender que los otros niños fueran a la escuela.

Aún así, en el actual ciclo escolar han obtenido los mejores promedios y por lo mismo Lesly fue elegida para participar, el pasado mes de marzo, en un concurso de matemáticas en Querétaro, lo que además, le mereció un reconocimiento del ayuntamiento de Chalco.

Fue en esa época que empezaron los problemas con algunas madres de familia. Sin causa aparente, las señoras agredían a Estela y los niños también recibían insultos de sus compañeros. Quién sabe que no les gustó, pero fue peor cuando supieron que tenemos sida. La señora encargada de la cooperativa escolar ya no les vendía nada a los niños y los insultos fueron subiendo de tono, sin que el director les diera importancia, hasta que, presionado por las señoras, el funcionario le pidió a Estela y Jesús que desalojaran el cuarto que habitaban.

No importó que la familia no tuviera a dónde ir, ni que vivieran al día, ya que no percibían salario alguno. Desde mediados de la semana pasada les cortaron la luz y les cerraron el baño. Al no poder más, desalojaron el sábado 13 de junio. No queremos problemas ni que mis hijos vayan a salir lastimados. Ya de por sí viven asustados, dice Estela. Tampoco nos importa que no tenemos para comer. Lo único que queremos es estar tranquilos.

Ahora, cuando mucho, esperarán a que el director de la primaria les entregue las boletas de calificaciones de sus hijos y el certificado de Lesly para que puedan seguir estudiando en otro lado. Nos vamos a ir, a donde nadie nos conozca. Empezaremos de cero otra vez.



::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2009::

sábado, julio 28, 2007

Despiden al titular del Coesida por haber organizado la Feria del Condón

La SSJ siempre se opuso a la realización del evento; Sergio Zúñiga pagó por la osadía

Asociaciones civiles advierten que podría venir un desmantelamiento de programas de prevención

Un grupo de escolares recibe orientación sexual. Imagen de archivo Foto: IVAN SANCHEZ

JORGE COVARRUBIAS

Cara le salió al director del Consejo Estatal para la Prevención del Sida (Coesida), Sergio Zúñiga Quiñones, la Feria del Condón que se llevó a cabo el pasado 14 de julio en la Plaza Universidad –conocida también como la Plaza de las Sombrillas–, en la que se obsequiaron muestras gratuitas de preservativos y se brindó orientación a la población sobre enfermedades venéreas. Asociaciones civiles que pertenecen al consejo técnico del organismo confirmaron la salida del funcionario debido a la organización de este evento, en el que nunca estuvo de acuerdo el secretario de Salud del gobierno del estado, Alfonso Gutiérrez Carranza.

“Por datos extraoficiales sabemos que más bien ha sido una política del secretario de Salud a raíz de la Feria del Condón, que tuvimos el sábado 14, debido a que dicho funcionario no quería que se realizara el evento al que convocaba Coesida y también estamos involucrados organismos de la sociedad civil en la parte de prevención frente al VIH, la distribución de condones, información básica, el Sida en ese sentido”, comentó Víctor Dante Galicia, representante del Comité Humanitario de Esfuerzo Compartido contra el Sida (Checos).

Zúñiga Quiñones tenía apenas 10 meses al frente del Coesida, lugar al que llegó, después de que la anterior administración estatal despidiera por motivos semejantes a Patricia Campos. La destitución del secretario técnico, efectiva a partir del 15 de agosto, ha provocado alarma entre las asociaciones y organismos no gubernamentales que trabajan en la prevención del VIH/Sida porque consideran que en adelante vendrá un desmantelamiento de programas, producto de las convicciones religiosas tanto del secretario de Salud como del gobernador Emilio González Márquez.

“Si el secretario de Salud se sienta a leer la Biblia con Emilio claro que van a ser criterios muy poco científicos y finalmente creo que eso es lo más lamentable, que las políticas públicas tengan que ver con banderas particulares y creencias religiosas”, refirió Dante Galicia.

Además, explicó que la salida del funcionario llega en un mal momento, pues apenas se estaba generando un plan de proyectos comunes para incluirlos en la agenda de la Gran Alianza por Jalisco. Precisó que no defenderán la permanencia de Quiñones, pero sí le pedirán explicaciones al mandatario para que fije su postura en torno a las políticas públicas de prevención del Sida y otras enfermedades de transmisión sexual.

“Sí queremos que el gobierno del estado defina cuáles van a ser las políticas públicas frente al VIH, se quede Sergio o no se quede, que enseñen cuáles van a ser los programas estatales en prevención para hombres que tienen sexo con hombres, para mujeres embarazadas, queremos ver los programas, sabemos que no los hay, sabemos que apenas están estudiando y que los programas han sido demasiado viejos y que no están respondiendo actualmente”, enfatizó.

Dijo que hace tres meses se liberó el presupuesto del organismo, sin embargo, no hay proyectos preventivos porque están neutralizados, e incluso la feria del condón no concluyó con el horario que se había previsto.

“Si la postura del gobierno del estado es no hacer visible el VIH y la vinculación del VIH con la sexualidad, creo que es un delirio, es un delirio no vincular VIH con sexualidad, y en ese sentido someter a toda la población a la abstinencia, creo que no podemos hacer eso”, expresó.

domingo, enero 07, 2007

Opinión - ALICIA YOLANDA REYES

Calidad de Vida

La Jornada Jalisco - 07/01/07

En la última reunión del Comité de Atención Integral del Coesida Jalisco, que se llevó a cabo el año pasado, el doctor Jaime Andrade Villanueva, director de la Clínica de VIH/Sida del Hospital Civil de Belén, una de las unidades más completas que existen en la entidad, con reconocimiento a nivel internacional, mostró su preocupación por la epidemia de tuberculosis que se estaba presentando una vez más en el albergue para personas inmunosuprimidas PAIDID, que dirige la religiosa sor Bertha López Chávez.

El albergue denominado Beata María de Jesús, que nació oficialmente en marzo de 1994, gracias a la donación de un terreno del entonces presidente municipal de Tonalá, Jorge Arana, y con la bendición del fallecido cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, está a cargo de las misioneras del Sagrado Corazón de Cristo Resucitado, orden fundada por la citada sor Bertha Chávez, que ante las constantes críticas de que es objeto por el maltrato de los pacientes con Sida, señala que es la respuesta de la Iglesia ante la enfermedad.

Sor Bertha, en opinión de algunos funcionarios y ex funcionarios de salud, se siente la sucesora de Teresa de Calcuta, y maneja la misma tesis que la galardonada con el Premio Nobel por su labor hacia los más necesitados.

Es decir, está convencida de que el Sida es un castigo divino por los excesos sexuales. Si éstos fueron entre personas del mismo sexo son considerados por sor Bertha como más graves, por lo que los invita a arrepentirse, hacer penitencia, purgar sus pecados, para que llegado el momento puedan acceder al reino de los cielos.

Otra de las cruzadas de sor Bertha es descalificar el uso del condón, con el argumento de que tiene poros que permiten el paso del virus.

En todos los foros en que se presenta ella o sus allegados, se dedican a descalificar este método que ha probado ser hasta 95 por ciento seguro para evitar el contagio de enfermedades de transmisión sexual, entre ellas el Sida.

Otra de las cruzadas de sor Bertha es allegarse niños de escasos recursos, a quienes hace pasar como enfermos de Sida, y como los niños siempre despertarán más lástima, en donde se presenta muestra un video con niños que, “según ella, padecen esta enfermedad”, para lo cual obtiene recursos incluso a nivel internacional.

El robarse niños le ha traído múltiples problemas que, gracias al apoyo que tiene del cardenal Juan Sandoval Iñiguez, ha logrado sortear con éxito.

Hasta al gobernador Francisco Ramírez Acuña llegó a regañar, asevera una funcionaria que en ese entonces trabajaba en la Secretaría de Salud, y vaya que el actual secretario de Gobernación no permitía que nadie lo regañara.

Eso es una muestra del poder que tiene la monjita en la entidad que, no contenta con sus negocios en Jalisco, amplió sus horizontes y tiene un albergue en Cancún y otro en Mérida, donde recibe donaciones en efectivo y en especie.

Una funcionaria de salud que me pidió omitir su nombre recuerda que visitó Cancún, ahí acudió a la “Ciudad de la Alegría”, como se denomina el albergue que recibe, además de personas con Sida, a madres solteras, personas con enfermedades terminales, usuarios de drogas, entre otros.

Una monjita “nos hizo el tour, nos explicó que en ese momento atendían a 20 niños con Sida, le pregunté si todos tenían Sida, me aseveró que así era, en eso llegó el médico del albergue y volví a hacer la pregunta, el galeno dijo: no, sólo dos de los niños tienen el virus”.

En el albergue de Tonalá la situación es igual, hacer pasar a los pequeños como afectados por el virus que causa el Sida, aunque menos del 10 por ciento de los albergados vivan ese problema.

Nuestra informante continúa narrando: “en lo que recorríamos el albergue de Cancún, vimos salir personas con diablitos sacando juguetes y otros objetos que cargaban en una camioneta para irlos a vender, eran los mismos que benefactores habían donado a los asilados, pero que las monjitas aceptaban que vendían para allegarse recursos”.

En Tonalá la historia es similar, los mismos albergados aseveran que los mandan al tianguis de esa población a vender muchos de los productos que les son donados.

El destino de lo obtenido con las ventas se desconoce, aunque hay señalamientos de que una parte va a aparar al Arzobispado, quizá sea ésa la razón por la que se defiende tanto la labor de sor Bertha, que ahora ha incursionado en otras áreas, como la lucha contra el suicidio, para lo cual formó otra asociación, CEDAC, donde el director es su hermano, que por cierto casi no asiste, pero sí cobra un sueldo.

Lo más grave es que sor Bertha se niega a incluir a “sus enfermos” en el programa de la Secretaría de Salud, de acceso gratuito a antirretrovirales, con el argumento de que ellos ya tienen padrinos, y hace unos días dijo públicamente que gasta alrededor de 30 mil pesos mensuales en cada uno de sus asilados, para lo cual requiere de la ayuda de particulares.

Jesús Martínez Serna, responsable del área de atención integral del Coesida Jalisco, resalta que sor Bertha toda la vida ha inflado el número de niños que dice atender; hace unos días aseveró que atendía 130 menores con Sida, más de los que tiene registrados el Coesida.

Varias organizaciones de la sociedad civil y médicos que atienden a estos pacientes en el Hospital Civil y en el Hospital General de Occidente han solicitado la intervención de la Secretaría de Salud, pero hasta ahora el temor de molestar a la Iglesia ha sido más fuerte.

No es posible que exista un poder más fuerte que el Estado y el bien común, y se permita que las personas sigan falleciendo por mala atención, que niños sean estigmatizados y no se les permita un desarrollo sano y, sobre todo, que se esté lucrando con el dolor ajeno. ¿O usted cómo la ve?

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